Descanso eterno, ahí estaba él en el cielo, el Ángel de Narancia y Bruno iban a hacer algo entre los dos y así que decidió pasear, deseando que nadie tuviera que tomar ese día el "Último tren a casa"

Siempre escuchaba a esa familia de italianos reír, el del sombrero y el de plumas eran extravagantes y acompañaban a un hombre normal, suponía que debían ser familia, ese día estaba solo y le gustaba mucho ver la felicidad de los demás, y sin darse cuenta, chocó con el pecho de un hombre enorme

-Estas bien?

-Perdone, es que no lo ví

-No te preocupes, parece que tú también disfrutas viendo la felicidad de otros no?

No respondió, el alma de ese hombre irradiaba luz, más con su traje formal y su sonrisa cálida.

-Mi nombre es Jonathan, y la verdad, quería hablar contigo

-Conmigo?

-Si, quizá te sea incómodo, no me conoces, y nunca nos hubiéramos conocido en vida tampoco, soy mucho más viejo de lo que imaginas

El hombre de verdad le estaba intrigando, se sentó en el piso frente a él, aunque sus ojos claros, juraría que los vio en alguna parte

-Yo quería preguntarte... Por qué observas tanto a mi hijo

-Hijo?

El hombre soltó una risa, el mismo se recriminó su forma enigmática de hablar

-A Giorno, él es biológicamente mi hijo y el de Dio también, una historia algo larga que no creo que necesites entender

Sorprendido ahora quedo más intrigado, sabía que había visto esos ojos, pero

-Por que quiere hablar conmigo? Trate a su hijo mal en vida nunca confíe en él

-Precisamente por eso

Comenzó a entender por qué Giorno atraía a la gente tan fácil, su padre se le metió en el pecho con dulzura en un santiamén, era un ser muy tranquilo

-Durante tu vida no lo soportaste, y es entendible, su mundo era difícil y me imagino que tu vida no fue fácil, de nadie de aquí lo fue, y aunque tu vida terminó, y falleciste con ese pensamiento, velas por el como otro ángel de la guarda, por qué?

De verdad lo hacía? De verdad lo velaba? Le miraba a diario, cuidando a Fugo de sus impulsos, Mista de no hacer algo estúpido, pero sobretodo, miraba mucho a Giorno, cuando dormía le miraba sus gestos, cuando peleaba el sentía nervios, cuando negociaba se emocionaba de su inteligencia, no se había dado cuenta de lo mucho que le cuidaba hasta ese momento

-Oye, no llores, no te vez como el tipo de persona que lo hace

-Solo... Es que me di cuenta ahora, cuando ya es demasiado tarde

El hombre negó con la cabeza abriendo un espacio entre las nubes para mostrarle cómo su hijo duerme

-Puedes decirle aquí, pero quiero que no olvides, que en algún momento a todos nos tocará bajar otra vez, y ahí tendrás también otra oportunidad

Indeciso miró, debía visitarle? Si quiera el chico le recibirá bien y no volvería su sueño una pesadilla? Solo había una forma de saber, entró a su sueño, la culpabilidad le hacía llorar por más que fruncía el ceño y se hacía el fuerte

-Abbacchio?

Era su voz, se dio vuelta con los ojos furiosos y le recriminó al instante

-Mas te vale nunca traicionar a Fugo y a Mista

Aunque no quiso su voz se volvió temblorosa, sintiendo en su cabeza flores amarillas que le volvieron a Hacer llorar, ladeó su cara, mientras Giorno se acercaba a él

-Yo también te eché de menos... Y se que estás cerca de mí... Que todos ustedes están cerca de mí

Temblaba, no sabía que hacer, a estas alturas y sabiendo que era la última vez que hablarían no había por que seguir siendo duro con él, pero tampoco quería que le recordara como alguien vulnerable, sinceramente no sabía que hacer

Sintió el abrazo del rubio, acompañado de un dulce "gracias" susurrado que le transmitió esa paz que en su apresurada muerte no obtuvo, poniendo sus brazos sobre el chico finalmente cediendo

-Te estaré vigilando

-Lo sé

-Aunque no esté siempre te veré para que no se te ocurra una maldita locura

-Lo sé..

El rubio también le miró con lágrimas, nunca le iba a dejar de doler que tres almas de quienes confiaron en él estaban en el cielo, y que no debió acabar Así

Con eso sorprendió a Abbacchio,en serio también lloraba por él? A pesar de todo? Le apego su cabeza a su pecho y ahí lo dejo hasta que Jonathan le dijo que se acabó su tiempo, y debía volver al cielo

Desde ahí, ambos, pudieron dormir y descansar en paz