xxii. capitana danvers
RUINAS,
capítulo veintidos: capitana danvers!
CAROL DANVERS ENCONTRÓ A IRINA COMO A UNA HERMANA, arrebatada de su humanidad y forzada a ser una inhumana con habilidades extraordinarias. Era algo que le vino bien a ambas, a pesar de las penosas circunstancias presentes en aquel momento, e Irina no podía sentirse más que segura con ella y Steve. Morgan realmente se preguntaba si era realmente ella quien estaba del otro lado de aquel comunicador que Fury llevaba con él – la rubia ni siquiera lo sabía. Ella había dejado de leer la mente de Nick Fury hace mucho tiempo. Carol se presentó ante los presentes, intentando de no mostrarse hostil y más preocupada por dónde estaba Fury. Steve cuestionó cada punto crítico de información, interrogándola desde sus orígenes hasta el día de hoy. Irina estuvo junto a él durante aquellas dos largas horas, verificando que todo lo que decía era verdad y solamente la verdad. Ahí, en aquel momento, prosiguieron a buscar alternativas para encontrar a los miembros faltantes del equipo y...probablemente a la mitad de la humanidad.
Irina se llevó una taza blanca con sopa a los labios, para luego dejarla en la mesa y agarrar la pequeña cuchara así tendiéndole un poco de puré de patatas a Roman. Ella comió su comida e intentó agarrar el plato ya que su madre lo hacía de manera muy lenta. Irina notó eso y le fulminó con la mirada—¡Roman, te quemarás!
Roman hizo un puchero y Morgan alzó una ceja, pero Carol se adelantó, observando a la pequeña con curiosidad—¿Puedo darle de comer?
—Claro que puedes, Carol—dijo Irina y le tendió el plato antes de llevarse la taza a los labios.
Carol asintió y se sentó en una silla contigua que estaba cerca de Roman. La pequeña rubia le miró con timidez al principio, pero cuando Carol le tendió el tenedor con la carne cortada – Roman lo tomó sin miedo y eso logró que Danvers esbozara una sonrisa genuina en sus labios. Morgan y Steve sonrieron al ver que su hija empezaba a hacer un vínculo de confianza con Carol Danvers – eso era lo mejor. Steve se dirigió a la cocina y Morgan se quedó junto a Roman y Carol. La capitana miró de reojo a la rubia antes de darle otro pedazo a la niña—¿Qué edad tiene?
—¿Por qué no se lo dices, Roman?—replicó Irina a la pequeña, quien parpadeó antes de mirar a Carol—. Dile cuántos años tienes, con los dedos—le indicó haciendo una seña con sus dedos y Roman rebotó en su asiento con pura alegría antes de enseñarle tres dedos a Carol.
—¿Tres años?¡No lo puedo creer!—replicó Carol sorprendida—. Ya eres una niña grande, Roman.
Roman soltó una risilla y continuó comiendo su comida. Hubo un momento de silencio entre las dos, Carol se ocupaba de darle de comer a la muchacha y observaba como Morgan jugueteaba con el resto de su sopa. Había algo que encontraba familiar en ella: cómo si conociera a alguien dentro de ella. Recordó su primera vez al llegar a la tierra: conociendo a Fury y SHIELD, todo lo que aquello conllevaba. También haber conocido una pareja de jóvenes con una muchacha con los mismos rasgos que Irina y resultó que su curiosidad se estaba apoderando de ella. Roman tosió y la rubia de cabellos largos le tendió su biberón para que tomase agua – dándole leves palmaditas para aliviar aquella tos. Le resultó demasiado extraño ver a una persona tan conocida delante de ella, alguien que después de todo, seguía teniendo aquella aura.
Roman masticó con sus pequeños dientes el último pedazo de carne y Carol limpió sus labios con una servilleta. Le dio de tomar agua y ella casi le lanza el biberón por la cabeza. Irina soltó una carcajada al ver que Carol se agachó en la mesa y miró a Roman con el ceño fruncido—¿Tiene poderes?
Morgan alzó su mano y los utensilios de la mesa se recubrieron con un aura azul, movió sus dedos remarcando su poder y Carol se mostró fascinada. Irina apoyó las cosas con cuidado en la mesa otra vez y sonrió de lado—Los heredó de mí y también de su padre—Roman soltó un bostezo y se restregó sus ojos con sus pequeñas manos. Irina se levantó al mismo tiempo que Carol—. Alguien tiene sueño y quiere dormir en su cama, ¿verdad, Roman?
La rubia fue en dirección a la pequeña para atraparla en sus brazos pero Carol se acercó, agarrándola e Irina le miró confundida—Huh...¿quieres llevar a Roman a su cama?
—Iba a preguntarte eso—murmuró Carol mirando a la joven—. ¿Puedo?
Irina Morgan sonrió y eso fue todo lo que le permitió a Danvers acomodar a la pequeña en sus fuertes brazos. La inhumana le indicó el camino y Carol siguió aquellas instrucciones sin rechistar. Roman se acomodó contra su pecho y jugó con su cabello largo mientras ambas paseaban en los pasillos oscuros de la base. Carol se mostró bastante tranquila ante la presencia de aquella pequeña y no tardó en encontrar su habitación. Al entrar, se encontró que esta estaba ligeramente acomodada y que había un par de pertenencias allí. Carol dejó a la pequeña en la cama, para luego arroparla y observar como aquellos ojos color azul-verdoso se cerraban por el sueño.
Carol sonrió de lado y su mirada se dirigió a la mesita de noche que se encontraba a su lado. Allí vio varias cosas, un pequeño par de aritos para las orejas de Roman, una fotos de ella con su familia y otra de tres personas que resultaron muy familiares para ella. Danvers, ante la gran confusión, agarró aquel retrato y observó la foto de cerca. Era la foto de dos jóvenes con un bebé en sus brazos, observándola con completa devoción. Los ojos de Carol se desviaron hacia los rostros de los padres y los reconoció al instante – en aquel vago recuerdo donde Nick Fury, como agente de SHIELD, le presentaba a Dean y Elizabeth Morgan, junto a ellos, a una niña de cinco años. ¿Por qué Irina poseía aquella foto?
Carol se levantó de la cama y se llevó el retrato con ella, buscó a la inhumana en los pasillos oscuros y al volver a la cocina, encontró que todo se encontraba apagado. La rubia miró hacia todos lados, intentando de encontrar a la joven – fijó su vista en la mujer de cabellos cortos en uno de los balcones de la base, cerca de la zona de las otras habitaciones y se acercó con el retrato aferrado a sus dedos.
Irina sintió aquella presencia alarmante en cuanto Carol dejó a Roman en su cama y eso le preocupó demasiado. Al girarse, se encontró con Danvers, quien le tendía un marco con una foto—¿Quién eres tú?
—¿De dónde sacaste eso?—preguntó Irina mirándole ahora con sus ojos azules, intentando de no sentirse hostigada en su propio hogar.
—No has respondido mi pregunta, Irina—reclacó ella y respiró profundo para volver a preguntar—. ¿Quién eres?
—Ya te lo he dicho, Carol—replicó Morgan mirando a la capitana con los brazos cruzados sobre su pecho—. Soy Irina Morgan-Rogers.
Eso fue lo único que bastó para que Carol soltara el retrato, pero Irina lo hizo levitar con sus poderes. Morgan observó que Carol estaba en un conflicto mental de recuerdos y vidas pasadas, intentando de procesar aquellas palabras con tal claridad. Irina llevó el retrato hasta sus manos y observó a Carol con confusión, se acercó lentamente y observó a la muchacha—¿Qué sucede, Carol?
—Eres Irina Morgan...¿Cómo...?—tartamudeó mientras negaba—. ¿Cómo es que no pude reconocerte antes? Eres idéntica a tu madre.
Aquellas palabras fueron balas contra el pecho de Morgan y repentinamente se halló observando a la segunda persona que conoció a sus padres antes de que ellos murieran. La inhumana tragó saliva y miró a Carol—¿Conociste a mis padres?
—Diciembre de 1995. Nick Fury me los presentó por un pequeño momento, ellos se iban de viaje y volverían en pocas horas para ayudarnos. Iban con una niña...
Aquella niña en los recuerdos de Carol Danvers era la propia Irina Morgan.
—Esa eras tú—continuó la rubia de cabellos largos—. Tú eras su hija. ¿Dónde están ellos ahora?
Los ojos de Irina se humedecieron por un segundo, recordando los hechos que seguían después de aquel encuentro con Danvers. Sus padres morirían en aquel accidente provocado por Bucky Barnes y ella sería llevada a HYDRA con tan solo cinco años. Morgan se limpió las lágrimas—Mis padres fallecieron en un accidente ese día, Carol.
Carol Danvers sintió que ya había metido la pata por completo y no tardó en abrazarla, sintiéndose apenada de ver que ella perdió a lo que más quería en el mundo – junto a su esposo y a su bellísima hija. Irina sintió un gran alivio al ver que Hank Pym no era el único que conoció al matrimonio Morgan, sino también Carol. Steve junto a Natasha irrumpieron en el balcón y fruncieron el ceño al ver a las dos mujeres abrazándose. La ex-asesina declaró—Lamento interrumpir, pero la reunión acaba de comenzar.
Carol se separó de Irina y miró a los dos vengadores con confusión—¿Sobre qué?
—Tenemos que encontrar a un compañero: Tony Stark.
Y cómo si fuese una chispa, Irina recordó el último lugar donde vio por última vez a Tony Stark. Ella miró a los tres héroes y sonrió—Tengo una idea.
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