-¿Por qué estabas aquí? No recuerdo que fueras del laboratorio. No eres de los nuestros...- preguntó mientras terminaba de lavarse los rojizos cabellos.

-¿Crees... que pueda salir adelante y ser mejor...? Solo de pensar en cómo se debe sentir de decepcionado, me hace arrepentirme de todo lo que hice... Yo estaría triste si alguien me hiciera eso... pero... él... al parecer... hemos hecho muchas cosas juntos... ¿y si ahora soy diferente con él y lo lastimo más...?

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- Enloquecí cuando mi hermana pequeña murió, me convertí en una especie de animal salvaje, además, también estaba frustrado por haber perdido la vista, tampoco entendía porqué la gente me tenía miedo. Cuando por fin llegó alguien que me trató como a un ser humano, me relajé y poco después aprendí a moverme con el bastón. Tras eso, fui libre al fin, claro, ahora tengo que tomarme las medicinas que te dije... Pero estoy bien.- dijo Travis sonriendo.- No todos los que están aquí son del laboratorio, solo Noel y Pedro son de allí.

- Si te ama y todo eso es cierto, no estará enfadado, solo triste... Además, entenderá la situación y estará a tu lado tomando la distancia con la que tú te sientas cómoda.- dijo Jorge.- Estoy aquí por loco, no por idiota, he tenido novia, pareja y vida fuera, y mi novia me lo perdonaba todo, él hará lo mismo por ti.

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-¿Pasaste por todo eso...? Vaya, debes ser una persona muy valiente... Es asombroso eso, he visto a muchos perder el control hasta volverse más fieros que animales salvajes... pero nunca los he visto regresar... Eso dice mucho de ti, Travis...

Levanté la mirada con tristeza y tragué saliva. Me sentía mal aún, pero al menos las palabras de Jorge me reconfortaban.

-No creo siquiera que estés aquí por loco si piensas de forma tan cuerda...- me levanté y fui junto a él.- Te hice una promesa y pienso cumplirla. A partir de hoy me tomaré las pastillas. Puedes preguntarle a Alice de mi avance con eso, ya que me está supervisando ella. Y sé que frecuenta esta sala...

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- He pasado por muchas cosas desde que soy pequeño, pero no te preocupes por mí, ni soy tan valiente ni fuerte... Lloré muchos días y noches cuando caí en la cuenta de que mi hermanita no regresaría. Después simplemente recordé que siempre me decía que no le gustaba verme llorar, que era mejor cuando todos somos felices... Así que desde entonces me limito a sonreír.- dijo Travis con tranquilidad.- Si terminaste de bañarte, toma la toalla y sécate, no quisiera que cogieras un resfriado.

- No quiero que venga Alice a contarme nada, quiero que te cuides sola... Porque no siempre estará alguien ahí para ti, para decirte que tengas cuidado o que te tomes las dichosas pastillas. Aprende de una vez que si estás bien tú, los demás también lo estarán... Hay mucha gente pendiente de ti y si tú caes, ¿quién seguirá con tus ideas de sacarnos a todos de aquí? ¿Quién hará feliz a tus amigos? Cuando estás enferma, eres una molestia para los demás... ¿Lo entiendes así?

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Iris tomó la toalla y salió de la ducha para secarse. Como antes, no tenía ninguna pena en estar desnuda frente a Travis, y no era precisamente porque él fuera ciego.

-Supongo que así se pondría Shadow si me perdiera a mí.  Pero también le digo eso siempre, me gusta cuando sonríe y está feliz, por eso no suelo quejarme de nada frente a él... porque sé que lo hago preocupar...- comenzó a vestirse.

Debía sentirme mal por sus palabras, pero me las esperaba. Incluso en ese tono tan radical de él. Acerqué mi mano a su cara y toqué la punta de su nariz con la de mi dedo mientras sonreía.

-¿Sabes? Me recuerdas a mi padre. Lo poco que recuerdo de él, también me decía lo mismo... Era muy radical en sus palabras, pero solo quería mi propio bien... En serio suenas como un padre preocupado y que aconseja a su hija...

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- Conozco a una chica que es exactamente igual, nunca se queja de nada frente a la gente... Ahora mismo está sin memoria y preocupándonos aún más. La chica que nos sacó en sus sombras, la novia del otro chico ciego, es igual que tú... Ambas debéis entender que si no decís las cosas, nos hacéis preocupar más.- dijo Travis suspirando.- A los chicos no nos importa escuchar vuestras quejas de vez en cuando.

- Será porque realmente tengo un crío de dos años que ahora mismo está siendo criado en un internado infantil por cortesía del padre de Orión. Supongo que los padres nos parecemos un poco todos.- dijo como si nada dándole un leve golpecito en la frente a Bell.- Si tu padre te decía lo mismo que yo, ya deberías haber aprendido la lección.

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-Solo soy así con mi hermano... no creo que vaya a ocultar como me siento a los demás.- terminó de vestirse y se secó como pudo el cabello.- Además, contigo es muy fácil hablar. Eres abierto y se puede confiar en ti. Pero eso sí, me recuerdas mucho a Shadow. Jijijiji... ¿Qué tal ahora? De seguro ya no apesto.

-Mi padre me abandonó en la puerta de un orfanato cuando cumplí los 5 años. Ese fue su regalo de cumpleaños. Me dijo que iríamos a un lugar especial, y me dejó allí en la puerta de ese lugar, no volví a ver a mis padres luego de eso...- acaricié levemente mi frente en la zona del golpe.- ¿Cómo creer en las lecciones que te da alguien así...?

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- Ahora hueles al champú, acondicionador y gel... Aunque te has dejado el pelo demasiado mojado.- dijo tomando la toalla y haciendo que Iris se girara para secarle el pelo muy suavemente.- Si te lo dejas demasiado húmedo, acabarás cogiendo frío y poniéndote mala.

- Mi padre asesinó a mi madre para que yo aprendiera a matar... En lo que a mí respecta, tuviste suerte con el tuyo.- dijo Jorge seriamente.- Tú eres buena, dulce y tranquila... Yo lo único que sé es como despellejar literalmente a una persona, ya sea mujer, hombre o niño... Aunque no mato a mujeres ni críos en general.