*** Aeri ***
"¡Gnaky, Vendaval de flores!" Estaba tan centrada en acabar con las molestas criaturas que se acercaban constantemente que casi me había olvidado de los demás.
Giré inmediatamente cuando escuché gritar a Chlia y Alaris, me tomó de sorpresa verlas dentro de una cúpula cristalina... Sabía que solo había una persona que podía hacer una de esas.
"¡ARTURO!" Exclamé viendo como fue devorado por el Ojo de Thálasia al momento siguiente, sentí que mi corazón se detuvo en ese momento.
Aunque no lo conocía bien, me gustaba estar a su lado, sentía que podía ser yo misma y no la venerada princesa Aeri, aunque su extraño comportamiento en ocasiones me recordara a Liam, también me hacía sentir diferente... Confiada, era raro que un hombre entendiera a las mujeres... No tan bueno como Liam en eso, a decir verdad, pero me sentía feliz desde el fondo de mi corazón de haberlo conocido.
Todo eso acabó en un instante, un profundo pesar me invade de nuevo, como si el mundo quisiera alejarme de las personas que me hacían sentir libre, no podía entenderlo, y no quería aceptarlo, no mientras existiera la posibilidad de hacer algo para cambiar eso tomaría el riesgo.
"¡/JARDIN DE ROSAS NEGRO CÓSMICO\!" Cegada por el dolor en mi corazón y sintiendo una extraña aura en mi tórax, dicté como un acto reflejo aquellas palabras, todo el Ѩ y la Ӂ del lugar fueron canalizados hasta mi varita formando un cúmulo de nebuloso y turbio de colores profundos, seguidamente salió disparado al Ojo de Thálasia que ahora tenía cristales rojos entre en sus dientes y se levantaba para... mirarme? No sé cómo describir esa acción... Creo que es más correcto decir que se enfocó en mí.
"¡...!" Todos quedaron en shock cuando mi hechizo hizo temblar el espacio y de la oscurecida tierra surgieron enormes tallos espinoso con rosas negras brillantes, de un color tan profundo que parecían un cielo negro con distantes estrellas en él, estas envolvieron al Ojo y todo a nuestro alrededor, arrasando con todo a su paso con la ferocidad incomprensible e impredecible de la naturaleza.
OOOAAAAAA~~~~
[Cuarto Ojo de Thálasia ha sido derrotado...]
Ni siquiera podía alegrarme de haberlo vencido, aunque todos estamos heridos, no teníamos el mínimo enfoque en eso, todos corrimos hacia los restos del Ojo en busca de Artex, Chlia y Alaris fueron las primeras en llegar, aunque estaban aisladas por la cúpula anteriormente, se deshizo justo antes de lanzar mi ataque.
"¡Artex, Artex!" Luinvert empezó a destrozar las gruesas vides con su gran hacha y espada, luego abrió el cadáver del Ojo para buscarlo...
"No..." Las tres empezamos a llorar a ver que no había rastro alguno de Arturo, era difícil de procesar, todo sucedió tan rápido, aunque ahora podríamos encontrar a Liam si seguíamos excavando, no sentía ninguna felicidad al ver que había muerto a cambio... Sentí que las ganas de seguir adelante me estaban abandonado...
Sin embargo y dejándonos con los ojos bien abiertos, Vryxen salió de entre los restos del Ojo con el ítem Bloudstal incrustado en su gelatinoso cuerpo.
"¿Qué está pasando?" Todos nos sentimos confundidos al verlo salir ileso, pero eso nos dio esperanzas de que Arturo estuviera vivo en algún lugar de esos restos.
"La niebla se disipa" Alaris habló sin emoción, mientras señalaba al opaco cielo, aunque era de día, en esta zona la penumbra del ocaso era eterna.
"¡Nooo, debe estar en algún lugar, no puede...!" Chlia no podía aceptar la perdida... La entiendo, también me siento así... Pero ya no había nada que pudiéramos hacer, solo ir de vuelta al reino, algo que ahora era posible ya que podíamos ver la pradera que no estaba corrupta con claridad.
"Chlia... Ya es hora..." Luinvert parecía profundamente triste... Al momento siguiente recogió los restos y los empezó a destrozar con ira, en poco tiempo no quedó nada más que una pila de materiales muy raros, pero no había señal de que Arturo.
Pasamos un tiempo observando el lugar... Luego de horas de lamento que infelizmente no lo traerán de vuelta, usamos los obeliscos que él hizo como lápida, era...
Difícil, incómodo, tan doloroso, tan intensa esa cadena de sentimientos que te deja con un nudo en la garganta, te sientes fuera de sí, en una pesadilla de la que quieres despertar al instante, librarte de esa tortura que te dificulta respirar, de esos pensamientos de que pudiste haberlo evitado si hubiese actuado de otra manera, aplicado otra estrategia... Pero no, tampoco podía dejar que esos sentimientos se apoderen de mí, de ninguno de nosotros, este no es buen lugar para eso, la negatividad de estar así es hasta palpable y pesa cada vez más en la presencia de la Ӂ, era hora de irse.
***
"¡¿QUE?!..." Cuando informé mis padres de lo sucedido, su reacción fue como si hubieran perdido algo importante... Como si hubieran fallado en una misión crucial, como el día en que Liam desapareció.
"¡Edran! ¡Es tu culpa! Si hubieras venido... No..." Alaris señalaba a Edran con rabia y dolor, yo también sentía que esto no habría pasado si Edran nos hubiera acompañado, pero no podía culparlo, aunque fue inmaduro de su parte desafiarlo solo para justificar el negarse a ir, a Arturo no le importó que no estuviera.
Escucharlo decir que iría solo me hizo preocuparme, pero al darme cuenta de que tenía amigos confiables a su lado me relajé y pensé en el hecho de que no mencionó nada al respecto en primera instancia.
Aun así, de haber sabido que incluso estando todos nosotros sería tan peligroso, habría intentado convencer a Edran para que nos acompañara...
"Lo que sucedió no es mi culpa, él se negó a aceptar nuestra ayuda en primer lugar" Edran habló con desprecio, yo sabía que no le agradaba mucho desde el principio, pero no creí que su desagrado fuera tan profundo...
"Suficiente, no podemos hacer nada para cambiar lo sucedido, solo podemos honrar su sacrificio..." Mi padre habló en ese momento, con una expresión solemne, yo no sabía si reír o llorar, teníamos la oportunidad de encontrar a Liam, pero a qué precio...
Me reuní con Chlia y Luinvert que reflejaban una profunda tristeza en sus ojos mientras contemplaban a lo único que quedaba de Arturo, Vryxen.
"Chlia y Luinvert... Ustedes pueden quedarse aquí con nosotros si no tienen a dónde ir..." Propuse al tiempo que me unía a contemplar a Vryxen, estaba saltando constantemente y decía un agudo "¡Vrai!" sin parar.
"Princesa Aeri... Estamos agradecidos por la oferta, pero... No creo que sea buena idea permanecer aquí..." Chlia me encaró y se inclinó respetuosamente para disculparse por su rechazo.
"No es necesario que te inclines Chlia, entiendo tus razones" La detuve rápidamente y le entregué a ambos un Cristal de Comunicación que había preparado, esperando que no aceptaran mi invitación... Yo conozco la situación, no cierro mis ojos ante la injusticia.
"Chlia... Si nos llegamos a separar... ¿Quién cuidará de la cosa gris?" Luinvert se levantó en ese momento para recibir el cristal mientras sostenía a Vryxen con la otra.
Vryxen saltaba cada vez más, parecía que quería decir algo importante, pero no podía entender que su lenguaje...
"¡Pero que...!"
Nos sorprendimos al ver que saltó a la mano en la que Luinvert sostenía el cristal, y lo absorbió combinándose con el que tenía en su cuerpo y brilló, mostrando un mensaje luminoso.
[Alfvión]
"¿Qué significa eso?" Chlia y Luinvert no entendían el significado de esa palabra, pero yo sí que lo sabía.
"¡Ese es el nombre de nuestro árbol de mundo!" Exclamé confundida.
"¿Entonces la cosa gris quiere quedarse aquí?" Luinvert habló con extrañes.
"¿Cómo podría saberlo?... Sería mejor preguntarle a Alfvión, debe ser una señal" Murmuré mientras pensaba en lo que podía significar, pero no se me ocurrió nada al respecto.
"¿Podrían quedarse hasta que consiga una respuesta de Alfvión?" Casi rogué, me sentía culpable por la muerte de Arturo, así que no quería que se fueran antes de saber lo que quiso decir con ese mensaje, siento que estaré un poco más tranquila de esa manera...
"Entonces... Tendremos que molestarla con nuestra presencia princesa..." Chlia y Luinvert se disponían a inclinarse, pero los detuve de nuevo.
"No es nada, también quiero saber que significa ese mensaje... Y por favor solo, Aeri, no es necesario ser tan formal" Quería sentirme en confianza con ellos, una amistad real.
"Como desees señorita Aeri" Luinvert fue muy cortes, parecía haberse relajado un poco.
"Aeri ¿Estás diciendo que somos... Amigas?" Chlia tenía un brillo agradable en sus ojos.
"¡Por supuesto que sí! Es lo que Arturo habría querido... Y yo también lo deseo así" Sonreí para levantar los ánimos.
"¿Cosa gris, adónde vas?" Luinvert intentó atraparlo, pero renunció inmediatamente cuando llegó a mis manos.
"Vrai, Vraik" Dijo Vryxen agitado.
"Vamos pequeño" Al escucharlo consideré que tenía prisa en ir con Alfvión.
***
Dentro de Alfvión, en las profundidades del palacio luego de conversarlo con mis padres, ya que yo no podía conectarme, y acompañada de la curiosa Alaris que no paraba de preguntar.
"Aeri ¿Desde cuándo puedes usar un hechizo tan poderoso? Incluso me hizo sentir escalofríos, fue realmente espectacular y aterrador" Alaris no paraba de preguntar eso desde que abandonamos las tierras oscurecidas.
"La verdad... No lo sé, solo dije lo primero que vino a mi mente en ese momento..." Suspiré, yo no sabía que había pasado, aunque estaba contenta de haber podido vencerlo con ese hechizo, no sabía ni de dónde vino, incluso sentía mi piel erizarse al recordarlo ya que pude sentir como mí Ѩ se mezcló con la horrible Ӂ del lugar.
"Ehh... " Alaris no creía en mis palabras, estaba tan confundida como yo.
"¿Hablan de las rosas negras?" Mi madre habló en ese momento, habían regresado de su conversación con Alfvión, nos tomó de sorpresa, no habíamos comentado grandes detalles del viaje a las tierras oscurecidas.
"Aeri, Alfvión nos mostró lo que sucedió en ese lugar..." Mi madre parecía preocupada.
"No podrás usar ese hechizo otra vez" Mi padre también intervino en ese momento, su tono era severo.
"Ehh... ¿Pero, por qué?" Alaris y yo no entendíamos la razón.
"Porque es muy peligroso para tu cuerpo, estas bien ahora, pero si lo vuelves a usar tu vida estará en riesgo, al igual que la de los que te rodean" Mi padre explicó.
"Además... Ese hechizo fue escrito en tu mente por Arturo..." Mi madre tenía una expresión complicada en ese momento.
"¡¿Queee, se puede hacer tal cosa?!" Alaris y yo no podíamos creer en lo que escuchamos, era realmente impactante, de ser así sentí que incluso podría llegar a controlarme, y eso no me gustaba... No, no me gustaba esa idea en serio.
"Ellos pueden..." Mi madre parecía querer decir algo que, al parecer no era simple.
"Alaris, Aeri, Alfvión dijo que los colgantes que le dio Arturo fueron hechos para protegerlas, pero mientras su poder no haya despertado completamente, sus vidas se verán en riesgo si se vuelven a usar el poder de su colgante..." Mi padre se veía muy preocupado.
"Negro-Cósmico... Ese es el apodo de Arturo, y su especialidad..." Explico mi madre con aparente incredulidad.
"¡¿Qué significa eso?!" Alaris y yo estaba anonadas y muy confundidas.
"Usar su poder de nuevo... Consumirá tu alma..." Mi madre expresó preocupada.
"¡Q-QUEE!... Pero si son para protegernos..." Suspiré, cuando volví a repasar sus palabras, entendí que su capacidad actual limita lo que puede hacer, al pensar en eso sentí un leve dolor en mis muñecas, sus poderes son algo misteriosos.
"Madre dijiste... ¿Ellos?" Alaris no deja escapar nada, pero yo también quería saber más.
"Los Artex" Mi madre afirmó con seriedad.
"¡¿Entonces, eso significa que Liam puede hacer lo mismo?!" Alaris estaba alarmada, pero al final no sabía si eso era bueno o malo.
"No... Hay diferencias entre ellos" Mi madre dudo en seguir explicado.
"Liam, puede controlar la mente..." Mi padre murmuró con preocupación.
"Madre, Padre ¿Como saben todo eso?" Aunque es agradable desvelar las misteriosas capacidades de los Artex, tenía curiosidad por saber sobre la fuente de esa información...
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