(Abner)
Me encuentro en el interior de un antiguo templo, rodeado de oscuros estantes llenos de libros de magia. El aire es denso, cargado de siglos de sabiduría y misterio. Mi atención se centra en un mensaje Iris, un holograma en forma de arco iris, que se proyecta frente a mí. En él, veo a Quirón, el sabio centauro que siempre ha sido una fuente de orientación para mí.

Quirón, con su voz firme y calmada, me dice
- Abner, es peligroso que los mortales hayan descubierto el Quantumzeno. No sabemos qué consecuencias puede tener esto.

Asiento, compartiendo su preocupación. El Quantumzeno, un elemento de capacidades infinitas descubierto en Marte, en manos equivocadas, podría causar estragos inimaginables.

Quirón continúa
- El campamento griego se está preparando para cualquier eventualidad. Debemos estar listos para enfrentar cualquier amenaza que pueda surgir.

Con un nudo en el estómago, respondo
- Entendido, Quirón. Haré todo lo posible para ayudar. También informaré al campamento romano. Todos debemos estar preparados.

Quirón, con una expresión seria, advierte
- Zeus no estará nada contento si, por culpa de los mortales, se desata otra guerra contra los Titanes.

Asiento, consciente de las implicaciones de sus palabras.
- Haré todo lo posible para evitar eso, Quirón. Intentaré convencer a la versión griega y a la versión romana de mi padre para que me den consejos sobre cómo manejar la situación.

Justo cuando estoy a punto de terminar la llamada, siento una presencia familiar. Osiel está cerca.
- Tengo que irme, Quirón. Puedo sentir que Osiel está a punto de llegar.

Con un último asentimiento de Quirón, el mensaje Iris se desvanece, dejándome solo en el templo. Me preparo para la llegada de Osiel.

Osiel entra en el templo y me pregunta con quién estaba hablando, ya que parecía escucharme hablar con alguien. Le respondo con una sonrisa enigmática
- Es una larga historia, Osiel.

Curioso, Osiel cambia de tema y me pregunta por qué estoy en este templo. Le explico que estoy aquí en busca de conocimiento y sabiduría.

Osiel suspira y dice
- Fue difícil encontrar este lugar en San Francisco- Asiento, comprendiendo lo complicado que puede ser llegar al templo oculto.

Luego, Osiel menciona haber escuchado un grito espantoso mientras se acercaba a San Francisco, y todavía puede oírlo a lo lejos. Le explico que ese grito proviene de Atlas, el titán que sostiene el cielo en la cima del monte Tamalpais. Es un recordatorio constante de la carga que lleva Atlas sobre sus hombros.

Osiel se muestra intrigado y me pregunta cómo es que los mortales no logran ver a Atlas. Con una sonrisa enigmática, le respondo
- Recuerda lo que te dije antes, Osiel. Existe una niebla mágica que oculta a los monstruos y a los dioses de la vista de los mortales.

Curioso, Osiel sigue preguntando y le explico que aunque los mortales no pueden ver a Atlas, pueden sentir que hay algo extraño en la sima del monte Tamalpais.
- Es como si el aire estuviera cargado de una presencia poderosa- le digo.

Le explico a Osiel con entusiasmo
- Sabes, Osiel, la niebla mágica no solo oculta a los dioses y monstruos, sino que también oculta un campamento lleno de semidioses griegos y otro de semidioses romanos. Los mortales no tienen idea de su existencia.

Osiel, sorprendido, pregunta con asombro
- ¿En serio? ¿Hay un campamento lleno de semidioses y los mortales no lo saben?.

Asiento con una sonrisa y continúo
- Así es. Estos campamentos son refugios seguros donde los semidioses reciben entrenamiento y aprenden a controlar sus habilidades. Es fascinante cómo viven en un mundo paralelo al de los mortales, sin que estos últimos tengan ni la más mínima idea.

La emoción se refleja en los ojos de Osiel mientras asimila esta nueva información. Sin embargo, decido cambiar de tema y le digo
- Por cierto, Osiel, he descubierto la verdad sobre el Quantumzeno.

Intrigado, Osiel me mira y pregunta con ansias:
- ¡Cuéntame! ¿Qué has descubierto sobre el Quantumzeno?.

Con una mirada llena de misterio, le respondo
- El Quantumzeno va más allá de una simple teoría. En realidad, es un mineral celestial. Se cree que existen varios de ellos dispersos por el universo.

Osiel, sorprendido, pregunta con curiosidad
- ¿Un mineral celestial? ¿Cómo es eso posible?.

Con una sonrisa, continúo
- Es algo asombroso, Osiel. Durante siglos, tanto los antiguos griegos como los romanos desconocían por completo la existencia de estos minerales. Pero resulta que el Quantumzeno es el mineral de la realidad en sí mismo.

Osiel, con los ojos abiertos de par en par, pregunta emocionado
- ¿El mineral de la realidad? ¿Qué significa eso?".

- El Quantumzeno tiene el poder de crear nuevos elementos y alterar la realidad misma. Es capaz de desafiar las leyes físicas conocidas y abrir puertas a posibilidades infinitas. Es como tener en nuestras manos un fragmento del universo mismo. Gracias al poder del Quantumzeno, Zeus (Júpiter) fue capaz de crear el Oro Imperial y el Bronce Celestial, minerales que solo son utilizados por los semidioses. Estos materiales son excepcionales, poseen propiedades únicas y son capaces de potenciar las habilidades de aquellos que los utilizan.

Osiel, asombrado, pregunta con fascinación
- ¿Entonces, el Oro Imperial y el Bronce Celestial son minerales creados por Zeus? ¿Qué los hace tan especiales?.

Con una sonrisa, le respondo
- Exactamente, Osiel. Estos minerales son extraordinarios, ya que están imbuidos de la esencia divina y tienen la capacidad de amplificar las habilidades de los semidioses. Son armas y objetos de gran valor en la lucha contra las fuerzas del mal.

Luego, continuo la conversación
- Además, quiero mostrarte algo realmente impresionante- Sacando una espada negra de mi cinturón, le digo con solemnidad- Esta espada está hecha de Hierro Estigio, un mineral creado por mi padre, Hades (Plutón). Es un material oscuro y poderoso, capaz de infligir daño a los seres inmortales y a los enemigos del inframundo.

Osiel, sin palabras, observa la espada con asombro y pregunta con cautela
- ¿Esa espada tiene el poder de dañar a los seres inmortales? Es increíble".

Asiento con seriedad y le digo
- Así es, Osiel. El Hierro Estigio es un material único y extremadamente peligroso. Solo los más valientes y poderosos pueden manejarlo adecuadamente. Como te mencioné anteriormente, existen otros minerales de gran poder y misterio- Sacando una piedra oscura y brillante, similar al Hierro Estigio, le muestro con cautela- Esta piedra es conocida como el Mineral del Alma y emana un poder extraordinario.

Explico con detalle
- Mi padre, Hades, tiene este mineral oculto en su reino. El Mineral del Alma es único, ya que posee la capacidad de conectarse con las almas de los seres vivos y manipular su energía vital. Es un recurso sumamente valioso y peligroso.

Osiel, asombrado, pregunta con curiosidad
- ¿Cómo funciona exactamente el Mineral del Alma? ¿Qué puede hacer con él Hades?.

Con calma, le respondo
- El Mineral del Alma permite a Hades controlar y canalizar la energía vital de las almas. Puede utilizar este poder para fortalecerse, debilitar a sus enemigos o incluso manipular la vida misma. Es un recurso extremadamente poderoso y solo aquellos con un gran dominio sobre el inframundo pueden utilizarlo de manera adecuada.

Continúo compartiendo con Osiel
- Además de los poderes que obtuviste gracias al Mineral de la realidad, también tienes la habilidad de ver a través de la niebla mágica, a pesar de ser un simple mortal. Esto te permite percibir la realidad oculta y descubrir la verdad detrás de los acontecimientos.

Sin embargo, mi tono se vuelve más serio mientras le explico la importancia de mantener en secreto estos poderes
- Es crucial que te asegures de que ningún otro mortal adquiera súper poderes, ya que esto podría desencadenar una guerra devastadora si los Titanes descubren lo que los mortales son capaces de hacer.

Con preocupación en mi voz, le informo a Osiel
- Los campamentos de semidioses griegos y romanos ya se están preparando para esta inminente guerra. El equilibrio entre los dioses y los mortales debe mantenerse para evitar un conflicto catastrófico.
- Abner, tengo alfo que decirte, es el motivo por el que vine aquí principalmente- Puedo notar el todo de preocupación en su voz- Creo que ya hay alguien, a parte de mi, que tiene súper poderes.

Sorprendido por la revelación de Osiel, escucho atentamente mientras comparte su encuentro con un misterioso hombre con súper poderes. Asiento con comprensión cuando menciona al hombre con un traje verde y una increíble velocidad.

Osiel relata cómo, hace unos días, se encontró brevemente con este velocista y cómo fue noqueado por una potente descarga eléctrica. Sus palabras transmiten la sensación de asombro y admiración por la increíble velocidad del velocista, que supera incluso la propia velocidad de Osiel, impidiéndole defenderse.

Con curiosidad, le pregunto a Osiel
- ¿Tienes alguna idea de quién podría ser este velocista? ¿Has escuchado algo más sobre él o sus intenciones?.

Ante la necesidad de investigar sobre el misterioso velocista, le aseguro a Osiel que me encargaré de descubrir más información al respecto. Sin embargo, le informo que por ahora debe partir.

Antes de despedirme, le digo
- Mantente a salvo y no te preocupes, Osiel. Regresaré pronto con respuestas.

Con un gesto de mi mano, utilizo mi habilidad para hacer desaparecer a Osiel, teletransportándolo a otro lugar seguro.

(Narrador)
Osiel, impulsado por los poderes de Abner, se teletransporta al cuarto de hotel. Al llegar, sus ojos se abren de par en par al presenciar una escena impactante. El velocista de verde tiene a Flor agarrada del cuello, su rostro reflejando el miedo y la desesperación. Con voz temblorosa, Flor le suplica a Osiel
- ¡Mi amor, ayúdame!

Sin dudarlo, Osiel activa su super velocidad y corre hacia ellos, determinado a rescatar a su amada. Sin embargo, antes de que pueda alcanzar al velocista verde, este desaparece en un destello negro, dejando a Osiel con las manos vacías. La impotencia y la frustración se apoderan de él, y un grito de angustia escapa de sus labios.

Osiel se queda solo en la habitación, con el corazón palpitando y la mente llena de preguntas.