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3. Un cuerno no es nada

Advertencia: escena sexual consentida entre un mayor (18) y un menor de edad (17); si te incomoda esto, continúa en el siguiente capítulo. Respeto a los personajes, agrego. Gracias.



*



Kim Seokjin ante Min Yoongi no se mostró nunca tímido, pero al momento de desnudarse sí que su actitud despreocupada desapareció. Se esfumó y en su lugar el parpadeo furioso de sus brillantes ojitos y los dos puntos rojos en sus mejillas delataron su estado nervioso.

—¿Te avergüenza que te vea desnudo? Dijiste que lo habías hecho ya —Yoongi, al contrario, ya estaba sin ropa y esperando en la cama.

Se había desnudado primero, sentándose luego para ver el espectáculo que era Seokjin quitándose toda prenda.

—Sí lo hice, pero eres tú. No sé, me cohibí —Se encogió de hombros, pero al fin enganchó su ropa interior y la bajó.

Yoongi apreció la vista y se la jaló con parsimonia en lo que Seokjin se le acercaba.

—Me gusta que te toques por mí —Admitió Seokjin, pero sonrió con picardía cuando recordó que Yoongi le confesó que le había dedicado varias sesiones de amor propio.

Seokjin reemplazó la mano de Yoongi por la suya y sintió el calor del miembro de su novio a la par que escuchó el sonidito de gusto que brotó de su boca. Se habían tocado con ropa, o colando manos bajo ella, pero tan directas las caricias no fueron sino hasta ahora.

Era una sensación diferente, aunque en el buen sentido. Muy en el buen sentido.

—No quiero ser impaciente, pero puedes prepararme ya.

—¿Te has metido los dedos antes? —Seokjin se apartó para buscar el lubricante y el preservativo.

—Sí, aunque sé que ni mis dedos de pianistas se igualan a esta —Yoongi masajeó el pene de Seokjin. Era curioso que no sintiera vergüenza, ¡le gustaba!

Seokjin se encargó entonces de prepararlo, Yoongi de disfrutarlo.

Yoongi sabía que el que Seokjin tuviera tantas atenciones extras —como besarlo y decirle cosas al oído— eran para distraerlo de la incómoda sensación de ser dilatado. A decir verdad, esperaba que esta parte fuera menos "mecánica", pero sus propios nervios e inexperiencia le arrebataban toda oportunidad de romanticismo.

—Relájate, voy a meter otro dedo —Seokjin tenía la presión de ser un buen amante. Saber que sería la primera vez de Yoongi lo obligaba a poner todo de sí, literal y figuradamente, para que el chico goce.

—Mmm...

Una vez le pareció suficiente, Seokjin se puso el preservativo y se acostó sobre Yoongi aunque no intentó metérsela enseguida. Yoongi lo abrazó, abriendo las piernas para que el otro calzara en ese sitio. Se besaron con más urgencia que otras veces, se tocaron donde quisieron y se exploraron como trazando mapas. Cuando sintió a Yoongi dejar ir la tensión, actuó.

—Voy a meterla despacio, sin detenerme. Respira y no aprietes porque te va a doler más. —Indicó Seokjin, mientras se arrodillaba y orientaba su pene—. Bien, ahora voy. Tranquilo.

—Tienes que metermela no operarme el corazón, no seas dramático.

—Te amo, Yoonie, y me gustas incluso si eres un insolente.

Seokjin empujó, entrando en el apretado calor de Yoongi, que ante la intrusión buscó cerrar las piernas. Seokjin le acarició los muslos pálidos, repartió besos por su pecho y cuello, pero siguió hasta que no pudo avanzar más. Allí se quedó quietecito, escuchando el corazón de Yoongi latir acelerado bajo su mejilla.

Yoongi apretó los dientes, porque vaya que le dolía. Sus uñas clavándosele en las palmas porque no quería lastimar a su novio.

—Un minuto de silencio por mi asterisco —dijo con voz tensa.

—Amén —Supo tarde que Seokjin era blasfemo.

Y cuando el vaivén fue incrementando todavía estaba sin encontrarle el chiste al sexo. Aunque eso no significaba que le desagradaba, nada de eso. Se aferró a Seokjin que se veía hermoso con su pecho desnudo y los anchos hombros de los que le daban ganas de colgarse. Y si lo admitía, la sola idea de saberse teniendo sexo con el chico que lo enamora ya hacía la situación un poco mejor. La experiencia no se limitaba a la penetración, porque los besos y abrazos y las miradas calientes aunque cariñosas componían la escena.

No obstante, le dolía y pidió parar.

—Cambiemos, te dejo estar arriba y controlas cuánto entra.

—Hazme terminar si no quieres que te patee —amenazó con voz algo agitada porque Seokjin no dejaba de tocarlo mientras se cambiaban de lugar—. Lo digo en serio... yo... ¡Oh!

Seokjin se movió rápido, empujándolo de espaldas, y tragó por completo su pene. Se ahogó, respiró y volvió a tragarlo. Yoongi pudo adivinar que era la primera vez del otro haciendo eso y como era la primera vez que se lo hacían también, podía entender la torpeza.

Además, se sentía espectacular. Caliente, húmedo. Sucio.

—Tu boca nació para chuparmela, Seokjin.

Pero el comedido fue educado y no habló con la boca llena; Seokjin no se entretuvo mucho tampoco porque habiendo obtenido una respuesta positiva de Yoongi se dispuso a seguir.

Se acostó boca arriba y Yoongi se le sentó en el estómago. Patoso, lo abrazó, feliz de tenerlo cerca. Y porque estaba juntando coraje para volver a intentarlo.

Puff... —Soltó Seokjin, besándole todo el rostro, y rieron—. Anda, sabes dónde debes sentarte.

—Lo sé, pero duele como un cuerno —Y sí que lo parecía, tal cual ser corneado. Había mucho que explotar en bromas sobre eso; Yoongi aguantó decirlas.

En esta segunda vez que Yoongi tuvo a Seokjin dentro lo disfrutó más. Y vaya que mucho. Entendió mejor la dinámica. No era complicado que las sensaciones lo guiarán y pronto apuró sus movimientos. A la par, sentía la mano de su novio masturbarlo, pellizcarlo, frenó un palmada a tiempo, pero en sí adoraba el sexo.

Ahora le supo el chiste y fue por todo. Cambiaron de posición, prolongaron la culminación hasta que Yoongi creyó que iba a romperse. Se hallaba boca abajo, en medio del colchón, con las sábanas enredadas y con Seokjin empujando tan fuerte que parecía olvidarse que era primerizo.

Un asterisco recién estrenado.

En un cuarto de un departamento casi en desuso, sobre un colchón en el suelo, estaban haciendo el amor. Lo hacían reconociendo en el otro al amante perfecto: el que ama sin reparo; el que quiere porque sabe que pronto no podrá seguir queriendo. Y el que quiere improvisando, preguntando, buscando sacar sonrisas, placer, equivocándose e intentando.

—Diablos... —Gimoteó Seokjin sobre él y alcanzó el orgasmo antes—. Diablos, diablos...

—Cuernos —pronunció Yoongi cansado, adolorido, contento, lleno, pero NO satisfecho aún—. Te felicito, campeón. Ahora es mi turno.

Seokjin reaccionó que el otro no había acabado y lo volteó para volver a tragar su pene. Con la boca, logró el objetivo esperado. Yoongi no expresó palabra alguna, solo se tensó y liberó en la boca de Seokjin todo su blanco amor.

Se rio por la ocurrencia; Seokjin no.

—Hombre —Seokjin pasó por sus labios el dorso de la mano para limpiarse; Yoongi no borraba la sonrisa complacida—. Que me avises que esto no es exactamente un caramelo.

Lo hicieron de nuevo al rato. Claro, esa vez, Yoongi tuvo que aguantarse el caramelo.















Nota:

Fotito bella del JinYoon.

Bye :)


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