Severus Snape seguía de cerca al sirviente que parecía a punto de sufrir un ataque de pánico. Ya habían subido hasta el segundo piso de la enorme mansión y ahora parecía que lo estaba guiando por la mansión con la sola intención de confundirlo.

O todos los cuadros de la enorme vivienda eran igual o el sirviente lo había hecho pasar tres veces por ese lugar.

Realmente no importa si descubrí su truco, el hijo de puta hizo bien su trabajo, si quiero regresar desde aquí ¿debería girar a la derecha o seguir por este camino?

A la derecha— Pensó el hombre de negro, al pasar por el mismo cuadro otra vez.

Todas las partes de Severus, le pedían a gritos lanzar un imperius al mago que casi corría delante de él y obligarlo a mostrarle la salida de ese lugar de locos.

Maldito el día en que me convencieron de ser un espía, maldito Albus -tengo tantos nombres como años- Dumbledore, maldito cuadro del girasol ¿acaso estamos caminando en círculos?, maldito Voldemort y maldito cuadro del girasol, otra vez.

El sirviente por fin se detuvo frente una imponente puerta de caoba con detalles de serpientes que hacían su camino sobre la superficie.

El chico que había perdido todo color y sudaba a mares, envidio por un segundo al mago de negro, que ni parecía cansado ni mostraba algún signo de alarma.

Tomando una respiración profunda, el sirviente empujo sin más las enormes puertas dejando entrar a Severus.

—He traído a Severus Snape, mi señor— Dijo el joven mientras hacia una reverencia y mantenía la puerta abierta.

Por un instante Severus no pudo ver nada, el pasillo fuertemente iluminado lo había dejado incapacitado para ver en las penumbras de esa habitación.

—Mi señor— Soltó a la vez que se inclinaba profundamente.

El señor Oscuro despidió a su sirviente con una vaga señal, que su ultimo invitado no pudo ver por su posición.

—Levanta la cabeza y únete a mi mesa Severus— Clamó el señor Tenebroso abriendo ambos brazos en señal de bienvenida.

— Es usted muy amable, mi señor— Dijo el recién llegado mientras se dirigía solemnemente a lo que intuía era su silla, a la vez que lanzaba un hechizo sin varita para acelerar la midriasis y que sus ojos se adaptaran por fin a la poca luz.

Termino sentado directamente enfrente de culpable de las desgracias del mundo mágico. Pero para el momento en que conecto miradas con Voldemort, ya había escrutado al circulo interno. Solo había dos mortífagos que no había visto antes, la joven sentada por la mitad de la mesa rectangular y a la mano izquierda del señor Oscuro.

Ok, es momento de empezar el espectáculo...

— Amigos, nuestro acompañante es Severus Snape— Comenzó el mago sin nariz, ignorando todas las veces anteriores en las que el nombre del invitado había quedado claro— Un prodigio en pociones y un duelista formidable. Que dentro de un mes cumple el año en nuestras filas.

Bellatrix sentada al lado de su esposo soltó una afilada carcajada.

—No cumples aún el año y ya quieres pertenecer al circulo interno. Un poquito avaricioso ¿no crees?— Bellatrix puso ambas mano en la mesa y inclino hacía Severus lo más que su lugar le permitió mientras sonreía cínica.

— Como debe ser ¿no cree, mi señora?— Severus respondió curvando casi inadvertidamente la esquina de su boca.

— Absolutamente— La sonrisa de la mujer creció casi imposiblemente y volvió elegante a su posición inicial.

— Siempre es bienvenido un slytherin— Dijo completamente aburrido Barty, mientras jugueteaba con los cubiertos pulcramente acomodados.

— Algo sobrevalorado a mi parecer— Comento la joven desconocida que lucía igual de aburrida que Barty — Sería mas fácil trabajar si hubiera más revenclaws en nuestras filas.

— Y todos seriamos mas felices si hubiera uno menos aquí— Le susurro Bellatrix a su marido, pero era claro que todos en la habitación habían escuchado.

¿Será prudente esconderse bajo la mesa si el circulo interno comienza una guerra?— Y sin mostrar emoción alguna recorrió con la mirada a las demás personas en la mesa, nadie aparte de la chica revenclaw reacciono. Pero para sorpresa de Severus, la chica joven solo se había cruzado de brazos y dedicado una sonrisa cómplice a la persona más despeinada del salón.

— Todo sería más pacifico— Suspiró Voldemort mientras dejaba caer su mentón en su palma — Tal vez así podría ofrecer a mis invitados una cena tranquila.

El Lord lanzó una mirada acusadora a las dos mujeres haciendo que las mejillas de ambas se tiñeran con vergüenza.

— Lo siento, mi señor—Contestaron a la vez.

Y sin ningún comentario más, el señor Oscuro se enderezo en su silla y dio dos palmas, haciendo aparecer todo un manjar en la mesa.

En los primeros minutos, Severus se sintió completamente fuera de lugar, apenas se sirvieron, todos comenzaron una conversación amena y fluida, dirigida por el Lord, con seguidas participaciones de los Malfoy y Lastrague, ocasionales comentarios de Barty y de Hermione-la chica sin nombre hasta que Narcissa Malfoy le pidió la salsa-, algún gruñido cada tanto de Fenrir y sin ninguna intervención de la mano izquierda de Voldemort y de él.

El chico a la izquierda del señor Oscuro, no despegaba su mirada del recién llegado y cuando Severus vió como después del contacto visual giraba su cabeza a la derecha y se jalaba suavemente el lóbulo de la oreja, se vio transportado una vida atrás.

— ¿Cree qué Severus este al nivel de mi escuadrón, mi señor? Menciono que era un duelista— Hablo por primera vez el chico de ojos verdes.

El comentario llamó la atención de todos los comensales y por un instante, hasta el vino de la mejor calidad fue olvidado.

— Eso deberías juzgarlo tú, ¿No te parece, Harry?— Y con un movimiento de su varita, la penumbra del salón se esfumo dejando ver por primera vez la extensión total del recinto.

— Esto será divertido— Dijo Fenrir, antes de tomar de un trago todo el vino de su copa y levantarse ruidosamente de su asiento, para dirigirse a la esquina del salón donde varios y muy cómodos sillones esperaban.

Mierda.

Severus se levanto lo más dignamente posible que sus ahora temblorosas piernas le permitían y aunque era una malisima idea imito al hombre lobo y trago todo el alcohol que hasta ahora había ignorado.

— Apuesto 50 galeones a que Harry lo derriba antes del minuto— Comentó Narcissa desinteresadamente a la vez que tomaba asiento y se apoyaba al costado de su esposo, quien le pasó un brazo a los hombros.

— Caerá al primer hechizo— Barty lanzó 20 galeones a la mesa, con real interés en sus ojos por primera vez en la noche.

— Yo creo que se desmayará a penas se aleje de la mesa— Rió Bellatrix —¿Qué pasa Severus? Desde que Harry habló has perdido dos tonos de color.

He visto un fantasma, uno que solía usar lentes.

— ¿No le agrada mi bronceado, mi señora?— Caminó con su capa ondeando tras él hacía el espació despejado rodeado de los sillones donde el Lord y la mayoría del circulo interno estaban instalados —Alguno magos lo consideran impecable.

Si Harry reacciono a las palabras, nadie el la habitación lo noto.

— No les hagas caso Severus, todo en la habitación somos horribles -excepto, usted mi Lord- yo apuesto que duraras más de dos minutos— Hermione regalo una sonrisa al nuevo, pero sin ser realmente alentadora. 

Voldemort desde el único sillón individual, mando a todos a callar con una seña y bajo la iluminación levemente — ¡Diviertenos Potter!

El chico de ojos verdes camino al centro del circulo donde su oponente le esperaba. 

— Que el mejor mago gane— Dijo Harry a la vez que tendía su mano hacía Severus.

Severus tomó al chico enfrente de él por el antebrazo y lo jaló hacía su cuerpo, aprovechado la diferencia de altura para susurrarle al oído.

— Que el mejor come libros gane. 

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¡Hola! ¿hay alguien ahí?

¿Alguien espera el siguiente capitulo? Que estoy apunto de empezarlo antes de perder toda la inspiración XD

Realmente escribiré como desquiciada hasta terminar este bebé, pero si me dejan un comentario seré una desquiciada feliz :D 

¿Es un capitulo largo?