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xvi. ayuda en camino


EL HIMNO DE LOS CAÍDOS,
capítulo dieciséis: ayuda en camino!



          IRINA MORGAN SE ESTRELLÓ CONTRA EL QUINJET Y SE AGARRÓ LO MÁS FUERTE QUE PUDO EN UNA DE LAS ALAS. La rubia rodó sobre sí misma para lanzar un gancho a una de las rendijas que el quinjet tenía y caminó con gran dificultad hasta el área de la compuerta, abriéndola con sus poderes. Escuchó que varios de sus compañeros exclamaron cosas que ella no llegó a escuchar, pero con un salto hacia atrás, logró meterse dentro. El resto del grupo le miró con confusión, sin embargo, Roman chilló de la alegría y rebotó en los brazos de Steve – al menos ella le dio una gran bienvenida a la rubia. Morgan cerró la compuerta y miró a su pequeña—¿Me extrañaste, cielo?

          Wanda se levantó de su asiento—¿Dónde estabas?

          ¿Dónde estaba? Esa era una buena pregunta para preguntarle al Hechicero Supremo, porque ambos realmente lo habían hecho: regresaron a Irina desde Titán al quinjet que se dirigía a Wakanda. La rubia apretó los labios y caminó hacia el centro. Intentó buscar alguna explicación racionable para relatarla al grupo, pero la magia y esas cosas no eran tan comunes en el equipo – al menos, no sin Tony.

          —Huh...estuve en el ¿espacio?—respondió Irina haciendo una mueca.

          Erika enarcó una ceja—¿Eso es posible?

          Wanda asintió—Ella no miente, estuvo ayudando a Tony.

          —Y debemos darnos prisa—anunció Morgan mirando al equipo—. Porque Thanos posee cuatro gemas de las seis, Stephen Strange tiene la Gema del Tiempo y Visión tiene la Gema de la Mente. Stephen y Tony enfrentarán a Thanos en el espacio, pero sus hijos vendrán por la gema que está aquí en la tierra.

          Steve caminó hacia Sam, quien piloteaba el quinjet—Desciende a 2600, pon rumbo 0-3-0.

          —Ojalá tengas razón—murmuró Sam y presionó los botones—. O aterrizaremos mucho más rápido de lo que quieres.

          Irina caminó hacia ellos y tocó el hombro de Steve, él se giró a mirarla y Roman tocó su mano, mirándola con curiosidad. Steve plantó un beso en la frente de su esposa y miró a Roman—Ella me alertó al ver que su madre no estaba en el quinjet.

          —Vaya, qué sorpresa—declaró Morgan mientras acariciaba la mejilla de Roman—. Quiero decir que no fue idea mía, Kyle me llamó.

          —¿Cómo...?

          —Es difícil de explicar, pero él produjo una conexión entre nosotros—replicó ella mirando al frente.

          —Ha pasado tiempo de eso, Irina—añadió Steve mirándole de reojo, intentando de sacar el tema de manera suave—. La última vez que sentiste algo así fue con...

          —Tatiana—respondió Irina bajando la mirada—. Fue con Tatiana, ahora con Kyle...es casi familiar, algo tan cercano que a veces siento que Tatiana está ahí.

          Steve tomó la mano de su esposa para besarla de manera delicada—Cada uno enfrenta a sus demonios y fantasmas de distintas formas, ella intenta protegerte, como lo hace cada una de las personas que creíste haber perdido alguna vez. Todo estará bien.

          Irina asintió y Sam anunció que cruzarían una barrera. Morgan escuchó a Roman soltar una risita al ver su hogar otra vez – ya que la pequeña estuvo criándose entre paredes altas y guardianas con lanzas. La rubia suspiró con alivio al ver que finalmente habían llegado al destino donde realmente podrían marcar la diferencia. Steve bajó a Roman al suelo, para tenderle una mano y ella agarró su gran mano entre sus dedos. Morgan hizo lo mismo y la pequeña se agarró a ella para tironear de ambos para salir. Natasha abrió las compuertas para salir junto a Erika Barton, y el resto del equipo salió junto a ellas.

          Banner se colocó su chaqueta—¿Debemos inclinarnos?

          —Sí, es un rey—respondió Rhodey e Irina rodó los ojos.

          Steve y Morgan se acercaron a T'Challa, quien les sonreía de lado. Steve le estrechó la mano al rey de Wakanda—Siempre te estoy agradeciendo algo—Irina negó lentamente mientras intentaba no reírse. Miró hacia atrás y se encontró con Banner inclinándose hacia T'Challa. Rhodey le miró fijamente, sin saber qué decirle pero el rey se apresuró a decir algo.

          —Aquí no nos inclinamos—replicó él haciendo un ademán para que el científico se levante y Rhodey soltó una carcajada al ver la cara de incomodidad de Bruce—. ¿Qué tan grande sería el ataque?

          Irina caminó detrás de él con Roman agarrada a su mano—Huh...deberían espera un ataque bastante grande.

          —¿Cómo vamos?—preguntó Natasha.

          T'Challa miró a la rubia de reojo—Contarán con mi Guardia Real, la Tribu Fronteriza, las Dora Milaje y—señaló a un soldado con un brazo de metal. Irina y Steve Rogers sonrieron de manera genuina. Ver a James Buchanan Barnes estando de pie y con un nuevo brazo de metal fue algo tan sorpresivo – ninguno de los dos lo esperaba. Irina soltó a Roman y caminó hacia él para abrazarlo, él la recibió sin problemas, estrechándola con fuerza hacia su cuerpo. Bucky Barnes, al despertar, supo lo que ocurrió a Tatiana Belkova y eso lo devastó por unos meses – Irina no estuvo presente en aquel momento pero se sintió demasiado culpable, ella debía ser quien dijera esas palabras. Ella debía decir cada una de ellas. De todas formas, Bucky Barnes sintió que era algo justo y de alguna forma perdonó a Irina. Ambos se separaron y Morgan esbozó una sonrisa.

          —Al parecer han reclutado a un hombre de 100 años semiestable—dijo él y la rubia soltó una carcajada.

          Steve se acercó junto a Roman y abrazó a Bucky, dándole unas palmadas al hombro. Roman jadeó y se escondió detrás de Steve, inclinándose un poco para mirar. Bucky miró con curiosidad la pequeña figura que se escondía detrás de las piernas de Steve y saludó con la mano. Steve sonrió y se agachó para sujetar a Roman y señaló al soldado—Mira, Roman, este es el tío Bucky.

          Roman se ocultó en el pecho de su padre, siendo completamente intimidada por el hombre de cabello largo. Morgan se mordió el labio para sofocar una risita y Steve terminó por cargar a su hija en brazos—¿Cómo has estado, Buck?

          Él sonrió—Nada mal, para el fin del mundo.




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          Morgan, Steve, Roman, Wanda, Banner y Visión fueron dirigidos a la torre del palacio, siendo acompañados por el rey de Wakanda y Okoye. Morgan intentó mantenerse calmada entre todo el alboroto que pronto comenzaría y realmente estaba esperando que Shuri encuentre alguna solución al problema que estaba entre manos. El equipo entró en la gran torre y bajaron por un par de escaleras hasta llegar al laboratorio de Shuri. Roman comenzó a patalear y Steve – un tanto confundido – la bajó y la pequeña chilló de alegría al ver a Shuri, quien sonrió de manera amplia.

          Ella se agachó, abriendo sus brazos para que a niña se acercase—¡Ven aquí, Roman!—la pequeña soltó una risita y corrió de manera dificultosa hacia la princesa, quien la tomó en sus brazos y la abrazó—. ¡Oh! No sabes cuánto te he extrañado.

          Irina sonrió—Roman tiene sus modos para ser cariñosa.

          El resto del grupo ingresó en el laboratorio con grandes ventanales y Shuri le indicó a Visión que se recostara en la mesa para ser examinado. Morgan y Steve se pusieron frente a ella en forma paralela en la mesa, Banner se unió en la punta mientras que varios guardias custodiaron las ventanas. El rey de Wakanda tomó su posición en forma paralela en Banner, para poder observar el análisis. Shuri pasó un escáner por el cuerpo del androide e Irina podía percibir que el mismo se encontraba nervioso: claramente, su vida era un conflicto, Visión estaba dispuesto a sacrificarse para evitar que Thanos tome la gema que faltaba.

          Shuri levantó su mano y un holograma de la gema de visión se abrió desde su palma—La estructura es polimórfica.

          —Tuvimos que unir cada neurona en forma no secuencial—replicó Banner colocándose sus anteojos.

          —¿Por qué no reprogramaron la sinapsis para trabajar en conjunto?—preguntó Shuri mirando a Bruce de forma inquisitiva. Roman se inclinó para tocar la pulsera de Shuri pero ella la alejó de su alcance.

          Visión miró a Bruce y este se encogió de hombros—Porque no pensamos en eso.

          Shuri sonrió de forma abierta y reforzó su agarre en Roman—Lo hiciste lo mejor posible—miró a la rubia—. ¿Verdad, Roman?—y la pequeña aplaudió mientras que rebotaba en sus brazos.

          —¿Puedes hacerlo?—preguntó Wanda, mirando a la princesa de manera seria.

          Shuri la enfrentó—Sí, pero hay más de dos billones de neuronas aquí—declaró y alternando su mirada entre Visión junto a la bruja, asintió—. Un desajuste causaría un fallo en cascada de los circuitos—miró a la pareja Rogers-Morgan—. Llevará tiempo.

          —¿Cuánto?—inquirió Steve.

          —Tanto como puedan darme—anunció la joven.

          Repentinamente, una alarma sonó y todos miraron hacia el techo. Okoye activó su pulsera y un holograma salió de ella. Esta reveló datos que no logró entender pero ella sentía que algo grande estaba por venir. T'Challa miró el holograma con atención y Okoye declaró—Algo entró a la atmosfera.

          Irina miró a Steve—Próxima Midnight ha vuelto y creo que viene junto a un ejército.

          Un estruendo se escuchó en la ciudad y los presentes observaron como algo se destruía gracias al campo de fuerza. Morgan soltó un jadeo y Roman comenzó a llorar, Shuri la abrazó con fuerza para consolarla e Irina comenzó a sentir miedo. Múltiples naves aterrizaron por fuera del gran domo que protegía la ciudad y la rubia sabía que el enemigo se había multiplicado para conseguir una cosa: la Gema de la Mente. Steve miró a Morgan y ella también lo miró, sabiendo que lo que estaba a punto de venir no iba a ser bueno.

          —Es muy tarde—declaró Visión levantándose—. Debemos destruir la gema ahora.

          —Visión, regresa a la mesa ya—exclamó Erika Barton girándose—. No sacrificaremos a uno de los nuestros.

          —Los retendremos—anunció T'Challa pasando por al lado de Okoye.

          Steve miró a Maximoff—Wanda, tan pronto como esa gema esté fuera de su cabeza—miró a Irina—. La destruyen.

          —¿Acaso piensas dejarme aquí?—preguntó Irina mirándole con el ceño fruncido y señaló el desastre—. ¿Cuándo realmente me necesitas allí?

          Steve suspiró—Irina...

          —Wanda, tú te encargarás de destruir la gema—declaró Morgan mirando a la bruja y ella asintió, Shuri le entregó a Roman y ella miró a Steve—. Tú y yo tenemos una cita en el campo de batalla, Rogers, y no pienso discutirlo.

          —Evacuen la ciudad. Activen todas las defensas—declaró T'Challa y miró a la pareja, para luego señalar a Steve—. Y consíganle un escudo a él.

          Morgan y Steve asintieron, para luego salir de la habitación rápidamente. Steve siguió a su esposa por los pasillos y ambos terminaron en una de las habitaciones donde Morgan estuvo junto a Roman los primeros días de vida. La rubia dejó a su hija en el suelo y se sentó junto a ella, Steve también. Irina tomó la mano de su hija y Steve hizo lo mismo, para luego ambas partes tomaron las manos del otro. La rubia miró a su pequeña—Roman, necesito que escuches con atención—la niña asintió—. Papá y yo iremos a un lugar feo, así que necesito que te escondas aquí ¿de acuerdo?—la niña volvió a asentir—. Si escuchas mi voz o la voz de tu padre llamando tu nombre, tú sal y te encontraremos—Irina aprestó con fuerza su mano—. No temas a tus demonios, Roman. Defiéndete, y nunca más tendrás miedo—ella miró a Steve y sintió que las lágrimas le picaban los ojos—. Si algo llega a pasarle a tu padre o a mí...

          —Te amamos—concluyó Steve mirando a la pequeña—. Te amamos demasiado, Roman. De aquí a la luna y de vuelta. Volveremos pronto, lo prometo.

          Roman dejó caer una lágrima por su mejilla antes de acercarse a sus padres y abrazarlos. A Irina realmente le dolía dejar a su hija sola, pero debía ayudar en el campo de batalla. La pareja se separó y la rubia le señaló a la pequeña un armario con mucha ropa, junto a dos puertas de vidrio polarizadas. La niña caminó junto a su madre hacia ella e Irina se agachó, Roman extendió su mano y alzó su palma – Irina juntó su palma con la de ella.

          —Te amo, Roman Rogers, nunca lo olvides—murmuró Irina y abrió la puerta—. Escóndete ya.

          Al ver que su hija ya estaba segura entre los muros del castillo, Irina y Steve salieron hacia un hangar cercano, la rubia estando presa del miedo y del misterio. Varios equipos se movieron con rapidez entre las calles de Wakanda y llegaron hacia el punto de encuentro con el enemigo. Irina sintió la presencia de dos personas no deseadas en la barrera. En cuanto su transporte se detuvo, los grupos se unieron en formación junto a otro grupo numeroso de soldados quienes cantaban a coro un haka. T'Challa se acercó a ellos y estrechó la mano del líder de la tribu.

          —Gracias por unirte a nosotros.

          —Por supuesto, hermano.

          Irina comenzó a caminar hacia el borde, siendo seguida por el rey de Wakanda, Steve Rogers, Natasha Romanoff y Erika Barton. Al acercarse, se encontraron con Próxima Midnight y la misma bestia que Irina se había encontrado en Nueva York. Irina sonrió—Vaya, creo que se han quedado con uno menos.

          —¿Dónde está tu otro amigo?—preguntó Natasha.

          Próxima miró con odio a la rubia—Con tu vida, pagarás la de él. Thanos tendrá esa gema—y miró a Morgan—. Y a ti también.

          —Eso no va a pasar—declaró Rogers tomando la mano de Irina.

          —Ahora están en Wakanda—exclamó T'Challa Udaku—. Lo único que tendrá Thanos será polvo y sangre.

          Próxima miró fijamente al grupo—Tenemos sangre de sobra.

          Con un brazo, Próxima levantó su espada y varios pilares se abrieron, dejando salir un chillido de cada uno de ellos. Irina sonrió al ver que una gran guerra estaba empezando a desenvolverse y ella estaría dispuesta a pelear hasta el último minuto.




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