Mi ex
Perdón por no actualizar ayer, estaba un poco enferma y no tenía cabeza para escribir.
También quiero agradecer por el apoyo que le han brindado a ésta pequeña historia.
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No sabía en qué momento mi vida había cambiado tanto, hace algunas semanas era una princesa viviendo en su propio castillo con los padres más amorosos del mundo ¿En qué momento dejé de ser una princesa y me convertí en un Aborto Fallido? Tenía sueños hermosos en los que salía adelante y triunfaba dejando huella en el mundo, ahora solo había oscuridad en mi alrededor con el único sentimiento de venganza en lo poco que me quedaba de corazón.
Me encontraba sentada frente a un río oscuro, pantanoso, con algunos rastros de sangre y almas tratando de escapar de ese lugar, era una verdadera pesadilla estar ahí en medio de la oscuridad con miedo a ahogarse. Con una mano sostenía la base de mi guadaña y con la otra afilaba la parte superior de mi arma, la necesitaría bien afilada para la persona la cual sería la siguiente, mi ex.
Salí del mundo de los muertos para adentrarme en el mundo de los vivos, busqué a Richard y rápidamente lo localicé en el cementerio, estaba justo en el lugar que sería su hogar eternamente, al llegar lo vi en la tumba con el nombre Lucía Morgan, ese maldito no tenía corazón.
—Lucí, no sabes lo desagradable que fue pasar dos años a tu lado — suspiro con pesadez — tenía que soportar al idiota de Eric diciéndome todo el tiempo lo valiosa que eras, también tenía que soportar tus asquerosos besos y caricias, me daban náuseas cada vez que me decías que me amabas, gracias a Dios estás muerta y Eric igual ¿Se están quemando en el infierno? Espero que sí, ojalá follen todo el tiempo — dijo lo último para soltar una carcajada e irse de ahí.
Podía asegurar que su muerte era la que más iba a disfrutar, incluso más que las de mis padres. Durante todo el camino Richard estuvo mirando hacia atrás como si presenciara que alguien lo estaba siguiendo, lastimosamente no podía verme, pero sabía que sentía mi presencia, su paso fue acelerando cada vez más hasta el punto de salir corriendo y encerrarse en su casa, al parecer estaba solo y eso iba a hacer mi trabajo más fácil. Richard al llegar a su casa dejo su abrigo a un lado y empezó a llenar la tina para darse un refrescante baño, ésto iba a ser genial.
—Richard — murmuré con suavidad haciendo que él mirara para todas partes.
—¿Hola? — preguntó saliendo del baño — mamá ¿Eres tú? ¿Papá? — al no recibir respuestas volvió al baño, quitó su ropa y se metió a la tina — mañana será un gran día, ya conseguí a la siguiente tonta que me brindará un rico rato de placer.
—No si yo te lo impido — sonreí grandemente. Richard comenzó a patalear en la tina como si fuera una piscina gigante.
—Tú... Tú estás muerta — titubeó con asombro — no puedes estar aquí.
—Sí, estoy muerta por tu culpa — confesé —, pero ahora será tu turno.
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