Capitulo uno: ascenso y desilusión
-Ah~ ...mierda Ah~ -Gimió el azabache mientras aferraba sus manos a las sábanas. Al sentir como aquel extraño rubio lo estocada cada vez con más fuerza. Acelerando sus movimientos.
Una de las manos del rubio fue hasta el húmedo cabello azabache, tomándolo entre sus dedos y jalando hacia atrás. Haciendo que este eche su cabeza para atrás, mientras le daba fuertes embestidas, provocando dolor. Sus paredes anales apretaban con fuerza la hombría del rubio haciéndolo gruñir...
En un fuerte movimiento hizo que el cuerpo del pelinegro quedará boca arriba, logrando observar aquellas hermosas mejillas sonrojadas y llenas de excitación.
-agh~ sigue así -ah~ -gemia agobiada mente el castaño, llevando sus manos hasta el cuello del contrario para apretar con algo de fuerza...
Si, de hecho tal vez debamos regresar unas cuantas horas atrás.
(...)
La luz del amanecer se filtraba a través de las cortinas, bañando la habitación con un cálido resplandor dorado. No era solo un día cualquiera; era el día en que sería ascendido a teniente. La ceremonia fue breve pero significativa, y Jeongin sintió un orgullo que le hinchaba el pecho mientras le colocaban los galones en su uniforme.
Pasaron los meses, y la vida en el cuartel se convirtió en una rutina de entrenamientos y misiones. Pero hoy, Jeongin había decidido tomarse un respiro y volver a casa. Necesitaba sentir la familiaridad de su hogar, el abrazo de su pasado.
-honnie ya llegué -Soltó no muy fuerte, sin embargo no obtuvo respuesta. al abrir la puerta, el panorama que se desplegó ante sus ojos lo dejó sin aliento. Allí, en el sofá, estaba el chico con quien había compartido su vida durante tres años, enredándose con alguien más, un castaño el cual no logro visualizar bien ya que habia salido casi corriendo.
El corazón de Jeongin se detuvo por un instante, y un silencio ensordecedor llenó la habitación. No hubo palabras, solo una mirada de sorpresa y culpa que cruzó la habitación como un relámpago su mente en blanco, su corazón en pedazos.
Había dejado todo por el, tres años se habían ido a la mierda, sentía su corazón reprimirse lentamente, jeongin jamás fue alguien de formar un lío, era alguien tranquilo así que decidió calmarse sin embargo, necesitaba despejar la mente.
La noche lo encontró en un bar desconocido, ahogando sus penas en alcohol. Fue entonces cuando un tipo rubio, bastante alto y muy atractivo, que parecía desentonar con el resto de las personas. Algo en su porte le decía a Jeongin que ese hombre era diferente.
-Tan guapo y tan solo...
-No estoy solo, estoy comprometido desde hace un año, o eso creía -Explicó para luego darle un sorbo a su bebida.
-Pues yo no veo a tu prometida por ningún lado -Ronroneo -Ademas sin anillo en dedo, no hay compromiso.
-Dejame adivinar, eres uno de esos que se mete entre matrimonios y así? No gracias, lo amo mucho...
-¿Así que es un hombre?
-Si.
-¿Cuál es su nombre?
-No puedo decirlo -Confesó -Nuestro trabajo nos lo impide, es ser arriesgado... Aunque ahora puede irse a la verga el y sus cuatro estrellas.
Aquel rubio había parecido entender las palabras del azabache -¿Es militar?
-¿Eres adivino?
-No, solo conozco muy bien los rangos -Explicó haciendo reír al pelinegro.
-Facilmente pudo ser un cheff, y tú rápidamente lo asociaste con un militar -Explicó -¿Acaso eres un coronel? -El rubio Carcajeo un rato y luego lo observó sin embargo sus ojos se desviaron hacia sus labios y luego a sus ojos nuevamente -¿Cómo te llamas?
-¿Para que quieres saber mi nombre? -Investigó
-Para saber, como debería llamarte mientras me llevas a tu departamento -Confesó haciendo que el rubio sonría nuevamente -¿Entonces?
-Mi apellido es Hwang -Se limitó a responder y el otro asintió.
(...)
La mañana siguiente llegó con el zumbido insistente de su teléfono. Era la llamada que había estado esperando, la confirmación de su nueva ubicación. Con una resaca palpitante y el recuerdo del rubio aún fresco en su mente, se levantó.
-Buenos días, ok... Estaré allí lo más pronto posible, muchas gracias comandante Bang -Al colgar la llamada observó al rubio para luego darse la vuelta y sentir algo de culpa. Sabía que lo que había hecho estaba mal.
-Si te hace sentir mejor fue...
-Ya debo irme...
-¿Tan pronto? -Investigó -Queria pedir servicio a la habitación y...
-Lo de anoche fue un error, estoy comprometido y amo a mi prometido -Confesó -No niego que la pasé increíble pero...
Hizo silencio al ver cómo el rubio se levantaba acercándose lentamente a el y coger aquella placa que colgaba del cuello dejandolo en silencio, para luego besarlo. Al sentir como los labios del rubio tocaban los suyos, sus piernas temblaron y este lo tomó fuerte de la cintura haciendo que este suelte un gemido ahogado.
-Si amarás tanto a tu prometido como dices, no hubiera pasado lo que sucedió anoche, pero está bien... Puedo vivir con eso... -Aclaró para luego observar la placa nuevamente -Yang Jeongin -Leyó.
(...)
Habían pasado varios días y jeongin llegó a la isla donde había Sido reubicado.
Se encontró frente a frente con el comandante Christopher, un hombre que irradiaba autoridad y confianza. Con unos 30 años y un cuerpo esbelto, el general era la imagen de la disciplina y el liderazgo. Jeongin sabía que bajo su mando aprendería mucho.
-Muy buenos días, teniente Yang -Habló -Estoy muy agradecido de tenerlo aquí conmigo.
Jeongin haciendo el saludo militar para luego hacer una reverencia.
-Estare muy agradecido de tenerlo como mentor, espero aprender mucho...
-Me alegra que si, ahora es de mi agrado presentarle al equipo y a su capitán al mando, - Ambos caminaron por un gran pasillo hasta llegar al patio donde habían varios sujetos -Ellos son los cadetes -¡Firmes!
-¡Si señor! -Respondieron unisonos -Y por allá está su capitán, llegó ayer por la tarde -¡Capitan lee!
-Si señor -Habló el castaño haciendo que el corazón de Jeongin se comprima mucho más, ¿Cuando había Sido el transferido hasta acá? -¡Felicidades por su ascenso, teniente Yang! -felicitó con algo de dulzura en su voz.
-Muchas gracias, capitán Lee...
-El será tu capitán, aunque he escuchado que han trabajado juntos antes -Jeongin estaba por contestar sin embargo fue Lee quien contestó.
-Asi es, fui su teniente en su época en la academia, era un buen sujeto para ese momento, así que se podría decir que conozco cosas que otros no -Explicó.
-Bien por ello, dejaré un rato que se pongan al día, e iré a recibir al coronel, que llegara en unos minutos -Ambos asintieron y luego de un saludo el comandante se fue dejando a la pareja solos quienes se alejaron de los cadetes para hablar en privado.
-Felicidades por tu ascenso, y gracias por ir a celebrarlo conmigo, soy el novio más feliz...
-Crei que estarías ocupado, no quise molestarte.
-Jeongin, eres mi novio... ¿Cómo me vas a molestar? Te extrañé mucho y tú nisiquiera me dijiste para celebrar tu ascenso...
-No lo sé yo... -Jeongin quería gritarle y decirle que era un hijo de puta que había enviado su relación a la mierda, sin embargo no podía, lo quería muchísimo como para no sentirse mal, incluso se sentía culpable por aquello que había hecho con el rubio que no salía de su mente desde esa noche -Prometo arreglarlo, ¿Si? Ahora vayamos a saludar al coronel...
-Ven a mi habitación está noche, así habláramos, teniente Yang... Lo esperaré pacientemente... O no -El capitán Lee caminó delante de él y el azabache lo siguió, al llegar a la zona de entrada el comandante Bang los esperaba y con entusiasmo ambos saludaron al Coronel al mando sin embargo el pelinegro quedó en completo shock al ver de quien se trataba.
-Teniente Yang, Capitán Lee... Les presentó al Coronel Hwang Hyunjin.
-Es un gran placer volver a verlo... Teniente Yang.
Continuará...
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