3 de septiembre

Hoy, el peso de la tristeza se siente más denso que nunca. Me despierto cada mañana con la misma sensación de vacío, como si una sombra oscura se hubiera apoderado de mi ser. A veces, me pregunto si alguna vez volveré a sentir alegría, o si este es mi destino: un ciclo interminable de desesperanza. Las risas de mis amigos parecen tan lejanas, como ecos de un mundo en el que ya no pertenezco. Me encuentro atrapada en un laberinto de pensamientos oscuros, donde la única salida parece ser un susurro tentador que me dice que todo podría terminar si simplemente me dejo llevar.

5 de septiembre

A medida que pasan los días, la lucha se vuelve más intensa. La idea de desaparecer se convierte en un refugio, una forma de escapar de este dolor que me consume. A veces, me siento como un espectador de mi propia vida, observando cómo todo se desmorona a mi alrededor. La desesperanza se aferra a mí como una sombra, y aunque intento luchar, cada vez me siento más cansada. Escribo estas palabras con la esperanza de que, al plasmarlas en el papel, pueda liberar un poco de la carga que llevo dentro. Pero, en el fondo, temo que este grito silencioso no sea suficiente para ahogar el eco de mis pensamientos más oscuros.