Fui con ella, como no, siendo el tonto enamorado que soy cuando me encuentro a su lado. Eso sí, al pasar delante de todos los saludé a cada uno individualmente llamándolos directamente por su nombre.

- ¿Quieres ir en al noche a ver las estrellas? Nuestros mejores momentos han sido en la azotea mirando el cielo nocturno... Es el primer lugar en el que me dejaste poseerte y también el primer lugar... Ejem... En el que nos besamos.

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-Si me conoces lo suficiente debes saber que justo ahora tengo un horrible ataque de vergüenza...- respondí cubriendo un poco mi rostro.- La idea me gusta... no lo niego, pero... pero... todas esas cosas... quiero recordarlas... antes de... r-repetirlas...

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- Jajajaja... Te conozco lo suficiente como para saber que debes estar terriblemente sonrojada. Pero quiero que sepas que te llevaré solo para que lo recuerdes, no para besarte... Eso sucederá cuando tú estés preparada, lo prometo.- dije riendo levemente mientras me adelantaba un poco a paso ligero sin soltar su mano.- He de admitir que la idea de enamorarte de nuevo me resulta atractiva.

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-Es bueno que te resulte atractiva... pero espero no decepcionarte diciéndote que a mí me da bastante miedo...

Llegamos a una mesa apartada y ambos nos sentamos. Solté un suspiro con las manos entrelazadas y tratando de no mirarlo.

-Entiendo que seas mi novio... que hayamos vivido muchas cosas diferentes y que yo no recuerdo... pero... Si miro mi corazón justo ahora... con los pocos recuerdos que tengo de ti... Lo que más siento ahora son celos...  de Iris por Travis... Pero por ti... apenas un poco de interés y curiosidad por saber lo que ya no conozco de ti... ¡Pero por favor, no quiero que te sientas ofendido!- rectifiqué rápidamente.

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- Ofendido no sería la palabra... Más bien me siento triste, mi mayor prioridad es que tú seas feliz y si... Si sientes que esa felicidad no la sientes conmigo, dímelo en cualquier momento.- dije sonriendo algo melancólico.- Y aún si me lo dices, por favor, no dejes de pensar en mí como en un amigo.

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-Dudú, por favor... no me malinterpretes... No sé lo que sentía por ti, pero sí sé lo que siento por Travis...- suspiré y tomé su mano sobre la mesa.- No creas que no, te veo como un amigo. Eres quien está a mi lado aún cuando me he olvidado por completo de ti... no podría pedir más... Estás haciendo por mí algo que significa mucho y, sobre todo, porque sabes que puedes salir lastimado por cualquier cosa que yo diga por no recordarte... Gracias, Dudú... y, perdóname... pero prefería ser sincera contigo...

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- Tranquila, no tienes que disculparte en absoluto.- dije sonriendo dulcemente.- Realmente es una pena que Travis haya encontrado a Iris, no lo digo a mal, pero... Él encontró a alguien más a quien amar, y no creo que en ello haya vuelta atrás. Seguiré estando aquí para ti en todo momento, para lo que sea que necesites, como tu amigo.- amplié mi sonrisa y me levanté.- Voy a pedir la comida, creo que hoy tienen tu plato favorito, lo pediré por ti.

Di varios pasos hacia la barra, sintiendo como mi corazón se hacía añicos a cada paso que daba... Dolía demasiado, me estaba partiendo en mil pedazos... Y aún así tenía que mantener una sonrisa para no prepcuparla. Hasta suspiré varias veces para no llorar allí mismo, delante de todos.

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Algo me decía que no estaba bien. ¿Qué era? De alguna forma, esa sonrisa de Duncan me parecía lo más falso que hay en el mundo. Me estaba mintiendo, sí que le dolía.

Preferí quedarme esperando. Si decía algo más del tema, tenía miedo de lastimarlo más. Era mejor si lo averiguaba por mí misma y que estuviéramos solos.

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Para cuando me dieron las bandejas, ya me había logrado calmar un poco al menos, lo suficiente para seguir estando frente a ella sin derrumbarme, tenía que ser fuerte por los dos en este momento.

Dejé las bandeja más con cuidado, ambas tenían básicamente lo mismo, salvo por la bebida. Para ella limonada y para mí, zumo de melocotón.

- Listo... Oh... No te pregunté que querías de beber... ¿Limonada esta bien para ti? Puedo cambiarlo si quieres otra cosa... Simplemente lo pedí sin preguntarte.

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-Sabes lo que me gusta, y yo ya sé que a ti te gusta el melocotón, pero...- tomé su bebida y la abrí antes de volver a ponerla en su lugar.- Algo me dice que esto sí que es una costumbre.- y la verdad lo era, tenía un cierto reflejo de abrir la lata ajena.- No me cansaría nunca de tomar limonada. Venga, vamos a comer. ¡Buen provecho!- dije más animada y sonriendo antes de empezar a desayunar.

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- Sí... Bueno... Soy malo abriendo las latas, así que, por lo general, sueles abrirlas por mí.- dije algo avergonzado por tener que admitirlo.

Al escucharla tan animada logré sonreír, aunque fuera levemente, pero fue una sonrisa genuina. Tras escuchar cómo ella comenzaba a comer simplemente lo hice yo también, a pesar de que la comida ya no sabía igual que antes.

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-Cuando terminemos quisiera pedirte un favor. ¿Podemos ir un rato al jardín? Quiero comprobar una cosa y es mejor que sea allí.- propuse mientras comía alegremente.

Era una petición con mucho por detrás. Tampoco quería decirle del todo a Duncan el lío que se estaba haciendo mi mente. Aunque de seguro él lo sabía, tenía autorización a entrar en mí y casi aseguraba que le dolía no verse a sí mismo en mis recuerdos.

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- Por supuesto, vamos a donde tú quieras.- dije con ternura.- Además, el jardín también es de mis lugares favoritos en toda la academia.

Terminamos de desayunar con calma, tomándonos nuestro tiempo.

- ¿Vamos? Seguro que tomar algo de aire en el jardín nos viene bien a los dos.- dije tendiéndole la mano con suavidad, aunque no sabía si deseaba tomarla.

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Asentí y, obviamente, también tomé su mano. Pero apresuré un poco el paso, tal vez casi hasta correr. Estaba animada por algo y quería comprobarlo. Con él era la mejor persona para ello y el jardín era el mejor lugar.

Cuando llegamos, solté su mano y me separé de él riendo. Di unos pasos atrás y abrí los brazos.

-Cubre tus oídos. Quiero probar una cosa. Venga, confía en mí.- dije riendo como si fuera una niña juguetona.