Últimos días.
Decidí nuevamente no tomar el autobús, no quería llegar temprano a casa y escuchar lo que tenía mis padres para decirme después de que les dijera la noticia, mantenía un paso suave y constante, la brisa golpeaba mi cabello haciendo que se moviera con vida propia, mi mirada estaba baja mojando el suelo con lágrimas de dolor y angustia, mordía mi labio inferior tratando de no soltar sollozos y alterar a las personas que pasaban por allí mirándome con preocupación. La verdad no sabría que sería de mi vida después de que llegara a casa, tal vez tendría buena suerte y mis padres accederían a ayudarme.
Quizá fuera así, pero estaba muy consciente de que el mundo no era color de rosa, era negro, blanco o gris, la felicidad no era eterna, pero el sufrimiento tampoco y no todo podría ser malo o al menos eso quería creer.
—¿Por qué lloras Morgan? — dijo Erik con voz suave. Se veía tranquilo, pero sabía que estaba angustiado.
—Problemas personales — susurré sin querer mencionar palabra.
—Vamos Lucí — se paró al frente mío impidiendo mi paso — somos amigos, además moriré pronto, no tienes porqué temer.
No pude evitar abrazarlo y soltar todo el llanto que guardaba en mi interior, él me tomó con fuerza entre sus brazos y beso mi cabello. Sinceramente me sentía mal, había sido una estúpida a la que todo mundo advirtió ¿Por qué seremos tan estúpidos a la hora de enamorarnos? Siempre me preguntaré porqué las personas ven a su amado o amada con los ojos del corazón, cuando en el amor es cuando deberíamos estar más cuerdos. Entre lágrimas le conté a Erik todo, su mandíbula estaba cerrada con fuerza y sus manos estaba echas puños, estaba enojado y era algo que no podía ocultar.
—¿Cuántas veces te dije que él no era bueno para ti? — me regañó tomándome de los hombros, yo solo baje la cabeza — hiciste su juego más fácil, ahora eres una más de su lista de trofeos.
—¡No tienes que decirme ésto ¿Ok?! — limpié mis lágrimas con fuerza — ¡Estoy arta de que todo mundo me critique y me eche en cara el error tan grande que cometí! ¡YA LO SÉ! pero estaba enamorada ¡¿Qué demonios querían que hiciera?!
Salí corriendo del lugar llorando nuevamente, todo mundo me recordaba lo tonta e ingenua que fui al entregarme a Richard, pero ya no había vuelta atrás, mi error estaba creciendo y yo lo quería tener entre mis brazos, mi bebé no tenía la culpa de nada y ahora estaba consiente de ello, pero no es justo que me critiquen cuando el único delito que cometí fue enamorarme.
Hola mis amores.
¿Cómo les ha parecido la historia?
¿Están listos para la mejor parte?
Ya saben que si les gusta el capítulo, pueden dejar una estrellita y un pequeño comentario, así me animarán a seguir.
Sí quieren que los etiquete en los próximos capítulos solo comenten aquí
YO
Y con gusto lo haré, solo los primeros 5. Adiós, nos veremos en el próximo capítulo, los quiero 💜💜
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