"No esperaba que fueras un hombre" Rojo habló ligeramente aturdido, no era una gran novedad en verdad, aunque si una sorpresa, estábamos en un espacio limitado por pálidas espinas que se mantenían muy juntas y parecían caer incesantemente, el lugar era algo rustico con su piso que iba desde el color marrón hasta el beige, y su techo en diversos tonos de verde, que por supuesto, son solo los tonos que tendría un cactus...
"Y tampoco que estuviera ardiente" Destaque con una mirada y sonrisa pícara, el corpulento hombre de piel dorada que resplandecía levemente en color verde claro tenía rústicos y atractivos rasgos, una ajustada vestimenta de estilo militar con la camisa abierta, mostrando su bien definido pecho, con una banda color naranja en su cabeza sobre su cabello moreno algo corto.
"Vaya señorita, usted dice palabras muy agradables" Resilleaf se sintió muy satisfecho.
"Dejando eso de lado ¿Que está sucediendo? ¿Cómo es que el Magnejield no fue mencionado entre los maleficios arcanos?" Rojo habló cortante, ya sabía que me querría reprender por andar repartiendo halagos a cada hombre atractivo y hermoso que me encontrara, pero bueno, la boca se hizo para hablar y yo soy libre de expresarme... Es innegable que hay que tener censo al momento de hablar, pero no dije nada malo.
"Ustedes son muy peculiares... ¿Podrían dejarme examinarlos?" Resilleaf nos observó expectante y nos ofreció sus manos, al parecer había que tomarla...
Al tocarla sentí como si hubieran visto hasta los secretos de mi alma, fue como acelerar a la velocidad de la luz y detenerse al siguiente instante, como si tu cuerpo fuera recorrido por pequeñas corrientes que se ramifican tan rápido que no te da tiempo de reaccionar...
"Siento que he sido allanada..." Me quejé dramáticamente, sentía que no había defensa alguna para mis secretos que pudiera valer ante este ser.
"Mis disculpas señorita etérea, pero ahora sé que puedo confiarles esta misión" Resilleaf me reverenció ligeramente, ya podría decir que esto tenía que ver con la influencia de Azul.
"Habla" Rojo apresuró algo incómodo, tampoco parecía de acuerdo con eso de que te conozcan mejor que a tu mismo...
"El Magnejield podría decirse que es algo de esta era, ya que fue después de la extinción que desató el señor Azul, fue un imprevisto, nunca hubiera imaginado que Doxímia lanzaría un territorio aquí luego de la captura de los |Sempiternos| y establecieran que las puertas astrales solo se abrieran al pasar por sus territorios, siendo yo afín a la Ϡ, puedo ralentizarlo, pero solo eso, mi raíces han sido contaminadas, dejándome sin comunicación con los otros árboles de mundo, es como estar en un contenedor sellado que se llena de agua, cuando cubra mi parte superior, el Magnejield podrá propagarse velozmente, además de poder controlar a cualquiera que sea afín a la Ϡ, excepto ustedes, son inmunes a su control" Resilleaf explicó con vehemencia... Creo que le gusta contar historias con lujo de detalles y carácter muy expresivo.
"¿Y cómo podemos tratar es contaminación?" Pregunté con una expresión complicada.
"Ya debes saber que no podremos erradicar esos biomecánicos que habitan aquí" Rojo expresó con queja, yo también me sentía muy irritada de no poder hacerles frente...
"Desatando sus propios maleficios estimados etéreos, Invertzime, Deathergy, Lloalthermy, Gravarytum, y Abstrealix, por supuesto, no todos pueden contrarrestar el Magnejield, la más adecuada para la misión sería usted señorita etérea, pero el único maleficio que ustedes son capaces de lanzar hasta ahora es Deathergy y no Lloalthermy" Dijo Resilleaf mientras me observaba, al parecer yo sería la que puedo desatar el maleficio correctivo en este lugar.
"¿No es peligroso andar lanzando maleficios, así como así? Los nombres reflejan claramente que posiblemente sean más peligrosos que este..." Rojo expresó con descontento y tenía un buen punto, era como tratar veneno con otro veneno...
"Proporciones, deben lanzar suficientes Lloalthermy, o solo habrán desperdiciado su energía inútilmente, imaginen un lago que está pintado de azul y quieres que vuelva a ser blanco, simplemente agregas amarillo hasta que esté blanco, si te excedes tendrás que agregar más azul y así hasta obtener un blanco perfecto, es todo lo que necesitan hacer" Explicó Resilleaf intelectual, ya había llegado a entender completamente el asunto, no era nada sencillo eso del ensayo y error... Principalmente por la magnitud del de ese 'lago'.
"Ya veo... Entonces estás hablando del 17° Ϫ (Temperatura), siendo que el 14° Ϫ (Sonido) aún no responde a nuestro llamado ¿Como supones que pueda cumplir la misión?" Hable algo frustrada, hace más de 30 niveles que ese Ϫ debió activarse... Eso dejándonos llevar por las experiencias previas y desconociendo que pueda haber alguna condición que estemos pasando por alto...
"Necesitan almas para sus Ϫ, ellos están durmiendo y esperándolas, al igual que esas armas únicas" Resilleaf explicó con si fuera demasiado obvio... Estaba aturdida por lo que dijo y también irritada, sentí que me llamó ignorante con extrema discreción.
"¡¿Y dónde vamos a conseguirlas?!" Rojo gruño algo enojado.
"En el inframundo, necesitas esa llave y otras dos más que están en este continente, aunque no puedo decir con precisión donde, deberías estar atento al Carmesí, es el único maleficio que facilita el acceso al inframundo" Resilleaf explicó a Rojo mientras señalaba la llave que no sabía que él tenía en su inventario que fue desplegado a la fuerza.
"Humph... Entiendo" Rojo resoplo cerrando su IU y asintió a la instrucción.
"Buena suerte estimados etéreos y deberían llevarse a ese niño, los mestizos con hadas y elfos son muy odiados aquí" Resilleaf destacó algo en lo que no me había interesado profundamente...
"¿No estás tú para guiar a los enanos por un mejor camino?" Objeté, ya pensaba en que era eso lo que debía estar sucediendo...
"¿No viste ya esas cosas ingratas con tus propios ojos y te negaste a darles respeto?" Resilleaf pregunto con altivez.
"Tú tienes un nivel distinto de influencia" Rojo expresó con indiferencia.
"Son ustedes privilegiados de escuchar mi voz por última vez, esos ingratos no me prestan atención, no han abandonado este lugar porque saben que están seguros, no porque yo quiera defenderlos, eso es solo un efecto colateral, solo piensan en ellos mismos, son las peores personas que me han dejado para guiar" Resilleaf se quejó, claramente le resultaban desagradables los reyes enanos actuales, ellos no atendían sus responsabilidades en lo absoluto.
"Ouh... Bien, entonces, hasta la próxima Resilleaf" Rojo y yo expresamos con algo de lástima.
[Nuevo trabajo disponible >Correctora de maleficios arcanos<]
[Correctora (Novata) +15% Precisión de dosis correctora -5% Energía necesaria por dosis]
[Nuevo Misión >Elimina el Magnejield de Resilleaf<]
"Pero que específico, me siento alagada con tal trabajo Resilleaf" Hablé sarcásticamente, era al mismo tiempo desagradable y agradable.
"Creo que no eres el único árbol de mundo con problemas Resilleaf" Rojo puso los ojos en blanco, yo estaba pensando lo mismo, pero bueno, cada quien defiende sus intereses, no se le puede culpar.
"¡Mi manejo del tiempo es errático!" Dijo Resilleaf escuchándose a la distancia y rápidamente nuestra visión se volvió borrosa y volvimos a la lujosa habitación poco amoblada.
"Volvieron..." Allí estaba Hans llorando sentado en un lujoso mueble verde, parecía hambriento, dando un vistazo a la ventana notamos que la noche había caído, hacía algo de frío a pesar de que los ardientes candelabros estaban encendidos.
"¡Ouhh...! ¿Cuánto tiempo ha pasado Hans?" Preguntó Rojo con una expresión dolorosa, no porque él sintiera dolor, es que le daba dolor ver a Hans más delgado y ojeroso, parecía que no soportaría otro día de seguir así.
"¡Hans!" Me acerqué de prisa con algunos chocolates que, por supuesto, no se dañaron... No sé cómo conseguí la fuerza de voluntad para no comerlos todos de una vez... Como sea, ya buscaríamos mejor comida después, no era de lo que debiéramos preocuparnos antes ya que, con estos cuerpos de razas muy distintas, los hábitos alimenticios eran algo... Diferentes, yo simplemente comía por gusto, aunque algunas veces si necesitaba una buena dosis de pociones de Ѯ, ya que empezaba a debilitarme al no poder recuperarme naturalmente.
"Estuvieron casi 10 días allí... Inmóviles..." Hans expresó lagrimeando, simplemente podría decirse que lo abandonamos por 10 días, sentí dolor al pensarlo, así que luego de aumentar exponencialmente mi rencor hacia los ingratos reyes enanos, rápidamente decidimos saltar por la ventana, ya extraña a mi Hyaxe y me pareció raro que no hubiera aparecido aún...
***
Aún era de noche, el cielo era tan oscuro que la luz de las estrellas parecía estar siendo sofocada por el mismo, tan escasa que prácticamente ya no era apreciable, no había luna.
Caminábamos por las ruidosas calles del reino, estábamos por salir de este lugar, yo había querido llevarme algún mineral raro que estaba en el Magnejield, pero eso era improbable si Hyaxe no estaba para resguardanos...
"Uhh, pero mira eso, ya tienes un niño, jajaja" Rojo se burló, habíamos vuelto a las zonas no contaminadas del reino enano para atender correctamente las necesidades de Hans.
"¡AAAHH!" Rojo chilló cuando rompí su muñeca luego de tomar su delicada mano.
"Ve a comer arena" Ordené irritada, no le iba a dar sangre, ya no más.
"Señorita Luz ¿No me quiere adoptar?" Hans me miró con grandes ojos llorosos, no es que no lo quisiera, pero creo que es algo pronto... Además, era importante saber que diría Hyaxe.
"Claro que sí Hans, no le prestes atención a Rojo, solo esta celoso" Lo consolé orgullosamente, sabía que le dolería, somos de esas personas que les gustaría tener muchos niños, aunque eso no significa que tengamos la tolerancia necesaria para tratar con cualquier niño que nos encontremos, no, no, no, hay cosas que definitivamente me harían odiar a ciertos niños...
El viento aulló cuando salimos de la barrera y matojos rodaron por el llano desierto, de inmediato nuestras auras volvieron a estar en calma e imperceptibles, Hyaxe nos había enseñado a ocultarla como medida de seguridad, además de reflejar solo la que usualmente usa la raza a la que pertenecemos.
"¿Qué tan lejos hay que ir?" Preguntó Hans con una mirada complicada, no había nada más que arena y dunas a la distancia, por no hablar de los infernales soles asomándose con esplendor cautivante a la distancia.
¿Rojo? ¡Ah, sí! él se cubría con una capa de cristal reflexivo, que había teñido de rojo logrando que pareciera hecha de rubí, así la luz solar no lo afectaba, aunque era algo pesada, por lo que no la cargaba siempre puesta...
"No lo sé, hemos perdido el contacto hace un tiempo" Yo estaba frustrada, era como buscar una aguja en el océano...
"Tal vez esté en el Maestuvgix" Rojo sugirió poniéndose en marcha.
"Solo nos queda ir hasta allá" Dije esperanzada, no era seguro, pero sería lo más adecuado.
***
"¿Aun sigue molesto?" Rojo preguntó mientras caminábamos con dificultar hacia el ojo de un enorme ciclón de arena rosa-perlado en el que se distinguía una silueta de hombre, no podíamos sentir su aura con claridad debido a la enorme concentración de Ѩ en este lugar.
"¡Hyaxe, detente de una vez!" Grité desesperada, estábamos caminando ya que volar nos haría estas rotando sin control en el ciclón, y nos estábamos anclando con energía condensada a la fina arena, era casi un desperdicio de energía.
"Señorita Luz ¿Por qué su amigo está molesto?" Preguntó Hans aferrándose a mí.
"¿Amigo? ¡Ja! Ese será tu padre Hans" Rojo afirmo riéndose, ya se había ganado otra quebrada de extremidades... Más violenta indudablemente.
"¡¿Hee?!" Hans me miró a Rojo y a mí con incredulidad.
"¡Rojo, no debiste decir eso, yo, Hyaxe, todos...!" Dije alarmada al escucharlo, no era un secreto para Rojo, ni para ningún Artex, eso simplemente podía comentarse como si nada, pero para terceros... Esa era la condición del sello mental, si un tercero sabía de mi relación con Hyaxe, se rompería el pacto, era algo deshonesto lo sé, es como salir con alguien, pero oficialmente estas disponible para el que se te antoje... Siempre que el primero no te vea...
Al instante el ciclón cesó y la arena empezó a caer, obstaculizando mucho más nuestra visión.
"Se me fue, lo siento, no era mi intención" Rojo se disculpó alarmado, mientras avanzábamos, aunque yo podía hacer como si no pasó nada, los sellos no eran algo que uno pudiera controlar...
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