Duncan me sacó con la mayor amabilidad y cautela posible, pero cuando vi a esas personas entrar a la celda y volver a alterar a Travis, sentí que lo que había hecho por él, simplemente se perdería.

-¡No! ¡Duncan, espera! ¡No podemos dejar que le hagan eso! ¡Lo están alterando! ¡No deben tratarlo así!- dije casi entre lágrimas mientras veía como intentaban darle un sedante debido a lo alterado que estaba.- ¿Por qué...?- me volteé a Duncan con impotencia.- Él no es malo... solo necesita ser bien tratado... ¿por qué no pueden darle eso en vez de sedantes y cadenas...?

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- Sinceramente... No pensé que lograras que hablara contigo. Ellos no saben cómo tratarle, pero tú sí.- dije sacándola enseguida y cerrando la puerta del ala C.- Vamos a mi habitación, quiero comentar algo importante contigo.

Una vez llegamos a la habitación, me senté en la cama. Estaba algo alterado, ya que hasta para mí siempre ha sido frustrante estar en el mismo lugar que Travis.

- Seré franco... No creo que Travis esté loco, creo que necesita ayuda.- dije suspirando pesadamente.- Lograste que hablara contigo, que se comunicara como la persona que es. Quiero que te encargues de él personalmente, que seas tú quien le lleve comida, que hable con él. Confía en ti y esas personas de antes no tienen ni idea de qué hacer con él... Y la verdad es que nosotros tampoco... A lo que quiero llegar es que estás dentro del comité. Orión te dará acceso exclusivo a la celda de Travis, pero al principio irás con alguien más.

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Me dejé llevar por él mientras lo escuchaba y cuando llegamos a su habitación y me soltó todo eso de golpe, ni siquiera sabía si emocionarme o no.

-Gracias, Duncan... No te preocupes, Travis estará bien conmigo... no hay razón para que te sientas preocupado si me quedo sola con él.- tomé su mano entrelazando nuestros dedos para que supiera que no debía preocuparse.

Lo notaba bastante tenso, era obvio que no había tenido las mejores experiencias con Travis en momentos anteriores, pero aún así, me alegraba que se hubiera mantenido tranquilo a pesar de temer que me hiciera daño.

-Espero que pueda ayudarlos en todo lo posible a partir de ahora...- dije recordando que me había dado mi posición en el comité disciplinario.- Solo dime qué debo hacer, y, Duncan...- me acerqué tímidamente a su rostro y posé un muy leve beso en su mejilla.- Me mantendré a tu lado siempre para cuidarte también...- sonreí luego de eso.

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- Lo sé... Sé que estarás aquí siempre para cuidarme... No sabes cuánto confío en ello y cuánto confío en ti.- dije sonriendo ampliamente.- Sé que puedes ayudarles, pero cuando vayas a ver a Travis... Alice irá contigo, al menos las primeras veces, hasta que tu huella esté en la base.

Confiaba enormemente en Bell porque es todo lo contrario a lo que yo era cuando llegué aquí.

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-Entonces no habrá problemas por eso...- sonreí y recordé la hora que había leído en el reloj de la enfermería.- Es un poco pasado, pero... ¿ya almorzaste? Yo no lo hice con tantas cosas en un solo momento...

Recordé que Travis tampoco había comido nada, esperaba que al menos aquellas personas que lo habían ido a atender, le hubieran dado algún alimento. Pero bueno, ya me encargaría yo de hacerlo las próximas veces. Ahora estaba en compañía de Duncan y tendría que saber todas las responsabilidades que tiene alguien del comité disciplinario.

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- No... La verdad es que no he comido nada hoy.- dije sonriendo levemente.- ¿Qué tal si vamos a por algo de comer? Y no te preocupes por Travis, lo que estaban haciendo esas personas era llevarle su comida.

Sabía que al hablar de comida, Bell había pensado en Travis... Es demasiado buena y por ello simplemente lo supuse.

- Vamos, comamos algo y demos un paseo... Además, tendremos que hablar con Orión y desde luego tengo que hablarte del comité.

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Asentí y me levanté para acompañarlo fuera. Me sentía más tranquila al escuchar sus palabras sobre Travis, y a la vez algo nerviosa. ¿Cómo supo que estaba pensando en él?

-Me gustaría entonces que me explicaras un poco qué tendré que hacer en el comité disciplinario...- dije mientras caminaba a su lado por los pasillos de la escuela.

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- Más que nada nos dedicamos a hacer cumplir las normas. En casos de emergencia somos la primera línea de defensa, en el caso de que no podamos hacer nada o seamos derrotados, la segunda línea de defensa son los profesores o el resto de alumnos EM.- dije con calma mientras seguía mis pasos unido a ella por las manos.

Mi semblante seguía tranquilo, como si las peleas no fueran nada, como si fuera una cosa de lo más normal, como un juego de niños... Pues para mí, así era.

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-Oh, Dios... solo espero que...- detuve mis palabras, puesto que apenas era el segundo día y ya había ocurrido un incidente de esos.- Duncan, ¿cada cuánto tiempo más o menos ocurren descontroles de poderes en la escuela?

Estaba nerviosa por la respuesta a esa pregunta, pero debía conocerla. Asumir la responsabilidad era parte de esto, fuera de la magnitud que fuera.

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- Más o menos cada mes tenemos un caso, pero tranquila, los casos en los que intervenimos son mucho menores.- dije restándole importancia.- Solemos intervenir una vez cada cuatro o cinco meses como media, más que nada porque en los días y semanas después de un accidente, suelen sedar mucho a los alumnos causantes... El que más escapes tiene es Travis con 34 casos en dos años, aunque en muchos de ellos sólo escapa él y sólo para subir a al tejado.

Llegamos a la cafetería y dejé a Bell un segundo mientras iba a comprar algo para ambos, no sin antes preguntarle qué quería para ella.

Al volver con la comida, sonreí y me senté mucho más calmado.

- Por cierto... Mientras trates a Travis, no entrará nadie más allí, ni siquiera entrarán para darle de comer sin tu permiso. Sin sedantes ni nada de eso, solo tú y él... Eso implica que tendrás que llevarle comida, lo que sea que quieras darle.