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¿A quién seguir?

Jamás se había sentido tan humillada, las lágrimas resbalan una por una en sus mejillas. Escucha la voz de Theo mas eso no la detiene, lo único que desea es desaparecer.

Camina sin rumbo, sin saber exactamente a donde llegar, se detiene de golpe y observa su reflejo en el enorme cristal de una tienda, se queda viendo por largo tiempo y decide secar sus lágrimas y dar un último suspiro.

—Hoy muere la tonta y débil Joory — pronuncia con firmeza y furia en su mirada.

Camina unas cuantas cuadras más buscando un salón de belleza, entra decidida, ignorando a la joven que le da la bienvenida. Se sienta en el primer sillón que ve frente al espejo, toma las tijeras del aparador y se corta la larga cabellera negra sin vacilar un solo instante. Las trabajadoras se alarman sin saber que hacer, limitándose a observar a la extraña joven.

—Arréglalo. —Le entrega las tijeras a la señora que mira junto a ella—. Quiero un nuevo look que me haga lucir segura y fuerte.

La señora toma las tijeras vacilante.

—¿Lo corto aún más?

—Lo quiero sobre los hombros.

—De acuerdo.

—Lo quiero de otro color también, un rojo oscuro.

—¿Rojo oscuro? De acuerdo, utilizaré rojo profundo.

La señora empieza la acción con la ayuda de otras dos trabajadoras. Algunas clientes comentan la razón del cambio de look de la joven, debe ser por una ruptura amorosa.

De ese modo empieza el cambio de Joory, dispuesta acabar con su hermana

🐝🐝🐝

Becky llega a casa luego del turno nocturno de jornada escolar, entra a casa con la misma expresión de siempre.

—Bienvenida querida. —La recibe la abuela.

—Hola abuela.

—¿No viste a Joory? —pregunta su padre

—¿Acaso soy su niñera? —responde déspota—. Espero que no regrese.

—¡Becky! —la reta, sin causar ninguna emoción en ella.

La joven se detiene en la habitación —casi terminada— frente a la suya. Es del mismo tamaño.

—Ya no será necesario —espeta.

Entra a su habitación y se queda mirando con detenimiento las cosas de Joory, toma el maletín rosa dispuesta a sacarlo, mas en la puerta se detiene, lo mira nuevamente y decide dejarlo ahí.

Luego de bañarse, se mete a la cama y consulta la hora: 11:58 pm. Se levanta y va al cuarto de su padre, mas lo encuentra vacío, lo mismo con el de su abuela y obtiene el mismo resultado.

—¿Busca algo señorita? —la sorprende una de las domésticas.

—¿A dónde fueron mi papá y mi abuela?

—La señorita Joory no ha llegado, están buscándola. —Becky frunce el ceño—. No se preocupe, pronto aparecerá.

— ¿Por qué habría de preocuparme?

La muchacha le da la espalda, regresando a su habitación, se sienta en su cama y se pregunta a donde pudo haber ido Joory, ¿será que regresó a su vida anterior?

🐝🐝🐝

—Entonces Joory es la sirvienta de Becky, pero viene a la misma escuela de ella, ¿algo así como una dama de compañía?, ¿no te parece interesante?
Theo ni siquiera escucha lo que dice su amigo, se lamenta no haber podido alcanzar a Joory, solo espera que se encuentre bien.

—Hey ¿me estás escuchando? —Mario le da un suave golpe en el brazo.

—Lo siento, ¿que decías?

—Olvídalo —resopla.

Abren la puerta del departamento y aparece frente a la puerta la madre de Mario, causando un gran susto en él.

—Buenos días señora —saluda Theo.

—Hola Theo.

—Ma...mamá —tartamudea el pobre.

—Me enteré que entraste becado a San Idelfonso —se dirige a Theo, ignorando a Mario.

—Sí señora.

—Felicitaciones hijo, eres un chico ejemplar. ¿Me pregunto por qué mi hijo no es así? —Aprieta la mandíbula, mientras pronuncia las últimas palabras, haciendo que Mario trague saliva con fuerza—. Vi tus calificaciones. —Le coge de la oreja haciéndolo entrar nuevamente.

—Ayúdame amigo, hey —chilla.

—Hasta luego señora —se despide Theo, apretando el entre cejo, sintiéndolo por su amigo.

Se traslada en su bicicleta hasta la escuela, pensando en Joory, ojalá que vaya hoy, piensa aunque lo duda mucho.

Le pone candado a su bicicleta y ve el auto de Becky estacionarse, baja de el, y  la intercepta, enfrentándola sin temor alguno captando la atención de los estudiantes que se detienen al ver la escena.

Un lujoso auto se detiene frente a ellos, de este baja una joven, elegante con tacones rojos igual que su corto cabello, maquillaje perfecto, que resalta su intimidante mirada.

—¿Quién es ella? —pregunta en voz alta uno de los estudiantes.

La joven camina hacia la pareja sin desprender la mirada de Becky.

—Soy la nueva abeja reina —espeta mientras una sonrisa temible se dibuja en su rostro.

Becky y Theo se quedan totalmente sorprendidos al reconocerla.

—¿Joory? —habla apenas audible la muchacha.

—Sí, soy la misma joven que ayer humillaste. ¡No! Ya no soy esa, desde ahora soy otra Joory, Joory Coleman.

—¿Ella es Joory? —comentan sus compañeros de grado, mirándola de pies a cabeza.

—Escuchen todos. —Empieza a caminar con aires de superioridad—. Soy Joory Coleman, la hija del dueño de esta escuela.

—¿Qué? —expresa atónita Jane que acaba de llegar, teniendo la misma expresión que el resto. Theo frunce el ceño, observando el rostro indescifrable de Becky.

—¿Es hermana de Becky? —comenta Charlotte.

—Sí así es, esta tipa es mi melliza. —Mira nuevamente a su hermana. Becky  la fulmina con la mirada—. Tengo tantos derechos como ella, estuve ausente tanto tiempo, pero vengo a reclamar lo que es mío. Desde ahora yo soy su reina, aquel que no lo acepte será expulsado.

Los murmullos se hacen notar al instante, todos lucen del mismo modo, inciertos sin saber con exactitud que hacer.

—Por más que la mona se vista de seda mona se queda —suelta de repente Becky—. Esta tipa busca usurpar mi lugar, ¿quieres ser como yo? —La mira directamente acercándose a ella—. No estás ni a un paso de igualarte a mí.

—Soy tan Coleman como tú. ¿acaso no somos parecidas? —se dirige al resto.

—Es cierto son muy parecidas, realmente son hermanas —comenta una chica rubia.

—¿Entonces quién será la reina?

—Yo seré su nueva reina —determina Joory—. Los que me creen, pónganse detrás de mí.

Los muchachos conversan entre ellos, sin saber exactamente a quien seguir. Algunos creen y otros no. Charlotte, Jane y Daniel se colocan tras Becky sin dudarlo, los demás empiezan hacer lo mismo, sin embargo otros cuantos se colocan tras Joory, así dividiendo la escuela en dos partes.

Sólo falta uno, Theo Britter que observa todo sin poder creérselo. Este camina en dirección de Joory, haciéndola sonreír, sin embargo pasa de largo hacia su salón. Joory mira retadoramente a Becky y corre tras Theo.

—Theo, detente.

Este se detiene de golpe.

— ¿Qué fue todo eso?

— Theo, soy tan dueña de esta escuela como Becky, pero tú serás mi mano derecha, no tienes que sentirte menos.
— ¿De qué hablas? —se muestra extrañado y decepcionado de Joory. No puede con tanta ridiculez.

—Theo yo...

—No intentes ser igual que Becky, no quieras usurpar su posición, no busques hacer lo que ella hace.

—¿Qué? —Se indigna, por el comentario del chico que le gusta.

—Ella es ella y tú eres tú.

Le da la espalda sin voltear si quiera una sola vez, dejando a Joory consternada.

— ¿Con que eres la hermana de Becky? —la sorprenden tres jovencitas que intentan hacer amistad con ella.

🐝🐝🐝

— ¿Entonces Joory es realmente tu hermana? —curiosea Daniel.

— ¿De verdad vas a creer eso? — responde Becky, sonriendo temerosamente.

—Ay claro que no lo son —opina Jane—. Esa tipa sólo quiere despojar a nuestra Becky, pero no lo permitiremos.

Daniel tiene dudas, el parecido es evidente, aun así siempre estará de lado de su querida Becky.

🐝🐝🐝

Los chóferes de las hermanas Coleman las esperan, mientras estas se miran con desprecio.

Becky baja primero de su auto, luego Joory.  El padre y la  abuela se quedan sorprendidos al ver el nuevo de look de Joory.

—Lamento haberles causado preocupaciones ayer—. Es lo primero que dice la ahora pelirroja.

—Tranquila hija, en cuanto nos llamaste estuvimos tranquilos.

—Pero que cambiada estás —comenta la abuela.

—Sólo se me ocurrió hacer este cambio.

—Te queda perfecto.

—Gracias abuela —sonríe, mientras sube las escaleras tras Becky.

—Joory —la hace detener su padre.

— ¿Si papá?

—Tu habitación está lista.

— ¿De verdad?

—Así es, sube a verla.

—Muchas gracias.

Sube corriendo las escaleras y ve a su hermana arrojando las  cosas de su cuarto.

— ¿Qué haces? —Corre a detenerla.

—Ayudando a las sirvientas a sacar la basura de mi habitación.

Joory la mira con odio y se incorpora.

—Bien —sonríe de medio lado—. Tienes razón, esto es basura en comparación de todo lo que tendré.

—Al fin vas mostrando tu verdadera cara.

Entra a su habitación y cierra la puerta con fuerza, Joory continúa sonriendo tenebrosamente.

🐝🐝🐝

— ¿Cómo pudo ocurrir algo así en mi ausencia? ¿Joory hermana de la abeja reina? Guau estoy tan impresionado —habla y habla sin parar Mario mientras llegan a los casilleros—.  ¿Por qué no me contaste todo eso ayer? Tuve que enterarme recién hoy.

—No lo recordé —miente. En realidad es algo que estaba dando vueltas todo el día.

— ¡Oh mira dejaron una paleta en tu casillero! —Theo la despega y los recuerdos vienen a su mente al instante.

Años atrás

Mira cariño te traje de las que te gustan. —El pequeño recibe la paleta con toda la felicidad del mundo y empieza a lamerla al instante—.  ¿Te gusta? —Theo afirma con la cabeza.

¿Por qué estás triste mamá?

—No lo estoy —intenta sonreír forzadamente—. Cariño iremos a la casa de la tía, ¿si?

—Ya.

Madre e hijo se dirigen a casa de la hermana de su difunta pareja, y se alojan en un pequeño cuarto. La madre de Theo lo arropa mientras se va quedando dormido.

—Dime Theo, ¿serás un buen niño?

—Si mamá

Lo siento tanto.Lo abraza mientras llora en silencio para no preocupar a su niño.

Una pesadilla despierta al pequeño Theo.

—Mamá tengo miedo, ¿donde estás? —La oscuridad de la madrugada asusta más al niño—. Mamá.

— ¿Por qué haces tanto ruido? —Se despierta la tía entrando a la habitación.

— ¿Dónde está mamá? lloriquea.

—  ¿No lo sabes? —El inocente niega esperando encontrar respuesta—. Tu mamá te abandonó, te dejó, porque eres un niño muy malo.

—Mamá no me dejo —llora con más fuerza .

—Sí, si quieres búscala.

El niño corre de un cuarto hacia otro buscando a su madre, mas no obtiene respuesta. Su desesperación se hace mayor, sale de casa corriendo llamando a su madre.

—Estoy segura que no es hijo de mi hermano —espeta la  tía mientras cierra la puerta.

Theo corre en las calles vacías buscando a su madre aun en pijama, tiene la esperanza de encontrarla.

— ¡Mamá, seré buen niño, comeré todas las verduras, mamá, regresa! —Llora a gritos—. Mamá, no me dejes mamá —continúa sin saber exactamente a donde ir.

Se le forma un nudo en la garganta al recordar todo ello.

— ¿Tanto te gustó la paleta? —pregunta aludido Mario regresándolo al presente.

—Me sorprendió.

—Seguro nunca recibiste una paleta —se burla.

—Te veo en casa —se despide con la mano ignorando su comentario.

Theo camina en la enorme escuela buscando el lugar más recóndito. A lo lejos divisa una pileta de agua, sin darse cuenta llega a ella y se sienta a observarla melancólico.

—¿Cuál fue el motivo mamá? —pregunta en voz alta—. No encuentro una razón coherente.

— ¿Qué haces aquí? —La voz de Becky lo sorprende—. ¿Ahora invades mis lugares privados también?

— ¿Acaso me estás siguiendo? —Se pone de pie aturdido.

— ¿Qué?, ¿por qué habría de hacerlo?
—No sé, dímelo tú. De pronto apareces en los lugares que estoy, en mi trabajo, incluso en este lugar que nadie conoce.

—Este es mi lugar. —Lo mira desafiante—. No tienes derecho a estar aquí.

— ¿Tienes los papeles?

— ¿Qué? —Frunce el ceño, aludida por la extraña pregunta de su enemigo.

—  ¿Tienes los papeles de propiedad que certifiquen que este lugar te pertenece?

—Toda esta escuela me pertenece.

— ¿Está a tu nombre?

—Mi padre es el dueño y yo soy su heredera.

— ¿No es Joory heredera también? Es tu hermana.

— ¡Esa mendiga no es mi hermana! —  Lo empuja a la pileta, mas este en su intento de no caer, se sostiene de los brazos de la joven jalándola a ella también.

Ambos empapados se ponen de pie mirándose con furia.

— ¡Idiota! —grita enfurecida.

—Fuiste tú la que me lanzó.

— ¡Ahhhhh! —grita perdiendo los estribos—. Me las pagarás —lo amenaza mientras abandona el lugar.

Theo empieza a reírse al observar el ambiente. Nunca la había visto tan graciosa y enfadada a la vez. El sonido de su móvil llama su atención, menos mal estaba en su mochila, de otro modo se hubiera echado a perder. Es un mensaje de Joory. 

— ¿Te gustó la paleta?

—Entonces eras tú —se dice así mismo sin intenciones de responde el mensaje.

La joven al no obtener respuesta le escribe otra vez.

—Realmente no me gusta verte enojado conmigo, todo tiene una razón. ¿Nos vemos en la noche?

Theo duda en responderle, mas lo hace para no hacerse ver grosero.

—No estoy molesto, tengo planes para la noche, te veo mañana.

Joory resopla al ver su mensaje. Tener a Theo es mas difícil de lo que se esperaba. Tiene una idea, primero se ganará a su amigo, de ese modo llegara a él.

🐝🐝🐝

—Hoy toca deporte, qué pereza —se queja Charlotte—. Becky, ¿por qué no omites ese curso? ¿Becky? —Pasa su mano frente a sus ojos para llamar su atención.

— ¿En qué piensas? —pregunta Jane.

—En mi venganza.

—Esto se pondrá bueno. —Las dos jóvenes chocan su mano, frente a la mirada despectiva de Becky.

Joory llega con el uniforme de deporte. Polo guinda y falda short en blanco. Sus seguidores corren hacia su pupitre para tenerlo listo. Becky sonríe con ironía recibiendo la mirada triunfante de su hermana.

El timbre anuncia la hora de deporte, la mayoría sale feliz. Todos se sorprenden al ver el nuevo maestro de deportes.

—Buen día jóvenes.

— ¿Quién es usted? —pregunta Becky.

—Soy su nuevo maestro.

— ¿Qué pasó con el anterior maestro?

—Renunció. Bueno empezaremos por calentar. Todos hagan cuatro filas y comiencen los ejercicios. Roberto, ayúdame con los chicos —se dirige al ayudante.

—Sí maestro.

Becky no mueve ni un solo dedo y se limita a observar a un punto indescifrable.

— ¡Deténganse! —ordena el maestro, mientras camina en dirección de Becky, captando la atención de todos —. ¿Por qué no haces los ejercicios?

—No quiero —responde frescamente.

— ¿Qué? —se indigna—. ¿Crees que no lo harás porque no quieres?

—Exactamente —habla despreocupadamente.

Theo presta atención a la conversación con mucho interés.

— ¿No sabes tu posición niña?

—Maestro —intenta persuadirlo su ayudante, conociendo a la joven.

—Lo perdonaré por ser nuevo e ignorar la situación. Pero quiero que sepa que esta es mi escuela y la que manda aquí soy yo.

—Eso es errado —interviene Joory—. Yo soy la hija del dueño de esta escuela. La que está a cargo soy yo.

—Increíble —ríe sin gracia el maestro.
—Tú no eres mas que un intento de copia —prosigue Becky.

— ¿Qué? —Joory parece echar fuego por los ojos.

—A ver a ver —interviene el profesor—. No me interesa quienes sean ustedes dos, las reinas, faraonas,  sultanas  o emperatrices, lo que sean. Aquí en mi curso el único que está al mando soy yo, ¿entienden? Así que las dos hacen una carrera alrededor del campo.

— ¿Acaso quiere ser despedido? —lo reta Becky.

—El que me contrató fue el señor Coleman y el es el único que puede echarme, ¿entiendes jovencita? Así que las dos en marcha.

Becky y Joory lo miran con odio y empiezan a correr, mientras Theo lo observa con admiración.

Las dos jóvenes se miran con repulsión y empiezan a correr alrededor de la cancha. Parece una competencia de atletismo , ninguna quiere perder, es más una lucha de honor. Al final las dos llegan iguales y sin aliento. Sus respectivas seguidoras les ofrecen agua.

—Qué ridículo —espeta Theo.

Luego de los calentamientos se van a la cancha de tenis por indicación del maestro.

—Armaré los equipos. Tú, ven jovencito —llama a Theo—. ¿Alguien desea ser su pareja?

—Yo. —Levanta la mano Joory.

—Bien, ustedes son equipo.

—Tú —llama a Becky—. ¿Alguien desea ser...

—Yo. —Se pone de pie Daniel, sin dejar de terminar de hablar al maestro.

—Ganaremos —anima Joory a Theo.

—Bien, comiencen.

El partido de tenis comienza, Becky mira retadoramente a Theo. Daniel empieza lanzando la pequeña pelota, Theo la recibe y la devuelve, Daniel esta por recibirla mas Becky se la quita. Así continúan, los pases se dan solo entre Theo y Becky, ninguno cede, buscando hacer perder al otro. Joory y Daniel observan simplemente.

—Esto se puso aburrido —comenta Mario, dejando de hacer barra.

—Suficiente por hoy. —Se pone en pie el maestro—. Dejemos el tenis para otro día. Vamos a la cancha de césped para hacer el juego de agilidad.

—Tuviste suerte —le dice  Becky a Theo, éste solo resopla.

—Bien este juego consiste en agruparse según el número que diga. Los que se quedan sin pareja o grupo y son más lentos serán encerrados en mi circunferencia de goma y serán castigados ridículamente. Así que no pierdan. Bien dispérsense en todo el campo.

Los muchachos empiezan a dar vueltas atentos, Becky camina aburrida sin ganas.

—Grupo de cinco —ordena el maestro.

Las amigas de Becky la jalan, Daniel se une a ellas con otro chico más . El maestro observa a tres jóvenes buscando a más chicos, les lanza la circunferencia de goma, encerrándolos.

—Castigados y eliminados. Ustedes tres presentarán una fonomímica del popurri de pandora.

—Pero somos hombres.

—Por eso mismo. Continuemos, sigan caminando. —Espera un momento y grita—: ¡Grupo de tres!

Joory corre abrazar a Theo y éste jala a Mario. Becky es jalada por sus amigas otra vez. Esta vez Daniel y otra chica quedan sin grupo, el maestro los encierra en la circunferencia de goma.

—Otro par de eliminados y castigados, la próxima clase cantarán una canción del dúo pimpinela.

—Pero no sabemos cantar —se queja la chica.

—Mejor aún. Continuemos, así van perdiendo más estudiantes.

De tal modo van perdiendo más alumnos y les designa su respectivo castigo.

—Ya tenemos diez eliminados. Esta es la última, caminen, caminen. ¡Grupo de dos! —grita con fuerza.

Becky se queda quieta esperando que alguien la jale, mas sus dos amigas se unen. Joory va hacia Theo si embargo Mario la ve y la abraza impidiéndoselo. Theo busca pareja mas sólo ve libre a Becky y no se anima unirse a ella. El maestro lanza la circunferencia de goma, encerrándolos a los dos, dejándolos muy cerca uno del otro, incluso que pueden escuchar sus respiraciones.

—Castigados. Presentarán un tango la próxima clase —anuncia el maestro con una sonrisa burlona en los labios.

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