La paz de Azrael
LA PAZ DE AZRAEL
VII
Azrael qué prodigiosa quietud siento a tu lado,
me desborda la eternidad en ti.
No quisiera separarme de tu lado
pero sé que ya me tengo que ir.
Caminaré pausadamente esperando,
caminaré tranquilamente ante ti,
y cuando vuelvas a buscar mi alma
plácido te estaré esperando,
porque te he visto
y te siento,
y añoro el sosiego que me haces sentir.
Azrael, ahora te miro a los ojos,
puedo en la oscuridad de tus pupilas
descubrir un destello de luz,
el que ahora me llena y me muestra
tu gran belleza,
mi nacimiento a la vida eterna,
la luz divina
que me llama y que me inspira.
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