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Capítulo 19

Las semanas habían transcurrido con una increíble tranquilidad y eso a Yui, le aterró. Es verdad que estaba contenta por esa estabilidad que tenía en esos momentos, pero el hecho de que ninguno de sus padres dieron señales de su presencia y que la mayoría de las a su alrededor salieran como lo esperado, la ponía un poco alerta.

Tantas veces en situaciones desagradables la habían dejado así, en alerta constante.

Sin embargo al final, se dejó estar. Aquella paz y alegría que sentía en aquellas semanas lo explicó siendo Shoto la razón. Él que con su presencia lograba alegrar el estado de animo suyo.

Desde su encuentro en donde ella declaró sus sentimientos, el trato que recibía por parte suya cambió. Ahora pasaban mucho tiempo juntos y en la soledad de ambos, el chico se dedicaba a mostrarle gestos de cariño que nunca se imaginó recibir de él.

Claro que para toda la clase del primero A, aquello no pasó de ser percibido y por supuesto que también fue tema de conversación en algunos grupos de alumnos por aquel repentino acercamiento.

Era otra tarde en que los alumnos se imaginaron a ambos protagonistas compartir un momento a solas, mientras que todos ellos permanecían reunidos en la sala compartida.

Incluso Katsuki estaba presente y eso ya era un milagro.

—Takahashi y Todoroki tampoco están hoy —mencionó Denki en un tono desanimado—. Deben estar gozándolo, de verdad.

—¡Aah, ese bastardo Todoroki! —gritó Mineta—, no pensé que fuera de esos. ¡Está con una chica antes que yo! Se cree mucho por ser guapo... —refunfuñó— ¡No me rendiré!

—¿A qué te refieres, Mineta? —cuestionó Izuku, mirando curioso al igual que algunos presentes.

—¿¡Es qué no se dan cuenta!?

—Todoroki y Takahashi son novios —aclaró Denki a las palabras del más bajo.

Aunque ya lo sospechaban, de igual forma, el grito de los presentes no se hizo esperar.

—¿P-Pareja? —preguntó Momo.

—Que estupidez —gruñó Katsuki, un tanto alejado del grupo.

—Lo suponía pero escucharlo directamente... es impactante —añadió Kirishima con una sonrisa un tanto desanimada.

La mayoría de los presentes afirmaron con la cabeza ante sus palabras. Ellos iban a seguir añadiendo alguna que otra cosa a la conversación, pero fueron interrumpidos por una presencia despreocupada que se fue acercando desde uno de los pasillos.

—¿Chicos? —cuestionó Yui—, creí que todos estarían en sus cuartos.

—Parece que alguien viene de un lugar en particular —soltó Jirou un tanto divertida.

—Quisimos pasar rato de compañeros —explicó Mina, animada. Dejando de lado la acusación de la menor—. ¡Únete tú también!

—¿E-Eh? —murmuró confusa y avergonzada, aunque también decidió no prestar atención a aquella insinuación—, bueno... planeaba ir directo a mi cuarto. Mañana tenemos entrenamiento temprano y...

—¡Vamos, no seas así! —dijo la rosada en un berrinche—, ya no pasas casi tiempo con nosotros. Siempre estás con Todoroki...

—Eso no es así... —defendió ella desviando su mirar, aunque sabiendo que en el fondo, era cierto— yo-

—¡No se diga más! —exclamó la contraria levantándose y siendo seguida por Ochako junto con Toru en dirección de la acusada—, debemos convivir como compañeros.

Es importante mencionar que ni siquiera le dieron tiempo de negarse cuando las tres la tomaron de las manos y casi la arrastraron hacia el grupo reunido. Sus nervios incrementaron cuando la hicieron sentar entre medio de Katsuki y Kirishima.

Antes ni siquiera se hubiera preocupado de eso, pero en esos instantes, no era lo mismo. Se sentía nerviosa de que quizás Todoroki pueda molestarse por ese hecho, ya que como le había recalcado varias veces, odiaba verla cerca de otros chicos.

—Takahashi, vamos. Estás muy tensa —se burló y animó Mina con una sonrisa alegre—. No te vamos a comer.

Ella dejó salir todo el aire de sus pulmones y miró por última vez el pasillo que dirigía a la habitación del bicolor. Según sabía, en estos momentos se suponía que el chico debía de estar dormido y mientras transcurrían los minutos, así parecía. Se dejó estar.

Se dejó estar disfrutando de las charlas que se daban en el círculo en medio de risas, evitando por supuesto el tema de su relación con Todoroki.

Porque ni ella sabía que clase de relación llevaba con él.

Entre tanto ruido, nadie se dio cuenta de una afilada mirada que los observaba. Una mirada oscurecida que ardió por dentro, mas prefirió guardar su ira para más tarde y retirarse del lugar en absoluto silencio.

—Shoto, ¿pasa algo? —preguntó ella un tanto ansiosa, aprovechando su oportunidad de hablar con él— te noto más distante...

En medio del camino hacia los vestuarios, después del duro día de entrenamientos, aquellos dos jóvenes caminaban por detrás de todo el grupo. Y Todoroki, no respondió. Claro, antes la miró de reojo ante su llamado pero decidió ignorarla descaradamente.

Aquello ofendió y desesperó de sobremanera a la menor. ¿Ahora que hizo mal? No lo entendía.

—Shoto, por favor... dime algo —pidió ella en un susurro— no me ignores.

Tampoco recibió nada pero aunque quisiera reclamar más, el tiempo se le había acabado. El grupo de hombres y mujeres se dividía para hacer el cambio de vestuario. Muy a pesar de sus acciones, ella quiso despedirse de él y antes de ir por diferentes direcciones, tomó su mano ligeramente en un gesto de cariño que de vez en cuando se daban en público.

Pero grande fue su sorpresa en el momento que el mayor se deshizo del agarre con brusquedad, dejándola estupefacta. Él la miró de reojo con una gran frialdad que le heló los huesos.

—No me toques.

Las chicas que se consideraban amigas de Yui, se miraron preocupadas ante lo sucedido. Pues más que nada les parecía raro como de golpe la joven salió disparada del lugar sin dar mayores explicaciones.

—¿Qué le habrá sucedido? —cuestionó Uraraka con un rostro preocupado— parecía que quería llorar...

—Quizás fue a la enfermería por algún malestar —murmuró Momo—, de igual forma iré a ver que le sucedió.

—Iremos contigo en cuanto acabemos —avisó Tsuyu sacándose otra parte de su traje.

—De acuerdo —respondió Momo dirigiéndose a la salida—, voy primero.

Al salir, comenzó a avanzar con rapidez a los posibles lugares en donde la chica pudiera estar. Le preocupaba la forma en que había escapado de el vestuario, pensando que quizás algo grave le hubiera ocurrido.

Aunque no eran muy cercanas, la apreciaba.

Justo cuando estuvo a punto de llegar a el pasillo que daba la enfermería, alguien se interpuso en su camino, sorprendiéndola en el proceso.

—T-Todoroki, me asustó —declaró exaltada, llevando la mano a su corazón que latía con velocidad por el susto y por su presencia.

—Lo siento, pero tenía que hablar contigo —respondió neutro, divisando con disimulo a su alrededor y así asegurándose que ninguna presencia lo molestara.

—¿Hum?, ¿Hablar de qué? —preguntó curiosa, aunque algo inquieta— estoy un tanto apresurada porque-

—Desde los primeros entrenamientos había notado tu gran habilidad y destreza, siempre he admirado de ti la capacidad de liderar —dijo captando la atención de la joven que se sorprendió por sus repentinas palabras—, esa capacidad que puede sacar a personas de cualquier aprieto y peligro. Sin duda, serás una fantástica heroína.

—T-Todoroki... —susurró ella un tanto avergonzada— usted me halaga...

—Y por supuesto, admiro lo bella que eres.

Su corazón dio un vuelco a sus palabras. Desde que comenzó a apreciar sus habilidades, se aseguró de no malinterpretar sus intenciones, mas ahora, no sabía de donde tomar aquellas palabras. Sin duda lo malentendió.

En cambio Todoroki sonreía para sus adentros a pesar de su rostro inexpresivo. Estaba obteniendo las reacciones que quería y nuevamente con ello, afirmó su teoría. La delegada tenía sentimientos por él.

—No... no sé como interpretar eso...

—No entiendo que podrías interpretar de ello más que lo evidente —dijo haciendo una ligera mueca en forma de sonrisa —. Te lo digo de verdad y me gustaría que me saliéramos a algún lugar mañana.

—¿C-Como una cita?

—Es una cita.

Ella suspiró con nerviosismo. Sin duda, se estaba agitando. De todas las cosas que pudieran sucederle, no se imaginó algo así. Y entre todo el caos de su mente, algo surgió de ello.

—¿Y Takahashi? —preguntó—, ¿Ustedes no son pareja?

—No —respondió tajante—, no somos pareja. Soy libre de salir con quien quiera, por lo que me gustaría salir contigo.

¿Será verdad?, no lo sabía. Yui evitó en todo momento aquel tema en la reunión dada aquella noche e incluso ahora el mismo Todoroki se lo estaba confirmando. Estaba tentada a aceptar, sin duda. Pero una corazonada se aferraba a la posibilidad de no aceptar aquella invitación del chico que tanto le gustaba.

—Pero... aún así... Takahashi tiene sentimientos por usted —respondió ella desviando su mirada de la insistente vista bicolor—. Yo no puedo aceptar su invitación, lo siento.

—No entiendo —respondió el contrario un tanto inquieto—. Si yo te gusto y además, sería agradable salir a conocerte.

Al escuchar aquellas palabras que carecían de filtro, ella se sonrojó con fuerza. Mas conteniendose ante sus sentimientos, mantuvo su posición.

—Lo siento, no puedo aceptar.

Al día siguiente algunos alumnos se propusieron a realizar distintas actividades, aprovechando uno de sus días libres en donde tenían permitido abandonar los edificios.

Yui en medio de una crisis de ansiedad, se movía de un lado a otro mientras se mordia las uñas frente a la habitación del bicolor. Ya casi había acabado el día pero no se encontraba con rastro de él.

Lo peor de todo es que algunos alumnos le habían comentado que lo vieron salir junto a una chica de un curso mayor.

Pudo seguir así todo el día, pero quien había estado esperando por fin apareció. Usaba ropa casual y se acercaba a ella a un paso totalmente despreocupado.

—¿Dónde estuviste? —interrogó de inmediato—, me dijeron que saliste con una chica.

—Exacto, una del segundo año —soltó inexpresivo, llegando a su puerta para sacar sus llaves—. No fue difícil pedirle una cita, ser hijo del héroe número uno y parecer atractivo a otras chicas tiene sus beneficios.

—¡¿Qué?! —exclamó ella presa de la indignación. Aquellas fueron algunas de las cosas que descubrió de él por el tiempo que habían convivido; era cínico y podía ser increíblemente cruel a veces— ¿¡Y tú me pides que no me acerque a ningún chico así!? ¡Eres un hipócrita!

—La hipócrita aquí eres tú —dijo este aprovechando su situación para acorralarla contra una pared y neutralizar sus manos que intentaron apartarlo—. ¿Crees que no te vi en medio de Bakugo y Kirishima riendo como si nada?

—¿Q-Qué? —preguntó preocupada— yo...

—Escucha, esa chica no me interesa —dijo serio, bajándose hasta llegar a la estatura de la joven y mantuvo su mirada fija en ella—, pero si no quieres que algo así se vuelva a repetir... será mejor que no rompas tus promesas.

—¡No! —exclamó nerviosa—, no lo hagas. Yo... ya no volveré a cometer errores... lo siento... no lo haré...

Él se deleitó con la imagen, pues pudo apreciar sus ojos presos del pánico y sus manos que eran apresados por los suyos, temblaban como hojas en viento. La amaba.

Amaba esa expresión.

Amaba todo de ella.

—Eres mi punto débil...

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