Abrazando un sueño - Parte 10 (por Handimar)

Se nos ha sumado un visitante inesperado, y tal vez problemático. Al no recibir novedades nuestras, Grokel apareció para unirse a nuestro contingente con cuatro mil hombres bajo su mando. Cuando se enteró que estábamos a la espera y que Suou había ido a un encuentro con los líderes de Anang casi le da un ataque al corazón. Si no hubiese sido por mi presencia quizás habría iniciado un asalto sobre las líneas enemigas.

Creo que esa es la principal razón por la que la burgués me hizo permanecer junto al resto del erobe. La verdad tampoco temía por su seguridad. Si Lagbar no me había matado a mí en el campo de batalla creía poco probable que le hiciera daño a ella. Los días pasaron sin tener novedades desde el otro lado del llano, hasta que finalmente pudimos ver como Suou era escoltada viniendo en nuestra dirección.

Llamé a mi colega y fuimos a su encuentro, quería ver la cara de sorpresa de ella cuando se percatara que otro general había llegado como refuerzo. Del lado de enfrente venía Lagbar junto con la misma mujer que lo acompañó días atrás. Decidimos esperarlos a mitad de camino y le pedí a mi acompañante que se calmara y esperásemos las órdenes de Suou. Parecía como si él estuviese listo para pelear en ese preciso instante.

-"General Grokel, qué sorpresa."- comentó mi compañera de clan al verlo junto a mi lado y sin detenerse dijo: -"Vamos, tenemos cosas que hacer."- permanecí de pie, ante Lagbar. -"Ven Grokel, dejemos que se miren un rato más."- ordenó Suou, dejándome sola frente al hombre de Anang. Por su parte él le había solicitado a su compañera que regresara también.

-"Luces bien Handimar."- comentó. -"Por lo visto esta vez no tendremos que cruzar espadas."-

-"Supongo que entonces en esta ocasión no sentirás lástima por mi."- contesté, haciendo alusión a las primeras palabras que me dedicó cuando nos conocimos.

-"Ah, eso."- reaccionó luego de pensar brevemente sobre lo que yo estaba hablando, e hizo una pequeña mueca de diversión -"Todavía siento lástima por ti."-

-"¿Porque soy incapaz de vencerte?"-

-"No es por eso que siento lástima."- al oír eso quedé confundida, siempre pensé que el significado tras sus dichos se debía a eso. -"¿A cuántas de las chicas de tu clan has conocido hasta el momento?"- respondí que sólo conocía a Celebel y Suou, entonces él simplemente agregó: -"Cuando conozcas al resto, recordarás mis palabras."-

No había nada más para decir, o al menos no era su intención. Lagbar se despidió y regresó junto a su gente mientras que yo retorné al erobe, el cual para mi enorme sorpresa se estaba preparando para volver a Gran Corona. Luego de estar casi una semana a la espera, nos marchamos de Anang sin haber desenfundado nuestras espadas ni haber derramado una sola gota de sangre.

El erobe permaneció asentado en las cercanías de Guelegen, mientras que por nuestra parte Grokel y yo acompañamos a Suou a la ciudad de Hauta, a una nueva asamblea con los reyes del reino y los demás generales. Desde mi punto de vista mi compañera estaba caminando por la cuerda floja, había pedido estar al frente del ejército para atacar Anang y llegado el momento sólo se reunió con sus líderes.

Demás está decir que cuando contó lo sucedido en las tierras vecinas recibió el reproche de los monarcas. Por iniciativa propia ella había ofrecido la paz a nuestro enemigo, y aquellos habían aceptado firmar la propuesta que les fue acercada. Ahora restaba nomás que el gobierno de nuestro reino diera validez a dicho acuerdo, algo que estaba lejos de ser una realidad según lo que se estaba viendo.

Grokel fue quien intervino poniéndose de pie, e interrumpiendo a Suou pidió que se realizara una pausa en el encuentro. Para mi gran sorpresa ella no atacó al general cuando este habló como había hecho en ocasiones anteriores. Dando lugar al pedido de mi colega, los reyes suspendieron el congreso hasta luego del almuerzo. Cuando estábamos dejando el salón Undigu me indicó que fuera con él, al parecer existían asuntos que discutir o al menos eso pensé.

En un pequeño cuarto se encontraban los otros dos generales, esperándonos para almorzar. Me asombré cuando vi que la burgués llegó a la habitación y tomaba su lugar en la mesa para acompañarnos. Fue el mismísimo Grokel quien se dirigió a ella cuando preguntó:

-"¿Cómo vamos?"-

-"Yo diría que bastante bien."- respondió ella. No, no era una pregunta de cortesía aquella, todo lo contrario. ¡Los generales y Suou estaban del mismo lado! Jamás hubiese pensado eso. -"Todos tienen el mismo sueño en este país."- les hablaba a todos en la mesa, pero me miraba a mí. Claramente yo era la única que no estaba al tanto de dicha alianza. -"Es por eso que es tan fácil trabajar juntos."

"Todos aquí saben que es lo que sigue. Si Gran Corona acepta la paz, será un éxito. Si se decide ignorar esa alternativa, se procederá a la invasión a gran escala que se ha planeado. Obviamente por una cuestión de tiempos, esta es la opción que primero debemos intentar."- tenía cierta lógica su planteamiento. -"No se preocupen, haré todo lo que esté a mi alcance. Sólo deséenme suerte en esta segunda instancia."-