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✿ Parte 1/3 ✿


─Otra vez -ordeno cierta voz demandante- 1, 2, 3... tap, tap, tap... tap, tap... tap, tap, tap...

Frustrada se acerco a su aprendiz, le agarro del brazo y con fuerza le sacudio volviendo a su lugar inicial.

─Escucha bien los tiempo y no te equivoques o no saldrás de este salón -amenazo con el seño fruncido- ¿queda claro, Irene?

─Pero... Mamá... -se quejo sintiendo pequeños pinchazos en la punta se los dedos.

─¡Scht! Otra vez.

Madre e hija estaban practicando para su importante presentación en el famoso teatro "crystal P.J".

─¡Así es, muy bien! Al fin te salió el último paso -dijo mientras aplaudía con singular sonrisa- salio tan perfecta como tú, mi niña.

Su enojo anterior paso de ello a felicidad y una amabilidad inexplicable de un momento a otro.

─¿En serio? -pregunto tímidamente la joven adolescente.

─Claro que sí. Ahora solo debemos practicar un poco más para que mañana te salga excelente.

─Okay! -sonrió ingenuamente.

Casi amanecida de tanto entrenar ambas fueron al salón de belleza temprano: ya lista y maquillada se fueron al teatro. Una vez allí fueron a su camerino privado y su madre la ayudo a alistarse.

Dejando un beso en su frente se despidió de ella y se dirigió a su asiento donde tenía una vista perfecta del escenario.

Unos minutos después los primeros actos comenzaron y el show dio inicio.

Los minutos pasaron y mientras en el público general habían expresiones de asombro, fascinación y algunas lágrimas por tan bella presentación no obstante entre todos a la protagonista de la obra solo le resaltaba un semblante y era uno de decepción absoluto.

Al terminar hubieron saludos cordiales, intercambio de palabras, algunos autógrafos y fotos por todas partes. Aunque era una situación incómoda para ella sabía perfectamente como disimularlo y hacer sonrisas falsas.

─Señora Bae~ -dijo sierto hombre de mediana edad acercándose a ella tomando sua manos- ¿Cómo ha estado? Hace tiempo no se nada de usted.

─¡Oh! Señor Lee, es un gusto volver a verlo -fingió una sutil sonrisa sacando lentamente sus manos de entre las de su contrario con incomodidad.

─Oh, por favor, Señora Bae, llámeme por mi nombre no seamos tan formales, querida Hyu-nin.

─Agradezco la tan atrevida informalidad pero usted y yo no somos muy cercanos para hablarnos por nuestros nombres, señor Lee -incomodamente hizo un paso atrás, hizo una sutil reverencia con la cabeza y se fue con su hija.

《Viejo depravado》 -penso mientras se acercaba a su hija la cual estaba rodeada por sus compañeros de acto.

─Ahora, ahí viene le voy a preguntar -sonriente dijo una muchacha acercándose a la señora Bae.

─¿Mm? -la observo.

─Señora Bae, soy amiga de su hija, es un gusto tenerla aquí -hizo una formal referencia- bueno, vera, nos preguntábamos si dejaría ir a Irene con nosotros a una fiesta. El señor Lee nos dio la idea y dijo que Irene podía venir con nostros, como es fin de año estábamos pensando que tal ve-...

─No -fue interrumpida- esos lugares no son buenos para una chica como Irene y el señor Lee no tendría porqué invitar a mi hija sin pedir mi permiso -fingió una sonrisa.

─Pe-pero... -quiso continuar pero la misma Irene la detuvo solo colocando una mano en su hombro- ¿Irene...?

─Lo siento, quizás en otra ocasión -sonrió- realmente no me gustan las fiestas y los lugares ruidoso.

─Irene... -sus compañeros la miraron.

─Debo irme a casa -se despidió con una reverencia y una sonrisa forzada- yo te ayudo, mamá.

Se dio la vuelta, agarro la manilla de la silla de ruedas de su madre y la empujo hasta llegar a la salida. Su chófer, una muchacha, la ayudo a subir a la camioneta especial para personasen sillas de ruedas.

Todo el trayecto a la casa fue en total silencio, un silencio que con los minutos se volvio incomodidad para Irene y su chófer.

Varios minutos después llegaron y bajaron de la camioneta. Su chófer la llevo hasta la puerta de la casa y la dejo ahí.

─Señorita Yoo-young, vaya a su casa a descansar y tómese esta semana de descanso. Mañana le voy a depositar lo de este mes.

─Se-señora Bae, ¿me... me esta despidiendo? -pregunto nerviosa pensando que hizo algo mal.

─No, no, para nada, quedese tranquila. Tómese esta semana porque nuestra agenda esta desocupada y no vamos a salir a ninguna parte estos días -dijo en un tono relajado.

─Ah~, que alivió. Está bien -sonrió- nos vemos en una semana -se acerco a la señora Bae, le dejo la llave de la camioneta y se despidió con una reverencia.

─Vamos a dentro -ordeno con un semblante serio.

La joven adolescente solo asintió a la orden y la hizo entrar a la casa. Ya sabía lo que iba a pasar así que después de cerrar la puerta con llave y dejarle colgada en su lugar ambas se dirigieron hacia su estudio donde practicaba.

Su madre agarro su bastón y con fuerza se levantó de la silla de ruedas. Con lentitud se dirigió hacia un armario y de ahí saco una barilla de plástico flexible.

─Arodillada, manos arriba y mostrando las palmas -ordeno.

─Mamá, solo me equivoque en el paso final, casi no se noto... -suplicó observandola.

─Te dije que tenía que ser perfecto hasta el más pequeño paso, ¿o no fue así? -alzo una ceja.

─Mamá... te lo suplicó... -rogó.

─Las palmas, ahora.

La joven adolescente aún temerosa alzo las paldas de sus manos dejándolas a la vista de su madre. Sin una apise de conciencia comenzó a darle latigazos en las manos de su propia hija. Uno tras otro tras otro.

Irene sabía que si soltaba alguna palabra, grito o gemido le iría peor así que bajo la mirada y con fuerza mordió su labio inferir hasta hacerlo sangrar.

Abrió los ojos sutilmente y aún con la mirada en el suelo vio caer gotas de sangre ya no provenientes de su labio sino de sus manos.

Su madre se alejo se ella, fue a buscar unas toallas al armario y ser acerco nuevamente a su hija. Se arrodilló y con cuidado colocó sus manos sobre una toalla y con la otra la empezo a limpiar con mucho cuidado.

─Mi niña. Mi niña preciosa... Te dije que debía ser perfecto, si no te sale perfecto estaré muy decepcionada de ti... -murmuraba "culpable" por lo que hizo.

─Lo siento mamá, la próxima lo haré mucho mejor por ti...

─Sé que así lo harás mi pequeña flor de loto -puso sus manos en sus brazos y la miro a los ojos- ¿sabes qué eres lo más importante en mi vida? ¿no?

Irene solo asintió para luego ser abrazada con delicadeza por su madre. Dejo caer su rostro en su pecho tratando de contener sus lágrimas.

─Todo lo que hago es por ti y tú futuro. Quiero que triunfes y cumplas mi sueño. Todo es por ti, hija mía.

Le susurró al oído mientras dejaba caer su cabeza en su regazo y con delicadeza acariciaba su fino y largo cabello.

De alguna manera Irene sabía que lo que hacia su madre no era lo correcto pero qué podía hacer, no podía dejarla sola y tampoco tenía donde ir si decidía huir. Ella es su madre, la única familia que tiene en el mundo.

No es una mujer perfecta tampoco la madre del año pero era la única para ella. Además de ello, Irene deseaba con fuerza el amor de su madre, su atención y aprobación. En diecisiete años de vida solo deseaba que ella la mirara como realmente una madre mira a su hija: con orgullo y amor.


[15 años después]

─¡Por favor, démosle un gran aplauso a nuestra estrella de esta noche: la señorita Irene!

Grito con furor el presentador ocasionando una gran ovación de aplausos que iban solo a ella. Con una gran sonrisa saludo al público mientas sus compañeros de acto iban pasando tras ella y saludaban al público.

─¡Es la primera vez en la historia de Crystal P.J. que una persona logra llenar un teatro entero al punto del colapso! -dijo conmovido- ¡Estoy muy feliz aunque sé que no es a mí, a un viejo presentador, a quien quieren escuchar! -río y su público lo hizo igual- di unas palabras -le susurró a Irene.

─¡Oh~! -sonrió mirando a su al rededor- la verdad no sé qué decir. Me siento muy agradecida de estar una vez más aquí parada frente a tanta gente, realmente se los agradezco -hizo una formal reverencia.

El resto de sus compañeros hicieron lo mismo. A muchos se los veía cansados y agistados. Sus pechos y sus respiraciones eran fuertes, en todos se veía eso, en todos menos en la estrella principal la cual estaba intacta y impune.

─Antes de despedirnos quisiera agradecerle a una persona realmente importante en mi vida: ¡mi madre, Bae Yu-nin! -el público la ovasiono ya que con la fama de Irene su carrera en el mundo del valet volvió a ver el sol.

El personal se encargo se ayudarla a subir al escenario junto al resto: sus ojos se llenaron de luz y alegría mientras sentía el calor de la gente gritando por ella.

─Es un gusto estar hoy aquí pero a quien tenemos que aplaudir es a estos jovenes talentosos, por favor.

Otra ovación de aplausos invadió el complejo y las calles ya que como eran muchas las personas que iban a asistir el teatro Crytal P.J. tuvo que poner una gran pantalla a las afueras del edificio para que el resto de personas que no pudieron entrar y pagaron para ver la actuación no se pierdan nada.

La señora Bae se emocionó mucho. Siguió hablando varios minutos más. Irene sonreía al verla feliz mientras algunos de sus compañeros de actuación no lograban disimular eldesagrado que les causaba tener a esa señora entre ellos.

Teniendo en cuenta que esos compañeros son los mismos que tuvo desde su adolescencia desde que se unió a Crytal P.J. y que sabían como era el trato de la Señora Bae hacia ellos es de esperase sus reacciones. No obstante es solo con la señora Bae no tanto con Irene.

Después de haberse despedido del público y los mismos se hayan retirado todos los presentes actores se retiraron y fueron a sus camerinos para poder cambiarse y ponerse su ropa se gala ya que después de la presentación había una fiesta importante donde habrían muchas personas famosas.

─¿Irás con nostros a la fiesta, Irene? -pregunto una de sus compañeras con la que era más cercana, Jihyo.

─Ahh~... Bueno... -susurró dudosa.

─Ya déjala, Jihyo, solo pierdes tu tiempo con ella -interrumpió una se sus compañeras mirándola de pies a cabeza- ella no tiene autoridad sobre simisma.

─Oye, Choi, ya déjala -ordeno enojada.

─Oh~, vamos, Jihyo, no te enojes -dijo burlona- solo estoy diciendo la verdad. Para que ella haga algo primero debes preguntarle a su mamita querida -rió de la misma manera.

─¿Irene...? -la observo mientras la mencionada se acercaba a ella con una sonrisa poco usual.

─Fue suficiente -ordeno con una delicada voz. Levanto su mano y en un abrir y cerrar de ojos la abofeteo.

─¡Irene, tú...! -grito furiosa y al segundo se callo al ver su expresión que deba miedo.

─Te había advertido antes sobre meterte con mi madre, ¿no es así? -su contraria solo asintió- de todos modos, al menos yo sí tengo una madre que se preocupa por mí y esta presente, no como la tuya que... -hizo una pequeña mueca pensativa con los labios- oh, es verdad, te abandonó robandote todos los ahorros que tenías de todas las presentaciones y concursos en los que te inscribió. Que lástima.

─¡Ja! Ahora veo porque nadie quiere siquiera estar a tu lado -esbozo con ironía y sus ojos cristalizados. Le lanzó una mirada amenazadora y se fue de allí.

La verdad era que Irene no quería reaccionar de esa manera ni que el resto de personas la vieran en esa faseta, no obstante con el paso de los años más al haber comenzado en ese mundo siendo tan pequeña supo lo que iba a pasar si no forjaba un carácter fuerte.

Lo forjo de esa manera para que personas como su "compañera" de acto no sean un obstáculo en su carrera profesional. Asimismo no es la primera vez que ella o cualquier persona se metía con su madre.

─Irene... ¿Te encuentras bien? -pregunto Jihyo tomando sus manos.

─¿Ah? -la miro y rápidamente solto sus manos- ah, sí, estoy bien.

─Entonces, ¿irías conmigo a la fiesta? -le pregunto sonriente.

─Am~, no me gustan esos lugares, creo que ya te lo había dicho, además hoy nos invitaron a una cena para otro proyecto. Quizás la próxima, okay? -le sonrió sutilmente y se despidió de ella.

─Esa chica... -la observo a lo lejos dirigirse a su madre- enserio necesita un descanso -se susurró asimisma.

Una vez Irene con su madre saludo cordialmente a las personas a su al rededor, todas eran personas importantes y de gran prestigio.

─Su hija es una muchacha muy joven, me sorprendió mucho sus habilidades, ¿cuántos años tiene? -pregunto un hombre canoso de mediana edad propietario de un taller dedicado a la vestimenta en el valet.

─Ella tiene treinta y dos años -sonrió- aunque se ve más joven porque cuida mucho de su piel.

─Oh~, creí que tenía apenas unos veinticinco años -río suavemente- ¿qué le parece si te presento a mi hijo? Es un chico joven, creo que ambos harían una excelente pareja -indirectamente.

─Ah, no cre-... -fue interrumpida por su propia hija.

─Le agradezco tal propuesta indirecta pero lamentablemente tendré que rechazarla. Aún soy joven y quiero seguir exprimiendo mi carrera varios años más.

─Oh~, pero no serás joven por siempre y a mí me gustaría tener una nuera tan hermosa y talentosa como tú -exclamo con una mirada no apta para sus palabras mientras colocaba una mano en su hombro.

─Ése es un gran alago, pero -saco sutilmente su mano de su hombro y lo miro fijamente- no estoy interesada en esas cosas por el momento -observo a su madre e hizo que colocará su brazo al rededor del suyo- Madre, ya se nos esta haciendo tarde para la cita, ¿vamos?

Su madre solo asintió y ambas se dirigieron hacia su auto donde su chófer, la misma de años, Yoo-young, las estaba esperando para llevarlas a su nuevo destinó.

Unos minutos antes de llegar hizo que su chófer parará a un lado de la calle.

─Señorita Yoo-young, ¿podría salir un momento y dejarnos asolas?

─Sí, señora.

Obedeció y sin más salió. La señora Bae la miro, alzo su mano y la abofeteo. Su semblante era totalmente serio, estaba furiosa con Irene por su comportamiento.

─¡¿Pero quién te crees que eres para responderle así a las personas?! ¡¿ah?! -grito furiosa.

─Pero, mamá, yo solo...

─¡Tú solo nada! -exclamo. Miro hacia delante y trato de tranquilizarse- es la última vez, ¿queda claro?

─Sí...

─Señorita, Im, ya vámonos.

Ordeno y nuevamente retomaron su camino. Mientras tanto Irene se ponía maquillaje para ocultar lo rosado de su mejilla por la bofetada. Llegaron con el tiempo justo. Ambas bajaron mientras su chófer las esperaría en el auto.

Al entrar el mismo gerente del restaurante las recibió y las llevo a su mesa que estaba en una zona privada. Ambas saludaron y se sentaron.

─Oh~, nuestra querida Irene, lamentamos el haberte arrastrado aquí después de una presentación tan agotadora. Debes estar cansada, ¿no? -esbozo el director de la obra en la que horas atrás había participado.

─Ah, señor director, no se preocupe, estoy bien y gracias por su preocupación -sonrió tímidamente.

─A esto es a lo que me refería, ella es una luchadora y es muy educada por eso se la recomendé, señor Park.

Irene sonrió avergonzada por tantos alagados. Estaba nerviosa pero lo sabía disimular.

─Entonces, director Cha, ¿ya nos va a presentar? -pregunto la señora Bae.

─Oh, sí, pido una disculpa -hizo reverencia- él es el CEO del teatro Crytal P.J, el señor Park Ji-Byul. Ella es la representante de la señorira Irene, Bae Yu-nin, su madre.

─Es un gusto -dijeron ambos al mismo tiempo. Rieron discretamente y se saludaron de manera formal.

─Antes se seguir adelante con la reunión yo le tengo una pregunta a la señorita Irene -la observo- sé que has estado muchos años en Crystal P.J pero así como yo hay muchos que no saben tu nombre real, ¿cuál es?

─Irene es mi nombre artístico dado por mi madre -sonrió- mi nombre real es Bae Joohyun, es un placer.

─El placer es mío señorita Joohyun -se dieron un pequeño apretón de mano con una sutil reverencia con la cabeza.

Después de aquello la cena fue servida. Al terminar de comer la mesa fue despejada y los papeles puesto sobre la misma. Dialogaron sobre el contrato, el pago del mismo y su duración teniendo en cuenta el entrenamiento y las actividades como: entrevistas, fotografías y reuniones con fans.

─Señora Bae, este es nuestro registro de coreógrafos profesionales para que ayuden a la señorita Irene -le entrego la carpeta.

─Esto no es necesario yo... -fue interrumpida antes de tener la intención de devolver la carpeta.

─Sé que usted la ha entrenado desde que era una niña, no obstante esta es la última interpretación antes de mi retiro y quiero que sea especial y para ello necesito ver sentimientos, emociones reales. Aunque usted haya hecho un excelente trabajo en esta ocasión necesito que este de acuerdo con que alguien más la instruya -explicó el señor Park.

─Señora Bae, tenga en cuenta que este punto esta especificado en el contrato. De firmarlo deberá aceptar las condiciones de la misma.

─Comprendo -asintió la cabeza varias veces pensativa. Realmente de todos los puntos ese era el que no le gustaba.

Aún así no podía no firmarlo ya que era un contrato millonario además de que el señor Park fue de las personas que más apoyo la carrera de su hija.

─Bien, Irene, ¿estás de acuerdo? -pregunto el señor Park.

─Ah, bueno... -miro a su madre- ¿Mamá?

─Bae Joohyun, la pregunta es solo para ti -serio esbozo el señor Park.

─Yo -observo a su madre y la misma asintió sutilmente- estoy de acuerdo.

─Bien, ¿señora Bae? -la mencionada asintió con la cabeza.

Le acercaron los papeles a ambas partes, el señor Park y la señora Bae firmaron el contrato. Antes de finalizar la cena se les dio una copia de la obra que Irene interpretaría para fin de año.

Aún quedaba mucho tiempo para realizar el entrenamiento no obstante ellas prefirieron empezar lo antes posible empezando por la obra. Quedaban al rededor de cinco meses para el fin de año así que los dos primeros lo usarían para la base y la interpretación básica de la obra.

Si lo hacían de esa manera la señora Bae podía seguir teniendo cierta autoría sobre la obra y su hija, además, en los tres meses restantes, por contrato, una o dos veces en la semana iría alguien a ver el progreso del entrenamiento donde solo tenía que estar Irene, el coreógrafo asignado y la persona encargada del seguimiento.

Desde el momento que iniciaron con el ensayo la señora Bae fue mucho más severa con ella, más que lo usual.

[Fin de los dos meses "libres"]

La señora Bae se encontraba en la sala se su gran casa, sentada en uno de los sofás con las piernas cruzadas mirando una carpeta sobre la mesita de cristal.

《¿Por qué demonios Irene necesitaría un coreógrafo profesional siendo yo una estrella hace años?》-Pensaba frustrada con el seño fruncido.

─¿Señora Bae? ¿Señora Bae se encuentra bien? -pregunto una se sus empleadas con una bandeja en sus manos.

─¿Ah? -la miro confusa.

─Aquí esta el jugo de naranja y maracuya que pidió -lo dejo sobre la pesa con una pajilla de aluminio al lado y una crema de limón como postre.

─Ah, sí, gracias pero esto no pedí -refiriéndose a la crema de limón.

─No, pero se lo preparé especialmente para usted. Escuché que a las personas estresadas y que se pierden en sus pensamientos les hace bien este tipo de postre. Espero que lo disfruté -hizo una reverencia y se fue.

─¿Estresada y pensativa? Mm, quizás sí lo este -se susurró así misma entre pensamientos.

Agarro la carpeta y con un marcador rojo comenzó a trachar a los instructores aunque solo tacho a los hombres sin leer su biografía. Cabe recalcar que ella nunca le ha permitido a su hija acercarse a unos hombres incluyendo a sus empleados encargados de la limpieza del jardín, podadores, electricistas, etcétera.

Era evidente que los descartaría. Al final solo quedaron dos mujeres en toda lista: una llamada Kim Yong-Sun, cantautora, youtuber, actriz y coreógrafa profesional de danza hace 5 años. La otra se llama Kang Seul-Gi, Coreógrafa profesional hace 7 años. Enseña hip-hop, contemporáneo y valet.

[Ding dong]

El tiembre sonó y una de las empleadas abrió. La misma la dirigió hacia la señora Bae y se presento.

─Es un gusto conocerla. Soy Jung Ho-Seok, el representante del señor Park Ji-Byul, la persona asignada para el seguimiento de la señorita Bae Joo-hyun.

La formalidad y buena educación del joven casi la deja sin habla a la señora Bae. Suspiro hondo y se relajo nuevamente. A pesar de ello no le gustaba nada la idea que fuera un hombre el que le diera seguimiento.

─Encantada -fingió una cordial sonrisa- por favor no se quede parado y sientese -el mencionado solo obedeció.

─Iré directo al punto -la miro- ¿ya tiene a la persona que se encargará de entrenar a la señorita Irene?

─Sí.

─¿Puede decirme a quién escogió de entre todos?

─Ella. Kang Seulgi.

─Mm, una excelente elección déjeme decirle. De entre todos ella siempre fue la más destacada y solicutada. Felicidades, con ella todo saldrá bien.

─Mm~, eso espero.

Dijo inconforme. Después de arreglar los papeles, los días que vendría ella, las horas de ensayo y demás el joven Jung se retiró de tan incómoda reunión.




[En el otro lado]

*{─Hola, ¿Señorita Kang?

─¿Hola? ¿Señor Park?

─Asimismo, soy yo. ¿cómo has estado? ¿Canadá te trata bien?

─¿Pero qué es esa pregunta? Claro que sí. Aproveche cada oportunidad aquí gracias a usted -sonrió.

─Me alegro por ti, niña -rió- ¿Estás lista para volver a Corea?

─Solo si ya me tienes un verdadero desafío, ¿lo tienes?

─Oye, ¿por quién me tomas? No te habría llamado si no fuera por ello -esbozo fingiendo indignación.

─Ay, querido viejito, tú no cambias -rió fuerte- Okay! Nos vemos en dos días.

─¿Dos días?

─Sí. El viaje es largo además quiero descansar antes de volver al trabajo. Ahora estoy ocupada, te llamo cuando este allá y haya descansado. Goodnight!}*

Colgó la llamada y el señor Park solo río: 《¿"buenas noches"? Sí aquí apenas son las cinco de la tarde》-dijo entre pensamientos.

*─¿Quién era? -pregunto sierta muchacha que estaba apoyada en su regazo.

─Alguien a quien le debo mucho en mi vida -sonrió- ¿continuamos donde nos quedamos? Esta será nuestra última noche juntas.

─No... -la miro- ¿hablas en serio? -su contraria asintió.

─Relájate un poco y no tenses tus piernas.*

**
parte en inglés.

Con delicados besos bajo desde sus labios, cuello, clavícula, pechos, abdomen hasta su entre pierna. Solo bastaba escucharla gemir para exitarla y hacerlo hasta que llegará al clímax.

Elegirla, llamarla, hacer que se conozcan: ¿Quién diría qué ese sería el inició de todo?




─¿Kang Seulgi? -pregunto un joven acercándose a la mesa que estaba ella.

─Amm~... -lo miro extrañada- sí soy yo, ¿y tú eres...?

─Oh, lo siento, soy Jung Hoseok, el representante del señor Park Ji-Byul, es un gusto al fin conocerla -hizo una reverencia.

─No sabía que el abuelo al fin aceptaría tener un representante -dijo pensativa.

─¿Puedo sentarme?

─Ah, discúlpame, por favor siéntate -señalo a la silla con ambas manos.

─Para comenzar, el señor Park no pudo venir por asuntos personales que desconozco por si preguntas -señalo.

─¿Cómo sabías qué preguntarí...? -le miro fijamente- ¿él te lo dijo? -su contrario asintió- ¡ahh! A ese viejo no se le escapa nada -rió sutilmente.

─Así es. En fin. El señor Park me dio su currículum y toda su in formación, también me hablo mucho de su persona. Según mi experiencia usted logrará lo que el señor Park se propuso.

─¿Sobre la presentación? -pregunto confundida.

─Esto va más allá de la presentación de cierre de año, pero antes que diga nada -la interrumpió antes que pudiera hablar- no puedo darle esa información.

─¿Por qué no?

─Fue a petición del señor Park. No obstante si puedo darle esto -le acerco un sobre- esta es la información de la señorita Bae Joohyun, mejor conocida por su nombre artístico "Irene". Es una pródigo y es la miembro más importante en Crytal P.J.

─Ahora entiendo a lo que se refería -susurró no tan bajo observando los papeles con toda la información se la anteriormente mencionada.

─Siendo honesto, señorita Kang, no va a tener tantos problemas con la señorita Irene, no obstante debe cuidarse de su madre, la señora Bae Yu-nin. En ése sobre también esta la información de ella. Cuando este en esa casa actúe normal y trate de seguir sus ordenes lo mejor que pueda. La señora Bae no es alguien fácil con la que lidear.

─Comprendo. Leeré esto atentamente y gracias por la informaciónme será muy útil.

─Bien -sonrió- si llegases a tener alguna duda en el transcurso de estos tres meses esta es mi tarjeta -la saco de su estuche y se la acerco- sientete libre de llamarme o mandarme un mensaje.

─Lo tendre en cuenta -le sonrió, guardo la tarjeta en su cartera y se levantó para irse.

─Ah, una última cosa: empiezas mañana, seis treinta de la mañana. Detrás de la tarjeta con mi número esta la dirección de las Bae.

Seulgi solo asintió, hizo una reverencia y se retiro del lugar. Tomó un taxi y se dirigió a su casa; un departamento en Gangnam. Ella estaba en el penthouse del edificio.

Se saco los zapatos, tiro el boslo y la chaqueta que llevaba puesta, se dirigió al gran sofá de la sala y se dejo caer.

─Irene, ¿ah? -miro hacia el techo colocando su brazo en sus ojos- ¿Por qué el viejo estaría tan interesado en ella? ¡Aish! -se quejo- mejor voy a dormir y mañana ya veré.

Se dijo asimisma mientras agarraba una manta que estaba sobre el mismo sofá y se tapo quedándose dormida.




[Al día siguiente: 05:00 a.m.]

En la mañana temprano al menos una hora antes salió de su departamento ya que la casa de las Bae quedaba bastante lejos de donde vivía Seulgi. Como tiene auto partícula no se hizo problemas con el tiempo.

Treinta minutos antes de la hora acordada paso por una cafetería que estaba a solo una cuadra de la casa y desayuno allí mientras leía unos documentos de otro trabajo pendiente.

[Llamada entrante: número desconocido]

*{─¡Hola! ¿Por qué no me haz llamado?

─¿Alice? -pregunto sorprendida- ¿cómo obtuviste mi número?

─Tengo contactos -rió juguetona- es broma, se lo pedi a Joy antes de que se fuera.

─¿Joy? Oye, ¿no crees qué esto es excesivo? -claramente no se esperaba esa llamada.

─Pero... Solo quería hablar contigo, mi cama te extraña y... -la interrumpió.

─Te habia dejado claro que esa noche iba a ser la última. Esa aventura terminaría esa misma noche.

─¿Aventura? ¿Eso fuimos?

─Nunca fuimos algo serio y lo sabes -miro la hora de su reloj-. Escucha, no me vuelvas a llamar, debo trabajar y por favor, ya olvídate de "lo nuestro".}*

Colgó la llamada y rápidamente se dirigió a la casa Bae caminando. Toco el timbre llegando dos minutos antes.

La misma fue recibida por la ama de llaves de la mansión y dirigida hacia la puerta principal. Una vez dentro la misma ama de llaves la dirigió a la sala principal donde le dijo que se sentará y esperará.

《Que energía más tensa, literalmente la podría cortar con un dedo》-pensó sintiéndose algo incómoda.

─Lamento la demora, ocurrió algo de imprevisto -saludo con una sutil referencia con la cabeza.

─No se preocupe -saludo formalmente- soy Kang Seulgi, es un gusto. He de suponer que ya leyó mi historial y currículum, ¿no es así?

─Claro. Tienes una carrera bastante limpia para ser tan joven.

─He podido lograr todo eso gracias al señor Park. Él fue muy importante en mi carrera -afirmó con una sonrisa de labios cerrados.

─Bien. En todo caso...

─¡Mamá, el salón de ensayo esta listo! -interrumpió topándose con la inesperada visita.

─Lamento el alboroto -se levantó del asiento y dirigió a su hija-. Ella es Irene, mi única hija y actual estrella de Crystal P.J.

─Es un gusto señorita... -hizo una reverencia formal.

─Kang Seulgi, pero desde ahora puedes llamarme solo Seulgi -se presento haciendo una reverencia-. Hagamos que la convivencia sea amigable.

─Eso me gustaría -le sonrió sutilmente sin mostrar sus dientes.

─Como ya se presentaron ¿qué le parece si vamos al estudio?

Seulgi asintió con la cabeza. La señora Bae camino al frente mientras ellas dos iban atrás siguiendola. Irene quedo sorprendida por su llegada y Seulgi por lo inexplicablemente belleza, un factor importante en su carrera.

Al llegar al estudio después de recorrer un largo pasillo quedo realmente sorprendida por lo grande, limpio y bien iluminado que estaba, ni en sus sueños había llegado a ver un lugar tan lindo como ése.

─¡Wow! -exclamo asombrada- déjeme decirle que este lugar es realmente bello.

─Gracias. Es lo menos que podía darle a mi única hija.

─Bueno. Creo que ya fue suficiente -hablo ya en un tono serio- Señorita, Irene, ¿te parece si comenzamos? Pero antes ponte algo con lo que te sientas cómodo.

Irene solo asintió y se fue al vestidor del mismo estudió. Seulgi dejo su bolso en el suelo y antes de empezar a calentar noto que la señora Bae seguía en el mismo cuarto.

─Señora Bae, no quiero sonar irrespetuosa el primer día pero sabe qué no puedo estar en el salón una vez yo este aquí, esta en el contrato -la miro de reojo.

─Lo sé, solo estaba viendo que te fuera cómodo el lugar -su tono de voz claramente no era amigable.

─Oh~, claro que lo es. Gracias por este espacio -sonrió de lado.

La señora Bae no dijo más nada y se retiro. Era obvio que la idea no le terminaba de gustar no obstante no tenía otra opción.

A los minutos salió irene del vestidor ya preparada para empezar. Seulgi la observo detenidamente y confirmo que es mucho más linda en persona que en fotografías. Sonrió casi inconcientemente por su pensar.

Ambas ya habían leído la obra, tenían la musica ya solo faltaba practicar. Cabe recalcar que Seulgi además de ser conocida por sus excelentes trabajos es alguien bastante exigente aunque no al punto de lo inaceptable: ella se toma muy en serio su trabajo y los sentimientos u emociones que la misma solicite. Es alguien muy empatica por lo que comprende demasiado bien esas emociones.

─¡No! ¡Otra vez! -ordeno reproduciendo por doceava vez la música- ¡Otra vez! -siguió- ¡Otra vez!

Ihnalo profundo, apago la música, agarro el cuadernillo donde estaba la obra y se fue a sentar lejos de ella apoyando su espalda en el vidrio que daba al jardín.

Irene la observo y se fue a sentar a su lado dejando una pequeña distancia entre ambas.

─Dime, ¿Lo haz leído atentamente? -pregunto mostrándole el cuadernillo.

─Si lo hice pe-...

─¡Genial! -exclamo con exageración- ¡Porque pareciera que solo le has hechado una ojeada a lo qué me importar! ¡Aish!

─Yo... -quiso hablar pero fue nuevamente interrumpida.

─Escucha, necesito que muestres las mismas emociones que te pide la historia, ¿cómo piensas trasmitir esos sentimientos al público con esos movimientos robóticos e inexpresivo? ¿Ah?

Estaba furiosa y frustrada al mismo tiempo. Para Seulgi no era la primera vez lideando con personas como Irene y aunque era la primer clase inexplicablemente se sentía agobiada, más porque aunque le explicará su estudiante no parecía comprender lo que le decía tal como estar hablándole en un idioma completamente diferente.

─¿Podemos intentarlo otra vez?

Pregunto Irene rascando el costado de su uña con la mirada puesta en el espejo del salón.

Seulgi suspiró hondo y continuaron con la práctica. Los minutos y las horas pasaron hasta que sin darse cuenta se hizo la hora de terminar.

─¡Bien! ¡Es todo por el día de hoy! -exclamo Seulgi cansada acomodando sus cosas para irse.

─Señorita Kang... -se acerco a ella- por favor tengame paciencia -suplicó con una reverencia de ciento ochenta grados.

─Descuida -hizo que se parará derecha- aún hay mucho camino por recorrer y esta tan solo fue la primer clase -dio una sonrisa sutil-. Debes prepararte bien porque soy muy exigente. Ah, otra cosa, no quiero que practiques hasta que yo llegué.

Irene asintió a la advertencia. Seulgi no era tonta, sabía que ella ya estaba practicando antes de su llehada y su condición física no era la más óptima.

Antes de salir ambas se despidieron amigablemente. Camino todo el pasillo y una vez llego a la puerta se topo con la señora de la casa.

─Buenas tardes señora, ya me retiro -sonrió sin mostrar sus dientes y una reverencia.

─Que puntual eres -dijo con cierta ironía.

─Siempre lo he sido, señora Bae -nuevamente sonrió arugando su nariz-. Ah, y le quería hacer una petición.

─¿Qué clase de petición? -arqueo una ceja.

─Deje descansar a la señorita Irene, no es una maquina además de que su rendimiento no es el más óptimo en estos momentos. Necesito a una Irene descansada, relajada y fresca cual lechuda.

─¡Ja! -rió- ¿No te parece pedir mucho para ser el primer día?

─Por esa misma razón se lo estoy diciendo ahora. Son tres meses los que me va a ver aquí y preferiría dejar las cosas claras desde el primer día -colocó una mano en la manija de la puerta y antes de abrirala dijo-. Ah, y si tiene algún inconveniente conmigo hable con el señor Park, él es mi representante. Que tanga una buena tarde.

Dejándola con la última palabra en la boca Seulgi se retiro del lugar. Al salir a la calle camino una cuadra donde estaba su auto, se subió al mismo y dio comienzo a su camino devuelta a casa.

《¡Aish! ¿cómo carajos fui tan irrespetuosa?》-se quejo entre pensamientos golpeando su boca con una de sus manos libres.

[Llamada entrante: Viejo ♡]

Suspiro hondo, agarro el manos libres y respondió a la llamada.

{─Hola, viejito, ¿sucede algo?

─No, no es nada. ¿Ya estás volviendo a tu casa?

─Sí, aunque todavía estoy lejos, ¿por qué?

─Te conseguí un lugar cerca de la casa Bae, ya esta amueblado, limpio y con mucha comida en la nevera. Ve y quédate ahí estos tres meses.

─Pero... -dudosa y preocupada- mi hija esta en el departamento en Gangnam.

─¿Duquesa? -sonrió tras la llamada- no te preocupes por ella, ya hay alguien que la cuidará y pronto te llamará.

─¿Eh? Tú~... -fue interrumpida.

─Ya te envíe la dirección. Ve, duchate, ponte algo cómodo, come bien y descansa. Goodbye! -colgo la llamada.}

─Ay, ese viejo.

Rió sutilmente. Puso el gps y se dirigió al lugar. Era una pequeña casa que estaba a solo cinco cuadras de la casa Bae cosa que le venía muy bien.

Justo una cuadra antes de llegar vió una tienda donde vendían bicicletas así que aprovecho y se compro una. La metió en la cajuela del auto hasta llegar. Una vez allí hizo entrar el auto a la cochera: primero saco la bicicleta y después su bolso y llaves.

Estaba agotada. Con pereza hizo todo lo que el señor Park le dijo que hiciera.

[Por otro lado: Irene]

─Mamá, ya estoy lista para seguir enseyando.

Fue hasta donde estaba ella, sentada en uno de los sofás leyendo un libro con un pequeña taza de té a su lado.

─¿Mamá? -la miro extrañada.

─Ve a ducharte, haz que la señora Choi te preparé algo de comer y luego vete a dormir.

─Pero...

─Ahora.

Ordeno con clara molestia en su tono de voz. Irene lo noto y solo obedeció a la orden. Ella se sentía algo extraña al hacer lo que le ordenaron aunque a su vez sin darse cuenta se sentía aliviada.

Estuvo algunos largos minutos en la ducha dejando reposar sus cansados pies en el agua tibia. Sentía que fácilmente podría quedarse dormida allí de lo exhausta que estaba.

Despejó su mente y al fin salió de la ducha, tomo una toalla y se envolvió. Se dirigió al espejo y allí miro detenidamente su rostro cansado.

─Señorita, Joohyun, ¿ya se puso su pijama? -pregunto la señora Choi antes de entrar, empleada del lugar.

─¡Sí! -afirmo- Por favor, pasa.

─Aquí esta su cena, que la disfruté -le sonrió dejando la bandeja sobre una pequeña mesita en la misma habitación.

─Señora Choi, ¿puede hacerme compañía? -pregunto sonriente.

─Lo siento, señorita, usted más que nadie sabe que tengo prohibido hacer eso. Discúlpame -ella asintió- la dejo cenar.

La empleada se retiro del lugar dejando a Irene en la gran habitación sola. Ella suspiró. Se acercó a la mesita, se sentó y le dio algunos bocados a su comida para luego irse al baño rápidamente.

─Esto es una...

Susurró para ella misma. Salió del baño y se acostó a dormir.

Mientras tanto en casa de Seulgi: ella estaba acostada en la cama leyendo el cuadernillo con un lápiz negro en la boca. Estaba modificando sutilmente algunas partes para que se acloparan a Irene después de ver su técnica de baile.

[Llamada entrante: Wife* ♡] (esposa)

{─¡Esposa~! -griro fuerte haciendo que Seulgi alejara el celular de su oreja- ¿Me extrañaste? ¿Mm~?

─Sabes que siempre te extraño solo por favor, deja se gritar cuando me llamas, ¿sí? -un poquito molesta dijo.

─Lo siento. Oye, adivina qué -emocionada.

─¿Qué?

─Estoy en Gangnam en un lugar extremadamente lujoso junto con una peculiar compañera, ¿quieres verla?

─¿Ah? ¿Pero de qué habl-...? -al aceptar la videollamada vio a su gatita acostada en su cama.

─Sabía que te sorprenderías -rió con una gran sonrisa en los labios registrándose en la casa-. El abuelo me llamo y me dijo que me quedara en tu departamento.

─Ese viejo -suspiró- ¿cuándo volviste? -pregunto curiosa.

─Hoy en la tarde. No te preocupes, yo la cuidare bien. Ella me adora, soy su tía favorita -dijo mientras entento abrazarla mientras estaba acostada pero la misma se fue al sentirla- ¡Oye~! -se quejo.

─Tonta. Ella no quiere a nadie más que a su mamá -rió burlona-. Hablando de otra cosa, ¿tú le diste mi nuevo número a Alice?

─¿Qué? No, ¿por qué haría eso? -pregunto extrañada- si tú me dijiste que no se lo dier-... -le vino un pequeño recuerdo.

─¿Qué pasa?

─El día que tú viniste a Corea dos días antes de que yo también lo hiciera habiamos ido a una fiesta y nos estabamos tomando fotos con mi celular, creo que me distraje y lo saco de ahí. ¿Por qué? ¿te llamo?

─Ahora lo entiendo -murmuro pensativa-. Sí, me llamo. Oye, si te llama a ti también bloqueala y no le digas donde vivo.

─Sí, sí, no hay problema. Bueno ya te dejo, es muy tarde y mañana debo trabajar.

─Okay! Igual yo. Nos vemos en otra ocasión.

─Claro. Adiós esposa}.

Sonrió a la cámara y colgó la llamada. Inhalo profundo, miro la hora, dejo el cuadernillo en la mesita de luz y se acostó a dormir. Mañana nuevamente sería un día agotar.



....

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