Capítulo 15: Junta de amigos
Punto de Vista de Sucrette:
Han pasado las semanas y ya no uso mi silla, fue un salto tremendo. Cuesta trasladarse con mi bastón, pero me estoy acostumbrando de a poquito. Durante las vacaciones salí a un par de citas con Kentin y parecemos conectar muy bien. Tras ese día en la cafetería, me quedé tranquila con su testimonio sobre su vida militar, que no estuvo involucrado en cosas turbias. Me apena lo solitario que se sintió en la recuperación de su accidente, de ahora en adelante me aseguraré de que jamás vuelva a sentirse así en su vida. Estoy contenta de que sea cercano a Alexy y lo considere un amigo. Nuestro plan de integración ha salido excelente. Él quiere vivir una vida tranquila después de tanto ajetreo y haremos que eso se haga.
Nos quedan pocos días de vacaciones, decidimos organizar una junta en la casa de los gemelos. Armin se quedó haciendo aseo mientras el peliazul y yo fuimos de compras antes de que Lerhay llegue. Pasamos primero a la tienda de Leigh.
— Necesitas lencería y ropa bonita para sorprender a Kentinito —Me enseñó un conjunto de ropa interior de encajes que revelaba bastante.
—¡Alexy! —Regañé avergonzada.
— ¿Qué? ¡No vas a darle tu flor usando calzones de abuela!
— No quiero acostarme con él —Bajé el tono para que el resto de clientes no nos oigan—. Sólo tenemos citas...
— Eventualmente lo harán —Guiñó y bramé—. En fin, yo me ofrezco a pagar. Elígete algo lindo para hoy.
— ¿No me veo linda hoy? —Hice un puchero.
— Siempre, mi niña —Rió—. Acepta el regalo antes de que me arrepienta.
Casi salí corriendo hacia la sección de vestidos. Elegí uno de lanilla y manga larga que resaltaba mi silueta.
— Lo vas a dejar loco con eso, loba —Aulló y yo me ruboricé.
— ¡N-no me digas eso!
— Oh, vamos, no tengas miedo a ser sexy con tu chico. Es totalmente normal. Él no tiene miedo a entrenar sin camiseta —Dio un codazo.
Mierda, ¡tiene razón!
Jamás he tenido relaciones sexuales ni nada cercano a eso, un poco humillante para ser una chica de veintitrés años, lo sé. Soy demasiado tímida y mis relaciones de pareja han sido efímeras. La más larga fue de seis meses. Nunca hubo contacto extraño.
Lo más apasionado que he hecho fue ese episodio en el baño con Kentin y prosigo sin entender cómo acabamos en ello. Tal vez él tenga experiencia en esos temas o no sé. No me gustaría ahuyentarlo por ser torpe. Alexy tiene razón, si pretendo estar mucho tiempo con el castaño, debería preocuparme en verme 'deseable' de vez en cuando. Él trata de mantener distancia y pide disculpas cuando está sudado porque le preocupa verse presentable para mí en su horario de entreno. No consideré aquello.
Mi mejor amigo pagó el vestido y el conjunto lencero, le pedí a Leigh que envolviera todo en una bolsa discreta y le mandé saludos a Rosa y a Lysandro.
Compramos después snacks en el super y pasamos por unas pizzas al Papa John's, posterior a eso, arribamos a la casa de los gemelos, donde Armin estaba tirado en el sofá jugando. El polvo me hizo estornudar al poner pie dentro.
— Qué mierda, hermanito, ¿no que ibas a limpiar? ¡Mira la hora!
— ¡Voy! —Se levantó rígido.
Yo aproveché de pasar al baño a cambiarme a la ropa nueva. Wow. Me veo maravillosa. Espero que Kentin lo note... Modelé frente al espejo por un rato hasta creerme el cuento de que soy fabulosa. Salí y noté que el gamer limpió en modo flash.
— ¿No está Evan en casa? —Pregunté— No creo que él hubiera dejado que Armin olvidara ordenar.
— Se fue de parranda, no vuelve hasta mañana —Aclaró el pelinegro—. Y sí, eso explica muchas cosas.
— ¿Sabes si Evan estuvo en un programa científico en la armada? —Demasiado específico, lo sé.
— Uhhh, sí, a pesar de que le gusta harto el combate físico, estuvo en un programa de ciencias de la salud antes de retirarse hace poco —Explicó desinteresado—. ¿Por?
— Ken me dijo que estuvo en un programa científico antes de retirarse, también.
— Ese debe ser el mismo programa YY que vi que compartieron lugar, ¿no te dio más detalles? —Negué.
— ¿Será que se conocen?
— Puede ser...
Tocaron el timbre.
— ¡Debe ser tu novio, Sucrette! —Chilló Alexy y Armin le siguió la corriente.
Fui a abrir yo y Kentin se sorprendió al verme, colocándome una mirada llena de amor. Nos saludamos con un beso en los labios. Me admiró ahí parado y boquiabierto por un par de segundos, aunque le había hecho la señal para que pasase, me dijo:
— Te ves hermosa hoy —Se acercó a mí y besó mi frente—. Y s-siempre, pero hoy me dejaste, tipo... Wow.
— G-gracias... —Sonreí con mis mejillas coloradas.
— Oye, Romeo, ¿vas a pasar? —Bromeó Armin.
— ¿Me veo hermoso hoy yo también? —Añadió Alexy.
Reí por esos comentarios y el hecho de que el castaño sacara su faceta mañosa altiro. Que lindura. Lo recibieron con sus usuales bromas. Abrimos la primera caja de pizza y empezamos a comer mientras jugábamos en la Play 5.
En un momento me aburrí de jugar y me quedé acurrucada en el hombro del chico que me gusta, este competía con Alexy. Subí la vista al pálido rostro de Kentin. Esos ojos de jade me tenían loca. Quería hundirme en sus brazos por siempre. Topamos miradas y volvió a mirar al televisor. Sonrió por lo bajo, de modo tímido.
Su piel se veía tan suave y cálida. Me moría por recorrerla con mis manos, o mis labios... Dejé de controlarme e inconscientemente aproximé mi mano hacia su mejilla. Acaricié despacio. Percibí el aumento de temperatura a causa de mi tacto. Es como si el mundo desapareció y existiera él nada más. Me lo comería a besos hasta el fin de la eternidad.
Conectamos miradas de nuevo y me dedicó una sonrisa antes de coger mi mano, plantando un beso en el dorso de ésta.
Armin colocó su Nintendo Switch encima de mis narices, enseñándome al personaje Monika del juego romántico Doki Doki Literature Club.
— Mira, yo también tengo una novia.
Carcajee.
— ¿La de hablar con mujeres reales no te la sabes?
Pasamos una agradable tarde los cuatro, logré contener mis cursilerías después de esa intervención del pelinegro. Lo último que pretendo es incomodar a mis amigos.
Kentin fue a dejarme a mi casa.
— La pasé muy bonito hoy, aunque me hubiera encantado besarte más —Declaró cuando nos abrazamos en la entrada de mi departamento.
— Nos hubieran echado por cursis —Él rió.
Se inclinó hacia mí y me besó con vehemencia. Continué el gesto y las mariposas de mi estómago revolotearon. Lo quiero muchísimo. Esta sensación en mi pecho... es un ardor, sin embargo, es agradable, necesito más de esto. Una presión caliente que se extiende por mi torso me poseyó y me aferré a sus hombros, por debajo de su camisa blanca.
Sentimos pasos cerca de la entrada y nos separamos de un salto.
— Cuídate mucho, Su —Musitó en mi oído.
— Tú igual, Ken —Nos dimos unos besos en cada mejilla y finalizamos con uno en la boca.
— ¿Nos vemos...? —Dejó la pregunta abierta, me imagino que para que yo sugiriera una fecha.
— Uhhh, ¿te parece si nos coordinamos por mensaje la próxima salida?
— Está bien —Me besó por última vez—. ¡Te quiero!
— ¡Yo también te quiero! —Lancé un beso entretanto él tomaba el elevador.
Me apresuré a entrar a casa, sosteniendo mi bastón entre mis piernas. Entré y me eché en el sillón, esa subida en bastón estuvo densa y requería descansar. Saludé a mis padres y me preguntaron qué tal todo, respondí con sinceridad puesto que en la casa de los gemelos comer y jugar no es que sea la gran cosa.
— Y... ¿qué onda con ese chico militar? —Atacó de frente mi papá— Veo que se ven seguido, más de lo que ves a Rosa o a Laeti, por ejemplo.
— Ah, ¿qué tiene? —Fingí un tono inocente— Los gemelos me venían a ver a diario para ir a clases y paso con ellos a solas también.
— Sí, pero te noto distinta... Con los gemelos no te arreglas tanto, con este muchacho te veo harto rato maquillándote y arreglando tu peinado, hasta vienes con vestido nuevo hoy. Desde ese día que te desmayaste, te viene a dejar él siempre después de clases y en las vacaciones salen mucho.
— Hija, si estás saliendo con alguien o tienes novio, puedes decirlo —Habló más delicada mi mamá—. Ya eres grande y sabes que puedes confiar en nosotros.
No es que quiera ocultarlo, es que Kentin y yo todavía no formalizamos, siento que es mejor comunicarlo cuando ya sea oficial que somos novios. Ahora sólo salimos y no quiero adelantarme.
— Uhhh... Él me gusta y quiero llamar su atención, eso es todo.
— Se ve muy interesado y preocupado por ti, hija.
— Más le vale que no te rompa el corazón —Advirtió mi padre.
— No lo creo, papá...
— Podrías invitarlo a almorzar este sábado, ¿no? Para que se vean antes de entrar a clases de nuevo y nosotros podamos conocerlo mejor.
AAAAAA. No quiero que lo presionen. Mi papá cuando yo salía con Dake fue terrible.
— Sí, cariño, esa idea es grandiosa. Sucrette, mi cielo, ¿te parece invitar a Kentin este sábado?
— Eh... Voy a preguntarle si puede.
Si cuando me vino a dejar por lo de mi desmayo, papá andaba perseguido, ahora que sabe que me gusta, va a ser peor. ¡Que alguien me salve!
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