8. Me gusta el teatro
Yoongi odia el teatro. Y tiene varias —muchas— razones para ello, pero prefiere quedarse con la más básica: le teme al ridículo.
No obstante, no se salta ni una clase. Porque en ellas cursa junto a Taehyung y toca el piano. De este modo, puede librarse de actuar y, en cambio, ayudar en la música que tanto le gusta.
Aún así, hay veces que no puede evitar interpretar papeles pequeños y ridículos. Como esa vez que tuvo que fingir ser del público para preguntar algo a uno de los actores; tanta vergüenza sintió ese día que su voz titubeó y agudizó, pero pudo cumplir con su papel y lo que era importante: aprobar.
—¡Soy Ulises! —dijo Taehyung corriendo a su encuentro—. ¡Voy a ser Ulises!
Yoongi lo abrazó y felicitó. Realmente, adoraba ver actuar a su amigo.
—¿Qué papel obtuvo Jiminie?
—No postuló, dijo que prefería ayudar en el decorado —Yoongi asintió comprendiendo a su otro amigo—. Pregunté por ti y dijeron que tendrías que actuar sí o sí. Aunque mueres antes de orillar en la isla de Calipso.
—Gracias, Tae.
—De nada. Lamento no hacer más.
—Eres mi amigo, y el consentido del profesor ¿no ves que ya hiciste tu parte? —Yoongi se burló del mohín de Taehyung.
Fue cuando estaba tirado en el suelo, fingiéndose muerto que se encontró en aprietos. Porque mientras creyó que podría ser una clase aburrida y sin más, acostado simplemente, tuvo que repensar qué tan malo había sido para que el karma quisiera arrojarle a Seokjin en su camino a diario.
—¿Te molesta si me muero contigo? —Seokjin se acostó junto a él y lo observó contento—. ¿Qué tal has estado?
—Bien, vivo y tranquilo ahora que respetaste mi espacio. Aunque me preguntaba cuánto tardarías en aparecer.
—Eso quiere decir que me esperaste —Realmente no fue una pregunta.
—Si te hace dormir contento, pero intuí que te hartarías de que ignore tus mensajes y respuestas en Instagram. Por cierto, ¿cómo me encontraste?
—Jungkook es bastante simpático ¿sabes? Y me dio una copia de la foto que nos tomaron bajo la escalera, cuando gustes recrearla me avisas.
Yoongi no pudo evitar reírse por tal estupidez. Y le consoló saber que no era el único que conservaba esa foto.
—Sabía que no debía aceptar que se besuquee con TaeTae, maldito traidor.
—No es un traidor, solo persigue lo que quiere...
—¡Silencio esos dos cadáveres! —Mandó a callar el profesor y Yoongi cerró sus ojos nuevamente.
No por eso se perdió la sonrisa de Seokjin y el guiño exagerado que este hizo antes de volverse a morir. De pronto, la clase fue un poco más divertida por los cuchicheos de Seokjin, que buscaba platicar, y los regaños del profesor. Y tal vez podría decir que le gustó volver a tener al chico cerca. Al chico que le gusta y que gusta de él, para más inri.
Seokjin lo esperó a la salida del salón, luego de que se disculpara con el profesor por haberse colado a una clase. Justificó esto diciendo que tenían periodo libre y en lugar de perder el tiempo, decidió sumergirse en la belleza del teatro y más si éste hablaba del afamado viaje de Odiseo.
—Tienes una lengua engañosa, ¿de verdad el profesor Kang se tragó eso? —preguntó Taehyung, quien no se apartó de Yoongi.
Sin que se lo dijera, Yoongi sabía que entre él y Jimin acordaron cuidar su asterisco de las "pervertidas" intenciones de Kim Seokjin. Los quería demasiado como para enfadarse.
—Sí, y no fue todo mentira. De verdad me gusta el teatro, en mi anterior escuela era parte del club y me gustaba dirigir algunas obras. —Taehyung se puso a charlar con Seokjin, dejando a Yoongi de lado, olvidando su misión de momento.
Al llegar Jungkook, Taehyung ya estaba bajo el hechizo de Seokjin y le susurró a Yoongi en pleno abrazo que no fuera tan torpe de arruinar una bonita relación. Yoongi gruñó, sin saber si de acuerdo o en contra de tal idea. Y acusó a Jungkook para carcajearse cuando Taehyung lo dejó plantado sin darle chance a defenderse.
—Debería pesarte lo que hiciste —Yoongi se encogió de hombros, pensando que Jimin estaría orgulloso de él. Seokjin siguió hablando—. ¿Puedo esperarte a la salida para irnos juntos?
Quedaba una semana para el baile, y Yoongi seguía sin responderle a Seokjin.
—¿Por qué?
—Quiero besarte y volver a preguntarte sobre ir al baile —sinceró. Yoongi apreció la honestidad y lo apuesto que lucía Seokjin, sin esfuerzo, en uniforme—. Podemos tomar algo también, si quieres.
—No sé, tengo que pasear a mi hijo —Así se refería a su mascota, y no tenía por qué importarle a nadie, ¿okay?
—De acuerdo, nos vemos al término de clases.
Y Seokjin cumplió. Lo esperó y acompañó hasta su casa para recoger a Holly. Adorable fue ver a Seokjin pasear de la correa a su hijo perruno, ganándose el corazón de su cachorro casi tan rápido como el suyo.
—Tienes una increíble habilidad para gustarme, Kim Seokjin —Admitió Yoongi cuando regresaron a la casa Min—. Y Holly ya dio su aprobación cuando te defendió de aquel cesto de basura.
—Fue un acto heróico que jamás podré pagar —Con una mano en el corazón en pose dramática, Seokjin se inclinó hacia el rostro de Yoongi dispuesto a besarlo—. Puedo intentar algo con su padre entonces ¿no?
Y Yoongi fue el que tomó la iniciativa para unir sus bocas. Descartando, de momento, la respuesta que le debía a Seokjin sobre el baile.
Nota:
Si hay una voz interior que les dice que lo suyo no es la cocina, háganle caso. Mi dios, jamás creí que podría fracasar tanto y tan feo haciendo pururú (popcorn, pochoclos, canchita, o como sea que les digan).
En fin, por otro lado, nadie nunca debe superar lo bello que es Yoon con su bebé Holly.
Amén a los hijos perrunos y felinos, o la especie que sea.
Bye :)
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