Abrazando un sueño - Parte 7 (por Nestar)

Han venido una vez más. Somos conscientes de que la realidad en la que vivimos ha cambiado. Tenemos a un monstruo en la puerta de nuestro hogar e intentará atravesarla cueste lo que le cueste. Pero no vacilaremos. La voluntad de Anang es más fuerte que nunca, no sólo por los acontecimientos de nuestra victoria más reciente, sino porque algunos de nosotros ya hemos sido recompensados por el esfuerzo realizado en el frente.

Así es, recibimos el mayor premio que podíamos anhelar, regresar por una temporada a casa para visitar a nuestras familias. Shanawaz había determinado un sistema de rotación, para que luego de cierto tiempo algunos soldados retornaran a sus hogares así descansaban y pasaban el tiempo con sus seres queridos. Mientras tanto serían sustituidos por nuevos voluntarios.

El descanso se trataba apenas de una excusa creo. Pienso que lo que en verdad quería conseguir era que ninguno nos olvidásemos por lo que estábamos luchando, y a su vez poder ver con nuestros propios ojos los frutos de la sangre derramada. Esa fue la causa por la que en la última batalla de Anang yo no estuve presente, así que sólo me enteré con detalles de lo ocurrido en el llano cuando retorné a mis obligaciones como soldado.

Era de mi conocimiento que a pesar de ser una victoria para nosotros, el temor se había apoderado de nuestra gente debido a la presencia de aquella nueva arma que había traído consigo el ejército de Gran Corona. Fue en aquella ocasión que Lagbar se convirtió en todo un símbolo para mi pueblo, y brillaba con mucha más intensidad que tras haber derrotado a los líderes enemigos. Shanawaz y él estuvieron reunidos a solas durante largo tiempo, discutiendo el camino a seguir.

Los rumores dicen que aquel le pidió a mi amigo ser el gran general que guiara a los hombres en la batalla, pero Lagbar se rehusó. "Si utilizan esas armas de nuevo, yo actuaré, sino seguiré siendo tan sólo uno más."- al parecer esas fueron sus palabras y nuestro comandante las compartió con las tropas, por lo que la calma y seguridad regresaron a nuestras filas.

Ahora, Gran Corona ha venido de nuevo a estas tierras, con menos gente esta vez, pero permanecen a la espera. Su líder se les ha adelantado y avanza a pie tranquilamente sobre la llanura, acercándose a nuestra primera línea defensiva. Quedándose fuera del rango de nuestros arqueros se detuvo, y habló con una potencia en la voz que me hizo recordar a la primera oportunidad que vencimos a un general enemigo.

-"¡Mi nombre es Suou! ¡Estoy buscando a Lagbar!"- miro al inmortal que se encuentra a mi lado, parece sorprendido. -"¡Tengo todo el tiempo del mundo para esperar!"-

Vi como Lagbar pensaba en silencio, supongo que no sabía si debía salir al encuentro de aquella persona o no. Finalmente partió, abriéndose paso entre nuestras fuerzas y se dirigió a campo descubierto para batirse a duelo con aquella mujer.