¿Dos abejas reinas?
1. Becky Coleman y Theo Britter ..................................98,527.
La descripción del primer puesto. Becky no puede creer lo que ve.
—Empate —habla apenas audible Joory.
—Theo se queda —sonríe el señor Coleman mientras se retira.
— ¿Theo y Becky obtuvieron el primer puesto? —interviene Mario.
Los demás empiezan a murmurar lo mismo. Estos dos se quedan mirando retadoramente, hasta que Becky decide irse y pasa junto a Theo empujándolo.
—Realmente eres buen estudiante. — Aplaude Joory, y Theo se limita a sonreír sin despegar la mirada de Becky.
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Becky entra a su salón y tira todo lo que ve a su paso, ¿Cómo pudo obtener el mismo puntaje que yo? Se recrimina a sí misma. Toma su cartera y decide salir de ahí.
En la salida observa a Joory y a su padre partir.
Su chófer personal la espera desde hace rato. Al verla le abre la puerta del auto con rapidez. La joven está a punto de entrar y divisa a Theo apunto de partir en su bicicleta, entonces se aproxima a él con fuego en su mirada.
—Esta vez tuviste suerte —espeta—. Ayer fue un mal día para mi. Mis puntuaciones suelen ser perfectas, cien es mi única nota, así que el empate es un descuido de mi parte.
— ¿Me temes? —suelta de repente Theo.
— ¿Qué dijiste?
—Temes que alguien te supere, alguien humilde y sencillo como yo.
—No eres competencia para mí.
—Supongo que esta no fue la última prueba, así que sorpréndeme abeja reina —dice seguro mientras maneja su bicicleta dejando a la joven con rabia.
🐝🐝🐝
Joory se pone un conjunto que le dio Becky y decide observar la ropa que tiene en su armario. Mira todo con gran admiración. Tiene más ropa que una estrella, piensa.
El llamado de la puerta la asusta haciéndola cerrar el armario de golpe.
—Adelante.
—Estás aquí querida —sonríe dulcemente la abuela—. ¿Becky aún no ha llegado?
—No, quizá decidió ir a otro lugar.
—Humm. Dime Joory, ¿quieres ir de shopping?
— ¿Eh? —Se le iluminan los ojos. Claro que quiere, pero no lo dirá de modo tan alusivo—. No lo sé, es que...
—Nada que no sé. Vamos hay mucho por comprarte. —Se cuelga de su brazo y la jala al primer piso.
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Observar lo mismo todos los días, puede ser gratificante o simplemente aburrido. La misma plaza, la misma gente a la misma hora. Pasar un promedio de tres horas diarias juntos, pero nadie sabe ni siquiera el nombre de nadie, cada quien se pierde en sus mas tristes recuerdos al igual que yo.
Piensa Becky mientras observa perdida hacia un punto indescifrable. Lo que no sabe es que al otro lado de la pileta, hay un chico de su misma edad y con su mismo pesar que intenta suprimir y recordar a la misma vez, Theo Britter, ¿algún día se comprenderán?
Becky da un último suspiro y se pone en marcha sin notar que a unos metros de ella camina aquel muchacho que detesta.
Lleva aún el uniforme de su escuela, saco negro, blusa blanca, corbatín rojo y falda de cuadros en los mismos tonos, que da sobre la rodilla.
Llega en pocos minutos al starbucks acordado con sus amigas, y éstas al verla la saludan animosas. Lo cierto es que en el fondo, Becky las envidia, y a todos sus compañeros, siempre se ven felices y siente que le restregan en la cara su inmensa felicidad.
—¿Aún llevas el uniforme? —regunta Jane arqueando las cejas.
—No fui a casa.
—¿Dónde estuviste todo este tiempo? —Se intriga Charlotte.
—Estuve ocupada.
—¿En qué? —continua curiosa.
Becky le dirige una mirada reprobatoria, y la joven hace el ademán de cerrar su boca como si fuese cremallera.
—Un momento ese no es.. ¿Theo? — Jane llama la atención de las otras dos.
Becky voltea hacia la dirección que indica su amiga y se pregunta que hace él allí. En seguida lo averiguan al ver que el joven entra al starbucks directo al despachador y sale con una camisa de los colores del starbucks. La muchacha sonríe de medio lado.
— ¿El guapito trabaja aquí? —Se sorprende Charlotte.
— ¿Por qué no lo llamas? —Se inquieta Becky mientras arregla su cerquillo.
— ¿Eh? Si claro —Charlotte aclara su garganta—. Hey aquí —llama la atención del joven.
Theo se acerca y se detiene de golpe a ver de quienes se trata, sobre todo por la chica que lleva uniforme. Becky mira hacia otro lado.
—Buenas tardes ¿Qué les sirvo señoritas? —sonríe Theo haciendo suspirar a Charlotte.
—Bueno, para mí una crema de algarrobina —inicia Jane levantando su mano.
—Para mí igual —continúa la rubia.
— ¿Y usted señorita? —se dirige a Becky quien aún no lo mira.
—Lo mismo. —Le sonríe mirándolo por primera vez, haciendo que se le forme un nudo en el estómago, sospechando que algo no anda bien.
—En seguida se los traigo.
Se va corriendo a preparar las órdenes ante la espetactiva de las muchachas. No tarda mucho tiempo en volver.
—Aquí tienen. —Coloca la fuente en la mesa.
—Gracias —corean Jane y Charlotte.
Becky da un pequeño sorbo.
—Espera. —Hace detener al joven.
— ¿Ocurre algo señorita?
—No me agrada, demasiado dulce, llévatelo. Tráeme mejor un caramel.
—Como no —sonríe fingidamente.
Se toma su tiempo y trae el pedido dándole delicadamente.
— ¿Sabes? Cambié de opinión prefiero un mocha.
Theo aprieta la mandíbula. Está por decir algo, mas se lo retiene a duras penas. Va por el pedido nuevamente mientras la joven sonríe con malicia. Sus amigas se limitan a observar.
Más rápido que antes, Theo vuelve con el pedido.
—Aquí tiene. —Lo coloca con fuerza.
—Humm, creo que lo cambio por un expresso. —Recuesta su rostro en su mano apoyada en la mesa observando a Theo con cínica tranquilidad.
— ¿Por qué de todos los starbucks tuvo que venir a este? —balbucea el pobre.
— ¿Dijiste algo?
—Que en seguida se lo traigo.
Una vez más trae el pedido. Becky da un sorbo y hace una mueca de asco.
—Terrible —suspira mientras se pone en pie—. Todo de mal gusto. Deberían cambiar el personal.
Se retira tirando el dinero en la mesa, sus amigas dejan también dinero y se apresuran a salir tras ella. Theo coge con fuerza uno de los potes hasta aplastarlo mientras ve salir a Becky.
🐝🐝🐝
—Tienes buen gusto para la ropa.
Joory solo sonríe por el comentario de su abuela. Contenta sostiene sus bolsas de compras.
—Gracias por todo abuela. Ahora iré a estudiar.
—Bien querida.
La joven se apresura a la habitación que comparte con su hermana, y observa nuevamente la ropa que se compró. Luego de guardarla se predispone a estudiar y ponerse al día en los cursos.
El sonido de la puerta capta su atención, se pone de pie inmediatamente intimidada por la mirada llena de recelo de su hermana.
—Ya estás en casa —balbucea.
Becky la ignora siguiendo su camino. Busca su maletín y ordena sus materiales. Guarda el libro de alemán, y sonríe por una idea que se le viene a la cabeza.
—Hey —se dirige a Joory.
—¿Eh? —Joory se pone de pie rápidamente.
—¿Llevaste alemán en tu anterior escuela?
—Pues no.
—Mañana debemos recitar un poema de memoria en alemán. Está en la pagina de la escuela.
—¿En serio? Aún no tengo acceso a ella.
—Lo sé. Te daré el poema, con la pronunciación agregada.
— ¿De verdad? —Se entusiasma, creyendo que su hermana a lo mejor está empezando aceptarla.
Becky enciende su laptop y, escribe un texto en alemán con mucha destreza.
—Manejas bien el alemán —comenta Joory.
—Lo llevo desde la primaria.
—Ya veo.
La joven imprime el texto y se lo entrega a su hermana.
—Muchas gracias —sonríe de oreja a oreja.
Becky hace lo mismo pero con un significado diferente.
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Becky entra al salón prepotente como siempre y es interceptada por Theo, tomándola por sorpresa.
—¿Qué crees que estás haciendo? — Lo mira fijamente—. ¿Aún no has abandonado la escuela?
— ¿Debería hacerlo? —Sonríe de medio lado, fastidiando a Becky—. ¿Crees que tus juegos infantiles me intimidan? —Se inclina hacia ella peligrosamente, provocando que la joven se ponga nerviosa. Nunca ha tenido tanta cercanía con ningún hombre.
Daniel ingresa al salón y al ver la escena corre rápidamente a alejar a Theo.
— ¿Qué crees que haces? —Lo reta.
Becky vuelve en sí nuevamente.
—¿Crees que es lo único que haré?
—Bien, veremos quien gana. —Theo se sienta en su pupitre recibiendo una mirada de odio de la joven y el desprecio de Daniel.
El resto de alumnos llegan uno por uno, y con ellos Joory.
—Olvidaste tu uniforme de deporte en casa —se dirige a Becky entregándole una bolsa, captando la atención de todos.
La aludida la mira molesta y observa a los demás quienes comentan curiosos. Theo observa del mismo modo.
— ¿Vives con la nueva? —pregunta Daniel indiscretamente.
Los demás esperan ansiosos una respuesta.
— ¿Vives con Joory? —continúa Jane.
Joory se sienta con rapidez, sintiéndose culpable.
—Buen día niños —saluda el profesor de alemán, distrayendo a los muchachos—. Dejé que aprendieran poemas en alemán. ¿Hay algún voluntario?
El silencio se forma en el salón hasta que Joory levanta su mano tímidamente.
—Bien, usted señorita —dice sentándose en su pupitre.
Becky sonríe con malicia. En realidad no esperaba que esa tonta se ofreciera como voluntaria.
—Adelante.
Joory se aclara la garganta y saca su hoja para recordar la primera frase.
— Ich bin der marginale Narr der Schule. —La frase capta la atención de todos, preguntándose si se trata de una broma.
Algunos empiezan a reír, y la pobre se pregunta si quizá está pronunciando mal. Toma nuevamente la hoja y continúa segura—. Ich bin ein Wahrsager, der vom Geld anderer lebt und ...
—Detente —indica Theo mientras el maestro le quita la hoja.
— ¿Sabes lo que significa?
La joven niega aludida. El maestro enciende el proyector y traduce con rapidez lo que hay en la hoja, mostrándolo en letras grandes.
Soy la tonta marginal de la escuela, soy una atrapa fortuna que vive del dinero de otros y ...
Joory abre sus ojos como platos al ver eso, ante la risa burlona de todos.
Becky se limita a sonreír triunfante. Joory la mira dolida sin decir una sola palabra. Theo se percata de ello sospechando que fue ella quien hizo eso, que chica tan detestable, piensa.
🐝🐝🐝
El sonido del timbre anuncia el receso. Becky guarda sus cosas en su casillero, y cierra la pequeña puerta. Al instante se fija en la presencia de Joory.
— ¿Por qué hiciste eso? —habla entrecortada.
—Me desagradas —responde con firmeza sin pensarlo dos veces.
— ¿Por qué? Nunca te hice nada.
—Porque dices ser quien no eres. Porque te crees parte de mi familia. Eres tan patética.
—Yo... —está a punto de responder, mas es interrumpida por un grupo de compañeros.
— ¿Es cierto que viven juntas? —P
pregunta Mario y los demás se acercan en busca de respuestas.
Al final se reúne todo el salón curiosos, haciendo la misma pregunta deliberadamente.
—Sí —contesta Becky sorprendiendo a todos, especialmente a Joory.
— ¿De verdad? —pregunta incrédula Charlotte.
Se aproxima Theo también en busca de su amigo.
—Es cierto, Joory vive en mi casa.
— ¿Por qué vive en tu casa? —pregunta Daniel.
Todos abren bien sus oídos para escuchar la respuesta que tan intrigados los tiene. Becky mira fijamente a Joory.
—Es mi sirvienta.
— ¿En serio? —prosigue Jane.
—Becky —se ofende Joory.
—Como es que tu sirvienta, viene a nuestra escuela —se indigna Charlotte.
—Mi padre se compadeció de ella — continúa.
—Becky detente —suplica Joory sin poder detener sus lágrimas.
—Joory es una sirvienta que se atreve a estudiar con nosotros —comenta alguien y continúan los demás con sus comentarios hirientes.
Theo observa de lejos totalmente sorprendido. Joory siente que no puede más y sale llorando, y Theo va tras ella mas no consigue alcanzarla.
Becky muestra un rostro indescifrable.
🐝🐝🐝
Becky llega a la escuela radiante, después de lo de ayer espera que aquella convenida no vuelva. Ayer por la noche no volvió a casa, así que espera que desaparezca de su vida para siempre.
Los estudiantes de todos los grados la saludan. Da unos pasos más y siente que alguien la detiene jalándola del brazo. Esta voltea sorprendida.
— ¿Qué fue lo que te hizo? —La enfrenta Theo lleno de rabia, captando la atención de los estudiantes que se detienen a ver la escena.
— ¿Quién te crees? —Se suelta de su agarre—. Haré lo mismo contigo, así que si no quieres ser echado de modo humillante te aconsejo que te vayas ahora.
Theo está a punto de responder mas un auto lujoso se posiciona delante de ellos. Los estudiantes se inquietan aún mas, sobre todo Becky.
Unos tacones color rojo anuncian la llegada de una chica. Finalmente baja del auto, con el uniforme de la escuela. El cabello rojo oscuro, pequeño sobre los hombros, su perfecto maquillaje que resalta más su mirada.
— ¿Quién es ella? —pregunta un estudiante.
Becky y Theo no tardan en reconocerla totalmente atónitos.
La joven camina hacia el grupo totalmente decidida y paso firme.
—Soy la nueva abeja reina —sonríe con malicia.
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