Capítulo 34
Aprovechando uno de los días libres que se les era otorgado para visitar a sus familiares o tener la oportunidad de despejarse, los dos jóvenes habían decidido usarlo para salir los dos solos.
Era la segunda vez que tenían una cita formal y también era sorprendente que estas dos fueran sugeridas por el bicolor. Aunque si Yui lo pensaba mejor, eso realmente no era nada comparado a todos los esfuerzos que ella había hecho para que los dos pasaran más tiempo juntos.
No sabía por qué, pero de alguna forma era solamente en este punto en que había estado analizando todos esos pequeños detalles que había dejado pasar por alto. Mientras más lo pensaba, menos le agradaba y el dolor de su cabeza volvía a atacarla, no obstante, poco a poco había logrado simular esas jaquecas.
—¿Yui?
—Eh... ¿sí? —soltó sorprendida ante el llamado de su pareja que la miraba atentamente. No se había percatado que se dejó llevar por sus pensamientos y había quedado momentáneamente callada llamando la atención del muchacho.
Después de todo, era ella la que siempre había buscado el tema de conversación cuando estaban juntos.
—¿Te sientes bien? —interrogó neutro— estás algo distraída... ¿ocurre algo?
Por supuesto que le ocurría algo y era ni más ni menos que una repentina crisis existencia de todo lo que conllevaba su relación con el bicolor. De repente cada una de las cosas que el chico había hecho con ella llegaban en su mente haciendo que un sabor amargo recorriera su lengua.
¿En serio había hecho todo eso? ¿De verdad pudo aguantar todas esas cosas hasta ahora?
Si lo pensaba con más detenimiento... realmente había llorado tantas veces al estar al lado del frívolo bicolor pero todos esos momentos los opacó con los pequeños gestos de cariño que este le daba y que en ese momento para ella era más que suficiente para justificar sus actos.
Sin embargo, no podía serle sincera diciéndole lo que realmente estaba pensando.
—Es solo que... estaba pensando en mis padres —expresó desviando ligeramente la mirada, simulando pesar al decirlo con el objetivo que fuera convincente—. Aunque ya haya pasado un tiempo... me cuesta asimilar todo.
Todoroki siguió mirándola agudamente y es porque era impresionante lo mucho que había cambiado Yui repentinamente. No podía creerlo.
Ahora mismo, le estaba mintiendo en su cara.
Era obvio que no podía adivinar lo que realmente estaba pensando pero si podía intuir que le estaba mintiendo. Y si no fuera él un experto en estas cosas, fácilmente cualquiera podría caer en esas palabras. En otras ocasiones, se hubiera enfadado al saber que alguien quería engañarlo de esa manera, pero por alguna razón, no se sentía así cuando se trataba de Yui.
Era realmente extraño. Unas ligeras cosquillas se instalaban en su abdomen viéndola de esa manera, como si sus mentiras fueran una toxina que lo debilitaban hasta el punto de hacerlo adictivo. Porque en parte quería ver hasta donde podía llegar esta nueva faceta de Yui, pero por otro lado le daba náuseas la idea de que la situación se le fuera de las manos.
Sea lo que sea, debía actuar cuidadosamente desde ahora y vigilar a la contraria con más cuidado. Porque si se dejaba estar, realmente ella podría salirse de su control y eso no podía ser.
Yui ya no podía alejarse de él después de lo que había sucedido. ¿Desde cuando él hace algo por alguien sin ganar algo a cambio?
Literalmente solo obtuvo problemas al deshacerse de su padre y las ganancias a comparación son mínimas. No supo realmente el por qué lo hizo, pero sus acciones fueron algo que surgieron casi de forma inconsciente e impulsiva producto de su ira y resentimiento.
No podía permitir que Yui fuera tocada por alguien más que no fuera él. Nadie tenía ese derecho. Y en el momento en que se dio cuenta de lo que le importaba Yui, fue cuando finalmente supo que se había involucrado más de lo que debía con ella.
Y con eso... descubrió que Yui se había filtrado por sus músculos y cuerpo hasta generar reacciones en su podrido corazón. Ese órgano que pensó que no le servía más allá de mantenerlo con vida, comenzó a latir de más desde hace un buen tiempo.
Empezó a latir por ella.
—Es difícil, pero estarás mejor sin ellos —contestó indiferente, pero frenando para tomar la mano de la fémina y llevar la suya hasta la mejilla contraria, acariciándola con cariño como consuelo a pesar de que sabía que era una descarada mentira—. Ahora me tienes a mí, lo demás no importa.
Yui llevó su mano izquierda la cual tenía una pequeña pulsera de perla color verde y la colocó sobre la del chico que se encontraba acariciando su rostro con cariño. Todoroki repentinamente se dio cuenta de un detalle de Yui y fue que desde hace un tiempo, había estado intercalando los colores de aquella pulsera que siempre tenía el mismo detalle.
Y lo usaba solamente al salir. Aunque no le dio mucha importancia después de todo, la joven tenia muchas mañas que había estado observando y enumerando una por una.
—Tienes razón, espero que las cosas mejoren cada vez más —expresó formando una pequeña sonrisa sin mostrar sus dientes—. Hoy ha sido un día muy bueno, tanto que ni siquiera me di cuenta de que se hizo de noche.
—Ciertamente ya está oscuro... —admiró el bicolor fijándose también en ello, pero solo era de apariencia porque en realidad, había estado bastante atento al tiempo que habían pasado afuera.
Y según lo esperado, llegaron al lugar indicado justo a tiempo.
—Deberíamos volver ya... —habló Yui queriendo sacar su teléfono para llamar a algún taxi que los pudiera llevar nuevamente a las instalaciones de la UA. No estaban muy lejos, pero de igual forma era mejor ir de esa manera.
Su acción fue detenida cuando sintió que el mayor la tomaba de la cintura hasta pegarla por completo a su cuerpo. Ella quedó inmóvil cuando sintió que el chico iba escabulliendose hasta esconder su rostro en su hombro en donde había dejado un ligero beso en una parte expuesta de su piel otorgándole unos repentinos escalofríos.
—¿Sho...Shoto?
—No hay necesidad de ir hasta la UA aún...
—Pero entonces dónde...
Las palabras se quedaron en el aire cuando repentinamente había captado que estaban cerca de un hotel que generalmente era usado por parejas.
El rostro de la fémina había comenzado a calentarse por los nervios y es que le era difícil no pensar que el chico pretendía quedarse esa noche con ella en aquel lugar... podría ser que solo quería seguir recorriendo el lugar y ella había comenzado a mal pensarlo.
—Podemos quedarnos esta noche en este hotel... —expresó el mayor.
Realmente era eso.
Estando en la habitación, el ambiente se había hecho instantáneamente tenso. Esa tensión que se produce y te agita la respiración, donde cualquier mínimo movimiento causa que tu cuerpo se estremezca por la expectación.
Y así estaban los dos, parados en medio de la habitación; frente a frente. Porque no eran tan estúpidos como para no saber que estaban ahí por una razón o más bien, con un propósito.
Yui también lo sabía y era por eso que estaba tan nerviosa cuando sentía los ojos calmos del bicolor; observándola tan detenidamente que parecía estar percibiendo cada mínimo detalle de su rostro y expresiones.
Soltó un ligero suspiro cuando Todoroki empezó a moverse, empezando con quitarle el pequeño abrigo que la muchacha llevaba para protegerse de la brisa de aquel otoño hasta que la misma cayó ligeramente cual pluma hacia el suelo.
Luego de eso, dejando al descubierto sus brazos al tener una blusa sin mangas, el bicolor fue bajando una de sus manos en ligeras caricias por la piel de uno de sus brazos hasta que se instaló en su cintura con el objetivo de traerla más hacia él.
Finalmente iba a suceder lo que habían estado postergando por un buen tiempo. Y para ese entonces, Yui ya no estaba tan segura de que si quería seguir.
Es decir, ¿realmente se iba a entregar a él después de todo lo que había reflexionado el día de hoy?
Estaba dudosa y el tiempo que sentía que le quedaba para decidir si seguir o no, se le estaba acabando.
¿Sí o no?
—Yui... está bien.
—¿Cómo..?
—Sí no quieres seguir, está bien también —expresó el bicolor tomando su mano hasta acercarla a sus labios dejando un ligero beso en sus nudillos—. Porque lo único que quiero es demostrarte lo mucho que te amo...
—¿Qu-
Yui se había quedado boquiabierta ante lo que el muchacho le había dicho. Por un momento pensó que era la primera vez que le decía esas palabras y es porque él realmente solo se lo había dicho una vez en su primera cita formal, pero a pesar de que era la segunda vez, era como si realmente fuera la única vez que lo había escuchado pues sus latidos habían salido repentinamente disparados por la escena que se mostraba frente a él.
El apuesto joven se encontraba mirándola juguetona y seductoramente a la par que seguía manteniendo su mano cerca de sus labios mientras la observaba esperando una respuesta.
—Te amo. —Volvió a decir este, como si quisiera sonar más convincente— Te amo, Yui —expresó con suavidad haciendo que la chica abrazara su cuello para acercar su rostro al de ella y robarle un ligero beso de sus labios—. Te amo tanto... —susurró a pocos centímetros de ella quien parecía derretirse con cada una de sus palabras. Volvió a besar sus labios pero esta vez alargándolo ligeramente hasta lograr que la fémina soltara un ligero jadeo— estoy loco por ti...
En ese momento, la mente de ambos se había puesto blanca al sentir el calor del otro de cerca y sin darse cuenta, ambos habían caído por el otro en aquel extraño juego.
Entre besos que poco a poco fueron subiendo de intensidad, y entre caricias que lograron deshacerse de varias prendas en el camino, cayeron en la cama de aquella solitaria habitación. El magnetismo fue tal que comprendieron tardíamente la necesidad que sentían por el otro, pues parecían sedientos de las caricias contrarias y realmente Yui había sentido que podría quemarse ante los ardientes besos que el bicolor iba repartiendo por todo su cuerpo. Pues el joven se había dedicado obsesivamente en besar todos los espacios de su piel y dejar en él sus propias marcas como un signo de autoridad que la autoproclamaba como suya, haciendo aún más firme su pacto al sacarle diferentes suspiros extasiados y gemidos que ya no eran posibles de contener para la menor.
Pronto los sonidos incluso aumentaron en volumen con el vaivén desenfrenado y posesivo que Shoto lograba al estar sobre la fémina, siendo que ella ya había dejado de contener sus gemidos descontrolados por el placer que sentía llegando al clímax de la situación. El contrario había sostenido una de sus muñecas fuertemente contra la cama, inmovilizándola por ese lado y formando un incontrolable sentimiento de lívido al sentirse sometida por él.
Entre jadeos, la voz de Todoroki sonaba más ronca de lo normal. Especialmente cuando le susurraba cosas en el oído de Yui.
—Dime que me perteneces... que eres mía... —murmulló aumentando un poco más la fuerza y velocidad de sus movimientos— que no puedes vivir sin mí... que me amas.
Yui ya no podía pensar con claridad para ese momento, pues su orgasmo estaba a la vuelta de la esquina y no podía formular palabras coherentemente pero como pudo, trató de responder al repentino pedido del mayor.
—Yo... Yo te amo —soltó la joven.
Y Shoto, a pesar de todo, se sintió satisfecho por la respuesta. Porque quería escucharla decirle esas tres palabras siempre; incluso si llegan a ser mentira.
Quería que Yui lo ame por siempre.
Los dos, luego de haber tomado una ducha juntos, se habían mantenido charlando para decidir lo que harían luego. Lo cual probablemente seria ver una película hasta que tuvieran sueño, después de todo querían aprovechar todo el tiempo que tenían disponible y ver una película cualquiera solo era una excusa para que pudieran quedarse más tiempo despiertos y disfrutar de cualquier gesto de cariño que surgiera en esos momentos.
Porque todo era armonioso en esos instantes...
Hasta que alguien recibió una repentina llamada.
—¿Cómo?
Yui dejó de buscar una película en su móvil cuando escuchó aquella exaltación por parte de su pareja, quien repentinamente había cambiado su expresión a una mucho más rígida y sombría.
—¿Ya buscaste bien? —interrogó una vez más en esa llamada, mirándose tenso en cada uno de sus movimientos— ¿Ellos saben de esto? Bien, que siga así. Iré enseguida, no detengas la búsqueda.
Yui se levantó para mirar como el chico iba buscando alguna de sus cosas con rapidez hasta que paró para mirar a la muchacha que quedó expectante a la situación.
—Surgió un problema y debo irme, pero volveré en cuanto lo solucione. De igual forma si no regreso te avisaré, la cuenta aquí ya está pagada, así que no te preocupes por eso —avisó serio, acercándose a ella que no había dicho palabra alguna. Eso solo había dejado más inquieto al bicolor que terminó dejando un beso en su frente con el objetivo de alivianar el ambiente—. Haré todo lo posible para volver, iré a mi casa rápidamente, solo te estoy avisando.
Sin más, la joven se había quedado sola y no había dicho nada por ello. No era porque no le molestara, en realidad si estaba bastante enojada pero quería pensar que aquella emergencia valía la pena como para dejarla nuevamente tirada como muchas otras veces había hecho. Se había tragado una vez más su frustración y miró a sus alrededores para buscar algo productivo que hacer con tal de distraerse de aquel sentimiento. Pero al hacerlo, se fijó en algo.
—Shoto olvidó su billetera —murmulló acercándose a la pertenencia de su pareja y con cierta curiosidad, fue revisándola—. Dinero, ¿tarjeta de crédito?, identificación... llaves... ¿será la llave de su casa?
Yui pensó que quizás el chico podría volver por sus cosas, pero a la vista que el joven iba muy alterado por aquella llamada, quizás no se daría cuenta de la falta del mismo hasta llegar en su hogar. Después de pensarlo un momento, la joven decidió ir hasta él para entregárselo, después de todo, quizás también podría ayudarlo en el problema o inconveniente que pudiera tener.
Y así fue, como todo se fue al carajo.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro