Me encontraba frente a Abner, con una mirada escéptica en mi rostro. No podía evitar preguntarle por qué debería confiar en él en este extraño y peligroso viaje que estábamos a punto de emprender.

Abner me miró con seriedad y respondió

— Osiel, necesito que confíes en mí porque soy el único que te puede ayudar a comprender lo que está sucediendo.

Antes de que pudiera responder, un ruido ensordecedor llenó el aire. Un helicóptero militar se posó flotando encima de nosotros, y una voz resonó a través de un megáfono

— ¡Osiel, has causado muchos destrozos! Es mejor que te rindas ahora mismo.

Abner continuó nuestra conversación, haciendo caso omiso de los militares. Me miró fijamente y dijo

— Dudo que puedas aguantar viajar por las sombras como yo, Osiel. Pero si realmente quieres descubrir la verdad, necesito que confíes en tus propias habilidades.

Sus palabras me provocaron, y no pude evitar preguntarle con cierta ira

— ¿Crees que soy un debilucho, Abner Ven acá y comprobemos quien puede aguantar menos

Antes de que Abner pudiera responder, con un movimiento de su mano, nos encontramos repentinamente en un sitio extraño. El entorno había cambiado por completo, y nos encontrábamos en un lugar desconocido y misterioso.

Al darme cuenta de que Abner nos había teletransportado a un lugar completamente diferente, mi asombro se mezcló con una sensación de intriga. Nos encontrábamos dentro de un edificio que parecía una biblioteca antigua y oscura, con un estilo gótico que emanaba misterio en cada rincón.

Mientras explorábamos el lugar, Abner se acercó a mí y me miró fijamente. Con una sonrisa enigmática, me preguntó

— Osiel, ¿eres acaso un semidiós?

Confundido por su pregunta, no pude evitar responder con curiosidad

— ¿Qué es un semidiós, Abner? No estoy familiarizado con ese término.

Abner se tomó un momento para explicarme

— Un semidiós es el hijo de un dios con un mortal. Poseen habilidades especiales y están destinados a cumplir un propósito único en este mundo.

Intrigado por sus palabras, le pedí que ampliara la información. Abner sonrió y respondió

— Yo soy descendiente lejano de Hades, el dios del inframundo, y soy hijo de Plutón. Como semidiós, poseo el poder de manipular las sombras y tengo una conexión especial con el mundo de los muertos.

La revelación de Abner me dejó sin palabras.

Estoy A punto de responder a  Abner, pero me detuve cuando él me interrumpió con una mirada de sorpresa en su rostro.

— Ahora que te veo de cerca, Osiel, me doy cuenta de que no puedes ser un semidiós— dijo Abner con tono de incredulidad.

Intrigado por su afirmación, no pude evitar preguntarle

— ¿Por qué crees eso, Abner? ¿Qué te hace pensar que no soy un semidiós?'

Abner se tomó un momento para responder, mirando a su alrededor como si buscara las palabras adecuadas.

— Existe una niebla mágica que oculta a los dioses y a los semidioses de los ojos de los mortales cuando utilizan sus poderes— explicó— Si realmente fueras un semidiós, esa niebla te habría cubierto y los mortales no habrían podido verte. Pero los militares, en cambio, te vieron. Para ellos, estabas solo en aquel edificio

Abner, con una sonrisa enigmática, extendió sus manos hacia el aire y murmuró unas palabras en un antiguo idioma. De repente, un holograma se materializó frente a nosotros, mostrando las noticias del día. Un reportero serio apareció en la pantalla, listo para informar sobre los últimos acontecimientos.

— Buenas tardes, estamos aquí en vivo desde la ciudad de México, donde un evento catastrófico ha dejado a todos en shock. Les advertimos que las imágenes que verán a continuación pueden resultar perturbadoras.

Las escenas del camión destrozado y el gran incendio se mostraron en el holograma, mientras el reportero continuaba hablando.

— Este camión, que transportaba materiales altamente inflamables, explotó en el corazón de la ciudad, dejando una estela de destrucción a su paso. Numerosas viviendas fueron afectadas, incluyendo esta casa que ven detrás de mí, que quedó completamente destrozada.

Observabo las imágenes con horror, sin poder creer lo que estaba presenciando. Abner permanecía en silencio, observando atentamente mi reacción.

El reportero continuó con su informe, revelando más detalles sobre el incidente.

— Las autoridades aún no han podido identificar al responsable de este desastre, pero fuentes militares han mencionado el nombre de Osiel como el presunto culpable. Sin embargo, aún no se ha confirmado su identidad.

Osiel apretó los puños, sintiendo una mezcla de ira y frustración.

— ¡Esto es una injusticia! ¡Nunca haría algo así! En ese momento no sabía lo que hacía

La cámara del holograma cambió de enfoque, mostrando el momento en el que supuestamente desaparecí con Abner. Sin embargo, en lugar de ver a Abner, la cámara capturó cómo yo salía volando y desaparecía en el aire.

— ¡Esto no es lo que sucedió!— Dije algo sorprendido

Miré a Abner con curiosidad mientras observaba las noticias en la televisión. Abner, con una expresión seria, me explicó que durante la teletransportación, los mortales habían presenciado algo diferente a lo que realmente sucedió.

— A mi, como semidios, los mortales no me vieron así que tengo una pregunta para ti, si no eres un semidios, ¿cómo obtuviste tus poderes?— preguntó Abner, con la mirada fija en mí.

Con un suspiro y comencé a contar mi historia. Le hablé de mi lucha contra el cáncer y de cómo Flor, la enfermera que ahora es mi novia, había sido mi única compañía en esos momentos difíciles. Luego, mencioné el descubrimiento del Quantumzeno en Marte y cómo este elemento había sido mezclado con otras sustancias para crear el suero A.B.O.S.

— Después de recibir la inyección de A.B.O.S, perdí por completo la memoria— continúe— No recordaba quién era ni cómo había llegado hasta aquí. Pero he logrado recuperar mis recuerdos justo antes de que tú aparecieras

Abner asintió, mostrando comprensión.

— Entonces, después de la inyección, ¿obtuviste poderes?" preguntó, ansioso por escuchar la respuesta.

—Sí, Abner— dije con confianza— Después de la inyección, mis habilidades se manifestaron. Ahora puedo volar, poseo una fuerza sobrehumana y puedo correr a velocidades increíbles.

Escuché atentamente las palabras murmuradas por Abner mientras mi mente intentaba asimilar la información. Abner mencionó que los mortales se volverían más poderosos con el Quantumzeno, lo cual despertó mi curiosidad y anhelos de descubrir más sobre mi propio potencial. Abner reconoció la importancia de nuestra conversación y se comprometió a investigar más para ayudarme a desarrollar mis nuevos poderes.

— Osiel, quiero que experimentes el viaje por las sombras y pongas a prueba tu poder. dijo Abner con voz firme— Nos vemos luego

Con una mirada determinada, Abner extendió la mano hacia mí, y de repente, todo a mi alrededor se sumió en la oscuridad. Sentí cómo la negrura envolvía mi cuerpo, y un escalofrío recorrió mi espina dorsal. El terror se apoderó de mí mientras me adentraba en las sombras, sin saber qué me esperaba.

Cerré los ojos y me dejé llevar por la oscuridad. Un frío intenso se apoderó de mi ser mientras caía en un abismo sin fin. Los susurros inquietantes llenaron mis oídos, sus voces resonaban en mi mente como un eco lejano. "¿Estás listo para enfrentar tus miedos más profundos?", susurraron las sombras.

A medida que descendía en la oscuridad, el terror se intensificaba y los susurros se volvían más inquietantes. Sentía que mi mente se nublaba y que mis pensamientos se mezclaban en un torbellino caótico.

"Confía en ti mismo, Osiel", me dije en un susurro apenas audible. Me aferré a esa voz interior y dejé que mi determinación se fortaleciera. A medida que avanzaba en la oscuridad, comencé a sentir una conexión más profunda con mi propio poder. Las sombras se convirtieron en aliadas, revelando secretos ocultos y brindándome una comprensión más profunda de las fuerzas que se escondían en ellas.

Me encontré repentinamente en un campo militar, rodeado por un grupo de soldados asustados. Sus armas apuntaban hacia mí, y podía sentir la tensión en el aire mientras se preparaban para atacar.

Con mi súper oído, pude escuchar a lo lejos cómo un soldado transmitía por radio información sobre mi llegada al campo de entrenamiento.

— ¡Hemos avistado a Osiel en el campo! Acaba de aterrizar hace un momento ¡Prepárense para el combate!—  se escuchó la voz del soldado. Me di cuenta de que los mortales no eran capaces de ver la magia de los semidioses, y mi aparición en ese lugar se debía a la intervención de Abner.

Me puse de pie, consciente de que debía manejar la situación con cautela.

— ¡Esperen!—  exclamé en un tono firme pero calmado— No soy una amenaza. Solo estoy aquí por un malentendido.

Los soldados me miraron con incredulidad, pero parecían dispuestos a escuchar.

— Entiendo que hayan recibido información sobre mi presencia, pero déjenme explicarles— continué, tratando de transmitir confianza en mis palabras.

Los soldados intercambiaron miradas confusas, pero parecían estar procesando la información. Sin embargo, antes de que pudiera decir algo más, un estruendo ensordecedor interrumpió el aire. Los militares habían abierto fuego, disparando sus armas hacia mí.