Poderes desatados
Vuelo sobre Florida a una velocidad asombrosa, alcanzando los 1300 kilómetros por hora. El viento se siente fresco y revitalizante en mi piel. No tengo recuerdos de quién soy o de dónde vengo, solo la extraña sensación de estar renacido, con una fuerza y velocidad que nunca antes había experimentado.
Desde mi altura, puedo ver cada detalle en el suelo, desde los coches que parecen juguetes hasta las personas que parecen hormigas. Cada hoja en los árboles, cada ola en el océano, todo se ve con una claridad asombrosa. Es como si el mundo se hubiera vuelto más vívido, más real.
Pero a pesar de este nuevo mundo que se abre ante mí, siento un vacío en mi interior. No tengo recuerdos, no tengo un pasado. Solo tengo la imagen de una mujer que persiste en mi mente. Su rostro es borroso y no puedo recordar su nombre, pero siento una conexión con ella, una nostalgia que no puedo explicar.
Vuelo hacia el sur, dejando atrás la familiaridad de Florida y adentrándome en lo desconocido. No sé a dónde voy o qué espero encontrar, pero siento que este es el camino que debo seguir.
No recuerdo nada, absolutamente nada. Solo tengo en mi mente la imagen de una mujer, una mujer que no sé quién es. Y con esa imagen en mi mente, sigo volando, buscando respuestas en el vasto cielo azul.
Después de volar durante casi una hora, finalmente llego al centro de una ciudad que desconozco. Desciendo lentamente al suelo, observando cada detalle de esta gran metrópolis. Los edificios altos se alzan a mi alrededor, mientras las luces y los sonidos de la ciudad llenan el aire.
A medida que me acerco al suelo, noto que la gente a mi alrededor se queda mirándome con asombro. Algunos sacan sus teléfonos celulares y comienzan a grabar. Siento sus miradas fijas en mí, pero no entiendo por qué causo tal impresión.
Finalmente, pongo un pie en el suelo, esperando mezclarme con la multitud, pero en cambio, la gente retrocede espantada al verme. Sus rostros reflejan el miedo y la sorpresa. Me siento desconcertado y confundido por su reacción.
Decido buscar respuestas y me dirijo hacia una tienda cercana. Me encuentro con un espejo y me veo por primera vez desde que adquirí estos poderes. Lo que veo me sorprende: soy más alto y más musculoso de lo que solía ser. Mi reflejo muestra un poder que aún no comprendo del todo.
En ese momento, me doy cuenta de que mi transformación va más allá de los poderes que he adquirido. Hay algo más en mí, algo que ha cambiado mi apariencia y mi ser. Pero, ¿qué significa todo esto? ¿Quién soy realmente?
Lentamente avanzo, absorto en mis pensamientos, sin darme cuenta de mi entorno. Cruzo la calle sin percatarme de un camión de gasolina que se aproxima. En un instante, el camión choca violentamente contra mí.
La escena se desarrolla en cámara lenta frente a mis ojos. Veo cómo el camión se voltea y explota con una fuerza devastadora. El fuego se propaga rápidamente, consumiendo todo a su paso. La gente a mi alrededor se quema, gritando y corriendo en busca de ayuda, pero sin encontrar una solución.
En medio de la destrucción, mis sentidos se agudizan. Puedo sentir el calor del fuego en mi piel, pero no me afecta. Mi cuerpo parece inmune a las llamas y al dolor. Me siento impotente al ver a la gente sufrir y no poder hacer nada para salvarlos.
En medio del caos, mis ojos se posan en un letrero que dice "Ciudad de México". Por fin, tengo una pista sobre dónde me encuentro.
Con valentía, me acerco al conductor del camión que yace agonizando. Estoy a punto de tomarlo de la mano para ofrecerle ayuda cuando otra explosión sacude el lugar. La fuerza de la explosión es tan intensa que el conductor se desintegra ante mis ojos. Me quedo petrificado, horrorizado por lo que acabo de presenciar.
El miedo y la confusión se apoderan de mí, y en un instante, me elevo en el aire y salgo volando del lugar a toda velocidad. Necesito alejarme de esa escena aterradora y tomar un momento para procesar lo que acaba de suceder.
De repente, un recuerdo atraviesa mi mente. Recuerdo a Dina, mi ex novia, que se encontraba en Veracruz, México. Un impulso me lleva a dirigirme hacia ese lugar, en busca de respuestas y tal vez de alguna conexión con mi pasado.
Decido que es hora de partir hacia Veracruz, en busca de Dina y de respuestas sobre quién soy y qué ha sucedido conmigo.
Llego a la cima de una colina en Veracruz, el lugar donde vive mi ex novia, Dina. La emoción se apodera de mí al verla, pero su expresión cambia rápidamente al percatarse de que he llegado volando. Su rostro refleja miedo y sorpresa.
Sin perder tiempo, me apresuro a explicarle quién soy y cómo he adquirido estos poderes. Le aseguro que no represento ninguna amenaza y que solo deseo estar cerca de ella. Corro hacia ella con los brazos abiertos, anhelando un abrazo que me haga sentir en casa.
Sin embargo, en el momento del abrazo, escucho un sonido siniestro. Instintivamente, suelto a Dina y me doy cuenta de que, sin querer, he roto sus huesos. El horror se apodera de mí mientras contemplo el resultado trágico de mi abrazo. ¿Cómo pude causarle tanto daño a alguien a quien amo?
La culpa y el remordimiento me inundan, y en medio de la confusión y el dolor, huyo del lugar preguntándome si fue una buena idea obtener estos poderes.
De repente, un recuerdo se agolpa en mi mente. Me doy cuenta de que tengo familiares que viven más al sur del país, en Quintana Roo. Pero en lugar de sentir alegría o nostalgia, mi corazón se llena de un odio oscuro. Me pregunto si tal vez debería abrazar mi lado villano y utilizar mis poderes para el mal.
Mientras viajo hacia Quintana Roo, una imagen persistente carcome mi cabeza. Veo la figura de una enfermera hermosa, pero no puedo recordar quién es ella ni por qué su imagen me provoca tantos sentimientos encontrados. Me atormenta la sensación de que hay algo importante relacionado con ella que se escapa de mi memoria.
Finalmente, llego a la casa de mis familiares en Quintana Roo. Con el corazón lleno de dudas y angustia, me acerco a la puerta y toco, sin saber qué me espera al otro lado.
Los familiares abren la puerta y me miran con asombro al verme más grande y musculoso. Me presento como Osiel y ellos me reconocen de inmediato. Me invitan a pasar y entro a la casa, maravillado por su acogedor interior.
- Tío Juan, tía Carmen, ¡qué alegría verlos!- exclamo emocionado- Y estos deben ser mis primos- agrego señalando a Alejandro y Javier- y mi hermosa prima Gabriela.
Juan, con una sonrisa en su rostro, responde
- ¡Osiel, no puedo creer lo mucho que has crecido! Ha pasado tanto tiempo desde la última vez que te vimos.
Carmen asiente con entusiasmo:
- Sí, te has convertido en todo un hombre. Ven, siéntate, tenemos tanto que contarte-
Mientras nos acomodamos en la sala, Gabriela se acerca y me susurra:
- Osiel, nunca pensé que te volvería a ver. Estoy feliz de que hayas regresado.
Les explico que he perdido la memoria, pero que algo en mi interior me llevó de vuelta a este lugar. Todos escuchan atentamente, mostrando comprensión y cariño.
De repente, una extraña energía recorre mi cuerpo y sin poder controlarlo, rompo una pared cercana con un gesto involuntario. El estruendo y los escombros caen al suelo, dejando a mis familiares en estado de shock.
Juan, con voz temblorosa, pregunta
- Osiel, ¿qué fue eso? ¿Cómo lo hiciste?
Yo, igualmente sorprendido, respondo
- No sé, tío. Desde que perdí la memoria, he descubierto que poseo poderes que no puedo explicar. Parece que aún tengo mucho que descubrir sobre mí mismo.
De repente, mi mente se aclara por completo y los recuerdos inundan mi mente. Una expresión de determinación se dibuja en mi rostro mientras miro a mi familia.
- No puedo fingir que esta es una visita amistosa", digo con voz firme.- Recuerdo todo ahora. Mis padres murieron junto a mis hermanos, y yo estuve al borde de la muerte debido al cáncer. Les pedí ayuda, les supliqué que me cuidaran, pero simplemente no quisieron hacerlo.
El silencio se cierne sobre la habitación mientras los familiares escuchan atónitos. Gabriela se acerca a mí, con lágrimas en los ojos, y me toma la mano.
- Lo siento, Osiel. No sabíamos lo que estabas pasando. Fue un error no estar ahí para ti.
A medida que las palabras de Gabriela resuenan en el aire, siento cómo una ira ardiente se apodera de mí. Mi vista se tiñe de rojo y siento que un poder inmenso surge desde lo más profundo de mi ser.
- Ya no puedo contenerlo- murmuro entre dientes.- Este poder que he adquirido, esta fuerza que me ha sido otorgada, no puedo ignorarla más-
El ambiente se llena de electricidad mientras desato mi poder. Mis familiares observan con asombro y temor, sin saber qué sucederá a continuación.
Suelto rayos de fuego de mis ojos, sin control, sin poder detenerme. Veo cómo mis familiares caen, víctimas de mi propia furia desatada. Mi casa, que alguna vez fue un lugar de amor y calidez, ahora es un montón de escombros humeantes. Solo mi prima Gabriela logra sobrevivir, y la veo alejarse, temblando de miedo.
Me elevo en el aire y vuelo hacia un edificio cercano, buscando refugio en lo alto. Mi mente se aclara y recuerdo todo lo que ha pasado.
Pienso en Flor, mi novia, la única persona que me queda en este mundo. Ella ha sido mi apoyo incondicional a lo largo de esta pesadilla. Si hay una posibilidad de controlar mi poder y proteger a los que amo, debo tomarla.
Mientras estoy perdido en mis pensamientos, una nube oscura se forma frente a mí. De ella emerge un hombre vestido con un traje de mago negro.
- Hola, Mi nombre es Abner- me dice en tono formal- soy maestro de las artes místicas y quisiera hablar contigo.
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