Mis amigas me habían aconsejado ir con un doctor, el me diría con más exactitud el estado en el que me encontraba, decidí hacerles caso y después del colegio me dispuse a ir al hospital, Sara se había prestado para acompañarme y yo con un gran sí la recibí. Estaba muy nerviosa y la compañía de Sara era de mucha ayuda, al entrar al lugar dijimos la razón de mi visita, me tomaron algunos datos y me quedé sentada hasta que alguien pudiera atenderme, Sara sostenía mi mano todo el tiempo, tener un bebé no era malo, pero no cuando aún tenes los pañales pegados del trasero.

Después de 30 minutos, uno de los doctores me pidió que pasara a su consultorio, una vez allí me preguntó sobre mis síntomas y sobre cuando había sido la última vez que había tenido relaciones sexuales, con tono suave le conté absolutamente y con las expresiones de su rostro podía confirmar que la prueba de embarazo no me mentía. El doctor me mandó con una enfermera la cual me realizó un ultrasonido y aunque era muy pequeño, mi hijo estaba ahí.

—Felicitaciones Luci, tienes a un fuerte bebé creciendo dentro de ti — la sonrisa brillante de la enfermera cesó al ver mi rostro de horror — ya veo, es un bebé no deseado.

—Así es y empiezo a creer que mi novio me hizo una mala jugada — sollozé.

Después de salir del hospital con las pruebas y el ultrasonido en manos, salí para la casa de Richard con el enojo al tope, tal vez mis hormonas empezaban a hacer de las suyas o realmente me disgustaba la idea de que Richard me hubiera engañado. Sara había pedido ir conmigo, pero con una mirada llena de ira, bastó para que saliera de allí sin poner otros, ahora la casa de mi supuesto novio se encontraba al frente de mí y lo único que faltaba era tocar.

En el interior se escuchaba un poco de música suave y relajante, tuve que tocar la puerta fuertemente para que me abrieran, por suerte Richard fue el que abrió, pero al verme su rostro se puso pálido como la de un muerto. Mi brazo dolía por el toque agresivo de Richard y por más que le decía que parara, él me seguía arrastrando fuera de su casa, pero antes de que me llevará lejos me apresuré a zafarse.

—¡¿Qué diablos te pasa Richard?! — grité con lágrimas — ¿Por qué no me volviste a buscar después de aquella noche?

—Dime Luci ¿Realmente no lo entiendes o eres tonta? — sus palabras me sorprendieron por completo — no sabes lo asqueroso que fue pasar dos años contigo solo para conseguir tu virginidad, pero ahora que la tengo, no te quiero volver a ver.

—¿Cómo te atreves a decirme eso Richard? — dije con mi voz casi inaudible.

—Olvídate de mí Lucía, yo no tengo interés en ti — su rostro quedó golpeado por la pequeña fuerza de mi mano.

—¿Cómo quieres que te olvide cuando estoy esperando un hijo tuyo? — le tiré el ultrasonido a su pecho, el las tomó y soltó una carcajada.

—Vaya Luci, quedaste con tantas ganas que te acostaste con el primero que se te atravesó — siguió riendo — ésta basura no es mía, vete a meterle ese bebé a otro imbécil.

Gracias por el apoyo a ésta pequeña historia.
Mucho amor para ustedes
😍💜💜