Ingreso a su hogar al regresar de ayudar en una misión con meliodas, sintió como una de sus pierna era abrazada, dejo su mochila aun lado y miro hacia abajo.

"Papa, regresaste!!!!!"- su pequeña hija de 6 años lo miraba con una sonrisa, la tomo en sus brazos y beso sus mejillas coloreadas de un rojo que reflejaba su ternura.

No tardo su esposa elizabeth salir de la cocina para ir a darle la bienvenida y darle una sonrisa que le derritió el corazon.

"Como te fue papi"- sonrió ante la mirada de curiosidad de su hija, elizabeth rio bajito y los tres fueron hacia la sala de estar.

"Papi logro espantar a muchos monstruos hanabi"- la pequeña hizo una exclamación de sorpresa.

"En serio?!!"- ambos padres sonrieron y entonces estarossa le conto una historia donde los monstruos lo correteaban a el y a meliodas y donde el lleno de valentía junto a su hermano lograron derrotarlos.

Su hija lo miraba con brillos en los ojos y como solo un hijo puede ver a su padre, con la admiración reflejada en sus pequeños y brillosos ojos azules obscuros.

"Papi es el mejor, verdad mami"- hanabi miro hacia la mujer peli-blanca.

"Si, tu papa es sorprendente"- la pequeña mostró una radiante sonrisa mostrando su blanca dentadura.

Estarossa acomodo a su hija a su lado y fue por su mochila a la entrada de la casa para después regresar, todo ante la mirada confusa de su esposa y curiosa de su hija.

Rebusco un poco en su contenido y cuando toco lo que buscaba miro a hanabi con una pequeña sonrisa.

"Cierra los ojos pequeña"- hanabi acato lo pedido sin rechiscar, elizabeth miro como de la mochila su esposo sacaba un hermoso peluche.

"Abrelos"- al abrir los ojos miro un lindo unicornio color blanco, sus ojitos brillaron y tomo el peluche con emoción.

"Que lindo!!!"- lo abrazo a su pecho y pego la nariz a la cabeza del peluche, olía a fruta.

"Te gusto?, hanabi?"- elizabeth al recibir un entusiasmado movimiento de cabeza de arriba a abajo, no pudo sino sonreír y acariciar los cabellos de su hija con completa ternura.

"Gracias papi"- el peli-blanco le sonrió.

"Bien, creo que es hora de ir a cenar"- estarossa asintió y cargo a hanabi para seguir a su esposa hacia el comedor.

Esa noche y las siguientes, hanabi durmió con su preciado unicornio, abrazándolo con cariño y felicidad al haber sido un regalo de su padre.

Ah!, que linda es mi linda hanabi, de solo imaginarme la me llena de ternura, espero hayan gustado al leer el cap, saludos