- YOUNGBLOOD
Donde Mina es una vampira enloquecida por esa sangre joven.
Donde Nayeon quiere que Mina le clave más que sólo los dientes.
- ♡ -
Mina Top - Nayeon Bottom.
Mina vampira, Nayeon humana.
Mencion de:
fetiches y dirty talk.
Ese internado es un poco... raro.
Nayeon sabe que se ha portado mal, su familia está tan decepcionada de ella que ahora no le queda más remedio que simplemente aceptar que todavía no es libre. A pesar de que ya es mayor de edad, el internado acepta a jóvenes universitarios también. Y a pesar de que cumplió 21, aún no disfruta de su vida como le gustaría.
Pero el internado no es raro porque acepte a mayores, el internado es raro en general. Tiene cuadros atemorizantes, pasillos demasiado largos y fríos, jardines hermosos pero con cierto aire tenebroso y salones oscuros. Estar ubicados en un bosque de Cherrapunji ya es bastante extraño, pero este lugar parece sacado de un cuento de terror.
Aún así, hay algo más extraño en ese lugar.
Se trata de Myoui Mina. Una chica de su clase que es demasiado seria y reservada, una pelinegra pálida y con una mirada intimidante. Ella es extraña. Todo lo que la rodea es raro.
Y Nayeon es tan curiosa.
Después de varios días solamente mirándose de lejos, Nayeon decide sentarse a su lado en la clase de matemática avanzada. Están en varias clases juntas y nota que esta se le da particularmente bien a la pelinegra, entonces usa como excusa eso para pedirle ayuda y sacar alguna información más.
-¿Qué haces?-le pregunta Mina al verla colocar sus libros sobre la mesa.
-¿Sentarme?-suena como burla, Nayeon nota la ceja hacia arriba de Mina por un segundo.
-Creí que ya estabas haciéndote amiga de Becky-le menciona a la llamada nerd de la clase con quien Nayeon estuvo antes.
-Es agradable-dice solamente mientras toma asiento.
Y si Mina quiere decir más, no lo hace. Se queda callada las dos horas de la clase.
Nayeon piensa en que es raro que Mina no preste mucha atención a la vieja profesora y aún así sea de las mejores estudiantes. No la ve tocar un solo libro o lápiz en todo el tiempo, no hace notas ni pregunta o se anima a responder en voz alta (porque Nayeon cree saber que Mina en realidad ya sabe la respuesta correcta) ni hacer otra cosa que no sea mirar por la ventana.
El cielo en Cherrapunji siempre es gris, casi siempre llueve. Y Mina no hace más que observar el cielo nublado.
[ . . . ]
Bien, Nayeon no entiende qué sucede con Mina.
Se ha mantenido lejos de ella las últimas semanas, cada vez siendo más evidente que la está evitando. Cada vez más notorio que la detesta. O eso piensa Nayeon.
No lo entiende, sin embargo. No ha hecho nada para molestarla, ni siquiera volvieron a hablar desde aquella vez. Aunque, pensándolo de forma excesiva, Mina nunca quiso estar cerca de ella en ninguna forma. Analizando las veces que se vieron, la japonesa siempre que chocaban miradas terminaba por retirarse del lugar o hacerle mala cara.
-Es una amargada-ríe Becky, con quien Nayeon fue prácticamente obligada a estudiar para el próximo examen. Encontró que ella es bastante buena en escuchar sus problemas, así que le comentó lo rara que es Mina.
-Ella lleva más tiempo aquí, ¿no?-se interesa la coreana.
-Uh, sí. Ella está aquí desde la preparatoria.
Nayeon se sorprende. -¿Tanto así? ¿Cómo sabes?
-Bueno... Por un comentario que hizo un profesor acerca de que ella es la mejor estudiante desde que la conoció en aquel tiempo.
-¿No es raro que sea tan inteligente y que no la haya visto tocar un libro que no sea una novela?
-No lo digas, yo me esfuerzo día y noche para tener buenas notas y ella sólo... sólo existe y ya le dan una nota perfecta.
[ . . . ]
Nayeon tiene que admitirlo, ¡es desesperante que la deteste de esa forma! No ha hecho absolutamente nada para que sea ignorada.
Cuando está caminando por uno de los pasillos, logra ver a Mina caminar en su dirección pero al momento de chocar miradas la japonesa simplemente se da la vuelta y sigue en la dirección contraria. Eso se ha repetido demasiadas veces y no es ninguna coincidencia. Entonces Nayeon aprovecha que están solas por ahí y corre hasta llegar a la pelinegra.
-¡Quieta, Mina!-le grita pero la contraria camina más rápido.
Sin saber cómo, Nayeon logra alcanzarla y tocar su brazo descubierto. Mas algo sucede que la hace separarse al instante.
-Dios mío, estás helada. Deberías ponerte una chaqueta o algo, ¿no lo sientes?
Mina suelta una risa sarcástica. -Estoy bien.
-No lo creo, esto es extraño, casi pareces un cadaver.
-¿Haz tocado un cadaver antes?-la frialdad de sus palabras es filosa.
-¿Qué? N-no-niega nerviosamente.
Mina levanta una ceja pero no dice nada, nunca agrega nada más en las conversaciones. Comienza a querer caminar de nuevo de regreso.
-¡Espera!-Nayeon por supuesto no la dejará irse-. Necesito respuestas.
Mina la mira un momento. -Busca en la biblioteca.
-No hablo de eso-y se acerca un paso mientras Mina sigue quieta-. Necesito saber por qué me evitas.
Espera que Mina se lo niegue, que diga que está inventando cosas y que no es lo suficientemente importante para eso. Mas se sorprende cuando Mina avanza hasta quedar a sólo centímetros de ella. No la toca, solamente la mira inexpresivamente y dice:
-Porque me encanta la sangre joven.
Nayeon no lo comprende al momento, sólo está quieta, inmóvil, y la frialdad de Mina le hiela los huesos. Es una respuesta que no esperaba.
-Aléjate de mí, Nayeon-dice lentamente-. Te clavaré los dientes si sigues molestando.
Su aliento es frío, casi mortal, lo que provoca miles de sensaciones en Nayeon. Y Mina se aleja sin agregar nada más.
[ . . . ]
En todos sus años de vida, jamás se había sentido tan caliente por alguien tan fría. Nayeon se da una ducha dos veces y sigue sintiéndose húmeda.
Toma las palabras de Mina como algo... algo provocador. Y entiende un poco su lejanía. Mina estaba enloqueciendo lentamente por su culpa. Y para qué negarlo, ahora Nayeon también por ella.
Mina es hermosa, con una piel de porcelana y rasgos suaves. Tiene un físico trabajado, se nota que se cuida a sí misma. Nayeon no es tan diferente, aunque por genética sea delgada aún así luchó por tener sus tan amadas curvas, tiene un cabello largo y castaño que adora y labios pomposos. Ambas son demasiado bellas.
La imagen de Mina cerca de ella, hablándole lento con su mirada oscura, no se iba de su mente. Estaba atrapada en sus encantos.
Por más que intentó apagar el fuego dentro de sí, cada vez que la ve se quema completamente. Mina tiene ese algo que la atrae, ya no es simplemente curiosidad por lo rara que es, sino un deseo de que esa piel de hielo apague el calor que siente.
Lo intentó. Muchas veces. Pero no podía complacerse ella sola. Necesita algo más.
Muerde el lápiz mientras Becky habla. Mas sus ojos están puestos en las mesas más alejadas donde Mina está fingiendo que le importa este trabajo grupal. Nayeon atrapa la mirada de Mina y se siente húmeda de solo ver como se moja los labios y le da una mirada de advertencia.
Nayeon saca la lengua ligeramente contra el lápiz, dándole una lamida fugaz ante los ojos de la japonesa. Esta levanta las cejas y cruza las piernas. Nayeon sonríe y le guiña, volviendo la vista a sus compañeros.
Para su suerte, nadie había notado aquel intercambio.
Los siguientes días todo es más difícil. Con las vacaciones de invierno, Nayeon se sintió enojada de tener que volver a su casa. Odia su casa. Mas Mina se acerca a ella después del almuerzo.
-Te dije que te alejes de mí.
-Tú eres la que se acercó-Nayeon se divierte un poco con la situación.
-Ya sabes qué sucederá si sigues molestando.
-¿De verdad quieres morderme?-pucherea. Ambas están en un pasillo lejano, no hay nadie que las moleste.
-Para con esto, Nayeon.
Es dura, imponente, Nayeon casi que se siente regañada.
-¿Por qué debería?
-Porque estoy perdiendo la cabeza.
La confesión llega a los oídos de Nayeon como una melodía, ella quería escucharlo de ella a toda costa.
-Bueno, no nos veremos unas dos semanas, tendrás tiempo para superarlo.
Mina parece pensar por unos momentos. Quizás analizando la situación. Nayeon la mira divertida.
-¿Qué pasaría si no quiero superarlo?-pregunta acercándose- ¿Qué pasaría si te dijera que hay una pequeña probabilidad de que tengamos todo el tiempo del mundo y aún así no quiera superarlo?
Nayeon se muerde los labios ante la cercanía. -¿Quieres huir de aquí?
-Quiero tenerte para mí, Nayeon.
[ . . . ]
Aunque la familia de Nayeon haya llegado a buscarla para las vacaciones, nunca los vió.
Mina le prometió una vida sin tener que verlos, una vida donde pueden ser ellas dos. Donde no existen reglas, donde no necesitan más que a la otra. Aceptó porque no habían opciones mejores. No existía nada mejor que estar con ella.
Huyeron del mundo.
-¿De verdad esto es tuyo?-pregunta Nayeon al ver lo hermosa que es por dentro la cabaña donde Mina la llevó.
Es lejos de cualquier otra civilización. No hay absolutamente nadie que las encuentre en ese lugar.
-Al final de la noche, también será tuyo.
Mina se acerca a ella, tomando su mano.
-¿No te asusta?
-¿Qué cosa?
La japonesa levanta la mano entre las suyas hasta posarla sobre su mejilla. -Descubrir lo que soy.
Nayeon acaricia la piel, está tan fría como siempre. Tan blanca que parece papel.
-Sea lo que seas, Mina...-susurra a centímetros de su boca-... yo también quiero serlo.
-Sangre joven...-dice lentamente-... quiero probar lo dulce que sabes.
-Hazlo.
Mina la besa. Finalmente la besa. Toma su cuerpo y la empuja contra una de las paredes, saboreando el gusto dulce a caramelo de la boca de Nayeon. Tantas veces viéndola masticar esas porquerías y descubre que le han dado un sabor único.
Sus manos no se quedan quietas, la acaricia y recorre toda la piel debajo de su ropa. Muerde su boca, lame, chupa. Se siente increíble.
Todo su cuerpo, el cual creyó muerto, revive ante su contacto. Aunque no tenga sangre, la siente por sus empolvadas venas. De repente es una mortal que anhela un poco del elixir de la vida.
Sabe que la probabilidad de convertir a Nayeon es baja, aún así no piensa quedarse con las dudas. Ella lo hace. Huele su cuello y puede jurar que ha visto todos los glóbulos rojos a través de su piel. Y luego simplemente saca sus colmillos y los encaja perfectamente.
Escucha a Nayeon gritar. El dolor será temporal se dice, si ella logra soportarlo entonces todo habrá valido la pena.
En silencio, ella lucha con no beber toda la sangre que siempre deseó. No quiere matarla, Nayeon es única. En todos sus años en ese mundo, Mina jamás había querido tanto la sangre joven de esa manera.
Se aleja de una vez, esperando haberlo hecho bien. Mira a Nayeon a los ojos y nota su mirada de pánico.
-Vamos, cielo, resiste-le pide desesperada.
Una sonrisa se dibuja en el rostro de Mina cuando los ojos miel de Nayeon poco a poco cambian a uno más brillante, a un ámbar fuerte que ilumina todo lo que ve.
Nayeon ahora es como ella. Mina lo ha hecho.
-La eternidad es nuestra ahora-murmura volviendo a besarla.
Nayeon le corresponde, le gusta. La inmortalidad jamás había tenido mejor sabor. Aunque sintiera la muerte en su corazón que ya no late, tiene algo mejor en su boca.
Tiene la eternidad entre sus besos.
Mina usa su fuerza para quitarle la ropa, se la rompe sin pedir permiso. Mostrando la piel que ahora es más blanca, ella se encarga de besar las clavículas y bajar más y más hasta el medio de sus pechos. Ambos tienen el tamaño perfecto para sus manos, suaves y firmes.
-Ah~
Nayeon gime cuando toma la punta del pezon en sus labios, besando y lamiendo. Con sus manos la guía en la posición perfecta para que se los coma bien.
Mina hace caso. Se encarga de darle la misma atención a ambos con paciencia aunque Nayeon esté suplicando por un beso. Sonríe cuando termina.
-Tenemos todo el tiempo del mundo ahora, Yeonnie-dice tomándola entre sus brazos, dejando que las piernas la rodeen.
Camina hasta la habitación, Nayeon ni siquiera se preocupa en ver más allá. Sus labios están pegados a Mina, su cuerpo entero pide por ella. Y cuando siente el colchón en su espalda toma la oportunidad para usar su nueva fuerza y hacer lo mismo que Mina hizo antes; romperle la ropa hasta dejarla desnuda ante ella.
Ahora con las dos sin nada más impidiéndolo, se abrazan sintiendo sus pieles chocar por primera vez. Es sensual. Es sexy. Es caliente. Todo lo que están haciendo lo es.
-Me gusta que me dominen-dice Nayeon-. Sé sucia, ruda, no me importa. Puedo soportarlo.
Mina besa su mejilla. -Todo lo que quieras.
Ya ha hecho esto antes, Mina no es ninguna inocente. Ama ese juego.
A su lado hay un pedazo de tela de su camiseta, la toma y con esta logra atar las manos de Nayeon hacia arriba, pegada a la cabecera de la cama.
-Sin tocarme-advierte mientras se asegura de que no le está haciendo daño.
Una vez lista, vuelve a bajar y besa su boca lentamente. Usa su lengua, es veloz y demandante. Quiere ser la dominante en todo.
Besa sus mejillas y su barbilla. Besa su cuello, incluso cerca de la marca de colmillos. Deja besos mojados por todo el camino hasta su parte baja, la siente temblar cuando llega a la parte interna de sus muslos.
-Calladita, ¿sí?
Da una lamida. Nayeon gime y Mina golpea su muslo.
-¿Qué dije?
-L-Lo siento...
-Esa boquita la quiero cerrada.
Y da una segunda lamida más lenta que la anterior. Nayeon muerde sus labios en un intento de hacerle caso. No ha hecho sonido alguno, así que Mina vuelve a lamer.
-A-Ah...
Mina se levanta de su posición y busca otro pedazo de tela por la cama. Una vez que lo tiene la comienza a amordazar a Nayeon con esto.
-¿No te da vergüenza ser tan ruidosa? Mírate, una perra sucia... Tan necesitada por una follada.
Nayeon no puede hablar, pero si lo hiciera probablemente volvería a gemir. Como adora ser humillada de esa forma.
Mina vuelve a bajar y sin aviso comienza a chupar y lamer la vagina mojada de Nayeon. Sabe tan bien que quiere gemir. Y aunque siga en su trabajo y Nayeon no pueda decir palabras, escucha sus quejidos y ruidos atrapados en su boca. La mordaza está repleta de su saliva en poco tiempo.
-Estás babeando por como te como el coño, cariño. Es un halago.
Los ojos de Nayeon están blancos cuando comienza a introducir un dedo en ella. Se queja varias veces y los gemidos quieren salir más fuertes.
-Cómo te encanta que te den duro, ¿eh?-Mina adora ver sus expresiones de placer-. No puedes callar la puta boca ni siquiera con una mordaza.
Pronto es un segundo dedo dentro de ella. Nayeon aprieta las piernas a los costados de Mina, quien se pone a la altura de su rostro mirándola a los ojos mientras le mete un tercer dedo.
-Mmh, mi perra sucia para siempre, ¿qué tal suena eso?
Mina empuja los dedos más duro, se da cuenta de que encontró un punto específico cuando Nayeon grita y cierra los ojos, moviendo sus manos inútilmente. Sonríe y continúa en esa dirección.
Aunque ahora ambas sean de piel fría, se sentía la habitación caliente y hasta sudor caía de ellas. Mina se encargó de hacerla sentir bien en todo momento.
-¿Te gusta como te estoy dando?-y Nayeon asiente frenéticamente-. Te encanta tener mis dedos dentro de ti, eres tan sucia que me encanta.
Mina nota que está llegando, le gusta, quiere ver su cara cuando tenga su primer orgasmo. No se apresura, lo hace con tiempo, quiere guardar el momento en su mente.
Al poco después de un par de embestidas más, Nayeon muerde la tela en su boca al mismo tiempo que llega al clímax. Mina cuidadosamente la desata y le quita la mordaza totalmente mojada.
Le toma a Nayeon un momento recomponerse, pero Mina se acuesta a su lado y deja que la abrace.
-¿Todo bien?-Mina quiere asegurarse de que no fue más allá de sus límites.
-Todo increíble-confirma suspirando y enterrando su cara en el cuello contrario tratando de atrapar su aroma-. Así que... vampira, ¿eh?
-¿Qué opinas de eso?
-Que es sexy.
Primer OS terminado!
¿Qué les pareció? Quiero saber sus opiniones porque hace mucho no escribía smut y no sé 😭😭
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