27 de febrero de 2016, San Miguel de Allende MX.

Nueve años en el medio artístico se dicen fáciles pero con toda honestidad, en ocasiones resultan lo contrario. Han sido nueve años de ir y venir sin descanso entre estudios discográficos y sets de grabación, giras, premiaciones y algunas otras cosas que a ella le producían dolores de cabeza.

Ahora estaba en su ciudad natal, rodeada de su familia y pasando un tiempo de descanso antes de iniciar la última etapa de la  gira promocional para "Capitán América: Civil War”.  Extrañaba los chistes malos de Anthony y las ocurrencias de Chris y Aaron. Ella  les mensajeaba con fotos de la comida o las vistas de la pequeña ciudad colonial y acogedora, ellos la hacen prometer que los llevará a conocer esos alrededores, y está más que contenta de hacerlo.

Taylor había podido acompañarla esa vez, era extraño que sus agendas coincidieran y lo tomaron como una buena señal.

Están todos en casa. Sus hermanos y sus padres, junto a su prima y su tía Era más de lo que podía pedir pero aún así, hay un asiento vacío que de ser otras las circunstancias ahora estaría ocupado por la misma persona que habita en su corazón.

Se tiene que obligar a no pensar en eso, ha pasado casi ocho años viviendo así y aún le cuesta acostumbrarse.  Al final acaba repitiéndose que eso ha sido para mejor, y la manera en que avanzan sus vidas le da la razón.

Aunque no es seguro si en el caso de ella pueda llamarse así.

—En serio ¿Ni siquiera un spoiler chiquito?— Arturo intenta persuadir a su hermana, meneando las cejas

—No Arturo, ya te dije que no

—Al menos dime de qué lado me conviene estar

—Si te digo no me vas a tomar en serio— le doy un trago a mi limonada mientras mis tres hermanos ríen de fondo, Alejandra rueda los ojos

—La que tiene razón en medio de ese cagadero es Crys— Alejandra les contesta, tirando del cabello de Arturo cuando él silba burlándose de ella— ¿¡Por qué no!? Tony no es el tipo de idiota que precisamente se rija por la ley cuando sus armas financiaron un conflicto en medio oriente y Steve es un estirado cabrón que se da golpes de pecho y se esconde en su moral pendeja. Crys es la única que acepta el mundo como es y no como quisiera que fuera.

—No me politicen la comida por favor, prefiero que hablen de fútbol o cualquier otra chingadera— Alba los interrumpe— dejen de distraerse o se les va a enfriar

—Hey, ¿Ya vieron el trailer de la nueva de Nick?— Alvaro hace la pregunta sabiendo que desde hace tiempo Nicholas no es un tema delicado

Y es que en realidad nunca lo ha sido, pero ellos nunca supieron como tocar cualquier tema que involucrase a Nick pues no supieron cómo habían terminado las cosas.

—¿Handsome Devil? Se ve buena— Taylor le sigue la corriente, ella es la única que aún se lo toma con pinzas. Nadie en la familia sabe por qué, pero así es ella

—Eh… si— Amelia  tuvo que ser la primera en contestar la pregunta tal cuál es— Lexie me mandó mensaje el otro día y me lo mostró. No me dijo todavía si se estrenará aquí, de todas formas creo que podríamos conseguir el Blu-ray.

—Se nota que ya puede ser más extrovertido. No tanto como los demás pero hay un avance— James sonríe, la ve como si supiera lo que está pensando y siendo honesta consigo misma, no es capaz de sostener la mirada.

Y es que podría haberlo llamado para felicitarlo y hablar de ello con toda confianza, pero había algo que a último momento la acobardaba. Hace ocho meses fue la última vez que hablaron, y eso porque Nicholas tomó la iniciativa.

La conversación no se interrumpe cuando acaban de comer y comienzan a levantar la mesa. Arturo y Amelia recogen los platos y Taylor le ayuda a Alba a lavarlos. Arturo casi deja caer algunos platos cuando intenta tomar su teléfono, que está sonando con insistencia por tercera vez, cuando va de la mesa a la isla de la cocina. Emeraude, su  prima, le ayuda con lo que antes hacía

Gruñe en frustración y toma el teléfono

—Buenas tardes ¿Con quién hablo?— contesta en inglés

—¿Es usted hermano de Amelia Gonzáles?— la voz de la otra línea pertenece a un hombre

Arturo hace una mueca de asco cuando alcanza a oír la voz de Kanye West, es notorio que no tuvo ganas de ser amable hoy por la manera en que prácticamente les ordena a todos que se callen

—Así es, Arturo Gonzáles— se presenta, le toma de la mano y la lleva al patio trasero, sus hermanos no les quitan la mirada de encima

—¿Podría comunicarla con nosotros? El señor West quiere hablar con ella, está en el estudio ahora mismo

Arturo no sabe desde cuándo Taylor llegó con ellos. Pero ya tiene su mano en el hombro de Amelia y las dos lo miran, esperando a que les explique lo que pasa.

Él no aparta la mirada, en lugar de eso parece haberla endurecido. Apoya la palma de su mano en la bocina del celular para que no escuchen cómo les pregunta si quieren tomar la llamada. Taylor asiente y  van a la mesa, cerca del roble que le da sombra a un amplio rincón empedrado del jardín.

—Buen día— la castaña se presenta, tomando asiento bajo el árbol

—¡Amelia!— la voz animada de Kanye la obliga a apartar el teléfono de su oído, y poner el altavoz— ¡Qué bueno escucharte, niña!

Ella rueda los ojos. Ese hombre nunca se ha tomado la molestia de ser cordial salvo por apariencia. No entiende cómo es que consiguió el número telefónico de Arturo pero no sería de extrañar, por su complejo de Dios y las facilidades que poseé.

—Hola Kanye— intenta camuflar su acento, para que suene como habitualmente— ¿Todo va bien?— hace la pregunta de rutina, Arturo no parece estar contento del todo y lo único que ella puede hacer es encoger los hombros

Al fondo escucha algunas risas, pero repentinamente estas ya no se perciben y ella deduce que debe ser por él y su fino carácter.

—Oye, estoy aquí en el estudio— le dice, como si fuese una gran revelación y no algo que pasa día con día en su área de trabajo— ya sabes, componiendo un nuevo tema

—Eso es genial— sigue en inglés, Taylor no entiende qué está pasando y ella no ha colgado la llamada con la única intención de no parecer grosera— ¿Necesitas ayuda en algo?

Arturo chasquea la lengua y comienza a tallarse la cara con las manos. No le nació hacer esa pregunta, pero con él no hay mucho tema de conversación.

Eso si toman en cuenta cómo fue —y sigue siendo— su primera impresión de él.

Él tarda en contestar y Taylor le pide que ponga el altavoz. Ella hace caso y deja el celular en la mesa.

—Eh… ¿Kanye?— Taylor entrelaza sus manos y mira a los dos hermanos, dudando de si fué bueno incluirse en la conversación

—¡Es genial que estén las dos ahí!— se escuchaba contento.

Arturo se acercó al oído de la castaña para decirle que todo le parecía raro, que algo estaba buscando.

—Como le dije a Amelia, estoy en el estudio, trabajando en un tema que de hecho está casi listo— él sigue— y me gustaría que tuitearan sobre eso ¿Saben? Que sea controversial

—Ni madres— Arturo articuló en español, señalándolas con su dedo índice

—¿Por qué tendría que ser controversial? La última vez que ocurrió algo así entre nosotros a la prensa no le agradó, te fue mal— Amelia recuerda. Arturo alza las cejas, queriendo dar a entender que justamente por eso, no deberían aceptar

—Creo que esta vez será distinto. Será una expresión artística por el bien de la música. De hecho tiene sentido, porque las mencionaré a ustedes en la letra y sería muy loco que por esa razón ustedes la promocionen y la gente comience a hacerla exitosa.

—Nos mencionas a las dos, entonces— Taylor repite, su labio inferior está atrapado en dos de sus dedos.

—Si, eh… creo que sería bueno, algo llamativo. Todavía estamos debatiendo cómo debería sonar, y ustedes son buenas compositoras así que espero que me ayuden con eso.

—¿Promocionarla cómo?— Swift se remueve en el sofá

—Bueno, uh…— se queda pensativo, hasta que luego de chasquear los dedos toma la palabra otra vez— podrían tuitear sobre eso. Algo como si dieran a entender que la canción les gusta ¿Saben? Porque las estoy mencionando

—Bien, danos lo que tienes— esta vez habló Amelia, estando lista para lo que sea que sus letras tengan que decir

—Pero, bueno, me he sentado a discutir con mi equipo sobre esta línea durante casi ocho meses y todavía no sabemos cómo funcionará, pero lo que tengo claro es que es controvertido. ¿Están preparadas?

—Si…— Taylor suspira, ansiosa por escucharlo, aunque no de la manera positiva

—Espera un segundo, suenas triste— por un momento parece estar genuinamente preocupado por ellas y el cómo se sienten

—Más que triste, yo diría… que no sabe qué esperar— habló Amelia por ella— ¿Va a ser controversial de mala manera?

—Nah, no creo que sea cruel— le responde con tranquilidad.

Parece que dejó el teléfono en otro lado, pero después vuelve a tomarlo. Hay música sonando de fondo. Unos segundos más tarde se escucha su voz.

For all my southwest niggas that know me best
I feel like Mel and Taylor still owe me sex
Why? I made those whores famous
I made those whores famous

Arturo tensa la quijada y aprieta las manos hasta que sus nudillos se ponen blancos y sus uñas alcanzan sus palmas. Taylor se queda viéndola, pero no dice nada. Amelia es la primera en reaccionar.

—Bueno, la  controversia está ahí— le da la razón— pero no entiendo cuál es el punto de esto. Más si entiendo el porqué les ha tomado tanto tiempo decidir hacerlo o no. A mi parecer esto no tiene un porqué

—No es cruel— Taylor se ríe, con los ojos de Arturo puestos en ella

—No es cruel pero es estúpido, por Dios Alisson— él le susurra

—A mi esposa no le agradó mucho, pero a mi equipo le encantó y por eso decidí mantenerla. Aunque quería saber qué pensaban ustedes, ustedes son las dueñas de un puto país, tienen un ejército de fans y Amelia tiene embelesada a América Latina

—No, no es cruel— Taylor vuelve a decir— pero como lo empezaste todo tan elaborado me imaginé algo como “Esas malditas perras tontas” o algo asi

—No me parece que sea una buena idea, si te pones a pensar en cómo la prensa nos ha retratado durante años— Amelia apoya el cuerpo sobre el respaldar— la crítica iría directo a nosotras, sobre todo la de esas personas que nos odian sin razón. Hay cosas que podrían ser mucho más crueles pero esto es como mínimo controversial, hemos estado sobreexpuestas.

—¡Vamos! Ustedes saben que eso es mentira— él insiste— no pasará de una simple canción. En realidad tenía pensado que ustedes solo lanzaran un tweet aunque no sé qué tan necesario sea.

—Creo que sabes que esto es como un explosivo que estallará si cortas el cable incorrecto— Amelia le advierte— pero yo sé que tú eres el tipo de artista al que nada le importa un carajo, entonces…

—No, no— la interrumpe— a mi me importa el cómo se sientan ambas, digo, las considero  mis amigas

Arturo no da crédito de lo que ha escuchado, rueda los ojos.

—Uh, bueno. Supongo que podemos confiar en tí— Taylor responde a lo dicho por el rapero— sólo, haz lo que tú creas que está bien.

Terminan la llamada luego de un último intercambio de palabras que no tiene más importancia. Taylor se ve nerviosa y Amelia solo se puede preocupar por ella y no por sí misma

—¿Qué?

La forma en que Arturo le habla, hace que Amelia se cohiba. Sus manos se aprietan alrededor de sus rodillas mientras Taylor le pone una mano en el hombro.

—¿Qué de qué?— le contesta ella, apenas pudiendo emitir palabra

—¿Se van a quedar así, sin asegurarse de que el otro no salga con una mamada?— se sienta en uno de los sillones, con las piernas cubriendo su torso

—Arturo, yo hace muchos años dejé de preocuparme por lo que hacía o no ese cabrón. Él está acostumbrado a ser una mierda con quien sea y salir bien librado. Eso ni nosotros ni nadie lo va a cambiar.

—Lo que más me emputa es que no grabamos ni siquiera una parte de la llamada, solo por si acaso— él agacha la cabeza

—Chicos, tranquilos— Taylor interviene con voz calma— Amelia tiene razón. Solo son letras de canciones, mientras nosotros sepamos la verdad, incluído él, nada va a pasar.

—Suenas muy segura, Tay— Arturo le responde en inglés, un tanto frío.

—Hay que dejar eso por la paz, yo estoy de vacaciones y en sólo días tengo que volver a trabajar. Lo que menos quiero es que nos estemos estresando por algo que ni siquiera ha pasado.

Cuando vuelven a entrar en la casa, todos los esperan. No es necesario que alguien diga algo para dar a entender que quieren saber qué pasó. Amelia los tranquiliza diciendo que solo fue una llamada de trabajo respecto a la coordinación de la gira y todos se quedan tranquilos.  Únicamente ellos tres saben qué se dijo realmente en esa llamada.

15 de marzo de 2016, Los Angeles CA.

Amelia está en el camerino, momentos antes de salir a impartir la primera ronda de entrevistas del día. En el otro lado está Aaron siendo asistido por un miembro del staff que le coloca el micrófono, mientras a ella le dan los últimos toques de maquillaje.

—¿Nerviosa?— le pregunta él

—El día que deje de sentir nervios será por dos razones. No soy yo, o ya perdí la emoción por esto

El británico sonríe ampliamente.

—Esa es la Amelia que conozco.

El teléfono de ella vibra contra la madera del tocador. Extiende su mano para alcanzarlo y puede leer en la barra de notificaciones algunos mensajes de Nick.

—¿Y esa sonrisa?— Aaron alza las cejas

—Tú a lo tuyo, por favor— ella deja el teléfono de lado, con una media sonrisa.

Tienen una conversación intermitente mientras les dan las últimas indicaciones y acomodan algunos mechones en sus peinados. Ajustan micrófonos por última vez y ellos se miran al espejo.

—¡Mel!— el grito de Sebastian, su compañero de reparto, hace que se exalte.

Ella se gira para no solo verlo a través del espejo, genuinamente preocupada

—Carajo…— gruñe saltando en un solo pie, sosteniendo aquel que se ha lastimado mientras su celular está a punto de caer de su otra mano, temblorosa

—Oye Stan, tranquilo— Aaron se acerca a los dos— mira esa cara hermano, pareciera que viste a tu ex

—No, mierda, no— el rumano se queja, dejando que su pie retome su posición normal— no es eso… es algo que está en las noticias, en todos lados. Es sobre tu hermano— le dice a ella— pero no creo que sea verdad, ya sabemos casi todo de tus hermanos, los conocemos. Dicen que se llamaba Adrián, que tú nunca quisiste hablar de él porque había muerto de una forma vergonzosa

Amelia siente ganas de vomitar, hace girar en su dedo índice el anillo plateado de alas de ángel que ahí ha estado durante años.

—Define vergonzosa, Sebs— le pide ella en un hilo de voz, a nada de llorar

—Sobredosis… eso es lo que están diciendo— se aclara la garganta— lo siento tanto, Amelia.

La castaña siente una punzada de dolor en el costado donde se ubica su corazón, en sus ojos verdes se agolpan las lágrimas.

—Hijos de puta…— maldijo en español

Su teléfono timbra y vibra con insistencia. Con náuseas y lágrimas por todo su rostro, lo toma y se da cuenta que está sobresaturado de notificaciones.

Twitter, Instagram, todas las redes son un caos. Sus mensajes de WhatsApp ahora están llenos de amigos suyos mostrándole apoyo, y de sus hermanos recordándole lo que su amigo hace unos minutos acababa de decirle.

Todo ha pasado demasiado rápido.