Jeongin sintió un golpe en la silla que lo sacudió de su letargo. Abrió los ojos lentamente, y la luz tenue de la habitación le hizo entrecerrar los párpados. Se dio cuenta de que ya no llevaba la venda en los ojos. Su corazón latía con fuerza mientras trataba de orientarse en la penumbra.

Las manos de alguien se posaron suavemente sobre sus hombros, y un escalofrío recorrió su espalda. La voz que escuchó, suave y casi melódica, le resultaba familiar.

-Hola, Jeongin.

El nombre resonó en su mente como un eco distante.

-Yang Jeongin, nacido en febrero, antiguo ex sicario con un oscuro legado de violencia y muerte. Cien vidas pesaban sobre sus hombros,-soltó y jeongin suspiró -pero ahora todo eso parecía irrelevante. Su futuro estaba ligado a Lee Minho,¿Quien es Lee Minho? un don nadie en comparación con el mundo que lo rodeaba.- Pero había algo más, algo que hacía que su corazón se detuviera por un instante: -Aah pero su amante, su amante no es nadie más que; el coronel Hwang Hyunjin, hijo de la embajadora de Varias Empresas y una contadora mundialmente conocida. Su padre, un militar corrupto...

El sujeto detrás de él comenzó a masajear sus hombros, y Jeongin sintió una mezcla de incomodidad y nostalgia.

-¿Qué quieres? -preguntó, su voz apenas un susurro.

-¿Aún le tienes miedo al encierro? -respondió el hombre con un tono burlón.

Jeongin abrió los ojos de par en par. La pregunta lo hizo recordar aquellos días oscuros de su infancia. Se intentó girar para lentamente para enfrentar al hombre sin Embargo este lo tomó del cuello evitando que lo mire.

-¿Quién eres? -volvió a preguntar, esta vez con más firmeza.

El sujeto se inclinó hacia él, acercando sus labios al oído de Jeongin. Susurró con una voz cargada de significado:

-He rezado mucho por volver a verte... Pero parece que tú me olvidaste.

Jeongin sintió que su corazón se hundía. Negó con la cabeza, tratando de aferrarse a los recuerdos que parecían desvanecerse en la bruma de su mente.

-Quizás olvidé tu rostro -dijo, tratando de contener la emoción-, pero no podría olvidar a la persona que me ayudó a escapar de esta mansión cuando tenía solo 13 años.

El hombre se enderezó, sorprendido por la respuesta. Jeongin sintió que el ambiente cambiaba; la tensión se volvió palpable. Había algo en la voz del hombre que le resultaba familiar, algo que despertaba viejos recuerdos enterrados.

-¿No recuerdas? -preguntó el hombre, su tono ahora más serio-. Fui yo quien te sacó de aquí. Te prometí que siempre te protegería.

-Claro que si... Pero, ¿que ganas con todo esto?

-No te haré daño... Solo quiero dañarlo a el.

-¿Por qué?

-Porque el si me hizo daño. -soltó y jeongin suspiró -Si prometes que no vas a intentar escapar, voy a soltarte de acá.

-¿y si intento escapar?

-Entonces te haré daño innie, y no queremos eso... Necesito que él venga.

-¿Por qué?

-¿Porqué? Ja, cuando vivas bajo la sombra del hijo perfecto, el mismo que te envío a la maldita cárcel en Rusia solo por que era su trabajo, por un crimen que jamás cometí, sin Embargo paso por encima de mi padre ambos son iguales de imbéciles...

-¿Qué me dices de la droga que es tan fuerte que puede manipular tu sentido sensorial? Eso también es falso.

-No, eso es negocio, la loto espectral es hermoso, imagínate poder controlar los sentidos de las personas solo con una porcion, es como si estuvieran poseídos, sin embargo yo no manejo eso, eso es de seo y su novio. No es mi problema.

-¿Entonces solo volviste por Hyunjin? Para vengarte y ya.

-Tambien vine por ti, no te quiero cerca de el, te quiero conmigo -Soltó para luego dejarse ver el rostro haciendo que jeongin quede bastante sorprendido, cejas pobladas, un corte en una cabello corto y negro, algunos tatuajes en el cuello y labios algo voluptuosos.

¿A quien se parecía físicamente?

Ah sí, era igual a Hyunjin.

(...)

Hyunjin se encontraba en su oficina, el ambiente cargado de tensión y silencio, solo interrumpido por el suave zumbido de la luz fluorescente. Se dejó caer en la silla, dejando escapar un suspiro pesado que parecía llevar el peso del mundo sobre sus hombros. La situación se había vuelto insostenible y cada minuto que pasaba se sentía más atrapado.

De repente, su teléfono sonó, rompiendo la atmósfera sombría. Sin dudarlo, contestó al toque, reconociendo la voz al instante.

-Oye, ¿estabas esperando mi llamada? -preguntó el sujeto del otro lado, su tono rebosante de arrogancia.

Hyunjin frunció el ceño, su paciencia comenzando a desvanecerse.

-¿Dónde demonios está? -gruñó, la rabia brotando de su voz.

-Tu lo sabes... -respondió el otro con una risa burlona-. Y ahora es momento de que pagues todo lo que me hiciste.

Una risa oscura escapó de los labios de Hyunjin.

-¿Crees que puedes amenazarme? Te aseguro que yo mismo me encargaré de matarte.

El otro rió con desdén, pero fue en ese instante cuando una notificación llegó a su teléfono. Sin pensarlo dos veces, abrió la imagen y su corazón se detuvo un instante. Era Jeongin, amarrado, vulnerable. La foto enfocaba precisamente su cuello, donde yacía un chupete, una marca que lo hacía aún más indefenso.

-Si le pones una mano encima a Jeongin, lo lamentarás -dijo Hyunjin con voz temblorosa, conteniendo la furia que lo consumía.

-Te estaré esperando -respondió el otro, su tono lleno de satisfacción antes de colgar.

Con un grito ahogado de frustración, Hyunjin lanzó su teléfono contra la pared. El dispositivo estalló en mil pedazos, pero eso no calmó su ira. Tenía que actuar rápido.

Se levantó de un salto y salió de la oficina con determinación. Encontró al comandante Bang en la sala de estrategia, revisando mapas y planes de ataque.

-¡Bang! -exclamó Hyunjin, su voz firme-. Partiremos esta noche.

El comandante asintió sin dudar, reconociendo la urgencia en los ojos de Hyunjin.

-Entendido. Buscaré a los escuadrones y los tendré listos.

Mientras Bang se movía rápidamente para organizar a las tropas, Hyunjin sintió cómo la adrenalina comenzaba a fluir por sus venas. No podía permitir que le hicieran daño a Jeongin. Esa era la única verdad que lo mantenía enfocado en medio del caos.

Con cada paso que daba hacia la salida, su mente trazaba un plan. No solo iba a rescatar a Jeongin; iba a hacer que aquel traidor pagara por cada lágrima que había causado.

-Hyunjijn, ¿de verdad estás dispuesto a matarlo?

-Si es por jeongin...

-Hwang lo prometiste... Lo sabías y aún así te valió madres -Se quejó bang -Esta comprometido, ¿Qué harás cuando el le diga que fue tu padre quien lo secuestró?

-el lo entenderá...

-Hyunjin, no te ciegues...

-Bang, lo voy a matar, haré que una puta bala atraviese una zona en donde esté agonizando y cuando lo haga voy a follarme a Jeongin al lado de su cadáver, para que aprenda que lo mío nadie lo toca, y no me importa que sea mi hermano...

🖤

Actuuuu espero les haya gustado, estaré actualizando pronto pero no tanto pq aún estoy de reposo.