La mañana siguiente la Academia amaneció con un aire de anticipación y emoción palpable. Los estudiantes se congregaban en el gran salón, con sus túnicas brillantes y varitas en mano, listos para enfrentar la primera prueba de su habilidad mágica.

Sophie y Aric se encontraron entre la multitud, intercambiando miradas nerviosas mientras esperaban que se iniciara la prueba. A su alrededor, los murmullos de los estudiantes llenaban el aire, mezclándose con el zumbido de la magia que flotaba en el ambiente.

Finalmente, el director de la academia, un anciano sabio con barba blanca y ojos centelleantes, se puso de pie en el estrado y anunció el comienzo de la prueba. Los estudiantes se dispersaron por el salón, cada uno enfrentando su propio desafío mágico diseñado para poner a prueba su destreza y conocimiento.

Sophie se encontró frente a un laberinto mágico, donde las paredes se desplazaban y cambiaban de forma con cada movimiento. Con determinación en su corazón, invocó hechizos de iluminación para guiar su camino a través de la oscuridad, demostrando su habilidad para adaptarse y superar los obstáculos que se interponían en su camino.

Mientras tanto, Aric se enfrentó a un desafío de transmutación, donde tuvo que transformar objetos inanimados en criaturas vivientes con un solo gesto de su varita. Concentrando su energía y enfocando su mente, canalizó su poder mágico para dar vida a las estatuas de piedra que lo rodeaban, demostrando su dominio sobre el arte ancestral de la transmutación.

A medida que la prueba llegaba a su fin, Sophie y Aric se reunieron en el centro del salón, sus rostros iluminados por el éxito y la satisfacción. Habían demostrado su valía como magos y habían superado el primer obstáculo en su camino hacia la grandeza en la Academia Astralis.

Y mientras el sol se ponía sobre el castillo, arrojando destellos dorados sobre los bosques encantados que lo rodeaban, Sophie y Aric sabían que su aventura apenas comenzaba. En las profundidades de la academia, secretos esperaban ser descubiertos y destinos esperaban ser cumplidos en el viaje mágico que tenían por delante.