Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capítulo Siete

Si te gusta lo que lees no olvides votar, gracias girasol.

Cerré los ojos ante su toque. Podría parecer ridícula por hacerlo pero poco me importaba parecerlo a estas alturas de mi vida.

Cuando Aarón acercó su mano para tocar mi cabello, no pensé que sería para acomodar un rebelde mechón azul detrás de mi oreja. Cerré los ojos al sentir su cálido tacto tan contrario al frío de la noche que estaba calando mis huesos.

Su caricia fue suave y sentirlo satisfactorio, pero así tan pronto como vino se fue. Abrí los ojos cuando su mano cayó y se alejó de mí llevándose consigo su agradable aroma. Me regañé mentalmente por permitirme cerrar los ojos, quizás él se hizo una idea equivocada. ¿Realmente mi cabello le parecía bonito o lo dijo por cortesía? Mamá lo odiaba y mis hermanos lo insultaban todo el tiempo. Jamás alguien me había halagado tanto en tan poco tiempo.

Sí, nadie me había halagado jamás.

—¿vienes o no?

Su voz me sacó del trance y me sorprendí porque pese a la situación no se había ido. Tomé el casco que me estaba extendiendo y me acerqué a su moto dudosa. Era azul, igual como su teclado, demasiado glamourosa. Tal parece que de verdad el azul era su color favorito.

No era la primera vez que montaría una moto, pero si la segunda y esa es aún más terrorífica. De todas formas era esto o ser expuesta a un secuestro. No confiaba nada en dichas aplicaciones modernas, no desde que una vez un conductor de uber quiso propasarse conmigo.

Miré la moto y luego miré a Aarón avergonzada. Era demasiado baja para subir y él lo notó. ¿Acaso vi una leve sonrisa? Quizás sólo lo imaginé y ni siquiera había ingerido una gota de alcohol desde hace dos días. Dos días era mucho tiempo.

—¿Qué haces? —pregunté cuando lo vi apoyar una rodilla en el piso y la otra pierna flectarla frente a mí.

—Sube —dijo sin chistar. —Apóyate en mi pierna.

Quise reír, pero su rostro no demostraba ni una pizca de diversión. Tampoco demostraba enojo o fastidio. Era increíble su capacidad de ocultar sus emociones. Entonces apoyé mis converse negras en su pantalón oscuro y logré subir. Él subió rápidamente después y puso la moto en marcha.

Sentí calor en mis mejillas cuando miró hacia atrás y abrochó el casco por mí, pero más cuando me obligó a abrazarlo por la espalda.

—Si te sueltas, tú sufrirás las consecuencias. —soltó antes de arrancar.

Me aferré a él con fuerza cuando la velocidad era demasiada para asmilarla. Realmente sentí miedo y parece que lo notó, porque bajó la velocidad y pude aflojar el agarre.

—¿dónde es? —preguntó. El viento golpeaba levemente su rostro, su nariz estaba roja y sus labios levemente hinchados.

Ah, que estúpida. Y yo pensando que bajó la velocidad por mí. Era obvio que no lo haría, esto no es una maldita historia cliché de wattpad.

Le indiqué la dirección y me preparé mentalmente para sentir la velocidad.
Cerré los ojos exageradamente esperando la sensación pero nunca llegó. Aarón no aumentó la velocidad, al contrario, parecía que en cualquier momento nos íbamos a detener.

Miré la hora en mi celular agotada mentalmente. Íbamos tan lento que hasta podría enviar mensajes y nada pasaría. Parecía casi cómico y ya eran más de las diez y media de la noche. Matthew debe estar esperándome.

—puedes... —hablé, tímida —¿puedes acelerar? Es que voy tarde. —pregunté terminando en un susurro.

—Decídete. —comentó, ahora con cierto fastidio.

Dicho esto aumentó la velocidad y aunque no íbamos tan rápido como antes, llegamos en cinco minutos. Me bajé de un salto y le extendí el casco, tímida. Miré a mi alrededor esperando ver a Matthew pero increíblemente no había nadie.

—Gracias por traerme, te debo una. —comenté intentando ser simpática.

—¿estás segura de que es aquí? —preguntó y extrañamente se veía confundido.

—Sip. Gracias, ya puedes irte —sonreí exageradamente con la boca cerrada, casi echándole. Matthew llegaría en cualquier momento.

No dijo nada y se puso el casco. Sus músculos se notaban a través de la chaqueta de cuero cuando movía las manillas de la moto acelerando. Un fuerte sonido de partida se oyó y luego de eso desapareció de mi vista a toda velocidad sin siquiera despedirse. Me sorprendía lo insensible que era, ojalá yo pudiera ser así.

Pero no, no era así. Y cuando ya faltaban cinco minutos para las once de la noche y Matthew no contestaba las llamadas no pude evitar sentir ganas de llorar. Otra vez me había fallado, ¿o no? Aún tenía una esperanza de que pudiera aparecer. Si aparecía no iba a reprocharle nada, no pasaba nada. Cualquiera podría retrasarse.

¿Y si algo malo le pasó? Jamás me lo perdonaría. Intenté llamar otra vez pero nada, su celular estaba apagado. De pronto una luz a lo lejos encendió la llama de esperanza que casi se extinguía, y esa misma luz de esperanza se apago cuando vi que era...

—¿Aarón? ¿Por qué volviste? —pregunté demasiado confundida.

—no sé a quién estés esperando, pero si te deja aquí por más de una hora entérate de que no vale la pena. —habló decidido luego de quitarse el casco.

—¿y cómo sabrás si me dejará esperando más de una hora? —pregunté ignorando mi pulso acelerado.

—Es simple, esperaré aquí contigo. —dijo mientras se bajaba y dejaba el casco asegurado.

—¿por qué volviste? —pregunté otra vez. Mi estómago dolía a medida que él se acercaba.

Aarón me hacía sentir cosas que no podía entender. Lo conocía hace tan pocos días pero su presencia era tan avasalladora que cuando estaba cerca mío un fuego emergía desde lo más profundo de mi cuerpo y se colaba en mis venas.

Se acercó amenazante. Estaba jugando con fuego y lo sabía, él lo sabía. Sabía que no era a él a quien estaba esperando, pero aún así ¿por qué me alegraba tanto que hubiese vuelto? Aarón era muy alto y mientras más se acercaba más podía notarlo. Me sacaba fijo veinticinco centímetros de altura. De pronto, fueron quince.

No sabía con exactitud lo que estábamos sintiendo, lo que él estaba sintiendo. Solo podía sentir mi corazón latir rápido y algo que me decía que debíamos hacerlo. Me acerqué más y le planté un pequeño beso en el rostro. Me alejé levemente esperando su rechazo pero para mi sorpresa, acortó la leve distancia para depositar un casto beso en mi mejilla. Sus labios eran suaves y podría sentirlos una y otra vez sin cansarme.

Lo Miré fijamente antes de dar un paso más y no lo pensé demasiado para depositar otro beso en su rostro, más cerca de sus labios. Casi pierdo la cortura cuando Aarón besó la comisura de mis labios. Mierda. ¿Qué estábamos haciendo? No importa, lo deseaba.

Deposité mis brazos sobre sus hombros y estaba dispuesta a besar sus labios. Lo haría y no tenía dudas de ello. Nuestras narices chocaron y cerré los ojos, nuestras respiraciones se mezclaron convirtiéndose en una sola.

—¿Alexandra?

Me alejé rápidamente de Aarón y lo empujé levemente haciendo que se tambaleara un poco. Abrió los ojos, supongo que sorprendido. Luego de eso sentí como su cuerpo se tensó a Través de su chaqueta de cuero.

Miré sobre su hombro al responsable de la interrupción. Un muchacho alto, pálido y de ojos oscuros me miraba espectante. Su cabello estaba recogido en una coleta. Matthew.

Todo fue demasiado rápido. Al mismo tiempo que di un paso adelante acercándome a Matthew, Aarón dio un paso adelante alejándose de nosotros y dando la espalda en todo momento. Matthew miró sobre mi hombro confundido.

—¿quién e...?

Intentó preguntar pero no lo logró, porque rápidamente estampé mis labios contra los suyos al mismo tiempo que la motocicleta de Aarón rugía, indicándome que ya se había marchado, dejándonos atrás.

Me preguntaba qué era lo que acababa de pasar con Aarón. ¿Qué fue todo eso? ¿Por qué mi corazón se aceleraba tanto cuando se trataba de él? Ya no importaba, porque mi mayor interrogante pasó a ser estar besando a Matthew y no sentir absolutamente nada más que deseo por el chico que se acababa de marchar.

🌻🌻🌻

¡Uf uf que calor!
¿Qué les parece hasta aquí la historia pequeños girasoles? ¿Algo Intensa? ¿Misteriosa? ¿Cómo ven a Aarón?
Abrazos.










Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro