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CAPÍTULO 15: DESCUBRIENDO SECRETOS

Llegamos al tribunal antes del mediodía, Alice en verdad sabía moverse allí, literalmente me arrastro de oficina en oficina, yo no decía nada, me mantenía serio y pensativo. Me limité a firmar los papeles que ella me indicaba.

—Sí que estás en problemas, están reuniendo evidencia y testimonios, el fiscal no tendrá piedad de ti— dijo sonriente. No le veía el chiste.

— ¿Por qué  parece que esto te hace feliz?— pregunté.

—Pierde cuidado, es que acabo de enterarme que designarán a Erik Yorkie como fiscal. El estudio contigo en el colegio. Es un buen sujeto y no tiene malicia. Debemos mantenernos informados. Acá dice que el padre de Bree Tanner te acusa.

— ¿De quién?— pregunté.

—Dudo que aunque no hubieras perdido la memoria te acordaras de ella. Fue la chica que James Witherdale violó. Ella era una mucama en uno de los hoteles que tiene el padre de James. Dicen que el tipo es un demente y que su hijo es peor, toma a la mujer que le da la gana. Sólo que a esta chica casi la mata.

—Eso es denigrante ¿salió libre?— pregunté.

—Claro que quedó libre, tú nunca perdiste un juicio. Hiciste ver a Bree como una loca, se invalidaron sus declaraciones porque tenía ataques de pánico y tu pediste un careo. Ella no pudo declarar. Te maldije cada minuto en ese juicio— dijo recordando, estaba muy seria. Agaché mi cabeza mientras pensaba que eso si era lo más bajo que había hecho.  —Vamos, tú eres otro hermanito. ¿Pero sabes que es lo peor de todo?

— ¿Hay algo peor?— pregunté desanimado.

—Sí. Eleazar Denali es el abogado del padre de Bree y al parecer está corriendo con los gastos del juicio. Necesitamos tus contactos, quiero saber a cuanta gente sobornaste. Testigos, jurado, médicos. Seguro que Eleazar ya está encargándose de eso y si descubre algo lo utilizará contra ti.

— ¿Te tomará tiempo?

— ¿Qué? ¿Averiguar? No, sólo que necesito ayuda, no puedo representarte porque no tengo licencia. La de Mike servirá y yo puedo estar a su lado como pasante.

Llegué a casa al anochecer, Bella salió a recibirme, estaba muy feliz.

—Edward, Emily me llamó. Dice que acepta el trato, venderá los terrenos— me dijo antes de besarme.

—Es magnífico, al menos una buena noticia en el día— dije tratando de sonreír.

— ¿Mal día en los tribunales?

—Terrible, me enteré de algo espantoso.

— ¿El juicio de James?

—Sí. ¿Cómo pudiste permanecer a mi lado después de eso?— pregunté.

—El día que ganaste ese juicio te pedí el divorcio— me dijo triste.

—Debiste haberte ido, era un ser despreciable...

—Traté de hacerlo pero me encerraste— se le llenaron los ojos de lágrimas. La abracé, no quería que tuviera esos recuerdos, quería borrarlos todos. —Edward, lo olvidé, mi papá está aquí. Tal vez sea mejor que le pida que salga por la puerta trasera— me dijo dudando.

— ¿Tu papá? Pero yo quisiera conocerlo— le dije esperanzado.

—No hemos hablado mucho de ti. Le expliqué lo que pasó contigo y no dijo nada. Es tan callado a veces. No sé qué pensar. Tengo miedo de su reacción al verte.

—Dile que estoy aquí. Estaré a mi despacho, si no quiere verme puede salir por la puerta principal, sería de muy mal gusto que tu padre saliera por la puerta de servicio— le dije dándole un beso en la frente y dirigiéndome a mi despacho.

Me quité el saco y la corbata, odiaba ese traje tan formal. Oí reír a Nessie y sin pensarlo salí a verla. Me encontré cara a cara con un hombre alto, con un poblado bigote. Me miró con cara de pocos amigos.

—Papito, estás aquí— dijo mi niña corriendo a mis brazos. Sonreí y la levanté por los aires dando vueltas con ella.

— ¿Cómo estas princesa?— le pregunté acunándola en mi pecho.

—Abuelito Charlie vino a verme y me estaba contaba travesuras de mi mamá cuando era niña ¿Sabes que todos creían que ella era un chico a mi edad?

— ¿Ah sí? No es posible, tu mamá es muy hermosa— sonreí.

—Sí y además abuelito no está molesto contigo. Ya le dije que ahora eres bueno— dijo plantando un sonoro beso en mi mejilla.

Reí ante su tierno gesto pero la sonrisa se me congeló cuando volví a ver esos ojos acusadores.

—Buenas tardes señor Swan— dije tratando de ser amigable.

—Nos vemos pequeña — dijo avanzando a grandes zancadas seguido por Bella. Ese iba a ser un hueso duro de roer. Esperaba no tardar en ganarme su aprecio el mismo tiempo que me costó perderlo. Él era importante en la vida de Bella y yo quería que ella fuera completamente feliz.

—Eddie gracias, me salvaste de ésta— dijo Emmett al día siguiente por el celular.

— ¿De qué te salvé específicamente?— pregunté.

—El juzgado desestimo la demanda porque el perro no se presentó a declarar.

Además seguramente porque vio tu firma en el papeleo el juez fue muy amable conmigo— dijo mi hermano. Esto me parecía algo extraño.

— ¿Jacob no se presentó a declarar?

—No. A quien le importa ese chucho— dijo soltando una risotada. Pero no me parecía digno de reírse.

Los días pasaron, concreté la compra de los terrenos a nombre personal aunque pagué con la tarjeta de crédito que según Bella era de la compañía. Ya había sacado mucho dinero de esas cuentas y me preocupaba.

También pagué los instrumentos de música, ropa y víveres para el albergue y había dado un adelanto a una constructora para que elaboren un estudio de suelos y vayan avanzando los planos para el nuevo albergue que ahora sería una villa.

Las ideas de Emily me habían ayudado mucho, me reuní con ella un día para coordinar mejor.

—Pienso que los talleres podrán ayudar mucho a estas personas— decía entusiasmada.

—Me parece bien, además están cerca de la ciudad, mucha gente acudirá si les hacemos una buena propaganda. Solo tenemos que adquirir las primeras máquinas y luego ellos pueden agrandar sus negocios con su trabajo— le hice ver.

—Yo donaré las máquinas de coser y tejer para el taller de mujeres— dijo sonriendo.

—Excelente, algo menos en la lista, creo que pronto mi cuenta se sobregirará— dije sonriendo. —Fue un gusto como siempre Emily, volveré si hay novedades.

Me levanté para irme de su restaurante porque había quedado con Bella en otro lugar. Un hombre alto, moreno y muy musculoso llegó. No me miró con buenos ojos.

—Déjame presentarte a mi esposo— dijo ella girándose sonriente hacia él. —Sam, él es Edward Cullen, Edward, él es Sam, mi esposo— sonreí y estiré mi mano para saludarlo pero él no se movió.

—Así que tú eres el responsable— dijo escupiendo las palabras.

—Sam ya hablamos de eso— le recriminó ella molesta.

—Yo no soy tan crédulo querida. Por este idiota mi primo tuvo que abandonar el país— dijo bastante molesto. No sabía de qué hablaban, yo no había hecho nada. —No te hagas el idiota conmigo, Jake me advirtió de ti— me recriminó. Ahora entendía, era por Jake. ¿Había abandonado el país?

—Sam, estamos terminando una reunión de negocios. Hazme el favor— gritó Emily muy molesta, él pareció relajarse un poco mirando a su esposa.

—Jake está huyendo amor,  me dijo que este tipo mandó  que lo mataran— ella me miró alarmada.

—Eso no es cierto— me defendí.

— ¿Hay alguna manera de comprobar que antes de perder la memoria no hayas contratado a alguien para acabar con Jake?— dijo Emily inquisitiva.

— ¿Cómo saberlo?— me revolví el cabello. —No llevaba diario. En las agendas no dice nada sobre matar a alguien— dije muy serio.

—Cuando mi primo regrese vas a pasar un buen tiempo entre rejas, Cullen— me amenazó Sam antes de marcharse.

Me quedé pensativo, necesitaba buscar más datos del anterior Edward. Y había un solo lugar que me faltaba hurgar. Mi caja fuerte.

—Vamos Edward, yo confío en ti. Antes no te conocía, todo mundo decía que eras una mala persona. Sólo puedo juzgarte por lo que haces ahora y esa villa será tu mejor obra ¿Cuándo empieza la construcción?— preguntó Emily cambiando de tema.

—Gracias, mañana empezarán los trabajos, contamos con mano de obra ya que las mismas personas están entusiasmados por construir sus viviendas— dije feliz por ese proyecto.

Los papeles del juicio seguían llegando, Alice me dijo que en dos semanas empezaría el proceso, había hecho de todo porque sea privado pero al parecer muchas personas querían que sea un espectáculo público.

Fui a la oficina una mañana temprano, tuve la corazonada de poder abrir la caja fuerte. Pero en la entrada, el guardia de seguridad no quería dejarme pasar. Tuve que mostrarme muy duro e intimidarlo, necesitaba el contenido de aquella caja de seguridad.

Llegué a la oficina y Jessica estaba discutiendo con la secretaria de los Volturi.

—Edward, que bueno que estás aquí, Aro ha puesto una demanda en tu contra por supuesto desfalco financiero— me dijo entrando en mi oficina.

— ¿Desfalco?— pregunté.

—Llegaron los estaos de cuenta, has estado gastando mucho, eso no era problema antes, cuando pagabas a los testigos falsos o adulabas jueces. Pero ahora es sólo egreso.

—Jessica ¿Todo mi dinero estaba en este bufete? ¿No tenía cuentas propias?— pregunté.

—No que yo sepa pero eras tan hermético. Tal vez. ¿Cómo saberlo?— dijo encogiéndose de hombros.

—Déjame sólo un rato por favor— pedí.

—Es mejor que te lleves tus objetos personales, Aro mandó a sacar tus cosas. Si te ve te van a echar. Creo que también me quedé sin trabajo— dijo triste.

Me senté sólo y pensativo. Tenía algunos números en la cabeza así que no tardé. Fui hasta la pintura y la retiré. Miré un buen rato  la caja fuerte y me decidí a intentarlo.

Probé con la clave que tenía de los cumpleaños. No funcionó a la primera, jugué con esos números varias veces, cuando puse la fecha de Bella primero, luego la de Nessie y al final la mía, la puerta se abrió. Con mucho cuidado miré dentro.

Había varios cuadernos, papeles, sobres, dinero y joyas. Tomé todo y los puse en mi maletín cuando escuché ruidos fuera. Cerré la caja devolví la pintura a su lugar. La puerta se abrió violentamente dejando ver a alguien conocido. Era Eleazar Denali.

— ¡Largo de mi oficina!— gritó molesto.

—Hasta donde sé esto me pertenece— dije desafiante.

—Te pertenecía. Los Volturi consiguieron una orden para que estés fuera. Te congelaron las cuentas y no podrás ni siquiera mantener a tu familia. Nadie te recibirá en ningún lugar del país, por tu fama y porque no dejaré que vuelvas a ejercer— dijo sonriendo.

Él no sabía que yo jamás podría ejercer de todas formas.

—Pues que te aproveche. Yo no pienso quedarme más aquí— dije.

—He oído que andas de buen samaritano. Eso no te ayudará con la justicia, estás hasta el cuello Edward, te hundirás de todas formas. Terminarás barriendo pisos—dijo soltando una carcajada.

Tomé mi maletín y salí de allí, ya no tenía nada que hacer en ese oscuro lugar.

—Jessica sígueme— le dije al salir. Ella tomó una caja con sus cosas que estaban ya listas y salimos ante la mirada de todos que habían salido para vernos marchar.

—Edward, logré sacar todos los archivos de tus juicios, los he estado enviando por courier a un apartado postal.

—Gracias. No sé qué hacer ahora— dije mientras bajábamos en el ascensor.

 —Pues sin dinero dudo mucho que podamos hacer algo. Yo te apoyaré en mi tiempo libre pero comprenderás que tengo que buscarme otro empleo, yo pago los estudios de mi hermanita— dijo triste.

—No es necesario, puedo contratarte. Descubrí que tengo otra cuenta bancaria— le mentí.

—Eso es bueno Edward, lo vas a necesitar. Esto fue lo último que me dieron— dijo alcanzándome un papel.

— ¿Y esto?— pregunté mirando el papel con la firma de los tres Volturi y de Eleazar Denali.

—El consorcio te está echando de tu casa, tienes una semana para desalojarla— traté de leer lo que decía pero sólo me quedé con la palabra "desalojo".

—Vaya que son vengativos— suspiré

—Ni te imaginas cuánto. Tienes la cuenta cerrada, te quitarán la casa, lo dos departamentos, el yate y tu auto.

— ¿Este auto? Bueno tendré que tomar taxis.

—No. El Ashton Martin, un volvo no es muy costoso, ellos quieren que te duela el orgullo y tú siempre fuiste muy soberbio con las cosas que tenías— dijo soltando una risita. La miré extrañado. —Es gracioso, ellos están tan felices pensando que están haciéndote sufrir y tú no tienes idea de lo que pasa. Ni siquiera sabes dónde están los departamentos, ni el yate. Te puedes mudar a casa de tus padres y el otro auto ni siquiera los usas— siguió burlándose de mis ex socios.

—Se lo había regalado a mi hermano— dije con pena.

—Bueno, dile que se despida de él. Lo único que me preocupa es el juicio. Eleazar está apoyando al fiscal en contra tuya.

— ¿Cómo haremos ahora? ¿Dónde podrás trabajar?— pregunté.

—Puedo hacerlo desde mi casa, o alquilar algo cerca del juzgado. Una oficina pequeña. ¿Sabes? Mike también quiere dejar el bufete. Está algo descontento con Aro. La semana pasado Marcus lo humilló delante de clientes importantes— dijo triste.

—Parece que todos mis amigos tendrán que pasar un mal momento por mi causa— dije tristemente.

— ¿Tus amigos?— gritó emocionada

—Lo siento ¿dije algo malo?

—No. Nos llamaste amigos. Tú no tenías amigos— me sonrió. Fui a dejarla a su  casa y quedamos en que me llamaría para mantenerme informado de todo.

Ya en casa me encerré a revisar los cuadernos y demás cosas que pude rescatar. Estaba nervioso por ver que encontraría.

Tomé el del este año, todos estaba cuidadosamente fechados.

Enero 02

Familia: Bella y Nessie no regresan de casa de Carlisle.

Trabajo: Otro maldito día, James no coopera es un bastardo. Cena con el juez

Stanford. Depósito bancario al testigo Smith y visita de cortesía a la hija de la jurado Becker.

Extras: Cita con el médico, todo normal.

 

Enero 03:

Familia: Aún sin novedad. Mis mujercitas siguen de vacaciones.

Trabajo: Reinicio del proceso. Entrevista a testigos, fenomenal.

Extras: pelea con Tanya. Recordatorio: hacer que le envíen flores.

 

Enero 04:

Familia: Regresaron. Bella particularmente hermosa hoy.

Trabajo: Soy el mejor abogado del mundo. Y también iré al infierno, interrogatorio a Bree.

Extras: nada de Tanya, ya tengo suficiente con mi mujer.

 

Enero 05

Familia: Sentí olor a perro en casa, cita con Masen. Desaparecer al sarnoso.

Trabajo: Padre de Bree perdió los estribos tuve que reducirlo, presentaré cargos para mantenerlo a raya.

Extras: Presión alta, hice cita médica para la otra semana.

 

No pude seguir leyendo, me daba asco pensar que una vez fui el hombre que escribió esto. Era culpable de todo lo que me acusaban, hasta de contratar a alguien para hacerle daño a Jacob. Y sólo había leído una semana en la vida del antiguo Edward, a quien no parecía importarle nada más que salirse con la suya.

Seguí buscando en cuadernos de años anteriores, en todos tenía el mismo método de anotación, el día y las acciones realizadas, como una bitácora. Familia, trabajo y extras.

Siempre la familia por delante aunque solo mencionaba a Bella y Nessie.

En el trabajo escribía todos los delitos, sobornos, pagos, entrevistas y demás juicios donde había mentido y hecho perder la paciencia a los testigos.

Y en extras estaban los encuentros con Tanya, Jessica, Lauren, alguien que no tenía la menor idea de quien era y hasta un encuentro con una tal Victoria.

También ponía las consultas médicas en este ítem. Y eran seguidas, problemas con el corazón, la presión y otro malestar al que solía llamar "mi detalle", muy común en el año pasado.

Agosto 13:

Familia: Clase de piano con Nessie, aprende rápido mi princesa.

Trabajo: Juicio ganado, triunfo avasallador, me reí del bufete Weber, ilusas niñas tontas.

Extras: Aún sigo con malestares, fui a revisión el doctor dice que debo mantenerme aún sin actividad. "Mi detalle" en proceso de recuperación.

No entendí nada al respecto, intenté saber a qué se refería pero sólo encontré una nota a mediados de abril del año anterior: "necesario pero doloroso. Hombre precavido vale por dos"

Me dediqué a ver las otras cosas, tenía que revisar esos cuadernos con calma y mucho cuidado.

Había más de veinte mil dólares en billetes grandes. Una libreta con datos de cuentas bancarias. Dos a mi nombre en bancos ingleses y una a nombre de

Bella en un banco suizo, me asusté al ver el monto.

Tenía dos millones de dólares a nombre de mi esposa. También había títulos de varias propiedades que no eran ninguna de las que había mencionado el bufete, acciones de empresas y bonos.

Revisé las joyas, me llamó la atención un collar con un dije muy raro, había un brazalete con el mismo símbolo, como una especie de perro o león. También encontré una delicada pulsera con un diamante en forma de corazón. Dos aros de matrimonio, lo que explicaba porque no tenía mi alianza en el dedo. Y una gargantilla de rubíes. Todo eso debería valer una fortuna.

Vaya que si había sabido guardar sistemáticamente dinero y hacerme de propiedades con el dolor ajeno. Ya no eran las personas las que me contaban lo ruin que fui, era como si el mismo Edward me develara sus secretos. Sólo necesitaba saber en qué momento fue que empezó a convertirse en el despreciable sujeto que todos llegaron a odiar

******************

Recién empezamos a conocer al anterior Edward.

Gracias por leer.

PATITO

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