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✬ 3 ✬

― Así que por eso eres hija de Bruce Banner ―exclamó Cassie Lang, antes de dejarse caer en la cama que Torunn había elegido de la habitación.

Rebeca asintió, intentando encogerse lo más que pudiera mientras estuviera sentada. Torunn notaba a simple vista que a la pelinegra no le gustaba ser el centro de atención, incluso sin estar demasiado atenta a ella pues estaba organizando su armario con la ropa que había traído del departamento donde se quedaba con su padre cuando venían de visita a Nueva York.

― ¿No sería más acertado decir que eres un clon femenino de Banner? ―interrogó Madison Fury, intentando acomodarse mejor en la cama. Cassie, a su lado, la pellizcó para que fuera un poco más sutil―. Eh... Digo, eso eres. ¿No? Si entendí bien tu historia.

― Bueno... Sí. Fui creada a partir del ADN del doctor Banner en un laboratorio, pero desde que S.H.I.E.L.D y los Vengadores me salvaron, él y su esposa me criaron como su hija, así que... Es lo que soy.

Tanto Cassandra como Madison asintieron, comprendiendo a lo que se refería. El padre de Torunn le había contado algo similar antes, sobre un experimento con ADN, pero no estaba segura de qué héroe había sido clonado y recordaría si hubiera sido Hulk.

Para cuando Torunn terminó de arreglar su ropa y se volvió hacia la cama, vio a Lang intentando quitarle la almohada a Fury y a Rebeca sentada en la esquina más alejada de la misma cama jugando con un mechón de su cabello rizado.

― Dime una cosa, Beca ―llamó la atención Torunn, sentándose a un lado de la chica― ¿Te cuesta controlar tu... otro lado?

Rebeca parpadeó varias veces, como si no entendiera la pregunta.

― ¿Hablas de Girl-Hulk?

Madison rompió a carcajadas con la pregunta de Rebeca, dándole la oportunidad a Cassie para adueñarse por completo de la almohada.

― ¿En serio llamaste a tu otro lado Chica-Hulk? ―preguntó la hija de Fury, olvidándose de la discusión por la comodidad y prefiriendo sentarse en la cama.

― No soy muy buena con los nombres, y no podía llamarle simplemente Hulk, tiene conciencia propia. Una identidad. ―Volvió a tomar uno de sus rizos para jugar con él, mientras miraba al suelo―. No me es complicado controlarla, puedo usar su fuerza por un tiempo antes de que pierda el control, reprimir que emerja es fácil los primeros segundos, después se vuelve complicado.

― Es bueno saber que no eres una bomba de tiempo en la mayoría de los casos ―bromeó Cassie, aunque Rebeca no rio igual que las demás.

Torunn supuso que no estaba del todo cómoda con el tema, aunque a ellas les parecía fascinante la forma en la que hablaba de su otra personalidad, como si fuera otra persona.

― ¿Cómo hiciste que te dejaran entrar en la Academia? ―le preguntó Cassandra a Rebeca, luego de un rato de silencio―. Yo llevo tres años intentando que papá me deje usar uno de sus trajes, pero dice que es "demasiado peligroso".

Las chicas se rieron de las últimas palabras, únicamente porque Cassie intentó imitar la voz de su padre, algo muy divertido pues no era buena haciéndolo.

― El señor Fury convenció al doctor Banner de que sería bueno estar con otros jóvenes con poderes. Siempre he estado recluida... Así que...

Cuando se quedó sin palabras, Torunn la tranquilizó asegurándole que no tenía que decir nada más. Si se notaba que le era difícil hablar sobre Girl-Hulk, hablar sobre una infancia en laboratorios tampoco debía gustarle demasiado.

Aunque Rebeca las sorprendió cuando se dirigió a Cassie.

― Si el señor Lang no te deja usar un traje... Significa que no eres estudiante en la Academia. ¿Cierto?

Madison rio, incluso antes de que Cassandra bufara junto a un disgustado «No». Torunn no se había puesto a pensar en que la hermana de Henry fuera estudiante, ni en la probabilidad de que no fuera una candidata.

Después de todo, Cassandra era mayor que Henry por cuatro años, pronto cumpliría los veinte y si Henry con sólo dieciséis años ya tenía un traje y entrenamiento casi avanzado. ¿Por qué la mayor de los Lang no estaba? Pues hasta la mismísima Cassie se lo preguntaba, porque no tenía ni idea de que responder cuando Torunn le preguntó.

― Porque Henry creo su propio traje a partir de una combinación de Ant Man y la Avispa ―intervino Madison, con una sonrisa de superioridad, que le recordó a Francis―. Además de un dispositivo que puede controlar a las avispas, casi tan bien como Scott controla a las hormigas. ―Las tres chicas restantes estaban sorprendidas por la información y Madison volvió a reír ante su extrañeza―. Mi hermano y yo ayudamos a papá con los archivos de los candidatos, conocemos las habilidades de la mayoría de los que están aquí. Al menos lo hicimos hasta que aceptó a que iniciáramos en la Academia como estudiantes, después de eso, nos negó el acceso a los archivos.

Mientras Cassandra bromeaba con Madison sobre los muchos chicos que había conocido por aquellos archivos, Torunn estaba pensando en lo que esas palabras significaban. Si Michael y Madison habían ayudado con los archivos también habrían contribuido con la elección de los candidatos. La hija de Thor chasqueó los dedos al comprender.

― Tú nos escogiste el año pasado ―le dijo a Madison, siendo más una afirmación que una pregunta.

― Ustedes cuatro eran los mejores candidatos ―aseguró la morena―. Ya tenía un leve entrenamiento y seguían órdenes sin problemas. Fueron un éxito.

― Creí que había cinco candidatos el año pasado ―interrumpió Rebeca, con la voz tan baja que si no hubiera sido por el silencio no la habrían escuchado.

― No estas contando a Francis. ¿Cierto? ―supuso Torunn, y cuando Madison le dio la razón diciendo que él no fue escogido por ellos, agregó―; ¿Qué ocurrió entre ustedes?

Aunque era la primera vez que Torunn estaba socializando con chicas de más o menos su edad, se conocía lo suficiente como para saber que la mueca en el rostro de Madison fue la mezcla perfecta entre la incomodidad y el enojo.

― Nada, él es un idiota y ya está.

Tanto Cassie como Torunn intercambiaron miradas entre ellas y sonrieron con complicidad, ambas se volvieron hacia Madison quién ya empezaba a sospechar que tramaban algo antes de que se lanzaran hacia ella para hacerle cosquillas mientras intentaban que le dijeran la historia completa.

No supieron cómo, pero se detuvieron cuando la puerta de la habitación se abría para dar paso a una chica de cabello negro ondulado con un mechón blanco y otro violeta, era delgada y bastante llamativa, vestida con short de jeans y una blusa amarilla de tirantes.

Su sola presencia daba un cambio al ambiente de tal forma que Torunn sintió un escalofrío cuando se detuvo a pocos pasos de la puerta y levantó rápidamente una tarjeta de acceso. Entendió de inmediato que ella era la otra muchacha con la que compartiría habitación; Samantha, según la lista de las habitaciones de la sección de mujeres, aunque ninguna decía el apellido.

― Oh. No esperaba a tantas personas ―comentó la chica, dejando una maleta violeta en el suelo―. ¿De quién es la habitación? Y por favor no me digan que es de la chica con lentes.

Miraron a la muchacha nueva con disgusto y a Rebeca para ver si se había ofendido, pero la última estaba de pie con la vista fija en la primera, como si le impactara su presencia, aunque Torunn no creía que la conociera.

Tanto Madison como Cassandra señalaron a Torunn antes de que ella misma comprendiera que contestaban la pregunta de la muchacha y como arqueó una de sus finas cejas, la asgardiana se vio obligada a saludar.

― Soy Torunn...

― No, no me digas ―la interrumpió la chica, colocando una sonrisa demasiado destellante al adelantarse―. Te apellidas Danvers ¿Cierto?

― Thorsdottir. ―Ladeó la cabeza cuando Torunn la corrigió, haciendo que sus dos mechones coloridos se desarreglaran―. Hija de Thor.

Se echó para atrás en señal de sorpresa al comprender, y de alguna forma inexplicable, el aire alrededor de ella pareció hacer lo mismo. Miró a los lados, hacia Madison, Cassandra y Rebeca, que asintieron para confirmarle que aquello era verdad.

― ¿Y la ropa asgardiana? ―inquirió la muchacha, mirando fijamente a Torunn, mientras se levantaba de la cama.

― He vivido en la tierra desde el Ragnarök, sé cómo pasar por humana.

Reprimió el impulso de mirarse la ropa mientras ella la veía, sabía que la blusa color verde y el jeans negro eran simples, pero se sentía cómoda, aunque su chaqueta de cuero negra y su cinturón metálico se los había quitado y dejado sobre el escritorio, un pequeño error ahora que lo pensaba, ya que esa muchacha le daba una sensación extraña.

― Bien. Parece que seremos compañeras de habitación ―cerró el tema sin más, volviendo a sonreír de forma encantadora―. Soy Samantha Strange Palmer. Samy, si quieren.

― ¿Y eres hija de...? ―interrumpió Cassie, arqueando una ceja como ella había hecho antes.

― Stephen Strange. ―Las demás ladearon la cabeza, incluida Torunn, no recordaban ese nombre―. Doctor Strange. ―Parpadearon varias veces, hasta Madison estaba perdida y a Samantha parecía no gustarle nada―. El Hechicero Supremo. ―Frunció el ceño enojada cuando todas negaron con la cabeza- «"Dormammu vengo a negociar."» ¿Es en serio?

Torunn y Rebeca se encogieron pidiendo una disculpa, en el momento en que Cassie y Madison aseguraban no tener ni idea de quién era. Samantha golpeó el suelo de madera con su pie una vez, y Torunn estaba segura de ver grietas esparcirse por un momento, pero cuando la chica chasqueó la lengua ya no había nada.

― No importa. ¿Y ustedes son...?

― Cassandra Lang, pero no es estudiante, está aquí porque quiso acompañar a su hermanito. ―La nombrada saludó con un ademán antes de dejarse caer otra vez en la cama―. Rebeca Banner. ―Se acomodó los lentes mientras susurraba que era un gusto conocerla―. Y yo soy Madison Fury.

Samantha asintió, retomando esa sonrisa resplandeciente que hacía vibrar el aire a su alrededor.

― Supongo que ese será tu lado de la habitación ―comentó, tomando el bolso violeta y volviéndose hacia el otro lado, donde una cama, escritorio y un armario exactamente iguales la esperaban―. Esto no esta tan mal. Con algunos arreglos quedara bastante acogedor.

Dejó la maleta en el escritorio, entrelazó los dedos haciendo tronar sus articulaciones y con un rápido movimiento un aro amarillo apareció en el aire dejando muchas maletas violetas sobre la cama. Torunn intentaban conseguir una explicación para ello, parecía una especie de portal, pero usarlo para su equipaje era impresionante e irresponsable.

Las cuatro chicas observaron con atención como Samantha tronaba los dedos y en medio de chispas doradas las maletas se abrían y la ropa, zapatos y accesorios se acomodaba en el armario por sí solos. Así como algunos adornos, fotografías sobre el escritorio y la mesita de noche.

― ¿Magia? ―preguntó Cassandra, con la vista iluminada por la emoción.

― Sí.

Mientras se colocaban cortinas, sabanas y más almohadas, además de un mosquitero con luces sobre la cama, Samantha le dio la espalda a su lado de la habitación y camino hacia ellas cuando el color de las paredes pasaba del blanco al violeta.

― No se preocupen, lo tengo bastante controlado ―comentó Samy, al verlas con la boca abierta―. Así es más simple hacer las cosas.

― ¿No me quieres ayudar a desempacar? ―bromeó Madison, sin dejar de mirar como las cosas tomaban forma en el lado de la hechicera.

― No. ―Le sonrió enérgica y se detuvo frente a Torunn―. Pero a ti sí.

― Ya lo hice, no tenía mucho. ―Debido a la mirada de Samantha sobre su lado de la habitación, la asgardiana se vio obligada a agregar―; Vivo en Nuevo Asgard, lo que tengo aquí en Nueva York es sólo una maleta de ropa y el teléfono, lo suficiente.

Samy se estuvo un segundo mirando a Torunn fijamente, lo suficiente como para que a la rubia le diera escalofríos, pero luego la tomo desprevenida al entrelazar su brazo con el de ella y exclamar;

― Necesitas ir de compras. Me ofrezco a llevarte. Quiero unos zapatos nuevos.

― No podemos salir de la Academia hasta que pase la semana de inicio ―le cortó Madison, un tanto desanimada por la idea―. Tendrás que esperar.

Samantha hizo un puchero, pero cambio rápidamente diciendo que todas irían cuando pudieran. La muchacha nueva se sentó en la cama de Torunn empezando a preguntarle cosas tanto a Madison como Cassandra, como si fueran amigas desde hacía años.

La asgardiana miró a Rebeca, que se había quedado levantada a un lado de la cama, excluida de la conversación. Torunn le sonrió encogiendo los hombros y Beca le devolvió el gesto de forma menos animada.

En eso el teléfono de la rubia sonó, con un mensaje de Henry.

En el vídeo se podía ver a James caminando detrás de Azari pidiéndole que cambiara de habitación con él, al menos hasta que el moreno entró a un cuarto y cuando el pelirrojo lo siguió salió segundos después al ser arrojado por una descarga eléctrica. Torunn se sobresaltó al ver que impactaba contra la pared del pasillo, pero se relajó cuando James se levantó con los cabellos rojizos en punta y quiso volver a la habitación, aunque Azari ya había cerrado la puerta y sólo pudo golpearla mientras le gritaba que lo ayudara.

La risa de Torunn hizo que las chicas pararán de hablar, y cuando Samantha chasqueó los dedos, el teléfono de la rubia desapareció de sus manos para aparecer en las de la hechicera, mientras pedía permiso de forma burlona. Las demás reprodujeron el video, y aunque Torunn no estaba muy contenta con la forma en la que se lo habían quitado supuso que Samantha estaba acostumbrada a hacer eso, tendría que poner algunas cosas claras, pero sería después.

― ¿Por qué no se llevan con Harold? ―le preguntó Madison a Torunn, después de reírse un rato con el vídeo.

― ¿Por qué no soportas a Francis? ―contraatacó la rubia, lo que hizo que Madison le sonriera burlonamente.

― El pelirrojo es guapo ―comentó Samantha, con la mirada perdida en el teléfono.

Torunn arqueó una ceja, jamás había pensado eso de James, después de todo en sus años en Midgard lo había visto más como un hermano que como otra cosa. Podría ser... Sacudió la cabeza, ya estaba pensando tonterías.

Vio a Samantha levantar la vista rápidamente, con una pregunta a punto de salir de sus labios, pero una alarma la interrumpió y las sobresaltó a todas.

― «Atención, todos los jóvenes que estarán estudiando en la Academia, repórtense al auditorio, en el primer edificio. Ahora mismo.» ―el mensaje de Friday se seguía repitiendo una y otra vez sin interrupciones.

Madison soltó un chirrido mientras las demás estaban aún sorprendidas, se bajó de la cama de un salto y las encaró con una sonrisa que le dio más escalofríos a Torunn que la presencia de Samantha.

― Que comience el espectáculo.

⛅ ⛅ ⛅

― Los odio ―exclamó James para sus amigos, mientras caminaba por los pasillos hacia el auditorio, aunque a su alrededor estuvieran muchas más personas de las que estaba acostumbrado.

― No es cierto ―comentó Henry, con esa sonrisa aniñada que lo caracterizaba.

El hijo del Capitán América bufó cuando Francis y Azari se rieron de él. James no podía creer que ninguno había accedido a cambiarle la habitación, y lo hubiera intentado con otro de los alumnos de la Academia si no fuera por el electrochoque que le había dado Azari, del cual Henry se había reído hasta que sonó el aviso de Friday.

Las puertas dobles que llevaban al auditorio estaban abiertas y aún había varios jóvenes pasando en grupos cuando James y sus amigos entraron y se quedaron asombrados por el tamaño del lugar.

De paredes y suelos oscuros el auditorio era para unas cuarenta personas, pero había más estudiantes por lo que había grupos levantados al fondo y allí fue donde vio a Torunn, junto a Madison, Rebeca y otra chica que desconocían. No había ninguna señal de Cassie, era probable que se hubiera ido a buscar a Scott.

James las observó mientras ellos se acercaban, ninguna parecía encajar con las otras; Rebeca vestía ropa muy holgada; la chica desconocida de cabello negro y dos mechones coloridos estaba demasiado descubierta con sus shorts; Madison vestía ropa oscura y Torunn irónicamente era la más normal de todas. James rio, antes de escuchar la voz de Madison mientras veía de un lado a otro.

― La hija de Arcángel. El hijo de Elektra. La hija de Daredevil. Los hijos de la Mujer Invisible y Míster Fantástico. La hija de Wolverine...

― ¿Qué hace la Loca? ―inquirió Francis, haciendo que Madison lo atravesará con la mirada por unos segundos.

― Parece que conoce a la mayoría de los que están en el proyecto ―indicó Torunn, con un encogimiento de hombros.

― Hija de Fury tenía que ser ―bromeó Henry, ganándose una sonrisa de parte de la nombrada.

Receba rio, tímida como James ya veía que era usual, y los saludo con un leve ademán. Sin prestar atención a nada más, Madison volvió a mirar a su alrededor murmurando para ella misma.

― La hija de Jessica Jones y Luke Cage. El hijo de Deadpool. El hijo de... Oh. Allí están los hijos de Bruja Escarlata y la hija de Quicksilver. ¡Que lindos los primos!

― Avísame cuando veas al hijo de Batman y la hija de la Mujer Maravilla. ―Todos los que estaban prestando atención miraron a la chica desconocida, que simplemente se estaba revisando el esmalte en las uñas, pero levantó la vista al sentir la atención sobre ella y exclamó comprendiendo―. Claro, soy la única que ve otras dimensiones. Ignórenme.

Las chicas rieron levemente, y los muchachos sólo las miraron extrañados. Henry se adelantó a los demás, más curioso que sus amigos.

― Disculpa ¿Tú eres...?

― Es Samantha Strange...

― ¿La hija del Hechicero Supremo? ―interrumpió Azari a la explicación de Torunn.

Samantha soltó un chillido de emoción, y se lanzó para abrazar a Azari, quien quedo más confundido que antes. Su acción llamó la atención de algunos otros estudiantes ajenos al grupo y los demás le sonrieron diciendo que todo estaba bien. James notó también que Rebeca parecía querer fundirse con la pared para no ser el centro de atención de tantas miradas.

― No sé quién eres, pero te amo ―comentó Samantha, sin importarle que todos la estuviera viendo. Azari soltó una risa nerviosa.

― Es mi compañera de habitación ―aclaró Torunn, antes de que los chicos preguntaran por qué se había juntado con ellos.

Aquello encendió otra vez la situación de James y cuando abrió la boca para insistir, Francis, Azari, y Henry lo detuvieron asegurando que no cambiarían de habitación con él. El pelirrojo se sintió destrozado de nuevo, no tenía salida.

― Si no soportas a tu compañero, yo puedo sacarlo de tu habitación ―intervino Samantha, soltando a Azari, como si no hubiera pasado nada. Le sonrió de forma resplandeciente y James sintió un escalofrío sin explicación―. Si me quedo conmigo.

Los chicos se quedaron en blanco, y Madison rio al ver a James sonrojado. Ahora era él quien quería desaparecer.

Francis silbó en señal de asombro justo cuando las puertas se cerraron y las luces se apagaron dejando el auditorio a oscuras, únicamente se escuchaban los múltiples murmullos de los jóvenes sin comprender lo que ocurría. Michael apareció a un lado de Madison poco antes de que las luces se encendieran en el escenario, revelando tanto a Fury al frente de un micrófono y detrás de él múltiples héroes. James encontró de inmediato a su padre, pero no era al que estaba buscando.

― Bienvenidos, jóvenes ―inicio el director de S.H.I.E.L.D, haciendo que todos los murmullos se callaran de golpe―. Si están aquí es porque reúnen los requisitos necesarios para el Proyecto A.H. Mejor conocido entre ustedes como la Academia de Héroes.

― Seee. ―Francis rodó los ojos―. Ser hijos de superhéroes y tener habilidades heredadas. Grandes requisitos.

Los mellizos Fury lo callaron de inmediato, ambos estaban prestando más atención de la necesaria, incluso James los notaba muy tensos, como cuando Fury había entrado al laboratorio destrozado por Rebeca y los robots. Aunque los demás jóvenes no estaban interesados realmente, muchos susurraban con otros, mientras Nick Fury seguía hablando.

― El propósito de este proyecto es únicamente prepararlos para el futuro, y ayudarlo a controlar sus habilidades, mientras terminan su educación.

― ¿Creen que esto sea necesario? ―inquirió Azari, con los brazos cruzados―. Ya sabemos para qué estamos aquí.

― ¿Dijo educación? ¿Esto es una escuela-escuela?

― Jamás he estado en una escuela antes ―comentó Rebeca, siguiendo la idea de Henry.

Madison fue la que los mando a callar a todos esa vez, haciendo que la hija de Banner se encogiera. Aunque James estaba intentando prestar atención no dejaba de buscar con la mirada en la multitud a su hermana menor y en el escenario a su madre, ambas ya tenían que haber llegado, pero no había señales de ninguna.

― Como muchos de ustedes saben, soy director de S.H.I.E.L.D, pero desde ahora estaré a cargo de la Academia. Igual que los que ahora están detrás de mí.

Los estudiantes murmuraron con mayor fuerza al señalar a los múltiples superhéroes; había desde Vengadores, X-Men, los Cuatro Fantásticos y los Defensores, hasta héroes que trabajan por su cuenta.
Todos los que tenían hijos o familiares que eran candidatos para el proyecto.

― Todos ellos serán sus profesores, no sólo como entrenadores en combate y armas, también en biología, historia, química, y física.

― Si es una escuela-escuela -exclamó Henry, horrorizado con la idea. Algunas chicas más adelante rieron por ello.

Michael se volvió para verlos por primera vez, preguntando si alguien estaba prestando atención realmente.
James sabía que a Francis no le importaba, cosa que parecía tener en común con Samantha. Henry y Receba se encogieron mientras Azari seguía mirando al frente. Los únicos que estaban realmente desconcentrados eran Torunn y James que miraban alrededor buscando a alguien.

― Si aprenden a aprovechar sus habilidades y dones, con un buen comportamiento de por medio, tendrán la posibilidad de ser héroes.

Francis rodo los ojos otra vez.

― O trabajadores en S.H.I.E.L.D.

― O prisioneros de S.H.I.EL.D ―siguió Samantha, con esa sonrisa que daba escalofríos.

― O armas. ―Todas las chicas se volvieron hacia Rebeca, y Madison le dio un pellizco a Henry para que se disculpara, aunque ninguno de los chicos entendía por qué.

La hija de Hulk se encogió, sin darle importancia y los demás volvieron la atención hacia Fury. Aunque Francis llamó la atención de James, indicándole una esquina medio oscura del escenario, donde estaba una mujer pelirroja con un traje de espía, Natasha Romanoff, la madre de James.

― Margaret también debe estar aquí ―comentó el pelirrojo, más para él mismo que para su amigo.

― ¿Estará en la Academia?

Antes de que pudiera responder Madison se volvió hacia ellos y pellizcó a Francis para que se callara de una vez por todos, él se quejó, pero la chica ya no le estaba prestando atención. James evitó reírse para que no lo tomaran contra él, pero había sido muy gracioso, y cuando volvió la atención hacia el escenario Fury ya no era el que estaba hablando, era el Capitán América y parecía que llevaba un rato observando a James mientras hablaba. El muchacho se encogió, lo que le faltaba.

― Los que ahora están junto a ustedes no sólo serán sus compañeros de estudio mientras estén en la Academia, también podrían llegar a convertirse en sus compañeros de equipo o en sus líderes. ―Todos los estudiantes se miraron unos a otros y los del pequeño grupo de James lo miraron a él de inmediato, haciendo que retrocediera-. Únicamente queremos que estén preparados para cualquier amenaza futura.

Francis bufó, y James estaba seguro que Madison le gruñó.

― ¿Qué amenaza? No ha habido súper villanos en años, incluso una década.

― Tal vez quieran evitar que nosotros seamos los villanos ―interrumpió Samantha, evitando que Madison golpeara al peliblanco. Los demás arquearon una ceja―. ¿No lo habían pensado?

No tenía sentido que esa sonrisa le causara escalofríos a James, había algo alrededor de esa chica que no le agradaba. Estaba seguro que era ella pues jamás había pensado en hacer algo para dañar a otros, así que la idea en esas palabras era absurda. ¿Quizás fuera la magia que poseía Samantha? No podría saberlo en ese momento, aunque le pediría a Torunn una explicación más tarde.

― ¿Pruebas? ¿Qué tipo de pruebas? ―preguntó Rebeca, Madison le aseguró que eso no lo habían planeado con su padre así que no tenían idea.

James volvió a prestar atención al discurso de su padre, pero en cuanto miró al escenario, Steve les deseó mucha suerte a todos y James quedo completamente perdido cuando un hombre con una capa roja se adelantaba y movía las manos haciendo que chispas doradas aparecieran en el aire. Samantha aplaudió de inmediato al verlo.

Observó alrededor mientras portales amarillos se llevaban a algunos estudiantes, y antes de que pudiera preguntar qué pasaba, algo lo jaló desde atrás y lo arrojó al suelo, cuando se levantó ya no estaba en el auditorio y sus amigos no estaban con él.

― «Inicio de la prueba uno. Prepárese, candidato» ―la voz de Friday le hizo sobresaltarse.

Escuchó los engranajes activándose y un brilló desde el otro lado del lugar lo puso alerta, preparando el brazalete de energía electroestática.

No tenía idea de lo que estaba pasando, pero estaba seguro de algo; si era una prueba, la pasaría.

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