Capitulo catorce: confusiones.
La luna brillaba intensamente sobre el cuartel, iluminando el patio con un suave resplandor plateado. Jeongin se encontraba en su habitación, dando vueltas en la cama, incapaz de encontrar el sueño. Había pasado varios días desde la investigación que había llevado a cabo con Hyunjin, y las dudas aún lo atormentaban. Era una noche tranquila, pero su mente estaba en guerra.
Decidió que lo mejor sería salir a trotar. Con un ligero suspiro, se puso su chaqueta y salió al patio, sintiendo el aire fresco de la madrugada acariciar su rostro. Sin embargo, al llegar al área abierta, notó una figura solitaria cerca de un banco. Era Felix, hablando en voz baja por teléfono. Jeongin se acercó sigilosamente, intentando no interrumpir, pero sus oídos captaron un susurro que le hizo detenerse.
-Tengo miedo...
La frase resonó en su mente como un eco inquietante. Sin pensarlo dos veces, Jeongin se acercó y lo interrumpió suavemente.
-Capitan Lee, ¿Se encuentra bien?
Felix se volvió, su expresión tranquila contrastaba con la preocupación que había sentido Jeongin.
-Sí, solo estaba hablando con mis padres - respondió con una sonrisa que no alcanzaba sus ojos.
Jeongin frunció el ceño. -¿Cómo están ellos?
-Gozan de buena salud -dijo Felix, pero había algo en su tono que hizo que Jeongin se sintiera aún más inquieto.
-¿Estás seguro de que no te molesta que yo trote hasta el amanecer?-preguntó Jeongin, sintiendo que había algo más detrás de esa conversación.
-Eres libre de hacerlo, -respondió Felix con un gesto despreocupado, aunque sus ojos reflejaban una sombra de preocupación.
A pesar de la aparente normalidad, Jeongin no pudo sacudirse la sensación de que algo no estaba bien. Se despidió de Felix y comenzó a trotar por el patio, dejando atrás la conversación y sumergiéndose en sus pensamientos.
El día llegó lentamente mientras el sol comenzaba a asomarse por el horizonte. Jeongin continuó su rutina de trote, sintiendo cómo el ejercicio despejaba su mente. En ese momento de calma, vio acercarse al comandante Bang junto al coronel Hwang. Se detuvo y realizó un saludo militar.
-Comandante, coronel, -dijo Jeongin, tratando de ocultar su agotamiento.
-¿Todo bien, Jeongin?-preguntó el comandante Bang con una mirada seria, evitando mirar a Hyunjin
-Sí, señor -respondió Jeongin. Pero algo en la expresión del comandante le hizo sentir que no todo estaba bien.
Bang negó con la cabeza. -Me temo que hemos tenido un problema. Se ha perdido tu expediente.
Jeongin frunció el ceño. -Solo es un expediente -replicó con desdén, aunque una pequeña parte de él sintió una punzada de inquietud.
-No es solo eso -interrumpió el coronel Hwang, su voz grave llenando el aire fresco de la mañana. -Ese expediente contiene toda la información sobre Foxy.
Las palabras cayeron sobre Jeongin como una losa pesada. Su corazón se aceleró al recordar
-¿Es de coña?¿Qué significa esto?- preguntó Jeongin, tratando de mantener la calma mientras su mente corría a mil por hora.
El comandante Bang cruzó los brazos, su mirada intensa fija en él. -Significa que necesitamos encontrarlo antes de que caiga en las manos equivocadas. Tu seguridad y la de todos aquí dependen de ello...
-No, significa que si ese expediente es a manos equivocadas mi vida está en juego... Yo...
-¡Comandante, llegó el escuadrón enviado a Bangkok! -Gritó un cadete llamando la atención de los chicos, Bang miro a Jeongin quien se veía preocupado.
-Ey, todos se resolverá tu tranquilo, iré a recibir al escuadrón...
Jeongin asintió lentamente, comprendiendo la gravedad de la situación.
(...)
Jeongin caminaba rápidamente por el pasillo del hospital, sus pasos resonando en el silencio tenso que lo envolvía. Su corazón latía con fuerza, y la preocupación lo impulsaba a moverse más rápido. Había escuchado rumores, susurros entre los médicos y enfermeras, que algo había ocurrido. Su mente se llenaba de preguntas mientras se acercaba a la habitación donde sabía que Minho estaba.
Al abrir la puerta, se encontró con Minho sentado en una cama, su brazo derecho inmovilizado por un yeso blanco. La imagen de su amigo, normalmente tan enérgico y lleno de vida, ahora parecía frágil y vulnerable. Jeongin sintió un nudo en el estómago.
-¿Qué sucedió? -preguntó con voz entrecortada, incapaz de ocultar la preocupación que le invadía.
Minho lo miró con una expresión seria, sus ojos oscuros reflejaban una mezcla de dolor y determinación.
-Fue un ataque terrorista -respondió, su voz firme pero cargada de una tristeza profunda-. Del lado de Seo. Usaron esto como distracción.
Jeongin sintió que el aire se le escapaba de los pulmones. La noticia lo golpeó como un puño cerrado, se acercó y lo tomó de la mejilla, dándole un suave beso en los labios
-¿Distracción? ¿Para qué? -preguntó, su mente tratando de conectar las piezas del rompecabezas que se había presentado ante él.
Justo en ese instante, Hyunjin apareció en la puerta. Se acercó rápidamente a ellos, como si hubiera estado buscando respuestas en cada rincón del hospital.
-¿Encontraron algo? -preguntó, su voz temblando ligeramente.
Minho sacudió la cabeza, su expresión grave no dejaba lugar a dudas.
-Nada. Todo está en silencio. Demasiado silencio -respondió, mirando hacia el suelo como si allí pudiera encontrar alguna pista que les hubiera pasado desapercibida.
Jeongin sintió un escalofrío recorrer su espalda. La situación era más grave de lo que había imaginado. Un ataque terrorista en medio de todo esto... ¿Qué estaban planeando realmente Seo y su grupo?
-Necesitamos hacer algo -dijo Hyunjin, apretando los puños-. Capitán Lee descanse por ahora, yo me encargaré del resto, ahora el comandante Bang y yo debemos trabajar en el expediente perdido y...
Minho asintió lentamente, aunque el dolor en su brazo le recordaba lo frágil que era la vida.
-¿expediente perdido?-respondió, su mirada fija en Jeongin-. ¿se perdió un expediente?
Jeongin sintió que la presión aumentaba sobre sus hombros.
-Asi es, el del teniente Yang -Hablo Chris entrando a la sala.
-¿Qué tiene ese expediente que sea tan importante? -Investigó el capitán Lee entrando en la habitación -Capian lee espero que se encuentre mejor -Solto hacia Minho.
Jeongin miro a Hyunjin quien lo observó de reojo, y luego Bang fue el que decidió hablar.
-Es confidencial, así que porfavor... Les pediré discreción sobre el tema.
-¿Por qué no puedo saberlo? Se trata de mi futuro esposo -Soltó Minho y jeongin sintió un escalofrío recorría su cuerpo -¿Qué tiene ese expediente?
-Nada...
-¿Ustedes dos van a casarse? -Investigó Félix y Minho asintió -Oye... Entonces el rumor de que follabas con...
-Capitan Lee Felix le pediré más discreción al hablar -Soltó el coronel Hwang y luego lo observó -Demos espacio a la pareja -Bramó sacándo al capitán y al comandante dejando solos a Jeongin y a Minho.
-¿Rumor de que? -Investigó Lee...
-No es nada, tu solo descansa. Luego hablaremos mejor.
-¿Seguro jeongin?, Dime qué no es algo de lo que deba preocuparme
-Dejalo, no es nada. Solo un cadete algo enojado creando rumores absurdos -Explicó -Descansa hoy.
Esa misma noche, Minho se removió un poco en la cama, sintiendo la suavidad de las sábanas contra su piel. La oscuridad del cuarto era casi palpable, y el silencio parecía envolverlo como un manto. Abrió los ojos lentamente, tratando de acostumbrarse a la penumbra, cuando algo lo hizo detenerse.
Una figura se encontraba de pie junto a su cama. El corazón de Minho se aceleró y, aunque su mente le decía que debía gritar, el miedo lo paralizó. La persona era un mero contorno en la oscuridad, una sombra que se movía con sigilo.
Minho intentó enfocar su vista, pero la luz del pasillo apenas iluminaba el cuarto. La figura se acercó con paso ligero y, sin decir una palabra, dejó un sobre sobre la colcha. En un parpadeo, la figura se dio la vuelta y salió corriendo, dejando a Minho con un nudo en el estómago.
-¡Espera! -gritó, pero solo recibió el eco de su propia voz como respuesta.
Con esfuerzo, se sentó en la cama, sintiendo el cansancio acumulado en sus músculos. La curiosidad superó al miedo y, tras un breve momento de duda, tomó el sobre. El papel era grueso y tenía un peso inusual. Con manos temblorosas, rompió el sello y sacó las fotos que había dentro.
Dejando al capitán bastante sorprendido, Sin embargo, detrás de una de las imágenes había un mensaje escrito a mano:
"No es lo único que te oculta".
Minho sintió que el aire se le escapaba. La frase resonó en su mente como un eco inquietante. ¿Qué significaba eso? Su corazón latía con fuerza mientras una mezcla de confusión y desconfianza se apoderaba de él.
Se levantó de la cama, decidido a encender la luz. La habitación se iluminó con un suave resplandor, revelando las sombras que antes parecían amenazadoras. Miró las fotos esparcidas sobre la colcha, cada una contándole una historia que ahora se sentía incompleta.
-Asi que así ascendió a teniente... Innie...
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