Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Epílogo

Aang

Mientras los hombres de Lou me arrastran lejos del lugar donde está Thais me doy cuenta que estoy dentro de un almacén. Aunque no tengo un rastreador, sigue siendo una estupidez de sitio al que llevarme.

Seguramente Elliot me está siguiendo la pista de cerca cuando se interrumpió la conexión, lo cual le había confirmado que nos van a mantener en París. Elliot es muy observador para las cosas importantes.

Irónicamente, no estamos más que a media hora de la antigua base de la Academia. Es probable que Lou hubiese escogido el lugar por lo cerca que está de casa. Elliot nunca esperaría encontrarme tan cerca. Pero Elliot es inteligente, igual que los hombres que trabajan para nosotros. No descansará hasta haberme encontrado.

En cambio, Thais... Estaría triste y débil en ese preciso instante por lo que me pudiera pasar.

Estará más asustada de lo que lo había estado en toda su vida. Trata de ser valiente pero en el fondo es tan frágil como el pétalo de una rosa aunque tenga instinto de una asesina.

Perderme significaría perder una parte de sí misma. Ella es fuerte solo cuando se trata de perder a otra persona, yo soy su debilidad tanto como ella es la mía.

No puedo pensar demasiado en ello porque se me parte el corazón. Tengo que salir de allí por ella.

Sé que ella saldrá adelante. Lo hizo cuando la secuestraron.

Se resistió y peleó. Aquella mujer es fuerte.

Ella logrará sobrevivir sin mí.

Es la mujer más fuerte que he conocido en toda mi vida.

Siento ira por haber confiado en Lou.

La ira en estos momentos está consumiéndome.

Cada respiración entrecortada que tomo es agotada por esa emoción rota.

Jamás había odiado tanto a alguien como ahora.

—Lars... —espeto sin apartar mis ojos de ella—. ¿Trabaja para ti?

—Lars —se ríe Lou—. Mi soldado perfecto, mi hombre de confianza. Mmm... Fue mi caballo de Troya.

—Has estado manipulando mi vida desde que te conocí —acuso.

—Has hecho lo mismo con Thais —bufa.

—¿Por qué haces esto a ella?

—Oh, Dios —pone los ojos en blanco. —¿Eres lento? ¿Eres una de esas personas especiales que necesitan que les expliquen las cosas mil veces? —toma asiento frente a mí en una silla que ya está ahí. Su mandíbula se aprieta y las fosas nasales se encienden. Sus ojos no son más que pozos de oscuridad. —Sabes —susurra y se acomoda en su asiento—, durante toda mi infancia, siempre sentí que había una desconexión entre mi padre y yo. Como si él, no sé, no me quisiera. Y cuando murió mi hermano, no me sentí triste. No —Sonríe como una maldita maníaca—, me sentí libre. Libre para ser yo y hacer lo que quisiera sin tener que preocuparme por la mirada de desaprobación de mi padre porque no le quedaría de otra que dejarme como la heredera universal de todo si quería que su legado continuará, además, yo ya había robado a la mayoría de sus hombres. Y aún me miraba igual y hacía todo para dejarme fuera, por lo que no dejé de preguntarme por qué siempre parecía no gustarle.

Lou inclina el cuello y mira al techo.

—Entonces mi hermana vuelve de la tumba, viva y sana, toda esta jodida y sombría historia de secuestro, huevo y acciones, y a saber qué mierda más —su mirada se dirige a la mía. —Y entonces me di cuenta que es por ella. Mi padre no me quería porque cada vez que me miraba, todo lo que veía... era ella. La hija del amor de su vida que deseaba tener —se levanta de su asiento y trago con fuerza mientras sus facciones se oscurecen por momentos—. Verás, Aang, ella ha arruinado mi vida incluso antes de que volviera de entre los malditos muertos. Ha estado arruinando mi vida desde el día en que nací y no obstante con eso tuvo que quedarse contigo.

Aprieta los puños, mis entrañas se enroscan con fuerza.

—O tal vez tu padre simplemente supo la mierda que realmente eres y quería que su legado terminará en otra persona.

—Pero soy su sangre —se queja. —Todos dicen que soy una copia de él.

—¿Has pensado que no te quiere ahí por eso mismo? ¿Qué tú parecido con él es lo que le impide amarte porque sabe de lo que eres capaz?

—¡Soy su hija! —grita. —Es lo único que debería importarle.

—Tu pobre trauma no me conmueve, Louise. Estoy harto de las personas que por un lado son egocéntricos y por el otro viven victimizándose. ¡Por Dios, crece!

—Hagamos un trato Aang. Thais es una carga muy pesada para ti, ponle una bala en su maldita cabeza. Acabemos con eso —sus manos cuelgan a los costados, y ambas se aprietan en los puños. —Todo lo que tenía que hacer era darte el huevo. Tiene suerte de que hubieras estado interesado en ella. Pero ella no entiende la lealtad, no se lo merece. Ponla en el suelo. Y te prometo un reinado.

Me mantengo firme y no reacciono. —Tú fuiste quien me hizo secuestrarla desde un principio en busca de la supuesta información. Todo esto sucedió por tu culpa. Trajiste a una extraña a mi vida cuando en realidad sabías toda la verdad. Si no hubieras puesto la duda en mí nunca la hubiera acercado a mí. En todo caso, me hubiera olvidado del trato con Elliot hace años y las ganas que tenía de follarla al verla en el bar, pero fuiste insistente una y otra y otra vez. Así que, fui por ella. Causa y efecto.

Da un paso más cerca de mí.

—Era necesario.

—Ahora es necesario que se quede.

—Jesús, Aang. ¿Por qué la trajiste de nuevo a tu vida?

—La razón no te importa.

—La llevaste a esa maldita casa, Aang, después de haberte rogado tantas veces que me llevaras contigo siempre que no tuvieras negocios. —Sus ojos brillan, y Dios mío, no estoy de humor para hacer el puto numerito—. Te pedí que la dejaras ir, joder, y tú seguías dándome excusa tras excusa.

—Jesús —digo con fastidio—. Le has mentido, ¿verdad? El día que me apuñaló tú alteraste el vídeo para mostrar solamente las partes que te convenía. No enseñaste que te rechace cuando me besaste.

Una sonrisa torcida aparece en su labio.

—Sí, he mentido, joder —escupe—. Mentí porque no iba a dejar que una huérfana que recogiste de las malditas calles se regodearse de vivir la vida que yo quería. Incluso está en el maldito testamento de mi padre cuando no es nadie para él. Solo es la hija bastarda que una vez él quiso matar al descubrir la traición de Aleksandra.

Maldigo, sabiendo exactamente el daño que habían causado las mentiras de Lou.

—Conseguiste lo que querías —continúa Lou con las mejillas rojas del coraje y los ojos desorbitados—. La secuestraste y conseguiste que papá dejará de pedir tu cabeza por la muerte de mi hermano. ¿Por qué seguir con la farsa? Mátala y ya está.

—No pienso dejarla ir ni matarla.

Sus ojos se entrecierran. —La mataré yo, entonces.

—Que caiga solo una gota de sus lágrimas y las próximas gotas que caerán del cielo serán de sangre —digo con los dientes apretados. —No me provoques Lou, porque sabes que sería capaz de matarte. Realmente vas a ver en carne propia la oscuridad que me rodea sin ella.

Lou sonríe sin gracia. —Ya no eres un adolescente, Aang. ¿Por qué sigues tan débil por un coño? Matarla es la elección pragmática. Es una elección que está justificado a hacer. Ella o todos los que están de tu lado.

Niego con la cabeza.

Jamás podría matarla. A Thais no. Una persona buena la sacrificaría para salvar a los demás, pero yo no soy una buena persona ni un puto héroe y temo decir que ella es mi mundo.

—Aang —Lou baja la voz y se vuelve letal. —Mátala.

La miro con desdén.

—¿Me has oído? —dice. —Mátala de una maldita vez.

Estoy en completo silencio en medio de la noche. Por supuesto que lo escuché.

—Ella no merece tu protección, Aang. Ella es una puta mentirosa y te va a traicionar en un futuro próximo. Ella merece morir como la bastarda que es.

Mis ojos se estrechan en su rostro, nervioso por el insulto que ella no merece.

—Mátala. O te mataré —ahora estamos juntos, nuestros ojos entrecerrados y llenos de amenaza. —Pon esa perra en el suelo, o lo haré yo mismo. Y luego te arrojaré con ella.

»Yo soy hija única, hija de Viktor Green. Princesa de la mafia de los Marino. Gánster notorio y cabecilla de La Famiglia. Mi nombre apareció en las noticias el día que nací. La prensa me apodó Princesa de la Mafia, y lo que no saben es que mi tío Marino solo era el rostro de mi legado. Mi padre tiene las manos sucias en todo, como los hombres antes que él. Drogas. Pistolas. Clubs. Diamantes. Lo que sea, estuvo involucrado de alguna manera, condición o forma. La única razón por la que no está cumpliendo cadena perpetua en prisión es porque es intocable. Políticos. Policías. Detectives. Oficiales. Jueces. La lista sigue y sigue... Todos son corruptos y a todos los metió en su bolsillo. Él es la definición de crimen organizado, y hay muy pocas cosas que no posee y opero. No se puede rastrear ni una maldita cosa hasta él. Ha construido un imperio sobre nada más que mierdas sombría. Todo eso puede ser compartido contigo si la matas por mí, te quedarás con parte de su herencia.

La miro con fastidio.

Le hablé miles de veces sobre ese lugar, le dije todo lo que pasé en ese maldito agujero llamado Academia. Le dije cuán difícil fue para mí. Ella me apoyaba dándome consejos, incluso dijo que me admiraba y me incito a aprender antes de salir. Todo fue una mentira, ella quería mi entrenamiento. Siempre fue ella. Fue Lou desde un principio, fingió ser mi amiga-amante para que nunca sospechara, dejé que su edad me sedujera. Se ganó mi confianza, y esperó el momento perfecto para apuñalarme. Solo por qué.

¿Por poder?

—La elijo a ella.

—Interesante —dice—. ¿Estás seguro, Aang? Siempre te vi como uno de mis favoritos. Te ofrezco algo mucho mejor que la muerte.

—Prefiero la muerte —escupo—. Mátame.

La ira que se apodera de su rostro es indescriptible. Dos explosiones ocurren en sus ojos, y sus cejas se fruncen como si no pudiera creer lo que acabo de decir. Como una nube ondulante a punto de lanzar una tormenta, sus ojos se vuelven más y más oscuros.

—Terminaré contigo de la peor manera.

—¿Por qué sigues hablando?

—¡Guardias! —grita colerica. —¡Traigan a la chica!

La puerta se abre, y entra Lars con Thais, y otros guardias.

—Quita tus manos de ella —gruño entre dientes. —No la toques. Si quieres vivir. Hablo en serio, Lou. Toca uno solo de sus cabellos y conocerás la razón por la que la muerte ha decidido evadirme toda su vida. No habrá lugar al que puedas esconderte, porque te perseguiré hasta en el infierno, si hace falta.

—¿La eliges a ella sobre mí? Bien —Lou mantiene su sonrisa. —Denle una lección a su pequeña —ordena.

Uno de los hombres se abalanza sobre Thais, golpea su pequeño cuerpo y lanza un puñetazo contra su mandíbula. Utiliza toda su energía para causar el mayor daño posible, para hacer que Thais sangre y le duela.

Mis ojos van de una pesadilla a la siguiente con una mirada amplia.

Los golpes están llenos de ira y jadeo con fuerza. Incapaz de contener mis emociones, asfixiado por mi próximo aliento.

Mi pecho se aprieta.

Toda la sangre sale de mis venas.

De repente me estoy helando.

Un maldito frío amargo.

Mi cuerpo está pegados a la maldita silla sucia debajo de mí. Arrastrándome directamente al infierno donde el diablo me quiere, en su casa.

Veo a Thais protegiendo su cuerpo y sus gritos de horror me paralizan mientras más hombres se unen. Nuestros ojos permanecen conectados durante varios segundos.

Maldición podrían haber sido horas. El tiempo simplemente se detiene. No es hasta que mis ojos se alzan hacia los de ellos, que no lo pienso dos veces. Intento desatarme pero no puedo, así que, ruego—: Por favor, no lo hagas.

Las lágrimas escapan de mis ojos, no había forma de ocultarlas. Nunca había sentido una devastación como esta. Me estoy rompiendo, destrozando, aplastando mis huesos, haciéndome pedazos.

Uno a uno. Yo soy una pila de cenizas.

—Por favor —suplico sin vergüenza. —No la mates.

Pienso que lo sabía todo, lo había visto todo y lo había experimentado todo.

Estaba equivocado.

Tan. Equivocado.

—Te lo ruego —no dudo en mi decisión cuando hablo con convicción... Terminando con todo. —Mejor mátame a mí, Lou.

—El mismísimo Aang Briand está rogando. Este momento es memorable.

—Jefa, tenemos problemas —informa Lars mirando a Lou—. Ahora mismo estamos siento atacados. Han accedido a la base de datos, y se ha identificado un helicóptero entrando en el espacio. Cientos de hombres están atacando nuestra base. La organización...

—¿Qué organización? —inquiere ella. —¿Quién se atrevió?

—Elliot y Terrence, jefa.

Suspira. —Reduciré todo lo que quieres en cenizas si es lo que se necesita para que vuelvas a mí, Aang.

Ella aclara la garganta antes de hablar.

—Lo que ambos tienen no es amor, es solo un placer violento que arrasa con todo...

Me da la espalda.

—Y todos los placeres violentos merecen un final violento.

Todo sucede en un segundo.

Antes de que pueda darme cuenta, Lou se acerca a Thais, se pone en cuclillas, saca un puñal que tenía debajo del vestido y la clava en el vientre de Thais. La sangre comienza a brotar a borbotones mientras sus ojos permanecen fijos en los míos.

El latir de mi corazón es antinatural.

Lou continúa hablando con la voz hueca. —Los finales solo son comienzos. Un nuevo capítulo empieza y será entre tú y yo, Aang.

—Jefa, nuestros hombres están muertos —balbucea Lars—. Necesitamos irnos.

—Lo tengo todo bajo control —espeta Lou—. Esos idiotas no podrán conmigo.

Mis ojos solo están en Thais.

—Thais, no cierres los ojos —sollozo. —Por favor... pequeña... no me dejes...

—Todo marcha exactamente como debe ser. La reina está tomando su lugar. El nuevo capítulo comienza y el final será perfecto porque estarás donde quiero que estés, Aang —Lou sonríe mientras se levanta para irse. —Cuando termine su funeral no te quedará más opción que buscarme y te estaré esperando.

El miedo me tiene inmovilizado, y no tengo idea de cuánto tiempo pasa hasta que oigo el sonido de unos pasos.

Manos caen a mis hombros, y cuando levanto la vista, me encuentro con los ojos de Terrence. Está diciendo algo, pero no logro entender nada.

Estoy demasiado aturdido.

Elliot grita órdenes, y luego levantan a Thais. Ella apenas está respirando, y con cada latido de mi corazón, más sangre pierde su cuerpo. Está pálida, y presiento que será demasiado tarde. Todo a mi alrededor comienza a derrumbarse. Mi cuerpo tiembla, y mis piernas son incapaces de sostenerme. Tomo el cuerpo de Thais en las manos de Elliot y la rodeo. Mi ropa está manchada de sangre al igual que mis manos.

La sangre de Thais.

Como si estuviera viviendo una pesadilla, todo avanza con lentitud. Tengo la esperanza de despertarme, de decirme a mí mismo que aquello no es más que un sueño.

Pero es real.

Mi pesadilla es real.

Encuentro su cuello y le busco el pulso, necesitando saber si le queda algo de vida dentro. Si se me escapa, nunca me perdonaría a mí mismo. Ya había roto la promesa que le había hecho. Ahora nunca tendría la oportunidad de disculparme por ello.

Tiene pulso, débil y peligroso.

—Aguanta, pequeña. No mueras —suplico. —Por favor, no te vayas... No me dejes, que sin ti muero.

FIN DEL SEGUNDO LIBRO.

***
Nos leemos en ABYSS. Disponible en mi perfil

Si han llegado hasta aquí, de todo corazón les doy las gracias. De antemano pido disculpa por los errores que pudieron encontrar, pero la historia es solo un borrador, así que, no está corregida.

Si tienen alguna crítica o quieren dejarme saber que les pareció la historia son libres de dejar su opinión.

Gracias por todo, se despide

Jou

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro