Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capítulo 16

La mañana llegó y ella ya se encontraba despierta para las siete, tiempo suficiente como para prepararse por la salida que pretendía hacer junto a Kirishima. No iba a negar que le emocionaba la idea de salir con el joven, era guapo y además tenía una personalidad que le hacía encantador.

Sin embargo de repente su mente recordó a Todoroki y todo lo que aconteció en tan poco tiempo. No fue hace poco que el bicolor la había besado, aunque no había sido como ella siempre lo imaginó. Sus dedos subieron a su boca y tocaron sus labios. ¿Estará bien que salga con Kirishima?

Se cuestionó aquella idea, por muy tarde que fuera. Mas pensó que quizás le estaba dando muchas vueltas, después de todo solo sería una salida de amigos y para sumar, tanto ella como Todoroki no eran nada más que compañeros. Muy a su pesar.

Se dio unas suaves palmadas en el rostro con el objetivo de entrar en razón y ya dejar de lado todos esos pensamientos. Se miró en el espejo unas cuentas veces más y observó la hora notando que el momento de partir se acercaba, así que tomando algunas cosas más que necesitaba, fue hacia la puerta para salir.

—Yui.

Dio un brinco cuando se topó al chico bicolor frente a su puerta y por el susto llevó una de sus manos a su pecho, intentando calmarse, incluso si sus latidos no se normalizaban ante la presencia del más alto.

—T-Todoroki… ¿Qué sucede? —preguntó nerviosa—, ¿por qué estabas en mi puerta?

Éste no respondió y solo giró levemente la cabeza, observando cada detalle de la menor. Claro, haciendo que con eso la menor se ponga aún más nerviosa.

—Ayer no aparecías por ningún lado, así que vine a ver cómo estabas hoy —dijo con su tono monótono—. Pero parece que estás más que bien.

—Eh, bueno. Aizawa-sensei me llamó para hablar sobre un tema de mi familia…

—¿Tu familia? —preguntó alzando ligeramente una ceja—, ¿acaso saben algo?

—Sospecharon algo cuando mi padre vino a buscarme —dijo haciendo una ligera mueca—, fui muy obvia. Pero creo que ahora todo está bien, aunque tendré más cuidado.

—Entiendo…

La joven, relamiendo un poco sus labios, miró ligeramente el reloj de su brazo dándose cuenta de que llegaría tarde a la salida junto a Kirishima. Cosa que por supuesto, fue vista para el mayor.

—Parece que tendrás una cita.

La chica quiso responder algo al respecto y aclarar lo más rápido posible de que no se trataba de una cita, mas el chico no le dejó.

—Bueno, quería saber cómo estabas y parece que estas más que bien —dijo en un ligero suspiro—. Yo ya no pinto aquí.

—¡E-Espera! —exclamó nerviosa—, no es una cita. Kirishima y yo solo íbamos a hacer una salida de amigos.

Justo cuando el bicolor retomaría su camino, al oír el nombre, frenó en seco. Nuevamente se posicionó frente a la chica y la miró desde arriba, demostrando una vez más la diferencia abismal de altura que entre ambos tenían.

—¿Kirishima? —preguntó.

—Eh… Sí… Solo es una salida de amigos.

—¿Ah sí? —cuestionó en un murmuro, caminando hacia el frente haciendo que la chica retroceda hasta que ambos entren a la habitación.

—S-Sí… Solo eso —respondió en un hilo de voz cuando Todoroki la había llevado hasta hacerla quedarse contra la pared, aunque en ningún momento éste la tocó—. ¿Por qué..?

—¿No sería mejor si te quedas junto a mí?

—¿Eh? —soltó sorprendida—, ¿de qué..?

Ahora sí, por fin, el mayor subió su mano hasta la mejilla contraria y la sostuvo en su palma haciendo que ella mirara fijamente a sus intensos ojos heterocromaticos. Ella también sintió sus piernas flaquear y notar como su vulnerable fuerza de voluntad era tumbada sin piedad por el chico.

—Pero yo… Kirishima…

—Olvídalo —murmuró acercándose a ella lo suficiente como para chocar con sus respiraciones uno segundos y luego, unir sus labios en un beso.

La calidez la invadió por completo y su cuerpo tembló al instante. Los labios finos del chico se movían con suavidad sobre los propios, totalmente al contrario de la otra vez. En esta ocasión, era tierno y justo como se lo había imaginado en otras ocasiones. La mano del joven aún seguía en su mejilla y con su pulgar acariciaba su piel con sutileza, haciendo que se pierda entre sus besos.

Una vez se separó, ella estaba totalmente ida, dejando a Todoroki totalmente satisfecho por ello.

—Quédate aquí conmigo hoy —murmuró regalándole un último beso fugaz—, pasemos el día juntos.

Tanto ella como el bicolor, se quedaron pasando el día en la habitación. La chica no tuvo la fuerza suficiente como para negarlo y para su desgracia, olvidó totalmente avisarle a Kirishima sobre la salida.

Cuando el día pasó y tocó volver a las clases, ella se sentía fatal. No sabía que decirle a Kirishima, por muy salida de amigos que fuera, lo que hizo fue una grosería hacia él y no faltó momento en que no se repitiera lo maldita que fue a pesar de que él, tan amable, quiso animarla.

Sin embargo, cuando tocó momento de verlo, no tuvo tampoco el valor de pedir disculpas. Sentía demasiada pena y le costaba a muerte mirarlo como si nada después de todo. Aunque como era de esperarse del chico de cabellos puntiagudos, en el receso, se acercó a ella con su característica sonrisa.

—Takahashi —llamó alegre para la joven—, ¿cómo estás?

Ella sin duda, no podía mirarlo al rostro.

—Hum, bien… ¿y tú?

—Bien, aunque me preocupé bastante ayer… Después de todo no llegaste y no dijiste nada al respecto —dijo rascándose la nuca.

—Lo siento, ese día no estaba muy bien...

—Sí... Quise ir a ver que te sucedió pero, bueno… Recibí un mensaje de Todoroki diciéndome que estaba contigo.

Su rostro se tornó rápidamente de un color rojizo, iba a usar la excusa de que nuevamente se sentía mal pero lo del mensaje la sorprendió y avergonzó de sobremanera.

—L-Lo siento por no avisar, todo fue de imprevisto —dijo sin saber que más agregar—. De verdad, lo siento.

—No te preocupes, lo entiendo —respondió con una ligera sonrisa—. Aunque ahora parece que ya no podremos salir.

Se sintió un poco mal ante sus palabras, puesto que sí le agradaba pasar tiempo con él pero de forma inconsciente miró de reojo a Todoroki quien estaba formando fila para obtener algo de comer junto a otros estudiantes.

—En otros momento quizás.

El día pasó sin muchos inconvenientes, al parecer, pudo quedar en buenos términos con Kirishima y aunque la duda carcomía su cuerpo al querer saber el motivo por el cual Todoroki había enviado ese mensaje al antes nombrado, no pudo hablar con él.

Las clases finalizaron, todos los alumnos comenzaron a retirarse de los salones de clases y ella no era la excepción. Todo parecía en calma en ese momento, incluso estaba un poco en las nubes por el beso que se había dado con Todoroki y por haber pasado el día con él.

Todo seguiría así de no ser porque decidió revisar su celular camino a su habitación. Lo tenía en silencio, por lo que no había notado las quince llamadas pérdidas y los veintidós mensajes de texto.

Ya en ese instante su corazón saltó desesperado cuando vio aquello, más aún, al ver el nombre del contacto.

«Mamá…»

Primero, revisó los mensajes y cada uno era peor que el anterior incrementando su ansiedad.

√√Maldita perra estúpida, ya verás lo que te haré cuando regreses.

√√¿¡Qué carajos hiciste!?

√√Eres una jodida puta, no sirves para nada.

√√Ojalá te hubiera abortado, maldita seas.

Su agitación llegó a tal grado de que se quedó plantada en medio del pasillo, tratando de respirar a duras penas. ¿Ahora qué sucedió? Se preguntó a sus adentros, guardando su celular a toda prisa en su mochila y acelerando el paso para llegar lo antes posible a su habitación y tratar de averiguar entre tantas amenazas, lo que había ocurrido.

Aunque frenó de golpe cuando notó una figura conocida a pocos metros de ella. Y su alma cayó en picada al infierno.

—P-Papá…

Él estaba ahí, parado en solitario en aquel pasillo silencioso con una sonrisa que para cualquiera podría parecer simpática, pero que para ella… Era un aviso de peligro inminente. Con sus manos puestas en su bolsillo, el hombre fue caminando hasta ella sin decir palabra alguna y ella, queriendo retroceder e intentar dialogar con él.

—Papá… ¿Q-Qué sucede? —preguntó con su voz temblorosa—, ¿qué haces aquí?

Tampoco respondió a sus preguntas, llevando únicamente su dedo índice hasta sus labios, en señal de que desistiera de seguir hablando.

—Shh… Toma algunas cosas y vamos de paseo —habló con una sepulcral voz calmada—. Un día de padre e hija. Sor-pre-sa...

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro