EL HIMNO DE LOS CAÍDOS,
capítulo quince: perfectos desconocidos!

Titan.

          IRINA MORGAN NUNCA SUPO POR CUANTO TIEMPO ESTUVIERON VAGANDO POR EL ESPACIO Y ESO ERA ALGO QUE LE PREOCUPABA. ¿Steve sabía realmente dónde estaba?¿El equipo ya había logrado llegar a Wakanda? La rubia sintió una gran frustración dentro de su cabeza, algo notablemente inevitable, pero la situación en la que estaba no ayudaba para nada. Aún se preguntaba cómo diablos Kyle Belkova podía traerla aquí, a millones de kilómetros de su hogar, a una dona voladora gigante que se dirige exactamente hacia donde está el enemigo. La muchacha realmente comenzó a cuestionarse si esta era una buena idea o si simplemente perderían. Morgan borró ese pensamiento negativo de su cabeza en aquel instante y miró a Stephen, quien estaba discutiendo con Kyle sobre una estrategia no muy bien hecha.

          —Sabes que ese hechizo es uno de los más peligrosos, Kyle—acotó el Hechicero Supremo, interrumpiendo a su aprendiz antes de que abriera la boca—. Y aun así lo hiciste. Traerla aquí a través de su cuerpo astro es dañino.

          —¿Huh? Eso no es dañino, lo dicen los libros—recalcó Kyle cruzándose de brazos.

          Strange rodó los ojos—Debes leer las advertencias que están después de los hechizos.

          —Stephen—dijo Kyle, dando un paso hacia él, entrando a su espacio personal y mirándolo fijamente a los ojos—. Era la única opción que tenía a mano si las cosas salían mal—"¿Acaso no han salido mal?" dijo Stephen antes de que Kyle soltara un bufido—. Eres insoportable, Strange. Agradece que tenemos a dos Vengadores poderosos aquí.

          Irina se levantó de su lugar y miró a los dos hechiceros—Pero la tierra está desprotegida.

          Stephen asintió—Por eso estoy intentando de recordar la manera para llevarte de vuelta a tu cuerpo físico.

          Morgan golpeó una de las máquinas y el ruido resonó en todo el recinto, Peter miró a Irina de manera asombrada mientras que Tony y el resto observaron a la rubia con confusión. Ella miró al grupo de hombres y dijo—Creo que mi cuerpo físico también vino conmigo.

          Stephen se volvió para mirar a Kyle, quien se mordió el labio al ver que algo no había salido bien en la ecuación. Tony miró a los dos hechiceros—¿Eso qué quiere decir?

          —Quiere decir que ella está realmente aquí: física y mentalmente—respondió Kyle para luego hacer una mueca—. Ambos compartimos una conexión. Una conexión similar a la que ella tenía con mi hermana.

          Irina miró a Kyle con sorpresa, sabiendo que realmente estaba conectada con otro Belkova. Por eso sentía todo aquello tan familiar, tan cercano a ella – algo de lo que no se dio cuenta al tenerlo tan familiarizado. Era como tener a su amiga otra vez, a pesar de no tenerla físicamente frente a ella – podía sentirla. Kyle caminó hacia ella, para luego tomar sus manos, sentir aquel tacto – Morgan realmente tenía ganas de llorar, no solo por la emoción de sentirla, sino por la nostalgia de ya no verla, un sentimiento abrumador que no paraba de provocar cortocircuitos en su mente.

          —¿La sientes como yo la siento ahora?—preguntó Kyle en un susurro e Irina asintió—. Ella realmente te extraña, Irina—él miró a Stephen—. Encontraré una forma de llevarla a la tierra.

          Repentinamente, se escuchó un estruendo y el grupo de héroes miró al frente. Peter Parker preguntó que sucedió pero al ver que la gran rueda gigante realizó un movimiento brusco, todos se tambalearon. Irina se sostuvo de una viga y caminó hacia adelante, observó tierra mediante la gran pantalla: había ruinas y formas vagas que la decoraban, de alguna forma el curso estaba comenzando a desorbitarse y ella realmente temía pensar que ya habían llegado a destino.

          —Creo que llegamos—replicó Stephen.

          Tony miró a Morgan—No creo que esta nave se estacione sola. Ayúdame con los mandos.

          —Recibido, capitán—declaró Irina corriendo hacia el mando. Tony le indicó como colocar la mano y ambos intentaron darle dirección a la gran nave para evitar una caída no tan fatídica—. Esto fue diseñado para un grandulón, Tony. Debemos moverla juntos.

          —Diablos, lo tengo.

          La nave entró en la primera capa del espacio en Titan, encontrándose con más ruinas a su alrededor. Irina observó que la nave se estaba dirigiendo a un choque seguro y soltó un chillido, intentando girar la nave hacia un lado. Se escuchó un estruendo e Irina dedujo que la nave había colapsado con una de las esquinas de las ruinas, estropeando su estructura en el camino. Peter colocó su máscara sobre él y Tony volvió a tener su armadura otra vez. Kyle y Stephen movieron sus manos rápidamente para crear un escudo sobre ellos. Peter gritó algo pero Irina no llegó a escucharlo gracias al gran estruendo que terminó por derribar a la nave. Los héroes salieron disparados por el aire para luego aterrizar en algo sólido. Irina rodó sobre sí misma y soltó un gruñido antes de mirar a los dos hechiceros.

          —Diablos, este fue el aterrizaje más suave que tuve en mi vida.

          Kyle ayudó a Morgan a levantarse—Siempre hay cosas peores.

          —Eso estuvo cerca—dijo Tony siendo ayudado por Stephen y le palmeó el pecho—. Te debo una.

          Peter bajó colgado de una telaraña, su cuerpo invertido al de los héroes—Solo quiero decir que si los aliens me implantan huevos en el pecho o algo así y como a alguno de ustedes, lo siento.

          Irina rodó los ojos ante ese comentario, aquel niño si había visto demasiadas películas – pero tenía un punto: alguien estaba viniendo por ellos.

          —No quiero otra referencia a la cultura pop el resto del viaje—declaró Stark señalando al niño de forma acusatoria—. ¿De acuerdo?

          —Trato de decir que viene algo.

          Una granada de energía explotó frente de ellos y los héroes salieron disparados a diferentes puntos. Irina chocó con un pedazo de metal y cayó en seco al suelo, soltó un gruñido antes de levantarse rápidamente. Al mirar hacia el frente, se encontró con tres polizones. Dos hombres y una mujer con antenas. La rubia ayudó a Stephen a levantarse y ambos miraron la escena.

          —¡THANOS!—gritó este y lanzó dos cuchillos en dirección a Morgan y Strange. El hechicero creó un escudo, donde los dos cuchillos se insertaron en el mismo, a pocos centímetros de Irina. El aludido soltó un grito de guerra pero Irina le lanzó un pedazo de metal con sus poderes. La capa de Stephen siguió después, envolviéndose en la cabeza del nuevo enemigo.

          El segundo hombre salió volando mientras que disparaba con un arma de blaster, Tony le siguió mientras disparaba con sus manos y al seguirlo, lanzó un misil. Al explotar, los desorbitó a ambos y se creó una pelea campal donde Tony terminó adherido en junto a una pieza de metal. Irina corrió hacia el hombre enmascarado y se enganchó en su hombro para derribarlo. Peter y Kyle se enfrentaron a la mujer de antenas, quien perseguía a Peter con curiosidad. En aquel momento, Morgan recibió un golpe y salió volando hacia un lado.

          —Muere, ¡manto de la muerte!

          Irina corrió para pegarle una patada al hombre enmascarado y luego agarró los dos cuchillos para mantenerlos a centímetros de los ojos del enemigo – quien tenía a Peter. Tony fue hasta el hombre musculoso que peleaba contra la capa de Stephen y el millonario apuntó su mano hacia la cabeza del enemigo.

          —¡Quédense todos donde están!—bramó el hombre enmascarado—. Cálmense de una maldita vez—se quitó la máscara y apuntó a Morgan—. Se los preguntaré una sola vez. ¿Dónde está Gamora?

          —Sí. Mejor, pregunto yo—recalcó Tony, quitándose el casco—. ¿Quién es Gamora?

          —Mejor, yo pregunto. ¿Por qué es Gamora?

          Stephen, Kyle y Morgan se miraron entre ellos, sin saber cómo se había producido aquella situación estúpida. Irina miró hacia el hombre que tenía a Peter—Debes estar bromeando.

          —Díganme dónde está o juro que freiré a este engendro.

          —Adelante—exclamó Tony y formó con su traje un bláster gigante que fue dirigido hacia la persona que estaba debajo de él—. Le disparas al mío y yo le dispararé a él. ¡Vamos!

          —¡Hazlo, Quill! Puedo soportarlo.

          La mujer con antenas dio unos saltos para llegar a la escena—¡NO PUEDES!

          —Tiene razón, no puedes—dijeron los dos hechiceros al mismo tiempo.

          —¿Sí?¿No me dirán dónde está? Bien—apuntó su arma más fuerte contra la cabeza de Peter—. Los mataré y se lo sacaré a Thanos a los golpes. ¡Empezando contigo!

          —Espera, ¿qué?—preguntó Morgan y bajó los cuchillos—. ¿Thanos?¿Estás buscando a Thanos?

          —Déjame preguntarte algo—declaró Stephen mirando al llamado Quill—. ¿A qué maestro sirves?

          Quill frunció el ceño—¿A qué maestro sirvo?¿Qué se supone que debo decir?¿Jesús?

          Morgan y Tony rodaron los ojos antes de mirarse entre ellos—Es de la Tierra.

          —No, soy de Missouri.

          Kyle se palmeó la cara—Eso está en la tierra, grandísimo idiota. ¿Por qué nos atacaron?

          —¿No están con Thanos?—preguntó Peter en un murmullo.

          Quill hizo una mueca de disgusto antes de escupir—¿Con Thanos? No, vine aquí a matar a Thanos. Se llevó a mi chica—bajó el arma—. Esperen, ¿quiénes son ustedes?

          Peter se quitó la máscara—Somos los Vengadores, amigo.

          —Son esos de los que nos habló Thor—exclamó la mujer con antenas.

          Irina la miró fijamente—¿Thor?¿Lo conocen?

          —Sí. Tipo alto, no tan apuesto, que necesitaba que lo salvaran—declaró Quill y el equipo le miró con confusión.

          —¿Dónde está ahora?

          Irina movió sus dedos, entrando en la mente de Quill. Observó todo tipo de recuerdos, incluso los más recientes: el rescate de Thor junto a un mapache y un árbol, la desaparición de Gamora, Thanos obteniendo la Gema de la Realidad y la llegada a Titan. Peter le miró maravillado al ver cómo su compañera utilizaba sus poderes para ver a través del hombre con tanta destreza. Irina bajó su mano lentamente y miró al resto—Thor está bien.

          Kyle miró a la rubia—¿Sabes dónde está?

          —Nidavellir—respondió Quill mirando a Irina—. El único lugar que crea armas poderosas.

          El equipo llegó a una conclusión muy apresurada pero concreta: Thor no tenía su martillo. Eso no era algo sencillo para asimilar, teniendo en cuenta que Thor era un dios nórdico y uno de los Vengadores más poderosos del equipo anterior. Irina se preguntó cómo un dios podría perder un arma tan poderosa – y la respuesta no sería del todo buena o al menos divertida. El equipo salió hacia el exterior y Morgan no pudo sentirse más confundida – al mismo tiempo, maravillada – sobre lo que sus ojos veían. Realmente estaba en el espacio, en un planeta iluminado por un sol naranja y cubierto en ruinas.

          —¿Qué diablos pasó en este planeta?—preguntó Quill, sosteniendo un medidor en su mano derecha—. Está ocho grados fuera de su eje. La fuerza gravitatoria es inconsistente.

          Morgan y Peter observaron como la mujer que conocieron como "Mantis" saltaba de un lado al otro, siendo absorbida por la gravedad. Kyle se encontraba sentado con Stephen, ambos haciendo cosas de hechiceros. Ambos Vengadores se acercaron a Tony, quien les daba la espalda.

          —Sí, tenemos una ventaja. Él vendrá a nosotros—declaró él y luego se giró—. Lo aprovecharemos. Bien, tengo un plan—Morgan alzó la ceja y Tony rodó sus ojos—. Al menos el principio de uno.

          Irina soltó la carcajada—Ese plan es muy simple.

          Quill miró confundido a Morgan e iba a preguntar algo—Ella es telépata, puede leer tu mente. Es simple. Lo atraemos, lo sujetamos, tomamos lo que precisamos. No peleamos mucho.

          —Solo queremos el guante—recalcó la rubia y escuchó a Tony decir: "¿Estás bostezando?"—. Ellos dos están confundidos.

          Quill miró a la rubia—Lo que menos hacen es "no improvisar".

          —¿Qué es lo que hacen?—preguntó Peter señalándolos.

          —Patear nombres, anotar traseros—respondió Mantis y Morgan no tardó en palmearse la cara.

          —De acuerdo, vengan aquí—murmuró Morgan atrayéndolos con su poder—. Debemos unirnos. Si vamos haciéndonos los intrépidos...

          —Compañera, no nos llames intrépidos, no sabemos lo que es—Star-Lord la interrumpió pero la rubia le envió una mirada asesina—. Lo siento—declaró y dio un paso hacia ella—. Somos optimistas, sí. Me gusta su plan. Salvo que apesta, déjame planearlo y así, quizá sea muy buena.

          El hombre musculoso que Irina conoció como "Drax" miró a Quill—Dile del duelo de baile para salvar al universo.

          —¿Qué duelo de baile?—preguntó Tony confundido.

          —N-No...No es nada.

          —¿Cómo en Footloose?—preguntó Peter.

          —Sí, como en Footloose—replicó Quill emocionado—. ¿Aún es la película más grandiosa?

          —Nunca lo fue.

          —Peter, no lo alientes—declararon Irina y Tony al mismo tiempo, Peter murmuró un "De acuerdo" y Tony se acercó a él—. Flash Gordon no nos ayudará.

          —¿Flash Gordon? Eso es un halago—replicó Quill caminando hacia ellos—. No lo olvides, soy mitad humano. Ese 50% que tengo de tonto—hizo un ademán con su dedo en dirección a Tony—. Es tu 100%.

          —Tus cuentas me abruman—dijo Tony.

          Morgan rodó los ojos—Ustedes dos me abruman demasiado.

          —Disculpen—dijo Mantis y señaló a los dos hechiceros—. Pero...¿sus amigos hacen eso a menudo?

          Irina miró fijamente a los dos hechiceros, ambos estaban conectados al Ojo de Agamoto, sus cabezas girando de manera rápida y desmedida. Morgan y Tony se acercaron para ver que ambos se detuvieron al caer en la roca. Stephen miró a Kyle con preocupación y este le devolvió la mirada.

          —¿Están bien?—preguntó Irina—. ¿Qué estaban haciendo?

          —Fuimos más adelante en el tiempo y vimos los futuros alternativos—dijo Stephen mirando al equipo—. Para ver los resultados posibles del conflicto inminente.

          —¿Cuántos vieron?—preguntó Quill.

          Kyle miró al resto—Catorce millones seiscientos cinco.

          Tony miró a Irina para luego mirar a Strange—¿En cuantos ganamos?

          A Irina no le gustó la respuesta, la única que temía encontrar: en uno de ellos. Kyle se levantó rápidamente y con sus manos hizo un lazo, lo ató a las manos de Irina—Tú debes volver a la tierra. ¿Has encontrado a Steve?

          —Sí, nos estábamos dirigiendo a Wakanda para quitarle la gema a Visión.

          —Debes volver ahí.

          Irina miró al hechicero—Kyle, me necesitas aquí.

          —Cállate, Steve es el que te necesita ahora—replicó Belkova caminando hacia atrás—. Aún existirá nuestra conexión, te llamaré si realmente te necesito.

          Kyle se alejó de ella lo más que pudo y asintió a Stephen, quien de alguna forma la empujó para que la rubia saliese volando en dirección a Kyle para que este abra las palmas de sus manos y con dos palmadas y un golpe hacia el frente, Irina Morgan se convirtió en cenizas de mariposas – sin dejar rastro en aquel planeta.

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