Extra
Rúben y Gavi llegaron a casa, el ambiente cálido y familiar los envolvió al instante. Gavi se dejó caer en el sofá, acariciando su vientre mientras Rúben se dirigía a la cocina para servir la comida que había preparado.
—¿Tienes hambre, amor? —preguntó Rúben, sacando la sopa y la salsa de carne.
—Un poco —admitió Gavi, aunque su mirada se iluminó al ver la comida.
Rúben le sirvió un plato de sopa y se sentó a su lado, observando cómo Gavi tomaba la cuchara con cierta reticencia. Sabía que no era el plato favorito de su omega, pero también sabía que era lo mejor para él y el cachorro.
—Vamos, solo un poco —animó Rúben, sonriendo.
Gavi suspiró y tomó un sorbo, haciendo una mueca pero continuando. Rúben le acarició el cabello, agradecido de tener a su familia cerca.
—Gracias por venir —dijo Gavi en voz baja, sus ojos llenos de gratitud.
—Siempre estaré aquí para ti, para ustedes —respondió Rúben, besando su frente.
Después de la cena, se acomodaron en el nido, un espacio lleno de mantas y almohadas que Gavi había preparado con tanto cariño. Rúben se tumbó a su lado, abrazándolo con ternura.
—¿Te sientes mejor? —preguntó Rúben, acariciando suavemente el vientre de Gavi.
—Sí, mucho mejor ahora que estás aquí —respondió Gavi, cerrando los ojos y disfrutando del momento.
Rúben sonrió, sintiendo una profunda paz. Sabía que el camino no sería fácil, pero juntos podían enfrentar cualquier desafío. Mientras Gavi se quedaba dormido en sus brazos, Rúben prometió que siempre estaría allí para proteger y cuidar a su familia, sin importar lo que el futuro les deparara.
El encuentro entre Manchester City y Real Madrid será crucial. Rúben sabe que debe regresar a tiempo para el partido, ya que es una pieza clave para su equipo. El partido está programado para el próximo día, y la presión es alta, especialmente después de la reciente derrota del Barça que afectó tanto a Gavi.
Rúben, aunque preocupado por su familia, está decidido a dar lo mejor de sí en el campo. Sabe que su presencia es vital tanto para su equipo como para su omega y su futuro cachorro. La determinación de Rúben de estar presente para ambos, su familia y su equipo, muestra su compromiso y fuerza como Alfa.
Mientras tanto, Gavi, aunque triste por la derrota, encuentra consuelo en la presencia de Rúben. Sabe que su Alfa dará todo en el campo y eso le da fuerzas para seguir adelante. Ambos están unidos por un vínculo fuerte que les permite enfrentar cualquier desafío juntos.
Rúben sabía que tenía que regresar para el partido contra el Real Madrid. Aunque le dolía dejar a Gavi, entendía la importancia de su presencia en el campo. La mañana del partido, se despidió de su omega con un abrazo fuerte.
—Prometo que volveré tan pronto como termine el partido —dijo Rúben, acariciando el vientre de Gavi.
—Lo sé, Alfa. Estaremos bien. Ve y gana ese partido —respondió Gavi, sonriendo con confianza.
Rúben tomó un vuelo temprano y llegó justo a tiempo para unirse a su equipo. La atmósfera en el estadio era electrizante, y la presión era palpable. Sin embargo, Rúben se sentía motivado por el apoyo de Gavi y su futuro cachorro.
Gavi, por su parte, se acomodó en el sofá de su casa, rodeado de mantas y con una taza de té caliente. Aunque estaba nervioso, sabía que su Alfa daría lo mejor de sí. Encendió la televisión y se preparó para ver el partido.
El encuentro fue intenso desde el primer minuto. Ambos equipos luchaban con determinación, pero el Manchester City, liderado por Rúben, mostró una defensa impenetrable y un ataque feroz. Cada vez que la cámara enfocaba a Rúben, Gavi sentía una mezcla de orgullo y amor.
Finalmente, en los últimos minutos del partido, el Manchester City logró anotar el gol decisivo. El estadio estalló en vítores y Rúben levantó los brazos en señal de victoria. Gavi no pudo contener las lágrimas de alegría, sabiendo que su Alfa había cumplido con su promesa.
Después del partido, Rúben llamó a Gavi por videollamada.
—¡Lo hicimos, amor! —dijo Rúben, con una sonrisa radiante.
—Estoy tan orgulloso de ti, Alfa. Sabía que lo lograrías —respondió Gavi, secándose las lágrimas.
—No podría haberlo hecho sin tu apoyo. Ahora, voy de regreso a casa para celebrarlo contigo y nuestro pequeño —dijo Rúben.
Gavi sonrió, sintiendo una profunda felicidad. Sabía que, sin importar los desafíos, siempre tendrían el uno al otro. Y eso era lo más importante.
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