Capítulo IX
Lentamente Shinobu comenzó a descubrir sus ojos que yacían tapados tras sus manos. La agitada respiración que se escuchaba en la habitación le obligó a mirar lo que estaba sucediendo.
- ¿Debiste de haberte dejado matar por mi? ¿Eso estas pensando? - la nichirinto de Urokodaki era sostenida firmemente por la ensangrentada mano de Tomioka a unos centímetros de su cuello - No recuerdo haber salvado a un niño débil que se deja llevar tan rápidamente por las opiniones de los demás -.
Suavemente el hombre alejó su katana y limpió con sus ropas la sangre del cazador que había quedado derramada sobre ella. Giyuu se levantó del piso donde yacía semi-sentado y con su mano sana comenzó a presionar la herida. En un par de segundos ya no había rastro de aquel corte.
- ¡Lucha hasta más no poder Tomioka! - le dijo en voz alta su maestro mientras comenzaba a alejarse. De reojo le dirigió una última mirada mientras se detenía a unos metros de la puerta donde se encontraba la pilar - No escojas la vida de alguien que ha sido atado por Muzan... No escapes, pilar del agua -.
Dando unos pasos llegó junto a la hashira que no le quitaba los ojos de encima. Poco a poco esta comenzaba a entender la situación.
- Kochou-san, si se pone impulsivo de nuevo.. ¡Detenlo! - una de sus manos se posó sobre el hombro de la muchacha, como si colocara sobre ellos el peso de aquella responsabilidad -Los medios más seguros son a través de infringirle una lesión, como has podido comprobar, sin algo como un corte no parará completamente. Lo digo para tu propio bien, después de eso ya es elección tuya - finalizó.
A paso lento pero firme el ex-pilar se retiraba de la habitación, ya había conseguido todo lo que necesitaba. Una manifestación de Giyuu indicando que aún deseaba aferrarse a esta vida.
- Ne~ Urokodaki-sama... - mencionó Shinobu antes que el hombre se hubiera alejado considerablemente - Así que, cuando atacaste a Tomioka-san en la noche de la reunión... -.
-Si desde un inicio hubiera querido hacerlo podría haber acabado con él en un solo movimiento... - fue lo último que mencionó el anciano antes de proseguir su camino y desaparecer por aquellos pasillos.
Giyuu comenzó a avanzar hacia el lugar donde su compañera se encontraba estática con la mirada clavada en el suelo. Parecía que estaba apretando su mandíbula para reprimir unas pequeñas lágrimas que querían brotar de sus ojos.
- Tomioka~san, pensé que realmente ibas a morir... - musitó mientras apretaba sus puños a la vez que cerraba sus ojos para que el hashira que ahora estaba frente a ella no pudiera comprobar como cedía ante el llanto.
- Kochou... - susurró mientras de forma tan lenta, como si el tiempo se hubiese detenido, llevaba ambos brazos en el aire por al rededor de ella, completamente dubitativo sobre si abrazarla sería correcto.
No lo era. O al menos, él no podía.
Apretó sus labios mientras reprimía sus deseos y con un leve suspiro, colocó su mano sobre uno de los hombros de Shinobu.
- No huiré más, no llores... - musitó - Somos compañeros ¿No es así? -.
Kochou respiró profundamente para calmar sus emociones, con su dedo índice secó las lágrimas que habían corrido por sus mejillas y volvió a dibujar aquella característica sonrisa en su rostro.
- Vayamos a la reunión - sugirió finalmente cuando ya consiguió camuflar la explosión de sentimientos que había experimentado. El pilar en silencio asintió y comenzaron a caminar en dirección al salón donde todos se encontraban.
Juntos, uno al lado del otro, igual que siempre lo habían hecho.
[ × × × × ]
La reunión transcurría con total normalidad, entre los temas tratados se hablaba de el bajo rendimiento que los nuevos miembros demostraban, lo cual ponía en riesgo el avance del cuerpo de cazadores. Luego de eso, Kochou no logró entender mucho más.
Sus violáceos ojos se mantenían fijos en el joven de haori multipatrón que estaba sentado junto a su maestro. Los últimos días no conseguía sacarlo de sus pensamientos.
¿Estaba dispuesta a hacer lo mismo por todos sus compañeros? De verlos convertidos en demonios ¿dudaría de igual forma sobre eliminarlos o no?
«Que tedioso...» sentía que pronto comenzaría a doler su cabeza.
Su mente comenzó a divagar en lo que el día anterior había ocurrido mientras sus ojos permanecían fijos en el pilar que mantenía su mirada clavada en un punto inexacto. Un leve rubor cubrió el rostro de la cazadora cuando meditó en la forma en que se había acercado a él descubriendo su piel. Inevitablemente recordó que Giyuu también se había sonrojado.
«¿Será que le he colocado nervioso?»
Tomioka podía sentir la fija mirada de su compañera puesta sobre él, lo cual provocaba que sus ojos se enclavaran aun más en el rincón de la habitación. A su parecer, de seguro le estaba juzgando por todo lo que había ocurrido. Prácticamente su hombro, mano y cuello se encontraban dañados a causa de su insaciable apetito.
«¿Por qué de todas las personas? ¿Por que ella?»
Tenía una absoluta necesidad de abandonar aquel lugar. Pero prometió que dejaría de huir.
No le quedaba más que seguir soportando.
El único problema era la acusadora mirada de la pilar que le hacía sentir incómodamente lleno de culpa. Jamás creyó que alguien tan apegada al reglamento como lo era ella se acercaría de esa forma para ofrecerle su sangre como alimento. Aunque por lo visto, había funcionado. No sentía necesidad de atacar a nadie de los que se encontraban ahí.
Recordar el cálido contacto de sus labios con la piel de Kochou provocó que automáticamente vinieran a su mente deseos que él mismo se prohibía. No quería sentir el sabor de su cuello si no de su tierna y pequeña boca que constantemente usaba para lanzar veneno a través de sus palabras. Aquello para él era simplemente locura, una ilusión, utopía.. un imposible.
Al menos si seguía luchando con el monstruo que se escondía en su interior podría seguir disfrutando de instancias donde pudiera estar a su lado. Aquello era más valioso para él de lo que cualquiera podría imaginar, y le quedó aún mas claro en el momento en que había renunciado a su vida frente a la katana de su maestro, creyendo que aquel sería el último momento que tendía para compartir junto a la cazadora, anhelando desde lo más profundo el jamás haberse convertido en ese horrible demonio.
Las horas en nuestra vida son efímeras, y Giyuu no quería quedarse cruzado totalmente de brazos.
- Quiero salmón con daikon -.
- ¿Ara~? -.
La reunión había finalizado y la gran mayoría se disponía a pasar al salón donde una comida cortesía de Oyakata-sama les esperaba.
- No creo que el maestro haya ordenado que preparasen aquello - respondió Shinobu ante aquella confesión.
El cazador simplemente había llegado a su lado de la nada indicando el menú que quería degustar. La pilar no lo entendió, en lo más mínimo.
Tras aquellas cuatro palabras había toneladas de esfuerzos e intentos por invitarle a una cita para cenar fuera de aquel lugar. Pero ante la complejidad de decir algo como ello, Giyuu no tuvo mas opción.
- Iré al mismo lugar de siempre por el -.
Kochou se quedo viéndole de manera sonriente esperando que este se marchara a su destino, pero no se movía, simplemente se quedaba ahí de pie frente a ella.
- Que lo disfrutes Tomioka-san - dijo en señal de despedida. Ya que él no caminaba sería ella la primera en abandonar el lugar para ir junto a los demás pilares que de seguro ya estaban tomando posiciones.
«Maldición ¿Por qué no puede entenderlo?»
Velozmente se ubicó frente a la hashira impidiéndole el paso.
- Ne~ Tomioka-san, estás siendo extrañamente más molesto hoy - mencionó mientras una vena asomaba en su frente.
- El salmón con daikon es una buena fuente de nutrientes, será bueno que alguien tan delgada como tú lo coma Kochou... -.
Poco a poco estaba cavando su propia tumba.
- Tomioka-san ¿Estas olvidando que Urokodaki-sama ha dejado tu vida en mis manos verdad? - su puño lentamente se comenzaba a apretar en frente de Giyuu como si en cualquier momento arremetería contra su cara.
- Yo pagaré - musitó sin saber como darse a entender.
Invitar a alguien a cenar era una misión más difícil de lo que sonaba. Inclusive peor que enfrentarse a un luna inferior.
- Ya es bastante desagradable que hables sobre mi físico como para que luego intentes solucionarlo con dinero... - completamente molesta Shinobu se apartó de él para continuar su camino - con permiso -.
No pudo avanzar más que un paso. Para su sorpresa aquella fornida mano la sostuvo gentilmente pero con firmeza desde su haori impidiendo que se alejara.
- ¿Aceptarías salir a cenar conmigo? - aquellas palabras escaparon de sus labios en un intento desesperado, era su última oportunidad y su ser lo sabía, por ello, simplemente fluyeron en medio del rubor que cubría su rostro.
No pudo saber cual fue la primera reacción de su compañera, estaba de espaldas completamente cohibido, no planeaba voltearse en medio de aquella situación.
¿Tan vergonzoso y humillante era el estar enamorado?
- Ara~ lo hubieses preguntado desde un inicio - respondió finalmente después del transcurso de unos segundos - claro que acepto, Tomioka-san -.
«Kochou es una persona muy amable para acceder a cenar con alguien como yo»
[ × × × × ]
Caminando bajo los últimos rayos del sol iban a paso lento en dirección al lugar. Giyuu estaba completamente nervioso, lo más seguro es que Shinobu ni siquiera hubiera entendido la situación de la misma forma que él, pero para Tomioka, era su primera cita.
- Ne~ Tomioka-san - sentir su voz casi le hacía temblar - estás mucho mas callado de lo normal ¿Acaso te habrás arrepentido de invitarme a comer? -.
Sin responder simplemente frunció el ceño, ¿Que más se supone que se hace al llevar a comer fuera a la chica que amas? El cazador no tenía idea.
Llegaron fuera del local de alimentos y la pilar estuvo a punto de entrar, pero al ver que su compañero extrañamente seguía caminando se disculpó y cerró la puerta.
«¿Debo pedir por ambos o cederle el menú para que ella pida? Aunque le he dicho que comeríamos salmón con daikon, sería extraño cambiar el plato a último momento... Pero Kochou podría molestarse si yo..»
- ¿Tomioka-san? - el pilar observó hacia el lado pero su compañera no estaba por ninguna parte - ¡Acá atrás Tomioka-san! Creí haberte escuchado que vendríamos donde siempre - gritó mientras con su dedo indicaba la entrada del local.
Que situación más vergonzosa, se encontraba tan nervioso al pendiente de sus pensamientos que no podía actuar con claridad. Kochou por su parte estaba igual que siempre, al parecer, la petición de Giyuu había sido de una forma tan extraña que la pilar no terminó por entender que se trataba de una cita. Aquello deprimió un poco al hashira, realmente deseaba poder expresarse mejor.
De todas formas había conseguido salir con ella, no desaprovecharía el momento amargándose de más.
En silencio mientras soportaba las constantes burlas sobre como "ahora que se había vuelto demonio era aún más cabeza hueca" regresó. La pilar estaba a punto de abrir la puerta para ingresar pero Giyuu, recordando el actuar de otras parejas que había visto en su día a día se le adelantó y, en medio de la sorpresa de la muchacha, le abría cordialmente la puerta mientras desviaba su mirada hacia el lado contrario.
- Ara~ parece que la versión demoníaca de Tomioka-san es mas agradable de lo que pensé - mencionó Kochou entre risas aceptando la invitación a entrar.
Pasaron muy pocos segundos desde que se sentaron hasta que un amable joven fue a preguntar sus ordenes. Momento que tanto temió el cazador.
- Queremos dos porciones de salmón con daikon y una botella de sake - dijo la pilar en el momento que rechazó escuchar el menú de parte del mesero - ¿Algo más? - preguntó al hashira que le observaba un poco boquiabierto.
Shinobu, a diferencia de él, hacía que las cosas se vieran tan fáciles. Aquella rapidez con la que actuaba y respondía le llevaba incluso a imaginar que Kochou deseaba que aquella situación terminara lo antes posible para poder regresar junto a los demás pilares. Pero eso, no era nada mas que una mala jugada de su mente.
- Ne~ Tomioka-san.. - el rostro del pilar del agua se había cargado de aflicción de un momento a otro, lo cual llamó la atención de su compañera - ¿Hay algo que te este preocupando? -.
- Es mi culpa que no estés disfrutando de la comida del maestro - susurró con bastante arrepentimiento en sus palabras.
- Es verdad -.
Las palabras de Shinobu fueron tan características como su esencia... Venenosas. Ardieron hasta lo mas profundo de su ser.
- No eres el compañero mas elocuente ni carismático del grupo Tomioka-san - prosiguió. En ese momento el muchacho volvió con la botella de sake, así que la pilar aprovechó para servir un poco para ella y para Giyuu.
- ¿Entonces por qué aceptaste venir? - preguntó con dificultad mientras recibía la pequeña taza de cerámica que Kochou le extendía - Pudiste haber dicho que no -.
La muchacha afirmó sus codos en la mesa y cruzó sus manos para dar soporte a su rostro.
- Porque tu compañía es la que más disfruto Tomioka-san - una pequeña sonrisa se formó en sus labios mientras sus mejillas se ruborizaban levemente. Estaba siendo sincera, con ningún otro pilar se llevaba de la misma forma que con aquel que estaba sentado frente a ella - además es primera vez que me invitas a comer ¡no podía negarme! -.
Hubiera parecido que una silenciosa sonrisa se dibujó en el rostro del pilar, pero Shinobu jamás podrá saberlo ya que en ese preciso momento los brazos del mesero se interpusieron entre ellos mientras colocaba los platos con la apetitosa comida sobre la mesa.
Ese par de preguntas finalmente habían liberado las tensiones existentes, ahora ya ambos podían disfrutar de aquella pequeña salida. No importaba que Kochou no supiera que aquello era una cita, con aquellas pequeñas palabras el corazón de Tomioka había quedado conforme.
Los platos estuvieron deliciosos, y la conversación había sido muy amena entre aquel equipo. De forma muy constante Shinobu se reía con Giyuu, en realidad podemos decir que se reía "de él" mas que "con él", pero al pilar no le afectaba en lo más mínimo, disfrutaba cada segundo que podía observar esa sincera sonrisa apareciendo en el rostro de la chica frente a él.
Podía soportar todo tipo de burlas con tal de poder escucharle reír.
Habiendo terminado de comer el hashira se puso de pie para ir a pagar la comida pero su compañera le detuvo indicándole con gestos que se acercara hacia ella. Sin entender el por qué, creyendo que quizás quería susurrarle algo privado, con toda inocencia acercó su rostro.
- Ne~ Tomioka-san, nunca he conocido a alguien mas desordenado que tú para comer - mencionó con dulzura mientras usaba su servilleta para limpiar los arroces que habían quedado pegados junto a la boca de su compañero.
Aquel color rojo carmesí se expandió velozmente por las mejillas de Giyuu provocando que Kochou volviera a reir.
- A-arigato - musitó mientras se cubría la boca con una manga de su haori.
Después de agradecer por la comida ambos se retiraron, ya había terminado por anochecer y Tomioka insistió en acompañar a la cazadora hasta la finca.
Llevaban un buen momento caminando cuando unas luces en dirección al templo llamaron la atención de la pilar insecto.
- ¡Mira Tomioka-san! Parece que hay un festival - mencionó bastante emocionada.
Giyuu dirigió su mirada hasta el lugar que la chica señalaba con su dedo pudiendo corroborar la información. El único problema era que se hacía tarde, y se estaba quedando sin ideas sobre lo cual hablar, no quería que la salida se volviera aburrida.
- Ya deberíamos regresar Kochou - respondió sin dejar de caminar.
- Vamos, será divertido - insistía la cazadora pero él no se detenía. No hasta que sintió como le sostenían firmemente por la manga de su haori - Es lo que se suele hacer en una cita Tomioka-san.. -.
«Es lo que se suele hacer en una cita Tomioka-san» aquella frase resonó una, y otra, y otra vez en su cabeza.
Todo, absolutamente todo este tiempo Shinobu había tenido en claro que aquello era una cita, y aún así había aceptado el salir con él.
No tenía respuestas, ni siquiera una palabra salía de sus labios.. ¿Que era aquel sentimiento que embargaba su pecho? Era cálido y reconfortante, como si estuviera siendo cobijado por una tibia manta en un día frío. Era todo lo contrario a cuando ardía en medio del dolor que la herida de Muzan le producía.
¿Era esto entonces, lo que la gente llama alegría?
Una clara y grande sonrisa decoró su boca, la cual fue correspondida por la dulce pilar que cogiendo su mano le llevo corriendo hacia donde el evento se estaba llevando a cabo.
El mundo parecía ir en cámara lenta. Las luces titilaban a lo lejos, la brisa movía suavemente los cabellos que caían por el rostro de la hashira que sostenía su mano, parecía como si estuviera realmente soñando.
Era un festival muy animado, no importaba sobre qué, lo único que valía en aquel momento era el brillo de aquellos violáceos ojos que le observaban.
Participando en un concurso de puntería Tomioka ganó el premio mayor, si, quizás fue trampa en cierta medida, sus habilidades no se comparaban a la de los demás competidores.
Sin decir nada mientras su mirada se concentraba completamente en aquellos curiosos ojos que le observaban, extendió el pequeño brazalete de plata con un dije de mariposa a la pilar.
- Es el mismo insecto que el de tu cabello - aclaró, como buscando justificarse por estar haciendo aquel obsequio a la cazadora que le acompañaba - se verá mejor en ti que en mi -.
Kochou no necesitaba más palabras ni explicaciones, ella le conocía lo suficiente como para entender la intención de sus acciones.
- Ara~ ¿Y esperas que me lo coloque yo sola? - preguntó de forma irónica - ¿A donde se fue el demonio caballeroso Tomioka-san? -.
El pilar dejó escapar un pequeño bufido. A pesar de haberle dicho en variadas ocasiones que dejara de llamarle demonio ella no se detenía. Aunque conociéndola, sabía que no lo haría.
La noche fue absolutamente hermosa para ambos, hacía ya mucho tiempo que no se sentían tan vivos como en aquel momento, tan comunes y corrientes, como cualquier persona normal en medio de un festival al anochecer.
Llegando a la gran entrada de la finca el momento de despedirse se había hecho presente.
- Ne~Tomioka-san... ha sido la mejor cita de mi vida - los ojos del hashira parecieron brillar por unos segundos - aunque en realidad ha sido la única que he tenido -.
Shinobu rió y el ceño de Giyuu se frunció completamente.
- Buenas noches Kochou - dijo amablemente, aunque a la vez un poco molesto, mientras comenzaba a caminar de regreso a su hogar.
Unos cálidos y pequeños brazos rodearon su cintura y le envolvieron obligándole a detenerse.
- ¿Por qué eres tan testarudo? - musitó completamente avergonzada - Ni aunque hubiese tenido mil más anteriormente esta seguiría siendo mi favorita -.
El cazador sostuvo las manos que posaban en su pecho y en silencio depositó unas dulces caricias en ellas. El dije de mariposa brillaba bajo la luz de la luna.
- Estaré esperando la siguiente, Tomioka-san -.
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