"¿Hyaxe?" Rojo y yo dijimos con extrañes ya que no podíamos sentir solo Ѷ en su aura, también había denso Ѩ en la misma, él estaba parado de espaldas, con sus finas ropas color negro y azul, y su largo y trenzado cabello negro, estaba mirando hacia el cielo y al escucharnos volteó lentamente abriendo los brazos.

"¡Así que ustedes son los Artex!" Dijo con una sonrisa, su voz era un poco diferente, su alegría parecía falsa, y su forma de actuar era definitivamente, no la de Hyaxe.

*** ***

Hace algunos siglos atrás, en una galaxia muy lejana, había un grupo de ingeniosos seres reunidos, sus vestiduras lo hacían parecer científicos, sus pieles emanaban un aire de inmortalidad y tenían un tenue brillo dorado, sus cabellos y ojos eran claros y de colores vivos.

Estaban en un lugar donde la tierra es celeste y el cielo blanco y brumoso, parecía mágico y misterioso, uno de ellos observaba 6 contenedores con complacencia.

"Mi señora, 4 de los Alter están listos" Uno de ellos hizo una reverencia al tiempo que informaba el estatus del proyecto.

"Excelente, envíalos inmediatamente a ese odioso mundo llamado Icskaenta, me han informado que ha aparecido un poderoso ser etéreo entre los dragones, tráiganme su cabeza" Esa gran ser estaba algo tensa, parecía que odiaba cualquier existencia etérea desde el fondo de su alma.

"Como ordene mi señora" Los otros también se inclinaron y empezaron a trabajar para enviarlos a Icskaenta.

'Esta es la mejor idea que he tenido...' Ese ser parecía muy feliz, finalmente había descubierto como ganar ventaja sobre sus iguales, siempre había odiado a los etéreos, pero admitió que eran los únicos que habían podido superarla al recordar su batalla en el génesis, pero como ya había extinguido todo ser etéreo, había perdido las esperanzas, hasta que descubrieron a los Artex, no todos eran etéreos, pero tenía capacidades peculiares, había intentado hacerse con esa capacidad, pero todo fue un fracaso, así que termino haciendo clones sin voluntad con los cascarones de esos inocentes, así podría atravesar la barrera en Icskaenta y negociar inflexiblemente con los Artex, ya que no era indispensable que estuvieran vivos.

"Espero que sean buenos niños y se unan a mí..." Murmuró para sí misma, la mejor manera de estudiarlos era cuando estaban vivos, sentía algo de lástima, por alguna razón, ella, la más poderosa existencia mágica y suma erudita, no podían ver sus memorias y conocer los secretos de su poder...

***

Muchos siglos después.

En ese lugar habían aparecido 5 seres de un Ө, cuatro de ellos eran los Alter y el último estaba atado con cadenas mágicas.

"Joo, así que tú eres el dragón desertor..." Gnagine lo observó con detenimiento y curiosidad, pero pronto su expresión cambió a una de disgusto.

"¡Tú no eres un Artex!" Gnagine estaba molesta y rápidamente golpeó a Hyaxe que estaba de rodillas y aturdido.

"¡...!" Todos los presentes se sorprendieron al ver que golpe Gnagine no llegó a Hyaxe, se había desviado de su curso luego de que uno colgante que hizo Blanco destellara.

"¡Esta aura...!" Gnagine se sorprendió al sentir el éter que había salido del colgante por un momento antes de desvanecerse rápidamente.

"Joo, dime dragón ¿Quién te dio ese colgante?" Gnagine preguntó mientras usaba su Ѩ para presionar a Hyaxe.

"Prefiero morir" Hyaxe que estaba preparado para morir desde que perdió la batalla contra los 4 Alter que lo emboscaron mientras estaba en el desierto descargando su ira, aunque no eran tan fuertes como él, cuando Gnagine tomó el control de sus cuerpos, no pudo hacerles frente, ya que lucharon hasta que él se quedó sin Ѷ, y con sus cuerpos fantasmales, simplemente no podía dañarlos, además, ellos parecían tener infinitas reservas de Ѩ.

"Joo... Tu lealtad es admirable, pero no te servirá de nada ahora" Gnagine colocó su delicada mano sobre la frente Hyaxe y empezó a ver sus memorias.

"¡EEAAAAAHHH!" Hyaxe no pudo evitar rugir de dolor, Gnagine no solo estaba viendo sus memorias, también lo estaba destrozando lentamente para que pagara por haberse negado a hablar.

"Así que ese odioso de Ultrav murió... Bien, eso explica porque puedo conectarme a mi territorio... Ummm... Interesante... ¡Oh vaya! Qué lástima, te odio Ultrav... Hay dos... No tres... Oh, maravilloso" Gnagine ya sabía sobre la existencia y ubicación de los 3 Artex, así que decidió ir por los 2 más fáciles de conseguir ya que no podría influir en la batalla si entraban al dominio de Alfvión, aunque al igual que Resilleaf y Doxímia, podía tomar el control de la situación si lanzaba un Maestwix o Jholluwert sobre sus raíces, la velocidad de contaminación era bastante lenta.

"¿Qué es lo que quieres de los Artex...?" Hyaxe apenas podía hablar, estaba tan débil que un simple golpe lo mataría.

"Todos sus secretos, incluso tu no los sabes... Sí que son reservados..." Gnagine parecía realmente molesta por ese hecho, y rápidamente pensó en un plan para poder atraparlos mientras veía a Hyaxe.

"Duerme dragón" Gnagine rápidamente usó su magia de transformación en Cian, dándole el aspecto de Hyaxe y le explicó lo que debían hacer.

"Con ustedes debería ser suficiente" Gnagine sonrió mientras enviaba a Cian y Magenta a Icskaenta.

*** ***

Rojo y yo retrocedimos, éramos muy detallistas, sobre todo con Hyaxe, esos ojos cian habían dejado claro que no era él.

"¡¿Dónde está Hyaxe?!" Pregunté con ira y también creciente dolor, era inconcebible para mí que pudiera perder ante alguien, pero no era algo imposible, simplemente no quería que pasara.

"¡¿Intentado escapar? ¡JAJAJA!" Inmediatamente escuchamos una voz femenina y aguda que parecía estar acercándose a nosotros desde atrás.

"Hans, mantente cerca" Ordené, dándole la espalda a Rojo y dejando a Hans entre nosotros, que al instante teníamos nuestras armas afuera, aunque eran más fuertes que nosotros, teníamos la confianza de poder vencerlos, ya que solo nos superaban por un rango completo.

"¡...!" Nos sorprendió ver que el sospechoso Hyaxe se había transformado en una especie de hombre pájaro de plumas color Cian, que medía 3m era robusto y desgarbado, era un Avirdnix y la mujer reveló su aspecto, que parecía demonio de piel rosa pálido, tenía hermosos ojos magenta y era realmente atractiva, exudaba un aire sensual y peligroso, era una Súcubo, sus nombres eran Alter Cian y Alter Magenta.

"¡¿Dónde está Hyaxe?!" Rojo apuntó su alfanje rojo sangre hacía Cian luego de hablar.

"¡AJAJAJAJA ¿Crees que te lo diremos?!" Magenta se reía frenéticamente, su voz empezaba a irritarme.

"Hagamos un trato niños, lo liberaremos si juran lealtad a nuestra señora Gnagine" Cian parecía relajado, no nos veía como una amenaza.

"¡¿QUE?!" Rojo y yo palidecimos ante sus palabras, no solo nos negaríamos a jurar lealtad quien sea, no es que no seamos leales, pero eso de jurarla, así como así a una clara desconocida no va con nosotros, pero lo más alarmante fue el nombre, Gnagine, podíamos sentir que el Ѩ destacaba entre sus ahora perceptibles 4 Ϟ, pero nunca imaginamos que sería porque sirven a Gnagine...

"O pueden morir aquí luchando inútilmente" Magenta tenía una mirada fría y hostil hacia nosotros.

"Ustedes... Parecen Artex, pero hay cosas que no concuerdan... ¿Cómo es que sirven a Gnagine?" Yo los observaba detenidamente, el aspecto más destacado de cualquier Artex sería el patrón en sus iris y su nombre basado en su autodenominación de un color, aunque tenían un nombre color, el hecho de que sean del color mismo era extremo, aunque no negaré que también quiero algo similar, además les faltaba... No lo sé, algo de equilibrio mental, servir a alguien con tu vida ciegamente definitivamente es algo que yo no haría.

"Son simples títeres, niños etéreos, juju, interesante, ahora entiendo porque no podíamos encontrarlos, están en armonía con todas las Ϟ... Y, por cierto, esos trucos sucios que tienen ustedes son muy desagradables, aunque esos devoradores de la mente no son más que basura que no puede existir ante mi magnifica presencia, me dieron un susto" De repente sus voces sonaron iguales, luego de tomar postura era recta al pisar la arena con fuerza, era como si estuvieran poseídos y tenían una mirada sin vida, es indudablemente Gnagine al mando.

'Bueno... Al menos todo salió bien con los devoradores de la mente...' Rojo destacó, buscando el lado positivo de esta horrible situación... No sabía si reír o llorar, o talvez golpearlo por el inoportuno comentario...

'¡NO QUIERO ESCUCHARTE, DONDE ESTA MI DRAGÓN!' Pensé furiosa, ya que las palabras no salieron de mi anudada garganta...

"Grítale a Gnagine, no a mí, por favor" Rojo habló con ligera molestia.

"¡...!" Al momento siguiente quedamos aturdidos, podíamos sentir una inmensa presión de Ѩ que provenía de Cian y Magenta, pero aún más sorprendentes fueron sus palabras.

"¿Hay algo que quieras decirme? Me gustaría que no se resistieran y me siguieran, prometo tratarlos bien niños etéreos... O debería decir Artex, incluso han superado mis expectativas, son superiores a cualquiera de mis Alter en muchos aspectos..." Gnagine habló con serenidad, ella intentaba manipularnos con corteses y halagadoras palabras.

"Tu... ¿Qué es lo que quieres de nosotros?" Yo quería tratar de mediar con Gnagine, no era solo porque no quería luchar y morir inútilmente, es solo que me preocupaba Hyaxe.

"Hu... Bueno, si con eso se unen, se los comentaré, quiero conocer sus secretos... Pero no puedo hacerlo si están muertos ¿Qué clase se truco usan para que yo, la suma lógias Gnagine, no pueda leer sus memorias?" Gnagine parecía algo curiosa e irritada.

"Eso... Es un secreto..." Aún en la situación más grave, no lo diríamos solo porque lo pregunte uno de los seres, hasta donde sabemos, más poderosos que existe...

"¡Vaya que son insolentes! Son iguales a Neutro en ese aspecto" Gnagine estaba molesta con nuestra respuesta, pero no podía importarme menos, aunque provocarla no es la mejor idea en este momento...

"... ¿Prometes liberar a Hyaxe si me uno a ti?" Yo no podía soportar que otros sufrieran por mi culpa, así que estaba dispuesta a sacrificarme para que eso no sucediera, aunque eso de intercambiar de lugares tampoco era la mejor idea, ya me veía muriendo sola como esclava de esclava de este ser... Hacer una película con las posibilidades es algo un poco reconfortante, pero... ¿Puede alguien negarme que no lo ha hecho al menos una vez en su vida?

"Blanco... No..." Rojo quería detenerme, pero mi determinación era firme, él no quería que terminara de esta forma, pero no teníamos otra opción.

"Señorita Luz..." Hans me miró preocupado, no entendía la situación, pero incluso a mí me estaba doliendo dejarlo, ya me sentía mal por no considerar con calma lo que estaba haciendo y a quién estoy perjudicando al hacerlo...

"Joo, niña inteligente, eso sería maravilloso, no me importa el dragón ya que no posee poder etéreo, así que tenemos un trato" Gnagine parecía estar muy complacida en ese momento y dejó de presionar con su Ѩ.