RUINAS,
capítulo treinta y tres: investigación de gemas!

          LA MÁQUINA HABÍA FUNCIONADO DE FORMA EXITOSA, así que seguía la segunda fase del plan. Eso ocurrió la mañana siguiente. Tony Stark e Irina Morgan, prepararon los archivos en uno de los servidores de la base para poder almacenar todos los tipos de datos en un solo lugar. Tony fue a juntar a todos los miembros del equipo mientras que Irina preparaba la sala de conferencias. La muchacha de cabellos rubios se hizo una trenza, así recogiendo todo su cabello de forma inmediata. Roman y James se encontraban mirando una película en la sala con la gran televisión así que podrían permanecer entretenidos por un rato – así para poder discutir sobre un plan viable y una estrategia que sea exitosa. Thor fue el primero en entrar, vistiendo como vestía antes, luciendo unos lentes negros y una lata de cerveza en la mano.

          (Irina estuvo a punto de saludarle, pero al ver que el hombre rubio no prestaba atención, ella no dijo nada.)

          El dios nórdico simplemente se sentó en una silla, a la esquina de la habitación.

          Poco a poco, comenzaron a venir los integrantes del equipo e Irina no podía sentirse más emocionada. Natasha y ella tomaron asiento juntas en la mesa de conferencias, siendo seguidos por Scott Lang, quien se sentó en una de las puntas, Rhodes se sentó al lado de Natasha, colocando muchos libros en la mesa, esparciéndolos para recubrir toda la superficie. Rocket simplemente se paró en la mesa mientras que Bruce se encontraba detrás de él. Nébula utilizó el sillón y a su lado permanecía Clint de pie, cruzado de brazos. Tony Stark y Steve Rogers, quienes fueron los últimos en entrar, se quedaron frente a la pantalla holográfica de fibra de vidrio – la cual revelaba las gemas.

          —Esto no puede ser un absoluto caos—murmuró Natasha agarrando una lapicera al ver el desorden que Rhodes armó—. ¿Acaso no eres ordenado?

          El hombre de piel negra rodó los ojos—Vivimos juntos hace años, Nat.

          —Y aún así no te acostumbras—continuó Irina antes de chasquear su lengua.

          —Ustedes dos son insoportables—masculló la pelirroja golpeando levemente el hombro de Irina—. Menos mal que no somos pareja.

          La rubia entrecerró la mirada al enfocarse en Natasha—Considéralo como relación de concubinas.

          —Concuerdo con Natasha, eres insoportable—declaró Scott al final de la mesa y recibió un libro contra su cabeza como regalo—. ¡Oye!

          —Me amas, Scott—dijo Irina esbozando una sonrisa de suficiencia—. Y tu maldito trasero lo sabe.

          —Que conste, fue solo una vez que me pateaste el trasero.

          —Eres despreciable—dijo Rocket, provocando que Irina sofocase una carcajada.

          Durante toda la discusión entre Irina, Natasha, Rhodes y Scott, Tony y Steve se miraban entre ellos – intentando descifrar como poner toda la habitación en orden y concentración, recordando los viejos tiempos en reuniones para misiones o reportes. Aquellos momentos donde los Vengadores estaban frente a una mesa y planeaban una incursión secreta o decidía atrapar a cierto malo. Todas aquellas reuniones eran una bola de energía caótica y completamente desorganizada – pero bastante satisfactoria.

          En conclusión, el equipo era un caos andante.

          (Y eso, en las circunstancias actuales, no era algo bueno. Al menos, para Steve.)

          Repentinamente, había una discusión entre ellos y era una competencia sobre quien alzaba más la voz, y no solo era una o dos personas. Eran todos (excepto Thor). Steve volvió a entablar acto visual con Tony, quien estaba a punto de reír – o llorar, según la perspectiva de Steve así que, la mejor idea que se ocurrió, además de tener experiencia en detener discusiones como las de Roman y James, golpeó la mesa con fuerza, deteniendo la discusión inmediatamente.

          (Thor no se movió en ningún momento.)

          En cuanto el silencio reinó en la habitación, Steve miró al resto—Bueno, el cómo funciona. Ahora debemos resolver el cuándo y el dónde—dio un paso hacia adelante—. Casi todos en este cuarto se encontraron con una de las seis Gemas del Infinito. O sabe de su existencia—miró a Irina, quien se encogió de hombros, haciéndose la desentendida a propósito.

          —O reemplacen "encontraron" por "casi fueron liquidados" por una de las Gemas del Infinito—declaró Tony caminando alrededor de la mesa con un vaso descartable lleno de café. Se detuvo detrás de Irina—. En el caso de nuestra vengadora aquí, Irina Morgan-Rogers, reemplazará "encontraron" por "ser conejillo de indias para experimentación" por una de las Gemas del Infinito.

          —¿Fuiste rata de laboratorio?—inquirió Scott intentando de no reírse.

          Irina lo fulminó con la mirada—¿Acaso quieres café caliente en tu cara?

          —Yo no he visto ninguna y no fui rata de laboratorio con ellas—prosiguió el hombre hormiga—. Pero ni siquiera sé de qué diablos hablan.

          —No importa—dijo Bruce pasando detrás de él—. Tenemos partículas Pym para hacer un viaje de ida y vuelta cada uno—miró hacia la pantalla—. Y estas gemas estuvieron en muchos lugares a través de la historia.

          —De nuestra historia—declaró Irina—. Así que no hay muchas épocas convenientes para visitar, son muy reducidas.

          —Quiere decir que debemos elegir objetivos—respondió Barton apoyado contra la ventana—. Tiene sentido.

          —Entonces...—dijo Steve ya cerca de la mesa—. Empecemos con el Aether. ¿Qué sabes, Thor?

          En ese preciso instante, en cuanto Tony tomó asiento, todos se giraron para ver a Thor – quien no movió ni un músculo desde que llegó. Su cuerpo permanecía inmóvil y completamente en paz. Thor parecía un maldito maniquí, el cual le daría miedo a los niños por la noche. El resto del equipo se quedó en silencio y no sabían si disturbar su sueño o dejarlo para otro momento. Natasha tocó el hombro de Irina con completa quietud.

          —¿Está dormido?

          —No, yo creo que está sufriendo un derrame o un coma—añadió Rhodes a su lado.

          —Eres el peor, Rhodey—masculló Irina y miró fijamente al dios nórdico—. Estoy bastante segura de que está muerto.

          Steve miró a su esposa—Despiértalo.

          —¿Por qué yo?

          —Tú despiertas niños ahora, Morgan—farfulló Clint antes de soltar una carcajada.

          Irina lo fulminó con la mirada—Prometo patearte el trasero después, ¿sabes?

          Repentinamente, como si fuese algo natural, los ojos de Irina se volvieron azules y alzó su mano, quitándole la pequeña lapicera de las manos a Natasha. Movió sus dedos hasta acercar la punta de la misma a la nariz de Thor, metiendo un poco dentro – logrando que el dios nórdico espabilara. Se despertó pesadamente y tomó la lapicera, lanzándosela a Irina, quien soltaba carcajadas junto a sus compañeros. El rubio rodó los ojos a través de sus lentes y se levantó pesadamente, ante las insistencias de Steve sobre que él debía empezar diciendo todo lo que sepa sobre Aether, la Gema de la Realidad. El rubio se puso enfrente de la pantalla y miró la simulación de la gema.

          —Huh...¿por dónde empezar?—preguntó él acomodándose sus lentes antes de quitárselos—. El Aether, en primer lugar, no es una gema. Antes alguien la llamó gema—señaló a Steve, quien frunció el ceño con confusión—. Pero hay una historia interesante sobre el Aether—Rhodes y Clint se miraron entre ellos—. Mi abuelo, hace muchos años, tuvo que esconder la gema de los elfos oscuros—hizo sonidos y movimientos con sus dedos.

          Irina no sabía si reír o llorar.

          —Son seres aterradores—continuó él, mientras que Rocket se palmeaba la cara con fastidio, Natasha colocaba un pie sobre la mesa y recostó su cabeza en el pecho de Irina—. Así que Jane, en realidad...—una fotografía de ella apareció en la pantalla holográfica y Thor la señaló—. Oh, ahí está ella. Si, Jane fue un viejo amor que tuve—Tony miraba con claro desconcierto toda la situación—. Esa vez, ella metió la mano dentro de una piedra y el Aether se metió dentro de ella...y se enfermó mucho. Y entonces tuve que llevarla a Asgard, que es de donde soy...—Scott asentía de forma animada, sintiéndose alegre de escuchar la historia—. Y tuvimos que intentar curarla. Eramos novios en ese momento y tuve que presentársela a mi madre...—y Morgan sintió tristeza en su mente al mencionar a su figura materna—. Qué está muerta y...Jane y yo ni siquiera seguimos saliendo.

          Irina miró a Banner, quien miraba a Thor y hacía señas con su mano para que terminase de hablar, pero él prosiguió—Sí, son cosas que pasan. ¿Saben? Nada es para siempre. Lo único...

          Tony se colocó a su lado—¿Por qué no te sientas?

          —Aún no terminé—se excusó el dios nórdico—. Lo único permanente en la vida es la transitoriedad.

          —Impresionante—dijo Tony aplaudiendo—. ¿Quieres huevos?¿Quieres desayunar?

          —No—respondió él haciendo una mueca—. Quisiera un Bloody Mary.

          Irina se palmeó la cara.

          —Entonces...¿dónde está la gema?—inquirió la rubia mirando al dios del trueno—. ¿Está en Asgard?

          —Sip—respondió Thor enfatizando la letra "p" cuando terminó.

          —¿Recuerdas que año fue?

          —Huh...año 2014, creo.

          Steve miró al resto—Descanso de dos horas, nos vemos aquí en el almuerzo.

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          Irina estiró varios de sus músculos antes de mirar a Barton, quien también estiraba sus brazos. Los dos estaban en una manta de combate, mirándose el uno al otro, hasta que Natasha tocó una campana, exasperada de verlos regodearse entre ellos y no entrometerse en una pelea en ese preciso momento.

          —¿Empezarán los puñetazos o qué?

          Irina sonrió a Clint—Lamentarás haberte burlado de mí, Barton.

          —Lo lamentarás cuando te patee el trasero, Morgan—rio el hombre del brazo tatuado.

          Al acercarse, Natasha volvió a tocar la campana y empezó la pelea. Primero se formó silencio entre los dos vengadores que lucharían entre ellos, hasta que Clint lanzó el primer puñetazo, en dirección al rostro de Irina – la rubia lo esquivó rápidamente con su mano, utilizando aquella oportunidad para poder lanzar una patada que fue directo a su abdomen, golpeando con fuerza y el arquero soltó un gruñido. Irina se alejó de él y soltó una carcajada—Vaya, se nota que estás muy fuera de forma.

          —Estuve haciendo lo que tú no haces hace mucho tiempo—declaró el arquero.

          —¿Cómo te llaman ahora, Barton?—se burló Irina mirándolo fijamente.

          Clint gruñó otra vez y lanzó otro golpe para Irina, logrando que ella lo esquivara con facilidad y la joven iba a responder con un puñetazo, pero Barton agarró su puño y deslizó su pie por debajo para quitarle el equilibrio en segundos. La muchacha cayó de espaldas al suelo y fue inmovilizada por su enemigo.

          —Te estoy pateando el trasero, Irina—canturreó él con diversión.

          Irina agarró su brazo con la mano que no estaba inmovilizada, enganchando sus piernas alrededor de su cabeza y utilizó su cuerpo para lanzar el cuerpo de Clint hacia atrás. La rubia se incorporó y miró como el arquero se levantaba pesadamente.

          —Creo que he perdido la forma—murmuró él estirándose una vez más.

          Irina enfocó su mirada nuevamente en el arquero—No respondiste mi pregunta, Clint.

          El arquero caminó hacia los depósitos de armas que tenía el pabellón de entrenamiento y agarró dos sables negros que había guardados allí. Uno se lo lanzó a Irina y desenfundó la espada—Ronin. Me llaman Ronin.

          Irina desenfundó su arma y se puso en guardia, esperando el momento exacto donde Clint atacaría. El hombre del brazo tatuado hizo silencio, antes de salir corriendo, emitiendo un grito de guerra y saltando hacia ella. El choque con los sables, metal con metal, era inevitable. Los dos se movieron con completa sincronización y el sonido se hacía más y más fuerte. Irina esquivó dos golpes que podrían haberle quitado la cabeza, pero eso no la detuvo de devolverlos con igual brutalidad. Natasha y Rocket, quien se había unido hace unos minutos, observaban como los dos se movían de un lado al otro. Ambos chocaron sus espadas y permanecieron frente a frente.

          —Así que Ronin, ¿eh?

          —Alguien real, quien te puede patear el trasero cuando quieras.

          Irina se movió y deslizó su pierna por el suelo, como un abanico, logrando que Barton perdiese el equilibrio y terminase en el suelo. La rubia apuntó el filo del arma hacia Clint, quien levantó las manos—Lo tendré en cuenta la próxima vez.

          Rocket decidió interrumpir—Huh, vine a decirles que llegó la comida china.

          Natasha volvió a tocar la campana y se retiró a buscar su parte de comida china. Irina volvió a enfundar su espada y le tendió una mano a Clint. El vengador aceptó sin ningún problema, guardando ambas espadas en su respectivo lugar antes de seguir a la rubia hacia el comedor. Todos se sentaron, eligiendo un paquete para empezar a comer, Steve se sentó junto a James, quien era ayudado por Steve para comer en pequeños bocados. Todos comían en silencio, sintiendo que el hambre era lo único que abundaba en aquella sala.

          —¿Quién ganó la pelea?—preguntó Rocket mirando al arquero.

          Clint señaló a Irina con su palillo chino.

          —Esa es mi chica—dijo Steve alzando su mano, para ser chocada contra la de su esposa.

          James, con su divina y pura inocencia, aplaudió con alegría.

          —¿Cómo es que los terrícolas más pequeños se divierten tanto?—inquirió el mapache señalando a James.

          —Por que es un niño de cinco años—declaró Tony mirando al niño—. Es un ser vivo que siente curiosidad por todo lo que lo rodea en este momento. Tú, mapache de peluche, eres lo más curioso de toda la habitación.

          —Además de que ya no usa pañal y va al baño solo—declaró Steve comiendo de su comida—. Si le das demasiado azúcar será muy difícil detenerlo.

          —Si, ya lo he intentado con Morgan—murmuró Tony antes de beber del pico de su cerveza—. No pude lograr que durmiese su siesta.

          Irina se relamió los labios—James muchas veces se duerme en los brazos de Steve, si te sirve de consuelo.

          —¿Entonces quieres que mi hija termine durmiendo en los brazos de tu esposo y no en los míos?—inquirió Tony.

           Morgan rodó los ojos y miró a Rocket, quien estaba arriba de la mesa—Dinos lo que sabes sobre la siguiente gema—la siguiente gema que apareció en la pantalla de vidrio fue la Gema del Poder, demostrada en su color violáceo y destructivo.

          —Quill dijo que robó la Gema del Poder en Morag—anunció el mapache.

          —¿Es una persona?—preguntó Bruce mientras comía helado de menta.

          —No, Morag es un planeta—respondió Rocket mirándolo—. Quill era una persona.

          —¿Un planeta?—preguntó Scott con la boca llena—. ¿En el espacio exterior?

          —¡Deja de hablar con la boca llena!—se quejó Roman y Scott abrió su boca mientras masticaba su comida, para molestar aún más a la rubia—. Te patearé el trasero.

          Steve se quedó atónito mientras que James soltaba una carcajada y Morgan asentía—Síp, de tal palo, tal astilla.

          —Aw...miren—dijo Rocket acercándose a Lang—. Parece un cachorrito todo contento y todo eso...¿Quieres ir al espacio?¿Quieres ir, cachorrito? Te llevaré al espacio.

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