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❪MALUM: FINAL ALTERNATIVO❫

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ABSOLUTION
malum!

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𝐂 𝐀 𝐋 𝐀 𝐌 𝐈 𝐃 𝐀 𝐃



ABSOLUTION
final alternativo.



          ENTRE TODO EL CAOS Y DESTRUCCIÓN, los dos Vengadores se detuvieron y, repentinamente, una bocina extraña resonó en el campo – con el tono de una canción para niños. Irina miró hacia el horizonte, buscando aquella horrible camioneta donde Luis, amigo de Scott, dijo una vez: "Sí, viejo. Mató a DiCaprio".

          —¿Alguien ve una camioneta horrible por ahí?—preguntó Steve por el comunicador.

          —¡Sí!—exclamó una mujer que pasó volando con un caballo—. ¡Pero no te va a gustar donde está estacionada!

          Clint, al verla pasar, frunció el ceño—¿Eso es...un Pegaso?

          —A Roman le encantaría ver uno de esos—respondió Irina maravillada, hasta que un gruñido se escuchó detrás de ellos y eso fue suficiente para que la rubia empuje al arquero—. ¡Vamos, corre!

          Los dos corrieron, evadiendo y destruyendo soldados y monstruos que se interpusieron en el camino. Irina se hizo a un lado y libró el camino por otro, siendo atacados por más y más enemigos pero el rey de Wakanda aterrizó haciéndolos apartarse a un lado. Irina se levantó y se encontró con Clint dándole el guante a T'Challa. La rubia lanzó una granada para correr y hacer explotar una horda completa. Kyle lanzó discos que se convirtieron en escaleras mientras ella seguía el rastro del rey, quien corría a máxima velocidad para llegar rápido a la máquina. Thanos intentó quitárselo una vez, pero Wanda se lo impidió, desarmando su traje y dándole una golpiza que lo alejó del guante por unos minutos.

          T'Challa le entregó el guantelete a Peter, quien pasó para agarrarlo y evitar que Maw, uno de los soldados de Thanos lo consiguiese.

          —¡QUE LLUEVA FUEGO!

          Irina aterrizó en un lugar y vio que los cañones de la nave se calentaban, antes de disparar contra el campo infestado de vida y muerte. Morgan se impulsó hacia arriba juntando sus manos para alzarlas y crear un escudo de fulgor azul, el cual detuvo la catástrofe que se estaba creando en el entorno. Peter viajó hacia la camioneta gracias al impulso que le dio Steve con el martillo, luego con el pequeño aventón que Pepper le dio, terminando en aquel. Irina gritó con todas sus fuerzas, intentando cubrir toda el área, pero el repentino dolor de cabeza era demasiado grande y desistió. Pepper voló hacia ella, mientras que las explosiones hacían temblar el suelo, para llevarla hacia el guantelete, donde Peter corría. Ella aterrizó y corrió junto al niño, hasta que fueron sorprendidos por una explosión. Irina tomó el cuerpo de Peter y ambos cayeron juntos en un pequeño hueco – cubriéndose las cabezas gracias a los sonidos fuertes de las explosiones.

          Pero todo se detuvo, por un segundo.

          Los cañones cambiaron de dirección y comenzaron a disparar hacia el cielo.

          —¿Qué diablos es esto?—preguntó Sam por el comunicador.

          —¿A qué le disparan?—insistió Irina mirando al cielo.

          Un fulgor amarillo y blanco se vio en el cielo, bajando a gran velocidad e Irina gritó de alegría al ver que se trataba de una de las personas más poderosas del universo: Carol Danvers. Ella atravesó sin problemas la gran nave, destruyéndola para quitar los cañones, dando una vuelta para dirigirse a la cámara principal, destruyéndola por completo. Aquella misma figura vio como la nave se estrellaba y dejaba de estar funcional, hasta ver el guantelete brillando a un lado.

          Y en cuestión de segundos, Carol Danvers aterrizó junto al guantelete, el cual estaba en brazos de Peter Parker. Carol ayudó a la rubia a ponerse de pie—¿Estás bien?

          —Ahora que estás aquí, claro que sí.

          Ella miró a Peter, quien se veía emocionado y asustado al mismo tiempo.

          —H-Hola...soy Peter Parker.

          Carol sonrió de lado—Hola, Peter Parker. ¿Tienes algo para nosotras?

          Peter se puso de pie y miró al frente, observando como el ejército venía a su posición. Irina respiró hondo antes de apretar sus puños. Peter, por su parte, estaba dudando de la siguiente acción a realizar.

          —No sé cómo cruzarás todo eso.

          Wanda aterrizó a su lado—No te preocupes.

          —Ella tiene ayuda—dijo Erika colocándose a su lado, mientras otras mujeres se unían al grupo.

          Irina miró a sus nuevas compañeras de grupo y alzó su puño—¡ATAQUEN!

          El grupo de mujeres gritó, abriéndose paso a la nueva lucha contra los enemigos restantes, así permitiéndole el paso a Carol, quien salió volando en dirección a la camioneta. Irina golpeó, hundió y aplastó a todos los enemigos que pudo, ayudando a sus compañeras, Erika disparaba flechas y provocó grandes explosiones, Nébula y Gamora descuartizaron cuerpos alienígenas sin cesar, Shuri disparó con sus guantes sin piedad alguna mientras Okoye danzaba con su lanza de un lado al otro, asesinando a cualquier enemigo que se le acercase. Pepper libró el camino para todas, quienes siguieron corriendo para acompañar a su hermana Carol. Irina lanzó una lluvia de bolas de energía, destruyendo a más y más enemigos.

          Steve miró a Thor en ese momento—Esa es mi chica.

          Thanos estuvo a punto de intervenir, pero el grupo de mujeres lo apartó, logrando que se desplomase en el suelo, para darle más segundos extra a Carol en su trayecto a la camioneta. Sin embargo, el Titán loco lanzó su espada rota – gracias a Wanda – la cual terminó incrustándose en la máquina, produciendo una explosión gigante. Todos salieron volando a diferentes direcciones, Carol fue la última en encontrar el suelo, perdiendo su agarre en el guantelete.

          Ahora debían pensar el nuevo Plan B.

          Tony fue el primero en ver el guantelete, pero en cuanto Thanos entró en su campo de visión, él corrió para empujarlo, generando que el titán lo apartase de un golpe, siendo Thor el siguiente en intentar matarlo con su hacha. Steve se trepó a sus espaldas, ejerciendo más presión con él. Ambos terminaron siendo abatidos en cuestión de segundos y Thanos recobró el guante, colocándoselo y concentrando su poder – a punto de chasquear los dedos.

          Carol golpeó su pierna, para luego dirigirse hacia su mano, pero fue interrumpida por la otra mano de Thanos y este la lanzó a un lado – para luego intentarlo otra vez permaneciendo con su mano abierta. Irina corrió lo más rápido que pudo para ayudarla, Carol estaba a punto de doblegar a Thanos, pero este agarró la gema del poder y la colocó en su propia mano antes de golpear por última vez a Carol. Irina aceleró, mientras Thanos acomodaba su guante y ella se impulsó hacia arriba, intentando una última vez.

          Habían 14 millones de oportunidades y esta era la definitiva.

          Irina golpeó a Thanos con sus puños, sintiendo como el dolor era más y más fuerte que ella, pero la rubia nunca dejó de pelear. Lanzó patadas, esquivó golpes de Thanos y utilizaba todo lo que tenía en su poder para doblegarlo. Irina se sentía fatigada, cansada, sin embargo, ella no se rendiría hasta que el titán la matase otra vez. Thanos estuvo a punto de agarrar su cabeza con el guantelete y ella lo detuvo con sus manos, con sus propias manos, ejerciendo fuerza hacia arriba. Irina no escuchó a nadie a su alrededor, ni a los gritos de Steve, ni los de Stephen, ni los de Tony.

          Era solo él y ella.

          Irina apretó sus dientes, aplicando más fuerza en su agarre, venciéndolo con sus propias manos, soltando un grito desquiciado que pronto acabaría con su mera existencia. Gritó y gritó, hasta que Tony vino para ayudarla, intentando de quitarle el guantelete, ambos intentando de agarrar los extremos, pero sin éxito. El gigante los lanzó hacia un costado, sus cuerpos chocando contra el suelo.

          Ambos, con el poco aliento que les quedaba, se levantaron con pesadez e Irina miró a Thanos, quien volvió – una vez más – a ajustar su guantelete.

          —Soy inevitable.

          Y chasqueó los dedos.

          Irina se quedó sin aire.

          No pasó nada.

          Tony permaneció en silencio, sin poder creerse lo que pasaba, escuchó un quejido a modo de protesta y él giró su cabeza, observando como Irina Morgan-Rogers portaba las seis Gemas del Infinito en su propio guante. Ella se sintió poderosa, asustada y sus esperanzas tan altas que le costaba respirar. Su brazo centellaba de colores y las lágrimas estaban a punto de salir de sus ojos. Tony recordó entonces, lo que le había dicho a Irina cuando le presentó su traje: "En tu traje y en mi traje tenemos un modelo retractor para poner las Gemas del Infinito en nuestras manos. Hacer de nuestras manos un guantelete, por si las cosas salen mal".

          Irina Morgan-Rogers tenía el verdadero guantelete en sus manos.

          Ultraviolent tenía el poder para lograr su absolución.

          Y Tony Stark tenía un miedo desenfrenado de verla caer.

          —Y yo...—declaró la rubia con el poco aliento que le quedaba, sus ojos iluminándose de azul, cubriendo todo su cuerpo en un aura igual—. Soy Ultraviolent.

          Con tan solo eso, Irina Morgan-Rogers chasqueó los dedos.

          Todo se volvió blanco, intangible, completamente incierto – generando el peor de los miedos para Irina. Ella, en cuanto abrió los ojos, se encontraba en otro lugar. Pero era familiar, era un ambiente donde ella estuvo antes, justo cuando Thanos chasqueó sus dedos. En el horizonte, habían dos personas paradas y ella se acercó, las figuras haciéndose más y más grandes – hasta ser reconocibles. Irina vio una mujer castaña y una pelirroja con pocas mechas rubias. ¿Acaso...estaba muriendo?

          —Huh...¿hola?—preguntó ella, observando que las dos mujeres se voltearan.

          Tatiana Belkova miró con desconcierto a su mejor amiga—¿Q-Qué?¿Qué haces tú aquí?

          —Yo...—murmuró la rubia, mirando con emoción a sus dos amigas—. Chasqueé los dedos.

          —Está muriendo—declaró Natasha acercándose a ella—. Está muriendo y no te dejaremos. No te atrevas a hacerlo.

          —¿Y si mi momento llegó?

          Tatiana soltó una carcajada—Lamento arruinarte la fiesta, pero aún no ha llegado.

          —Si me voy, no las volveré a ver—dijo Irina antes de que su voz se quebrara.

          —No nos volverás a ver, claro—recalcó la pelirroja tocando su hombro—. Pero siempre estaremos contigo—ella miró hacia abajo—. ¿Ganamos?

          Irina asintió—Lo hicimos...

          —Tienes toda una vida para vivir, Irina Morgan—declaró Tatiana tomando su mano—. Tienes un marido que te ama, dos hermosos hijos que te admiran, una familia que te quiere. Nosotras siempre los cuidaremos desde las estrellas, pero tú no puedes venir con nosotras, debes vivir.

          Irina las abrazó a ambas y ellas le devolvieron el abrazo con la misma fuerza, viviendo aquel único momento, soltando una única lágrima, antes de dejar de sentir su tacto.

          Repentinamente, toda alma que Irina podía sentir en aquel campo de batalla, toda alma enemiga...simplemente desapareció. Todos los monstruos, todos los enemigos, se convirtieron en polvo, desapareciendo en el cielo. Irina sollozó mientras veía a todos morir en los cielos, mientras que Thanos, el que más resistía, se sentó. Irina flotaba en el cielo, iluminando el cielo de un color azul, curando la herida de su brazo en un instante. Ella brillaba como una estrella fugaz y sintió el miedo de todos a su alrededor – se sentía completa, se sentía aliviada y aterrizó lentamente en el suelo.

          Steve y Tony corrieron hacia ella, encontrando la figura blanca recostada a un lado. Al girarla, se encontraron con el brazo de las gemas completamente intacto y vieron como un poco de su aura permanecía cubriendo su figura. Repentinamente, Steve vio como el cabello rubio de su esposa se oscurecía, pasando de un rubio dorado a un castaño oscuro, su aura apagándose completamente.

          El silencio reinó en el campo de batalla.

          Y Steve Rogers tenía miedo de que su esposa no volviese a despertar.

          Irina abrió los ojos, soltando un quejido, revelando aquellos orbes verdes que tanto le gustaban a Steve. Los dos Vengadores soltaron un suspiro de alivio, Tony tocando levemente el hombro de su compañero.

          —Nos asustaste allí arriba, Ojitos Diabólicos—recriminó el millonario antes de soltar una carcajada.

          —No vuelvas a hacerlo—añadió Steve fingiendo molestia.

          Irina asintió, mientras que Steve la ayudó a levantarse, encontrándose con Thanos, quien estaba sentado en un lugar. La muchacha se alejó de Steve y caminó hacia él, deteniéndose a pocos metros. Ella sonrió—Debiste haberme matado cuando tuviste tu oportunidad. Gran error—se acercó un poco más a él—. Esto...como tú lo llamas, esto es piedad.

          Irina vio cómo se reclinaba hacia adelante y el polvo salía de su cuerpo, desintegrándolo hasta hacerlo diminuto y luego, él dejó de existir.

          Realmente había terminado.

         Aquella era la absolución de Irina Morgan.

         La mujer de cabellos cortos se giró para ver a sus compañeros y encontró una de sus armas tirada en el suelo. Irina extendió su mano, intentando de formar un aura para poder agarrar la pistola con sus poderes. Pero nada sucedió. La muchacha volvió a intentarlo, ejerciendo más fuerza, pero su mano no se iluminó con el aura. La joven soltó un respingo, mientras que Steve agarró la pistola para mirar a su esposa.

          —¿Qué sucede?—preguntó Irina y miró a Tony, intentando de leer su mente, sin éxito alguno—. ¿Por qué...? No puedo leer tu mente.

          —¿Qué?—se acercó Erika y tocó la mano de Irina—. Inténtalo conmigo.

          Irina cerró los ojos, concentrándose en entrar a su mente, pero no vio nada, ningún pensamiento, no sintió nada. Un pequeño mechón de cabello cayó en su rostro y ella lo miró, un mechón castaño – la muchacha tocó su pelo, mirando el nuevo color que había adquirido y sintió que sus lágrimas brotaron de sus ojos. Aquella ola la azotó en un mar turbio, lleno de confusión y de desesperación, dándose cuenta de algo muy pronto.

          Irina Morgan había perdido sus poderes.

          —No puedo ver tus pensamientos...no puedo...—sollozó ella antes de soltar un llanto, siendo abrazada por la mujer rubia de cabellos largos.

          Irina cayó de rodillas al suelo, abrazada a Erika Barton, sollozando desconsoladamente por haber perdido una parte de ella, en orden de salvar a todos. Steve se agachó junto a ella, uniéndose en el abrazo, mientras que todos los soldados, héroes y amigos, se arrodillaron frente a ella, infringiendo respeto y gratitud por aquel último acto heroico.




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8 meses después.

          Irina Morgan caminaba vistiendo un traje de color negro con una camisa blanca, luciendo una trenza hecha por su hija Roman, quien logró una gran habilidad con sus manos en cuanto todo terminó – volviendo a su vida normal. La joven rubia empezaba a parecerse a Irina más y más, eso lo notó cuando Roman cumplió los nueve años de edad, recibiendo una fiesta sorpresa por parte de todos en el nuevo complejo. A su lado, caminando junto a ella, se encontraba Erika Barton – vistiendo con su nuevo traje diseñado por Tony. 

          Las dos cruzaron la entrada principal de la nueva base que construyeron en pocos meses, encontrándose con agentes vestidos de la misma forma, deteniéndose a saludarlas cuales soldados. Ellas asintieron, antes de subir la escalera para encontrarse una figura en la ventana, observando el entrenamiento que Sam Wilson les daba.

          —¿No irás con ellos?—preguntó Irina sonriendo de lado.

          La mujer pelirroja se giró, encontrándose con las dos mujeres—Nope, creo que el capitán ya los tiene en línea.

          Natasha Romanoff volvió con Steve y Morgan cuando devolvieron la Gema del Alma en Vormir, ya que Irina intimidó demasiado al espíritu que custodiaba aquellas montañas. La pelirroja volvió a reencontrarse con su hija y aquello fue un gran final feliz. Las tres mujeres se encaminaron hacia la galería donde surgían más entrenamientos. Aquella base entrenaría a muchos agentes para crear un espacio seguro en la tierra y con eso, Irina estaba más que bien.

          —¿Cuándo empiezas con las lecciones?—preguntó Natasha codeando sus costillas suavemente—. Se te extraña verte por aquí.

          —Déjame recordarte que tengo dos hijos, una niña y un niño—respondió Irina señalándola con el dedo—. Y hacer la tarea con ellos es más difícil de lo que pensé.

          —Menos mal que ya pasamos esa etapa—murmuró la pelirroja mirando a su hija, mientras ella rodaba los ojos—. ¿Dónde está Steve?

          —Él y Tony se han ido de pesca con los niños—respondió la castaña—. Para distraerse un poco.

          Las dos muchachas se acercaron a otro ventanal, observando como los nuevos agentes practicaban combate con los quinjets. Con el poco tiempo que tuvieron para coordinar todo, ellos lograron crear un campo de entrenamiento esencial para batallas de otros mundos, así protegiendo a la tierra y a más universos. Irina no podía sentirse más orgullosa de lo que se había logrado. Erika estaba jugando con una pequeña carta, de forma distraída y esta se resbaló de sus dedos, cayendo libremente e Irina, como si fuese un instinto lazó la mano, manteniendo – por primera vez – la carta en el aire. Pero eso no duró mucho, porque terminó su caída.

          Erika miró a Natasha y luego a la castaña—¿Eso...?¿Eso es lo que creo que es?

          Irina miró sus manos y luego a la ventana, observando un ligero fulgor azul rodeando sus ojos. Morgan sonrió abiertamente, mirando hacia el frente, a aquel horizonte el cual estaba lleno de esperanza y la promesa de un futuro fantástico. Ahora, nadie podría detenerlos, nadie podía lastimarlos, por que ellos estarían preparados para enfrentar al nuevo enemigo.

          —Sí—respondió Irina mientras asentía—. Es lo que tú crees que es.




EL FIN!




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