LX (Zoaíx) - Sentencias
"¡\\Distorsión, Renacimiento y Maldición de Bl-Az-Ro //!" Sentí que mi consciencia se nublaba al terminar de hablar, y mis núcleos se agitaban sin parar, como si quisieran abandonar mi cuerpo y destrozarme en el proceso como castigo por ir en contra de sus deseos...
'¡AZUL!' Rojo y, la recién salida de trance, Blanco me llamaron asustados.
"¡...! ¡IIAAAHH!" Gnagine retrocedió en pánico al escuchar mis palabras y empezó a sentir un intenso dolor cuando una parte de los símbolos y runas saltaron a su cuerpo.
"¡¡¡¡IIAAAHH, QUITENMELOS ¿QUE ES ESTO? IIAAAHH!!!!" Gnagine cayó de rodillas mientras usaba todo tipo de magia curativa para aliviar su dolor, algo ineficaz en verdad.
"Es tu castigo por matar a Hyaxe" Hablé con indiferencia mientras tomaba entre mis manos a Rojo y Blanco y me preparaba para irme de este mundo, si no fuera por su contacto directo con Hyaxe, él no habría muerto, incluso retrocediendo su tiempo no podía revivirlo, su alma estaba en Icskaenta un lugar donde las almas son quemadas por el Guardián del Inframundo...
"¡¿QUEEE?!" Rojo y Blanco quedaron aún más aturdidos al escuchar que Hyaxe murió, sus rostros se llenaron de dolorosas lágrimas, llenas de impotencia y pesar, sentí que iban a enloquecer, pero al parecer, no son tan impulsivos, hay un Hans que cuidar...
"¡¡EEAAAAHH!! ¡TE ENCONTRARÉ ULTRAV Y TE MATARÉ A TI Y TODOS LOS ARTEX! ¡¡LOS MALDIGO A TODOS!! ¡¡EAAHH!!" Gnagine nos señaló con una expresión furiosa y llena de rencor.
Y justo antes de que nos fuéramos me voltee a verla y anuncié con indiferencia criogénica.
"\\Sacrificio de 7 Almas//" 'Uhh, debí decir 9, como sea, ya está' Pensé, esas cosas debían caer sobre los supremos algún día y ya se me habían pasado 2 por alto... El precio era este cuerpo y aún más vidas, no quedaría nada...
Inmediatamente rocíe una columna de sangre negro como la noche y 7 conjuntos de símbolos y runas se desprendieron de mí, cada uno con un color del arcoíris, el de color Índigo cayó sobre Gnagine y los otros 6 se comprimieron en un colgante, cada colgante resplandecía en su color específico, eran exquisitos y hermosos, su forma era similar a una galaxia comprimida en una pequeña lágrima, y exudaba un aura peligrosa pero extremadamente atrayente, te hacía codiciarlo si lo observabas atentamente.
El entorno se distorsionó y al momento siguiente volvimos a desierto Maestwix.
Caí de estómago en ese momento, sosteniendo al pequeño Hans para que no cayera, me sentía extremadamente débil y jadeaba para respirar, en mi cuerpo empezaban a formarse grietas.
"¡AZUL!" Rojo y Blanco empezaron a usar todas sus técnicas de sangre para ayudarme, pero era inútil, yo no podía usar /Regeneración\, cualquier herida o maleficio era letal para mí, aunque esa no era la razón de que fuera inútil...
Me levanté solo para caer de espaldas y miré el cielo resplandeciente del atardecer, colocando a Hans cerca de Blanco, que estaba junto a Rojo a mi lado, esas ropas destrozadas les quitaron el glamur, demasiada exposición allí...
"Hermanos... Este cuerpo no soportará más tiempo, no se preocupen, no moriré, solo perderé todo el poder que he acumulado" Mire a los llorones y entristecidos Rojo y Blanco, que también estaba rojos de la vergüenza.
"¡De verdad!" Se alegraron por un momento, pero luego me observaron con los ojos abiertos de par en par.
"Este... Es el cuerpo de Hyaxe..." Rojo parecía estar perdiendo la cordura mientras un profundo rencor empezaba a crecer en su corazón mientras me miraba, era natural que supiera que este era el cuerpo de Hyaxe, ya había regresado a el estado original para poder durar un poco más de tiempo conversando.
"Rojo, Blanco, Hyaxe... Murió antes de poder hacer algo, pero no pode aceptar que muriera en vano, así que tome su cuerpo a la fuerza y rompí unas cuantas reglas, incluso ahora sigo quemando vidas inocentes para estar aquí, estoy seguro de que Hyaxe no lo aprobaría si lo hubiera sabido..." Hablé mientras lloraba con amargura y culpa.
"No..." Blanco estaba horrorizada y profundamente triste, ella era la que más dolor se sentía, eso era seguro.
"Rojo perdóname, pero Negro está por llegar y no puedes verlo aún" Toqué la frente de Rojo antes de que pudiera reaccionar y desapareció al instante.
"¡ROJO!" Blanco salió de su lamento al verlo desaparecer como una estela roja que se disparó a su, planificado meticulosamente, nuevo hogar.
"Blanco, él estará bien, solo tomé algo de su poder..." Expliqué con dificultad.
"¡¿QUE, PORQUE HICISTE ESO?!" Blanco estaba molesta y anonadada en ese momento.
"Esta vez estará protegido, necesita dominar mejor su poder de raza, además, no puedo eliminar el Deathergy con ustedes aquí" Acerqué mi mano a la frente de Blanco y antes de que la enviara a otro lugar sentí que el dolor me hizo perder la concentración.
"¡...!" Me sobresalte cuando no pude sentir su rastro en este mundo.
"¡EEAAAAHHH, BRUJA DESGRACIADA!" Rugí con furia al cielo, sabía que todo fue por la maldición de Gnagine, era una cosa menor, pero bastante problemática.
"¡BLANCO!" Inmediatamente empecé a saltar con Hans en mi hombro, de mundo en mundo, y de dimensión en dimensión a toda velocidad.
Solté una columna de sangre nuevamente luego de un tiempo, estaba en mi límite.
"Demonios, esto no lo tenía previsto..." Me queje con furia e impotencia mientras caía en agua de un pantano y mi cuerpo empezaba a desvanecerse.
"La barrera ya no es útil..." Murmuré, mientras viajaba, mis armas que levitaban alto sobre mí para no obstaculizarme, Fryxizéwat había estado alterando mi flujo del tiempo, por lo que pude ver como Negro y Verde terminaba siendo consumidos por un desquiciado Deathergy, que rápidamente eliminé, esos que tienen consciencia serían el fin de Icskaenta si los dejara progresar, seguidamente encontré a Beltonus y Aucrato tratando de llevárselos, fue una forma cruel de atraerlos... Sentí algo de lastima por Negro y Verde, así que los advertí, ya que estaba por usar Invertzime sobre la hipócrita de Fileny que estaba rondando por allí.
"Bien... Ahora tu pequeño Hans, vamos a cambiar el mundo juntos" Hablé con el durmiente Hans, que rápidamente envié a donde pensaba renacer, no sé ni porque me lo quedé yo... Bueno... a Blanco seguro le sería difícil cuidarlo ahora que no sé ni donde está... Así que fue lo mejor... Creo.
"Hermanos... He fallado..." Estaba cerca de desvanecerme por completo, pero vino a mi mente un método para que enviar una señal a Blanco, como estaba por desvanecerme, solo envié un recuerdo a todos los mundos que no pude explorar.
Volví al desierto Maestwix y restauré el lugar el Deathergy de Rojo, crecía muy lento y afortunadamente Negro se había ido en otra dirección, antes de volver a mi espacio único volví usar la técnica prohibida en el Maestwix.
"\\Sello Atemporal//" Inmediatamente desaparecí luego de decir eso.
***
'Fuu... Eso no salió como esperaba' Suspiré cuando volví a la dimensión azul, este definitivamente ya no era mi lugar favorito.
'Espero que estén bien hermanos...' Pensé mientras cerraba mis ojos y reorganizaba mis pensamientos.
Luego de un tiempo el Ϫ Sonido habló, había hecho algunos cambios en mundo después de ese evento, pero como manipulador del tiempo estar en el futuro y el pasado no es complicado... Con el rango que poseía claro, me sentí bien al saber que todos estaban a salvo, pero me tensé al saber que había otros que no son bienvenidos en ese lugar...
'¿Gnagine?' No podía concebir que ella hubiera podido traer del otro mundo a sus títeres, yo había sellado su dominio del Maestwix como si hubiera sido desde inicio de los tiempos hasta el final de los tiempos, ella ya no podía controlar ese Maestwix en Icskaenta, no se me ocurría nadie más...
'No puede ser...' Me tensé al sentir que eran más que solo 3 infiltrados, eran mucho de ellos, así que estaba seguro de que los otros seres tuvieron la misma idea de Gnagine; volver a los Artex caídos títeres, eso era despreciable, debí lanzarle un Invertzime al planeta de Fileny...
Solo podía esperar impotente la llegada de mis hermanos mientras volvía a entrenar mi nuevo cuerpo, me alegró ver que me permitiría usar todas las Ϟ, claro, eso fue debido al poder que tomé de Rojo... Cuidaba de mi hermano 'mayor', que por cierto era Hans, y ya no era un mestizo. Yo tal vez haya vivido innumerables años, pero eso era muy aburrido, así que borraba mis recuerdos y solo conserva la información útil, de otra forma, pues ya me habría cansado de vivir...
*** Blanco ***
Desperté en un lugar desconocido y oscuro, apenas podía ver algo, así que empecé a moverme hacia el punto de donde veía una tenue luz.
"Ugh..." El dolor en mi cabeza era insoportable, no me dejaba pensar con claridad.
"¡...!" Me sorprendí al ver que salí de una cueva, el cielo lila estaba iluminándose lentamente con el sol naciente, las nubes eran abundantes y con diversas formas, había hermosas montañas que se alzaban más allá de las nubes a la distancia, algunas de ellas tenían cascadas cristalinas... Parecía un paraíso distante y al mismo tiempo cercano.
Empecé a caminar por el bosque de bambú en el que estaba, era relajante, no era muy denso y el aire era muy puro, el suelo estaba lleno de hierba.
"¡Woa!" Admiré la pequeña y pintoresca aldea a la que llegué.
Mi estomago rugió mientras caminaba por un pequeño mercado y observaba una cesta llena de pan.
"Jovencita, parece que tienes hambre, ten una hogaza de pan" Una voz envejecida me sacó de mis pensamientos.
"¡...! Gr-gracias, señora" Asentí algo dudosa mientras agarraba el pan, la anciana me causó escalofríos, su piel morena y llena de arrugas se desprendía de su esquelética figura encorvada, pero eso no fue los escalofriante, era su aura, era ominosa y perversa, estaba segura de que no era una buena anciana, pero no se puede juzgar un libro por su portada... Pero de verdad era horrenda. ¿Podría alguien evitar enjuiciarla cuando tiene características tan... Notables?
"Jovencita ¿De dónde vienes?" La anciana me observaba de arriba abajo con interés.
"... De otro reino..." En ese momento empecé a pensar, pero mi memoria estaba nublada, no recordaba mucho.
Comí el pan mientras pensaba, para mi sorpresa estaba increíblemente bueno, pero eso me hizo sospechar aún más...
"Oh, jijiji, debe ser un reino muy distante, nunca había visto una señorita con armadura en los más cercanos" La anciana parecía satisfecha con mi respuesta, pero me hizo sentir incómoda.
"Bueno... Adiós señora, gracias por la comida" Hablé respetuosamente y empecé a alejarme rápida y discretamente, este pueblo de estilo oriental tenía escasas de edificaciones.
"¡Hasta luego jovencita!" La anciana habló en voz alta, sentí un escalofrió en mi columna al escucharla, no pensaba en volverla a ver jamás, su vestidura negra y desgastada con talismanes y plumas me dio una firme impresión de que no era una buena anciana, puedo jurar que es un bruja...
***
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