Capítulo Dieciocho
Un mes. Un mes desde aquel portazo que definió nuestra historia.
Misteriosamente aún sigo respirando y llevo un mes limpia, es decir, no me he cortado. Tampoco he bebido una sola gota de alcohol y espero seguir así por bastante tiempo. Me siento bastante conforme.
El último mes me ha servido para reflexionar sobre mí misma. Dicen que en la soledad logras conocerte a tí mismo, pero luego de varias semanas de reflexión, lo descarté. Cada día nuevas incógnitas se abren paso en mi mente y me intentan undir como sucede desde que tengo conciencia.
Recuerdo la primera vez que me corté. Tenía trece años y estaba sola en casa, era de noche. Mis padres llegaron de una reunión amistosa a la que habían llevado a mi hermana Gabriela que en ese entonces tenía diez años. Justin estaba al cuidado de Margó.
Cuando sentí la puerta abrirse una serie de gritos invadieron la casa, mi hermana lloraba y yo solo escuchaba estática desde la habitación, intentando ocultar torpemente las cuchillas y detener la sangre que corría libremente por mi brazo.
"—¡Los odio! —Gritó Gabriela en el pasillo. —¡Son unos malos padres! ¡Todo el tiempo se emborrachan frente a mí, yo no quiero eso como padres! —Gritaba sin control. Tenía a penas diez años y se daba cuenta de todo.
—¡Cállate! —Gritó mi madre y seguido el sonido de un golpe seco.
—¡Quiero morir! —Gritó Gabriela entre sollozos. Los míos la acompañaban desde mi habitación. Sentía lo mismo que ella, el mismo deseo. —¡Ojalá pudiera morir ahora!"
Recuerdo que los gritos cesaron y me dirigí a la habitación de mi hermana en silencio. Yo no quería asustarla ni generarle traumas de ningún tipo, solo... Quería hacerle saber que no estaba sola, que la entendía y sentía lo mismo que ella. La habitación estaba oscura y me acerqué hasta su cama, Gabriela sollozaba en silencio. Fue ahí donde tomé su mano y la deslicé por las líneas mal dibujadas de mis muñecas. Jamás olvidaré sus palabras.
"—Alexandra, no te mates. —Dijo en una mirada desesperada. —Por favor, no lo hagas. —Terminó sollozando. Se veía asustada."
Me arrepentí toda la vida de haberlo hecho, porque desde ese día mi hermana no volvió a ser la misma. A pesar de prometer que jamás se autolesionaría, no dudaba que ella tampoco quisiera seguir viviendo la mayoría del tiempo. Admiraba su fuerza, de verdad que lo hacía. Ojalá pudiera dejar de cortarme de una vez por todas. La Miré fijamente, estaba frente a mí.
—Te daré de mi chocolate solo porque tienes a mi sobrino allí adentro. —Dijo extendiendo un gran trozo frente a mí.
Sonreí satisfecha. Estar embarazada tiene sus ciertas ventajas. Aunque mi embarazo era falso, ya casi me lo estaba creyendo por tanto tiempo sosteniendo la mentira.
—No mucho, el bebé se altera. —Habló mamá mientras limpiaba el piso de la casa.
—Déjenla, si no se le cumplen los antojos el bebé saldrá gruñón. —Intervino Margó.
—Lo único que me interesa saber es cómo vas a estudiar embarazada. —Cuestionó mi padre.
—¡Estudiando! Alexandra sí o sí deberá terminar la universidad. —Respondió mamá mientras nos obligaba a levantar los pies del sofá.
—¡Pero si aún ni la comienza! —Exclamó Justin.
—¡BASTA! —Grité cabreada, haciéndolos callar. —La embarazada soy yo, ¿vale? Yo sé lo que hago. Permiso —Dije poniéndome de pie.
A pesar de que mi familia se veía más unida y misteriosamente mis padres pasaban más tiempo en casa, esto de ser una embarazada falsa era un fastidio. Sobre todo cuando suponían que serías una madre luchona. Debía encontrar una forma de solucionar mi gran problema, porque en algún momento a mi madre se le ocurrirá ir a las supuestas consultas y no podré poner excusa de que Vicky me acompañaría.
Jodida Vicky, lo único que hace es burlarse de mi situación cada vez que me ve, pero el karma se lo devolverá y yo voy a reír cuando eso pase. Al menos me ha ayudado a encubrir la mentira.
Tomé la mochila de mi cuarto y salí de la casa, sin dar explicaciones. No tenía ganas ni ánimo, irónicamente estaba en mis días y no tenía paciencia para nada.
Desde aquel día no había vuelto a ver a Aarón. No volví a su casa y él no volvió a la academia. Lo eliminé de mis contactos y él se salió del grupo de whatsapp de la banda. No teníamos nada en común ni nada que nos uniera, excepto una cosa: mis sentimientos por él. Pero él, no estaba interesado en mí.
No lo busqué y él tampoco lo hizo, así que ahora el remordimiento me acompañaba cada día al despertar y en las noches cuando no podía dormir. Por otro lado, Matthew jamás dejó de llamarme. Al principio lo dejé pasar, pero fue tanta su insistencia que... Aquí estoy.
—Hola.
—Alexandra —Se puso de pie en cuanto me vio, se veía desesperado. —Gracias por venir.
—Estoy aquí para decirte que dejes de llama... ¿Qué haces? —pregunté cuando lo vi arrodillarse frente a mí.
—Perdóname, por favor. Te amo Alexandra, aún lo hago.
—¡¿Qué haces?! —Pregunté mirando hacia todos lados, la gente nos miraba extraño. —¡Parate, Matthew! ¡La gente nos está mirando!
—¡No hasta que me perdones! —Exclamó... ¿Llorando? Ay no.
—Mierda, Matthew. No llores, parate. —Hablé sin paciencia. Estaba haciendo el ridículo.
—¿Me perdonas? —Preguntó. Las lágrimas caían de sus ojos y no creía ninguna.
—Esta bien. —Hablé harta. —¡Pero ponte de pie! —Exclamé avergonzada. Matthew se puso de pie y me abrazó angustiado. Lloraba con fuerza y yo solo sentía que se veía patético. Me sentí mal por pensar así de él.
—¡Gracias! —Exclamó aún abrazándome, entre sollozos. —Prometo que voy a cambiar, lo juro.
—Está bien —Respondí sin emoción una vez se separó de mí. Matthew comenzó a acercarse lentamente y lo miré asqueada. —¿Qué haces? —Pregunté retrocediendo considerablemente.
—Te iba a besar —Respondió obvio y sentí ganas de propinarle un golpe en el rostro, pero me contuve.
—Estás equivocado, Matthew. —Le dije alejándome de él. —No creeré tan fácil tus palabras. Primero veré tu comportamiento y mientras tanto necesito de tu ayuda. —Finalicé sentándome en una banca que tenía vista hacia el mar.
—¿Qué necesitas? —Preguntó sentándose junto a mí.
—Necesito que me ayudes a fingir que eres el padre de mi hijo. —Hablé rápido y directo al grano.
—¡¿Estás embarazada?! —Me miró con horror. Intenté mantener seriedad para hacerlo más creíble, pero me estaba costando mucho.
—Sí. —Mentí contendiendo una risa.—¿Estás dispuesto a ayudarme? —Pregunté fingiendo amenaza. Lo dudó unos segundos antes de responder.
—Está bien. Voy ayudarte, pero... ¿Quién es el padre? —Preguntó pálido. Por un instante pensé que no lograría mantener mi bocota en una línea.
—¿Quién más? —Respondí en una pregunta, lo más seria posible. —Aarón Beckett.
Matthew se puso de pie, se veía furioso. Una parte de mí se sintió muy mal por mentirle así y otra quería reírse a carcajadas, después de todo se lo merecía. Estuve a punto de soltarle la verdad, yo no era así. Por suerte Matthew me la hizo fácil al marcharse del lugar.
—Mañana nos vemos aquí mismo. —Dijo devolviendose. —Lo siento, pero estoy muy molesto ahora.
Asentí aunque no pudiera verme. Me quedé mirando su larga cabellera y su espalda delgada. Cuando desapareció de mi vista, me puse de pie y me dirigí a la academia. Era viernes y tenía ensayo de banda.
Llegué antes como siempre lo hacía y me puse a hacer redobles en la batería. Era una terapia que me ayudaba mucho en momentos de confusión y mi vida era una, así que ayudaba bastante. Mi cabello azul se desordenaba cada vez que golpeaba los tambores con más fuerza y era una sensación que me agradaba. Quizás en mi otra vida fui baterista.
Cuando sentí que ya fue suficiente de redobles y vi que aún quedaba mucho tiempo antes de comenzar el ensayo, me acerqué al teclado de Aarón que se encontraba en una esquina. Era un instrumento que siempre capturó mi atención pero jamás había logrado tocar más que los acordes básicos, con una mano. Admiraba la capacidad y la inteligencia que se necesitaba para tocar con ambas manos y todos los dedos en distintas teclas, formando melodías tan melifluas y admirables.
Me senté frente al instrumento e intenté tocar la partitura que estaba en el atril. "Anyone" de Demi lovato se podía leer en la partitura. Subí el volumen, toqué el primer acorde e intenté seguir tocando. Lo intenté reiteradas veces, pero no podía lograrlo.
—Los dedos deben ir más separados y encorvados si no quieres lesionarte.
Cerré los ojos al sentir esa voz a mis espaldas. Una electricidad recorrió mi espina dorsal y mil terminaciones nerviosas colapsaron en mi sistema. Mi corazón latió rápido, latió después de un mes. Esa voz jamás logré quitarla de mis pensamientos desde el primer hola y dolía pensar que seguía deseando a Aarón como siempre lo había hecho.
—¿Por qué no la tocas para mí? —Pregunté girándome, nerviosa. Verlo me afectó más de lo que pensaba. Llevaba su chaqueta de cuero y en su mano traía un pequeño objeto.
—En realidad solo vine a devolverte esto. Sabía que estarías aquí. —Dijo extendiendo el objeto hacia mí.
—Es tuyo... —Comenté negando con la cabeza. —¿De verdad tardaste un mes en leerlo? —Pregunté intentando entablar una conversación con él, lo necesitaba.
—En realidad, ya me leí los cuatro libros. —Finalizó en una sonrisa. Esa maldita sonrisa que me quitaba el sueño.
—Sabía que terminarías enamorándote de Patch Cipriano. —Comenté tímida.
Por una extraña razón no podía quitar la maldita sonrisa de mi rostro. Aarón dejó el libro sobre una mesa y se sentó frente al teclado. ¿Por qué me ponía tan nerviosa cada vez que sus manos presionaban los acordes? Tal vez porque amaba con locura el sonido de ellos, pero más me gustaba el chico que los estaba tocando. La melodía era hermosa, él era hermoso. Verlo tocando la pieza con tanta pasión y delicadeza me hacía querer gritar a los cuatro vientos cuanto me encantaba. Pero en vez de eso, comencé a cantar.
—I tried to talk to my piano, I tried to talk to my guitar... —Comencé a a cantar. Cerré mis ojos dejándome llevar por la música. —Talked to my imagination, confided into alcohol...
El sonido del teclado se detuvo abruptamente y abrí los ojos, confundida. Aarón se tomó la cabeza entre sus manos y se mantuvo varios segundos así. No sabía que le pasaba, pero estaba comenzando a preocuparme. Me acerqué a él pero entonces se puso de pie. Melancólico es poco comparado a como Aarón se veía. No lloraba, eso no era típico de él, pero noté las bolsas moradas bajo sus ojos y sus labios levemente heridos. Estaba más delgado que la última vez y las venas de su cuello sobresalían más.
Me acerqué, porque no hacerlo me estaba quemando. Sentía tantas ganas de llorar por no tenerlo cerca en mi vida que cerré los ojos solo para no tener que ver los suyos dolidos. Cuando los abrí, había menos distancia entre nosotros y el calor que Aarón emanaba comenzó a inundar mi sistema, mi cuerpo, mi mente. Nadie dijo nada, no fue necesario. Su mirada era tan profunda y sincera que sería capaz de cruzar el más grande abismo. El abismo que era mi mente.
Los veinticinco centímetros de altura que me llevaba dejaron de ser importantes cuando me tomó con posesión de la cintura y junto nuestros cuerpos. Sentía su aliento tan cerca del mío, su cuerpo tan pegado al mío. Mi corazón palpitaba tan rápido que sentía miedo de que Aarón pudiera oírlo. No tenía nada que pensar, quería hacerlo hace tanto tiempo que cuando sus labios rozaron los míos creí que iba a desfallecer.
Un leve roce bastó para hacerme delirar. Sus labios eran suaves y dulces, agradables. Al principio fue un leve roce y luego sentí sus labios en totalidad sobre los míos. Cerré los ojos, extasiada de él. Jamás en la vida había sentido algo igual, mis neuronas iban a explotar y mi cuerpo ardía en placer. Entre abrí los labios, ansiosa, quería más de él.
Aarón besaba mis labios tan suavemente, como si tuviera miedo de romperlos. Movía sus labios sobre los míos con posesión y delicadeza, llevándome a la locura. Tomé su rostro entre mis manos, acariciando su rostro. Me gustaba, me gustaba todo de él. Me gustaba tanto lo que estaba sintiendo que su lejanía me golpeó como un balde de agua fría.
—No puedo... —Dijo dolido mientras retrocedía cada vez más. —No puedo hacernos esto.
—¿Qué quieres decir? —Pregunté sin entender lo que estaba sintiendo. —Esto es lo que queríamos, ¿no? —Pregunte acercándome a él.
—Esto es lo que yo quería. —Se sinceró mientras alejaba delicadamente mis manos de su rostro. —Pero tú no lo quieres, no me quieres.
¿Qué no lo quería? Tardé un mes entero en darme cuenta de que Aarón Beckett me gustaba y no solo eso. Yo me dí cuenta de que lo quería, yo quería a Aarón Beckett con todas mis jodida fuerzas y cuando lo entendí, fue tarde. Ahora tenía una nueva oportunidad, esto fue una pequeña luz dentro de la oscuridad.
—Aarón yo... —Comencé, intentando sincerarme. Iba a confesarle mis sentimientos.
—Estás embarazada de él. —Me interrumpió con la voz estrangulada.
Me quedé estática ante sus palabras. No podía creer que Aarón pensara eso, no podía creer que la noticia había llegado a sus oídos. Esto no debería haber pasado.
—No, eso n...
—Serán una familia y... —Me interrumpió. Dejó de hablar de golpe para mirar al piso y apretar su mandíbula. —Y yo solo estoy sobrando. Siempre fue así.
—¡No es así! —Hablé rápido cuando lo vi marcharse. —¡Aarón, espera! —Grité intentando tomarlo del brazo, pero la puerta se había cerrado.
Apoyé mi cabeza en la puerta y cerré mis ojos, cansada. Todo se había salido de control, todo en mi vida estaba mal. Aarón pensaba que estaba embarazada de Matthew y no pude negarlo. Sentía un dolor en el pecho que carcomia la poca vida que me quedaba emocionalmente.
Me alejé de la puerta y tomé el libro entre mis manos mientras lágrimas descendían de mis ojos. Lo había dejado afuera de su habitación la última vez que visité su casa, no pensando que de verdad lo leería. Me senté en una silla y lo abrí para leer la dedicatoria que había escrito pero me sorprendí de no ver nada. Este no era mi libro, el mío no olía a nuevo.
Sequé mis lágrimas y cuando abrí el libro para oler mejor las hojas un sobre blanco cayó al piso. Lo tomé entre mis manos y las ganas de llorar me invadieron otra vez. Era una carta y afuera se leía una frase que me destrozó por completo.
"No lo abras hasta que nazca tu hijo."
🌻🌻🌻
Al fin lo que tanto anhelabamos, lastima que las cosas no sucedieron como hubiéramos querido.
¿Qué pasará ahora entre Aarón y Lex? 🌷Dejen sus teorías aquí. 🌷
Gracias por sus votos y comentarios. Los amo.
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