✬ 21 ✬
T'Challa atacaba sin piedad alguna a Azari, quien ya no encontraba forma de defenderse pues carecía de un traje como el de su padre que devolviera los golpes en energía.
Su única forma de defenderse eran sus guantes con garras de vibranium, que eran casi inútiles por los agiles reflejos de su padre. Y sin importar que Jeanine le estuviera ayudando en la pelea, usando el bastón de combate que él mantenía oculto en casos de emergencia, de nada servía.
Estaba deseando que su habilidad con el campo de electricidad se activara, pero eso no podía controlarlo a voluntad y jamás sabía cuánto daño causaría, podría herir de gravedad a su padre.
Jeanine se interpuso entre uno de los golpes, y aprovechó para golpear al rey usando el bastón, sin embargo con los golpes anteriores ya había cargado suficiente energía y la explosión que genero sacó a volar a la joven, sin que Azari pudiera hacer algo para impedirlo más que intentar atraparla, aunque no lo logro si notó que su propio guante se cargaba de energía extraña.
No veía forma alguna de ganar sin usar la fuerza, pero cualquier ataque hacía que el traje lo repeliera en un campo de energía, así que no había manera de igualarlo. Ya se estaba cansando de la lucha que parecía no terminar nunca, y había perdido toda la paciencia cuando se lanzó sin ningún plan.
Golpe tras golpe eran igualados, sus formas de combatir eran demasiado parecidas, sin embargo aquella extraña energía que había visto en su guante se intensificaba, podía ser que tenía algún truco que él desconocía puesto que su tía los había hecho y dejaba que Azari descubriera solo todo lo que podían hacer sus inventos. Una buena forma de entrenar según ella.
Ahora que luchaba solo con su padre, puesto que Jeanine no había regresado a la pelea, los guantes seguían cargándose de energía hasta el momento en que un golpe que T'Challa no logró esquivar lanzó también una ráfaga de energía que mando al rey al suelo por unos segundos.
Azari definitivamente desconocía totalmente esa función de sus guantes, pero no por eso dejaría pasar la oportunidad, ya que en todo el combate ese había sido el único golpe que no había hecho reaccionar a los mecanismos del traje que regresaban el daño.
Así que siguió lanzando golpe tras golpe, pero la ráfaga se repetía en tres de cinco ocasiones y ya estaba demasiado cansado como para atacar y esquivar también los golpes de su padre, por eso termino recibiendo también múltiples impactos. Soportó todo hasta que una de sus ráfagas de energía dio directo en la cabeza, en el mismo momento en que Jeanine regresaba para golpear con el bastón a T'Challa y lograr derribarlo.
Ambos esperaban a que se levantara, no lo hizo, por ello se acercaron aún con la guardia en alto por si les sorprendía, tampoco ocurrió, en realidad de alguna forma lo habían noqueado. Le quitaron el traje guardándolo en el collar que la hija del Soldado del Invierno se quedó por el momento.
A Azari le hubiera gustado usarlo, sabiendo que aún tenían que luchar contra Ethan en el caso de que Samantha no se hubiera encargado de él ya, pero el traje no estaría ajustado para su cuerpo así que era inútil intentarlo. Por el momento, estaba muy feliz con los guantes.
- Tía Shuri, te adoro. -La risa de Jeanine apenas resonó en el lugar y Azari se sintió apenado-. Tú no... Viste nada.
Asintió sonriéndole mientras se apoyaba en el bastón.
- Al menos papá no estaba en la Academia, odia que lo controlen.
Azari se sintió medio mal, no por los golpes y el cansancio que ya le estaba pasando factura, antes no se había preocupado por Jeanine y sabía que eso había estado mal, pero después de la última vez que habían hablado las cosas no estaban del todo aclaradas entre ambos.
Estaba a punto de hablarle cuando un grito de dolor rompió el poco silencio que había en el jardín de la Academia.
- ¿Ese fue Francis?
Jeanine encogió los hombros. Azari sacudió la cabeza, no era el momento para pensar en cosas infantiles. Después de preguntarle si estaba bien, fueron a ver que había sido de las peleas de los demás.
🌗 🌗 🌗
Francis Barton se estaba arrepintiendo de sus palabras, en especial cuando ya había perdido la cuenta de cuantas veces lo habían hecho caer al suelo.
Y es que luchar contra el Capitán América no era sencillo, no tenía ni la menor idea de cómo era que James había podido entrenar toda su vida con Steve, pero incluso él, teniendo una variación del Suero del Súper Soldado en su sangre, le era imposible resistir por más tiempo.
Deseaba de cierta forma que a James le estuviera yendo peor que a él con Natasha, aunque agradecía que no se estuviera enfrentando a su padre, o peor... a su madre, porque ambos estaban entrenados para eliminar a sus objetivos sin importar nada. El Capitán seguramente no llegaría hasta el punto de matarlo ¿Cierto?
Tras ser golpeado con el escudo por enésima vez, volvía a estar en el suelo escupiendo sangre. Su bastón doble se había perdido en alguna parte hacía un rato y sólo le quedaban las cinco flechas que siempre llevaba para defenderse, pero sin el arco no podría usarlas.
Iba a levantarse, sin embargo recibió una patada de Steve que lo dejo sin aire por un momento, aunque eso no le impidió ver que el Capitán estaba a punto de golpearlo con uno de los extremos del escudo. No veía forma de esquivar ese golpe y lo que menos quería era terminar con todas las costillas rotas.
Sin previo aviso, Steve fue golpeado y lanzado un par de metros lejos de él. Su salvadora le extendió una mano para que se levantara, Luna Maximoff era un completo ángel.
- ¿Estás bien, Baby Hawkeye?
Aunque estaba medio sofocado por esa patada, asintió. Luna le entregó su bastón, debía haberlo visto en apuros y en ese momento le vendría de maravilla la ayuda. Lo ensambló y lo convirtió en un arco con la rapidez de alguien que lo había hecho una y otra vez.
Quería besarla, pero no olvidaba que estaba en medio de una lucha, así que sacó una de sus flechas y disparó a Steve, quien ya volvía al ataque. El chispazo fue visible en la oscuridad y ambos jóvenes escucharon como caía nuevamente el cuerpo, esperaban que estuviera inconsciente.
- ¿Ya derrotaste a Pietro?
Apenas Francis hizo la pregunta, una ráfaga de aire se llevó a Luna de nuevo. Ya tenía su respuesta; no.
El joven arquero preparó otra de sus flechas. No tenía súper sentidos como muchos de sus amigos, pero conocía los poderes de Luna y Pietro, estaba acostumbrado a ellos, así que no le fue muy difícil presentir donde estarían y disparó la flecha.
Fue como ponerle pausa a una película que iba a alta velocidad. Pietro se detuvo en medio de convulsiones con la flecha en el hombro y cayó al suelo.
Luna se detuvo a un lado de él. Francis le sonrió con algo de arrogancia, pero la chica le miró con el ceño fruncido y las manos en las caderas.
- ¡Oye! Pudiste darme.
- Hermosa, sabes que jamás fallo.
Tras de él sintió la explosión de energía, algo que reconocía como obra de la otra parte de la familia Maximoff, preparó otra flecha y se volvió, apuntando a la esfera de energía rojiza donde estaban Wanda, Altaír y Walter. Disparó con confianza luego de distinguir su objetivo, y de que Walter saliera proyectado por un ataque de su propia madre.
Su disparo dio en la pierna de Wanda y la reacción fue la misma que los otros dos adultos; un momento de convulsión antes de caer al suelo. Altaír se inclinó para ver cómo estaba y mientras Francis regresó su atención a Luna, volviendo a sonreír con orgullo.
- Jamás.
Luna saltó con cierta alegría, y estaba a punto de abrazarlo cuando alguien cayó cerca de ellos, haciendo a ambos jóvenes sobresaltarse.
Se sorprendieron al reconocer a Natasha Romanoff en el suelo, con chispas de electricidad todavía recorriéndole el cuerpo.
James se acercó a los pocos segundos, recalibrando su brazalete. Para Francis lo que había ocurrido era obvio y no podía creérselo por completo.
- ¿Acabas de electrocutar a tu madre? -inquirió el peliblanco, haciendo que su mejor amigo se encogiera apenado-. ¿Qué paso con eso de no herirlos?
- Tú electrocutaste a Wanda y a tu suegro.
— Tú no viste nada —se adelantó Luna, con los brazos cruzados—. Nosotros no vimos nada.
El mayor de los Rogers-Romanoff asintió, aceptando el trato mutuo. Francis pensó en presentarlos, pero aquel no era el momento para hablar, no cuando otro cuerpo cayó cerca de ellos.
Esa vez era Nick Fury, quien tenía una herida en la cabeza y un par de quemaduras en los brazos por el roce de las balas que casi le habían dado. Madison y Michael fueron los encargados de llevarlo hasta allí, puesto que habían estado apartados de todos, a pesar de que el chico Fury tenía una herida en el hombro, parecía que había recibido un disparo después de todo.
— Eso fue... Agotador —comentó Madison, dejándose caer en el suelo.
— Hay que atarlos antes de que despierten —indicó Michael, más serio que su hermana y haciendo presión en la herida, su mano estaba ya empapada de sangre.
Luna saltó de inmediato, trayendo a Steve y Pietro también. Altaír había traído a Wanda usando su magia y Walter apareció segundos después con Tony también envuelto en energía mágica. Harold y Laura le seguían.
Azari y Jeanine llegaron de últimos, y le indicaron a la velocista donde estaba inconsciente T'Challa para traerlo junto a los otros. Luna fue y volvió de inmediato, sorprendiendo a muchos por la fuerza que escondía.
— Ya hice mis ejercicios del día —comentó a joven Maximoff-Amaquelin, mientras Altaír y Walter preparaban un hechizo para mantener prisioneros a los adultos hasta que toda aquella locura terminara.
Aunque todavía nadie había visto a Henry, William, Torunn y Rosalie, así que no sabían si era que sus respectivos padres habían ganado o algo les había ocurrido en sus combates.
Laura fue la primera en querer ir a buscarlos, pero Madison se opuso a la idea justo en el momento en que Altaír se adelantaba puesto que ya los había visto llegar y al señalar la dirección por donde habían entrado al jardín los vieron.
Henry cargaba un frasco, mientras Rosalie mantenía en el aire a unos inconscientes Thor y Sam. Torunn llevaba la Stormbreaker de su padre apoyada en el hombro y William tenía en sus manos el equipo de Falcon, quizás intentando hacer que funcionará con él. Nadie quiso preguntar qué había ocurrido, habían ganado y no parecían heridos de gravedad, ignorando los moretones de William en su rostro, eso era lo que importaba.
Altaír ayudo a la hija de Loki a llevar a los adultos y junto a Walter les lanzaron el mismo hechizo para que no pudieran escapar en el caso de que despertaran, incluso a Hope que seguía encerrada en el frasco.
— Perdón por esto tío Thor.
Muchos se sorprendieron de que las palabras de Rosalie sonaran sinceras y realmente arrepentidas, sin embargo Torunn ni se inmuto.
— Estará muy molesto cuando despierte. —Dejó caer el hacha-martillo en el suelo, algunos se estaban imaginando que no podía usarlo realmente, aunque nadie admitió nada en voz alta—. Pero necesitamos ir por Ethan.
— Vayan ustedes, nos quedamos a vigilarlos —señaló Azari, siendo apoyado de inmediato por William.
Laura les siguió con la idea, igual que Henry, puesto que ninguno quería dejar a sus amigos allí. Walter y Altaír debían asegurarse de que el hechizo permaneciera intacto o que Wanda no causara problemas si despertaba de nuevo, todos sabían lo peligrosa que podía llegar a ser. Luna estaba agotaba después de luchar contra su padre y Michael seguía herido, así que ambos fueron convencidos por Francis y Madison, respectivamente, para que se quedaran.
— Stark, te necesitamos para el reactor —le recordó James, viendo que estaba a punto de decir que también se quedaría—. ¿Puedes hacerlo?
Harold tardo un segundo en asentir finalmente, podría aún sentir la presión en el pecho, pero era algo de lo que se tendrían que preocupar después.
Los demás les desearon suerte, mientras se iban.
Torunn y Rosalie fueron las primeras en volver dentro de la Academia, dejando a Stormbreaker bajo un hechizo de la hija de Loki, esperando que así Thor no pudiera volverla a utilizar aunque lo intentara.
Madison preparó dos armas, posiblemente las que había utilizado Nick contra ellos, mientras Francis convertía de nuevo su arco en un bastón puesto que sólo le quedaban dos flechas y necesitaba reservarlas.
James y Jeanine iban de último en su camino a la sala de control donde esperaban estuviera Ethan. Todavía sabiendo la situación donde se encontraban el pelirrojo no dejaba de pensar en su pequeña hermana.
— Jeanine —llamó el mayor de los Rogers-Romanoff—. ¿En serio crees que Margaret no sea una cómplice voluntaria?
— Maggy no ha cambiado, James —le aseguró la hija del Soldado del Invierno, con total seguridad—. A pesar de lo que te dijo, ella sigue siendo la misma. Sólo se dejó engañar porque quería superarte en las pruebas de la Academia.
Finalmente Madison y Harold señalaron una puerta doble con un destrozado panel de acceso, ninguno estaba seguro si había sido obra de Nightmare y Ethan, o cosa de Samantha, pero sea como fuese se prepararon para lo que encontrarían en la habitación.
Aunque jamás se imaginaron que al abrir las puertas se encontraran con una criatura de sombras, tres veces mayor de lo que eran las otras con las que se habían topado antes, con múltiples ojos rojizos y dientes torcidos, era aterradora y esa sensación pesada de miedo inundaba el lugar.
Madison se quedó sin habla, era la misma criatura que les había impedido pasar a las habitaciones de los adultos.
— ¡Por favor! —exclamó Francis, haciendo que Madison quisiera golpearlo—. ¿Todo tiene que ser tan difícil?
El demonio de pesadilla se volvió hacia ellos, y rugió de manera estruendosa, todos se hicieron a un lado, esquivando el zarpazo por poco.
Aunque se dividieran para atacarla por múltiples lados, nada parecía hacerle el menor rasguño, ni las balas, la energía electrostática, los rayos del reactor, o los golpes directos, tampoco la magia de Rosalie era de ayuda.
Lo único bueno era que por su gran tamaño, la criatura era algo lenta y no lograban darles con sus garras, sin embargo tampoco los dejaba pasarla para llegar a los controles en el piso de arriba y el cansancio de las otras peleas anteriores les estaba afectando.
Quizás fue eso mismo, y la herida que Nick Fury le había provocado a Madison en la pierna, lo que la hizo ser la única a la que casi aplastaban, no obstante Francis la ayudó a quitarse del camino, salvándose por poco del golpe tras empujarla y quedar ambos en el suelo.
La criatura rugió de manera ensordecedora y levantó su pata terminada en filosas garras para acabar con ellos. El chico reaccionó protegiendo a la morena, mientras la joven Fury sólo se aferró a él, demasiado asustada para hacer otra cosa más que esperar el golpe.
Aunque nunca ocurrió.
— Samantha lo logró —exclamó Harold, feliz de ver que la criatura se desvaneciera.
Una parte de sus problemas se había resuelto, sin embargo eso no quitaba que aún tuvieran que arreglar la otra parte, y ya sin la criatura nada les impedía continuar.
Madison reaccionó por la risa de Francis, le escuchó decir que se adelantaran y los demás corrieron al fondo de la habitación para subir al siguiente piso hacia los controles.
Segundos después de verlos desaparecer, la morena fue consciente de que aún estaba abrazando al peliblanco y reaccionó de forma brusca alejándolo de un empujón y levantándose para seguir a los otros cuanto antes, dejando a Francis en el suelo.
Todavía le dolía la pierna por la herida y su cabeza era un torbellino de emociones, pero ese no era el momento.
Mientras eso ocurría con Barton y la joven Fury, los demás habían llegado a los controles y se encontraron con una imagen horrible; Margaret Rogers Romanoff atrapada por una capa de hielo, estaba inconsciente, aunque no tenía heridas sangrantes, James sintió su corazón encogerse del miedo y se lanzó para ayudarla, aunque en realidad era inútil.
— Apártate —le indicó Rosalie, cargando energía mágica en sus manos.
Torunn y Jeanine intentaron calmar al pelirrojo, mientras Harold tecleaba con rapidez para acceder al sistema de los reactores. No es que el joven Stark fuera insensible, pero él no podía hacer mucho para ayudarles más que terminar con el problema mayor.
Rosalie lanzó una esfera de energía y el hielo se fracturó de inmediato, desmoronándose poco a poco y dejando a la joven Rogers-Romanoff libre.
James se lanzó a atraparla antes de que se golpeara contra el suelo. La apoyó en su hombro para revisarla. Estaba helada, pálida, no sabía qué hacer.
— ¿Está...? —la pregunta de Madison fue cortada por las demás chicas que le pidieron silencio.
James sintió un escalofrío mientras colocaba dos dedos en el cuello de su hermanita.
— No tiene pulso —aseguró el pelirrojo, en el momento en que Rosalie se dejaba caer de rodillas a un lado de él.
Tenía otro halo de energía verdosa cubriéndole la mano y la lanzó sobre el cuerpo de la pequeña rubia haciendo que adsorbiera la magia. La hija de Loki cayó hacia atrás al terminar, y Torunn la atrapó de inmediato, parecía que finalmente se había quedado sin energía.
Pero James no estaba prestando atención, su vista estaba fija en Margaret, estaba quieta, no ocurría nada, no había mejora ni cambio en su estado.
Las lágrimas se acumularon en los ojos del hijo del Capitán América y la Viuda Negra, había llegado muy tarde, acababa de perder a su hermana y todo porque no había sido más rápido en darse cuenta de lo que ocurría en la Academia.
Abrazó con fuerza el cuerpo de Maggy, pensando en que le había fallado, habría tenido que estar más cerca de ella, cuidarla como tenía que hacerlo un hermano mayor, tal vez así no hubiera terminado en este problema de Ethan. Ahora ni siquiera le importaba su tonto secreto de las carreras de motos, si gritarlo a todo pulmón hacía que Maggy estuviera otra vez con él, lo haría sin problema.
— Ah... Mi cabeza.
James se separó de su hermana, con las lágrimas derramándose aún por sus mejillas. Allí estaban los ojos verdosos observándole con extrañeza, y jamás se imaginó de estar tan contento de verla fruncir el ceño.
— ¡Estás bien! —exclamó Jeanine, antes de Margaret pudiera decir algo, se lanzó a abrazarla y James hizo lo mismo, sintiendo un alivio atroz.
— Jean... James... No... Respiro...
Ambos se separaron de ella, medio riendo. Vieron como la pequeña rubia respiraba, el color regresaba poco a poco y aunque James aún sentía que estaba helada le agradaba saber que podría recuperarse. El pelirrojo se limpió las lágrimas con su mano, había tenido un susto terrible.
Los demás jóvenes estaban felices de ver que no habían llegado tarde después de todo, pero ninguno quería arruinar el momento por lo que no dijeron nada. Torunn simplemente ayudó a levantar a Rosalie y se alejaron un poco.
— Te-tenemos que apresurarnos —exclamó Maggy, con repentino miedo, arrastrando las palabras, quizás por el frío que aún debía sentir—, ese demonio controlara a papá y...
— Tranquila —le frenó Jeanine, también limpiándose el rostro por las lágrimas—, ya lo solucionamos.
— Las criaturas se fueron y nuestros padres están... —James pensó mejor lo que iba a decir—. No diría bien, pero están bajo control.
La expresión de sorpresa de Margaret fue única, Jeanine rio de inmediato al verla. Se notaba a kilómetros que tenía un millón de preguntas que hacerles, sin embargo no era el mejor momento.
— Pero los problemas no han acabado aun —les recodó Harold, señalando a las pantallas en una de las paredes—. Ethan, está en los reactores. Si altera su estabilidad estamos perdidos.
— ¿No puedes apagarlos desde aquí? —inquirió Francis, apoyado en la pared, nadie se había dado cuenta de cuando había llegado.
— Alguien le puso un bloqueo al sistema.
— Esa fui yo —aceptó Margaret, algo apenada.
James la ayudó a levantarse, a él le hubiera gustado que siguiera sentada, pero ella insistía, al menos logró darle su chaqueta para que entrara en calor. Jeanine no se alejó de ella ni por un segundo.
— Cuando comprendí que Ethan quería eliminar a la Academia intente detenerlo. Yo no debí involucrarme en todo esto.
— Lo importante ahora es que apaguemos la energía —remarcó James, viendo que parecía arrepentida de sus acciones, él también tenía que aclarar algunas cosas y recibir un par de explicaciones como por qué Maggy parecía vestida para ir a una fiesta. Sacudió la cabeza, no era importante por ahora—. Después tendremos tiempo de hablar sobre esto.
La joven Rogers-Romanoff asintió, James estaba más tranquilo viendo que ya parecía volver a la normalidad.
— Tu hermano está realmente loco —comentó Francis, volviéndose hacia donde había visto a Torunn, pero en su lugar sólo estaba Rosalie, intentando recuperar la estabilidad después de usar tanta magia—. Oigan ¿Y Torunn?
Todos miraron alrededor, no había señales de la otra asgardiana, incluso Rosalie parecía verdaderamente desorientada.
— Seguro fue a detener a Ethan —supuso Jeanine, haciendo respingar a la Diosa de las Travesuras.
Rosalie intentó dirigirse a la salida, pero estaba tan débil que cayó, Harold la atrapó de inmediato antes de que se hiciera daño.
Margaret reaccionó al instante, se acercó hacia el sistema de controles y empezó a teclear con verdadera rapidez. Parecía que la magia de Rosalie ya había hecho efecto completamente puesto que no tenía problema alguno para moverse.
— Intenta apagar los reactores desde aquí —le pidió Maggy a Harold, indicándole que ya había eliminado los bloqueos.
Harold hizo lo pedido, después de dejar apoyada a la asgardiana azabache en la pared.
La joven Rogers-Romanoff no se quedó quieta y se acercó a Madison, que estaba algo conmocionada por la actitud de la rubia, sobre todo cuando tomó una de las armas que tenía en su cintura y se la mostro a ella.
— ¿Me la prestas?
La morena asintió algo extrañada, y vio como la menor revisaba las balas, le debían quedar pocas.
— ¿Adónde vas? —preguntó Francis, sin moverse de donde estaba apoyado.
— A cumplir una promesa —aseguró Margaret, dirigiéndose a otra salida que ninguno había visto.
James y Jeanine la siguieron preocupados por la rubia, así como Madison, que en realidad quería alejarse de Francis todo lo que pudiera.
Harold siguió en la computadora, Rosalie estaba medio ida por la falta de energía y el joven Barton no los siguió porque estaba herido.
Si había recibido el zarpazo cuando empujo a Madison fuera del alcance de la criatura, y nadie lo había notado porque todos estaban preocupados en Margaret y el problema con la posible explosión de la Academia.
Rio amargamente, puesto que le hubiera gustado ayudar a los demás, así como también poder electrocutar a Ethan con una de sus flechas por todo lo que había hecho, aunque fuera el medio hermano de su mejor amiga, se lo merecía.
Esperaba que sus amigos le hicieran pagar.
Por ahora, tenía que encontrar la forma para detener el sangrado.
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