Decisión
Hakuji estaba en problemas, en serios problemas. Había evitado estar en una habitación a solas con Kyojuro esas últimas semanas. Y ahora aquí estaba.
No estaban precisamente en una habitación, considerando que las aguas termales estaban en medio de un bosque. Pero el caso era que Kyojuro estaba allí con él. Desnudo. Podría estirar su brazo y tocarlo. Gotas de agua se deslizaban por las puntas rojas del cabello de su compañero y las yemas de sus dedos picaban con las ansias de envolver los suaves mechones alrededor de sus dígitos.
Hakuji estaba metido en el agua hasta la barbilla, pero Kyojuro estaba sentado en una roca un poco más alta y parte de su pecho sobresalía del agua. Soyama no le podía quitar la vista de encima a ese lugar. ¿Desde cuándo se había convertido en un pervertido? Ah, cierto, desde que se dio cuenta de que tener una erección cada vez que entrenaba con su amigo no era normal. Desde que el odioso de Tengen le puso las cosas en perspectiva. Dejando eso de lado, Hakuji no podía dejar de preguntarse si aquellos pechos se sentirían carnosos si los apretara... ¿Qué expresión pondría Kyojuro si Hakuji los amasara entre sus manos o si halara los rosados pezones o los acariciara con sus dedos llenos de cayos por el entrenamiento y el trabajo? ¿Qué sonidos haría? ¿Lo apartaría o se dejaría hacer? ¿Tendría el valor de poner sus manos sobre Hakuji y quizás devolverle el mismo trato? ¿Querría Kyojuro tocarlo tanto como él lo deseaba?
El pilar de las llamas a su lado intentaba no darle muchas vueltas al asunto, pero le molestaba. Hacía un par de semanas que Hakuji lo estaba evitando. Aunque la gente pensara lo contrario, Rengoku Kyojuro era un hombre muy observador, que la mayoría de las veces actuara como si no se enterara de nada, era otro asunto. Como en ese momento.
Kyojuro llevaba planeando quedarse a solas con Hakuji desde hace días, por eso lo llevó a entrenar con Himejima para que este le sugiriera un cultivador, el pilar de las rocas le sugirió lo que ya Kyojuro sabía de antemano, la respiración del viento o alguna de sus derivadas le vendrían bien, quizás hasta la de la roca misma. Ahí fue cuando el primogénito de los Rengoku le dijo amablemente que quizás debería ver por sí mismo las diferentes técnicas y elegir la que más le gustara.
Hakuji ya había visto la respiración del viento, y la de la roca, y en cuanto a las derivadas, solo estaban las de la arena y la respiración de la bestia. La respiración de la arena a Hakuji le pareció muy poco "contundente", él quería dar golpes con sus puños, pegarles a cosas, demonios, y a veces a gente por igual. Cuando Rengoku oyó esa declaración, se convenció de que Hakuji tenía un pequeño problema de ira, pero igual lo tenían Sanemi e Inusuke, y nadie se quejaba. La verdad es que había bastante gente que se quejaba en realidad.
Hablando de Inusuke, a ese fueron a ver. Hasta ese momento todo salía como el pilar lo había planeado. Se habían internado en el territorio bajo el cuidado de Inusuke. El pilar de la bestia era una persona muy impredecible, y por supuesto no iba a estar en su casa. A petición suya se internaron en los bosques a buscarlo, bosques en los que Kyojuro de sobra sabía que existían esas termas. Quizás si Hakuji y él se encontraban en un ambiente relajado, podrían hablar y volver a ser los amigos de siempre.
Él no entendía el cambio tan de repente en la distancia entre su compañero y él.
¿Estaría avergonzado por lo sucedido la vez que entrenaron luego de exterminar los demonios la primera vez que Hakuji lo acompañó a patrullar?
Kyojuro se había sorprendido de la reacción del otro hombre. No era la primera vez que a alguien se le subía el ánimo cuando entrenaba con él. Según el señor Kamado podía pasar debido a la adrenalina que aumentaba en el cuerpo durante los combates. Así que ¡Hakuji no tendría por qué avergonzarse! Probablemente fuera otra cosa. ¿Habría hecho Kyojuro algo para enfadarlo? Kyojuro se puso a pensar, es cierto que hace un par de semanas él acompañó a la señorita Koyuki al centro de la ciudad. ¿Acaso estaba celoso? ¿Pensaba que Kyojuro quería meterse con su prometida? ¡Pero él solo la estaba escoltando! ¡Koyuki san iba a reunirse con Mitsuri y Kocho!
Si realmente se trataba de eso, Kyojuro tendría que aclarar pronto el malentendido. No quería que hubiera más brechas entre ellos. Podía vivir con el hecho de que Hakuji se casaría y tendría una familia pronto. Él incluso lo deseaba. Juró en su corazón que protegería la felicidad de Hakuji, que ya había sufrido bastante. Pero no quería vivir siendo odiado por el otro, o que su relación se convirtiera en una de extraños. No quería eso, le dolería demasiado.
Se giró hacia el hombre de ojos azules, aquellos orbes lo miraban intensamente como si quisieran devorarlo, y Kyojuro sintió un escalofrío recorrerle.
- ¡Hakuji! - dijo armándose de valor - si he hecho algo para enfadarte, me disculpo sinceramente.
- ¿Ah? - el otro lo miró sorprendido. ¿Ahora que se le había metido a Kyojuro en la cabeza? Se preguntaba.
- He notado que pareces molesto y que te disgusta mi compañía... si es por mi salida con la señorita Koyuki.
El alumno de Keizo se dio un manotazo en el rostro. No podía creerlo, era tan típico de Kyojuro pensar que era el causante del problema.
- No digas estupideces, Kyojuro, no has hecho nada malo.
- Debo de haberlo hecho, - dijo acercándose a su amigo - he fallado al notarlo y he hecho que te sientas incómodo en mi presencia
Hakuji soltó una pequeña risa.
- Ya te dije que no has hecho nada malo. Es imposible que lo hagas Kyojuro, no está en tu naturaleza.
El pilar de las llamas se sintió un poco confundido con aquellas palabras, él naturalmente era capaz de cometer fallos, era un humano después de todo, ¿Acaso Hakuji se estaba burlando de él?
- Entonces, ¿qué sucede Hakuji?
El discípulo de Keizo miró la cara preocupada de su amigo. Su ceño estaba fruncido y los grandes ojos bicolores lo miraban atentamente, Kyojuro incluso apretó los labios con mortificación. Y Hakuji no pudo más. Se levantó de un tirón y se alejó de él caminando hacia la orilla.
Kyojuro lo siguió más confundido que antes y lo tomó por el brazo para que se detuviera. La reacción del estudiante de Soryuu fue inmediata: en un abrir y cerrar de ojos, el pilar de la llama estaba contra las rocas de la orilla. Hakuji tenía una de sus manos en su plexo solar y con la otra apretaba una de sus muñecas. Su expresión era oscura y fría. Kyojuro sintió su corazón palpitar de forma desbocada, ¿por qué parecía que Hakuji estaba sufriendo? ¿Por qué pones esa cara? ¿Por qué no me miras a los ojos? Quería preguntar.
- Soy yo Kyojuro, yo tengo la culpa, - dijo - soy yo quien tiene estos pensamientos, - añadió con rabia - mi cuerpo solo responde a una cosa - a ti, dijo su traidor cerebro - solo quiero una cosa - tú, tú, repetía su mente una y otra vez, solo a ti Kyojuro - y temo las cosas que podría hacer - que podría hacerte se tragó.
Su mano presionó más el cuerpo frente a él, podía sentir los latidos desenfrenados de Kyojuro, la textura de su piel, los músculos contrayéndose debajo, la cálida y sofocante temperatura y Hakuji solo quería tomar y tomar y tomar y no dejar nada para nadie.
"Un niño demonio", lo habían llamado así desde siempre, un demonio, lleno de deseos egoístas y pensamientos impuros, era lo que Hakuji era. Un demonio que vivía por una obsesión, que traiciona a su mejor amigo y a su prometida, un demonio que no puede, aunque quiera dejar ir al que tiene enfrente, él quemaría el mundo por Kyojuro y ardería mil veces en el infierno si con eso pudiera tenerlo. Kyojuro no necesita su protección de otra cosa que no sea él mismo.
El pelinegro respiró hondo y se apartó suavemente. Intentando poner una buena cara.
- Lo siento Kyojuro, olvida todo lo que dije. Volvamos a casa. Creo que ya no quiero ser un cazador de demonios.
Como podría siquiera pararse junto al pilar de las llamas cuando no podía dominar los demonios que tenía en su propio corazón, no podía seguir persiguiendo a Kyojuro de aquella manera. Quizás sería mejor tener la vida que siempre había idealizado antes. Hablaría con Koyuki, cumpliría su promesa y dejaría a Kyojuro en paz. Estaba seguro de que cuando pasara un tiempo, podría volver a sonreírle sinceramente a su amigo.
•••
No hablaron mucho más durante en camino de regreso. Los ánimos entre ellos se habían enfriado completamente y Kyojuro estaba más confundido que antes. Cuando su cuervo le comunicó la orden de una nueva misión, Hakuji no lo acompañó como las otras veces.
Pasaron un par de días antes de que Hakuji pudiera hablar apropiadamente con Koyuki.
Él enfrió su cabeza y miró al futuro decididamente. Podía imaginarse una buena vida junto a ella. Tendrían hijos y vivirían pacíficamente. Koyuki podría seguir su labor de enfermera y él enseñaría Soryuu en el dojo que habían abierto en la ciudad gracias al apoyo de Kyojuro.
Kyojuro...
Se le hizo un nudo en la garganta.
Kyojuro también se casaría, probablemente, con una mujer noble. Y tendría una linda familia también.
Sacudió su cabeza, él quería a Koyuki, le había prometido que la haría su esposa y le daría una buena vida. Y eso iba a hacer.
Se sentaron uno frente al otro en una de las habitaciones, la luz del sol iluminaba la estancia acogedoramente y Hakuji hizo una pequeña reverencia.
- Koyuki san, quisiera poner una fecha para nuestra boda - dijo.
La muchacha abrió los ojos, sorprendida y sonrió.
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