¿Sorpresa?
—haahhh... esp— trató de decir en medio del pasional beso.
—Kō— gruño mordiéndose el labio inferior.
—auchh espera Sei— sentía sus mejillas sonrojadas, su corazón agitado y su miembro estaba cobrando vida.
—No te preocupes. Nadie vendrá, ya le dije a la enfermera que me quedaré hoy— dijo frontales los pezones a través de la tela.
—aghh~ Sel nghh~— gimió. Recordó que estaban en el hospital y cubrió su boca con la mano.
Sonrió maliciosamente —15 días, Kōki— dijo despojándolo de la sabana y metiendo una mano debajo la bata.
—No Sei aghh— gimió al sentir como su miembro era tocado. Sentía como la mano y comenzaba deslizarse de arriba abajo, de forma lenta y tortuosa —nghhh.
Lentamente se acercó y aprisionó esos labios rojos e hinchados. Apretó el miembro, haciendo que Kōki gruñera en sus labios —Te amo.
—Aghhh Sei... Más ~— pidió. El placer segaba su mente. Tanto tiempo sin tocarse y estar en esa cama sin poder moverse bien, lo frustraba. Sintió como la mano subía y bajaba rápidamente, mientras que la otra jugaba con sus testículos. Sus gemidos y jadeos salían sin control —Aghhhhh me corroo— gimió arqueando su espalda.
Seijūrō apresuró su mano y con la otra detuvo la esencia de Kōki, para no manchar la bata o sabana. —¿Mejor?— preguntó robándole un besó profundo.
—Sí— respondió sonrojado, pero ese sonrojó explotó cuando vio a Seijūrō lamerse la mano —¡Esta sucio!— protestó.
—No lo está— Fue al baño y se lavó la mano, cortó un poco de papel y limpio a Kōki, algo que lo avergonzó mucho , acomodó su bata y sabana —Nadie lo notara— dijo guardando el papel en su mochila —Cierto... Te traje el nuevo tomo.
—Gracias, Sei— dijo tomando el libro ¿Cómo podía actuar como si no hubiese pasado nada?
—————
Después de tres días en observación, fue dado de alta. Su salida la trataron de hacer lo más discreta posible, pero los reporteros no la hicieron fácil. Pasó en medio de los reporteros sin dar declaración alguna. Una vez que abordaron la camioneta soltó un suspiro.
—Tranquilo.... Lamentablemente esto apenas empieza— dijo su padre.
—Esto es horrible, papá— dijo dejando su cabeza sobre su hermano.
—Ni me lo digas. La universidad parece un campamento. A Akashi también lo traen así— dijo Kōen abrazándose a su hermano.
Kōki suspiro. Los tres días había visto a Seijūrō todo demacrado. Como en aquella ocasión, cuando él intento.... Dejó de pensar en eso, Masaomi-san le había dicho que estuvo vigilándolo esos días. Ninguno de los dos quería pasar nuevamente por ese episodio. Confiaba en Seijūrō, pero había cierta inseguridad.
—Kōki... Llegamos— dijo Kō.
Kōki miró a través de la ventana, tal y como me dijo su madre, a los reporteros fuera de la casa.
Al llegar a la entrada, Kōen bajo de la camioneta y ayudó a Kōki a bajar. Esos días le habían cobrado factura con su cuerpo. El primer día no podía moverse mucho. Kishimoto-sensei le dijo era normal por estar postrado en cama durante 15 días. Con cuidado entraron a la casa, llevándose un susto.
—¡Sorpresa!— gritaron emocionados. La generación de los Milagros, a excepción de Kuroko y Kagami, estaba con sus parejas. Algunos amigos que tenía en clases y los chicos de Seirin.
—Chicos.... Gracias— sollozó.
Seijūrō se acercó, y le dio un dulce besó —No llores... Kōki— mientras lo abrazaba.
Él respondió al abrazó y besó a Seijūrō de forma demandante. Normalmente no se besaban así en presencia de conocidos, pero, tantos días en el hospital y ahora poder tocarlo así, lo entusiasmo.
—¡Kōki!— dijo una voz furiosa, separando a ambos.
—Abuelo— dijo emocionado. Corrió hacia el castaño mayor y le besó en la mejilla.
—Kōki— susurró y lo abrazó. Por cuestiones en Namikaze Corp tuvo que viajar a Kioto después de que Kōki despertó.
Después de abrazos y deseos de recuperación, la fiesta comenzó. La comida y bebida no faltaba. Contaban con música gracias a la de ayuda de Ryōta, los chicos bailaban al ritmo de ella.
Kōki se sentó ya exhausto, en el sillón individual. Buscó a Seijūrō y observó que éste platicaba con su madre y su padre. Kōen discutía algo con su abuela, y su abuelo tenía el ceño fruncido mientras hablaba con Masaomi-san.
—¿Todo bien?— preguntó Tatsuya, sentándose en el sillón al lado del castaño.
—Sí— respondió con una sonrisa.
Tatsuya observó a Seijūrō —Estuvo muy desanimado. Parecía muerto en vida. Me alegra que ya estés bien.
—Gracias.... Sí, ya se ve mejor. El día que desperté se veía muy pálido— comentó viendo a Seijūrō.
—¿Lo amas, verdad?— preguntó sonriendo.
—Sí. Lo amo tanto. Este incidente me hizo ver que quiero pasar el resto de mi vida a su lado— dijo con sus mejillas sonrojadas.
Tatsuya estaba a punto de hablar, cuando Seijūrō llegó hasta ellos. —Akashi— dijo levantándose y se marchó.
Kōki miró como Tatsuya acercaba a Atsushi, y le daba un besó en la mejilla. De pronto la música se detuvo, y él miro hacia la música. Al hacerlo, su mirada se encontró con la de Seijūrō.
Soltó un suspiro y le acarició la mejilla a su novio, quien lo miraba de forma confusa — Ya te lo había comentado cuando nos hicimos novios. Sé que aún somos jóvenes y aún nos falta edad. Pero quiero... No, deseo pasar el resto de mi vida a tú lado porqué te amo.... Furihata Kōki... ¿Aceptas casarte conmigo?— preguntó con el corazón latiendo a mil por hora; y con una pequeña caja en su mano, mostrando un hermoso anillo.
Cuando vio a Kōki nuevamente en esa camilla comprendió que quería pasar el resto de su vida juntó a Furihata Kōki. Quería formar una familia. Quería despertar cada día y ver a Kōki. Quiera tener un mini castaño entre sus brazos, o un mini pelirrojo. Él quería amarlo, besarlo cada día, ver esos hermosos ojos color chocolate reflejándose en ellos.
Kōki Furihata estaba en shock. Su corazón latía a mil por hora. Sus manos temblaban. Sentía su garganta seca. Observaba esos hermosos ojos rojos viéndolo de forma expectante. Miró a su familia, y ellos lo veían con una sonrisa. Volvió mirar a Seijūrō... Lo amaba. Quería pasar el resto de sus días con él, quería tener bebés. Quería un bebé idéntico a Seijūrō, con esos hermosos rojos.
—Acepto— dijo entre lágrimas de felicidad. Seijūrō le sonrió de forma hermosa. Aquella sonrisa de cuando se hicieron novios.
—Te amo— respondió con la voz entrecortada por el llanto acumulado. Con sus manos temblorosas tomó el delicado anillo y lo colocó en el dedo anular. Tomó la mano y la besó sin apartar la mirada.
Kōki se estremeció por la mirada. Sin dudarlo, llevó su otra mano al cuello de Seijūrō, lo atrajo hacía él, y le besó. Seijūrō respondió de la misma forma. Un besó lleno de amor, que expresaba lo que sentía por él.
Los aplausos y gritos de felicitación los sacaron de su mundo. Seijūrō limpió las lágrimas de Kōki y luego lo ayudó levantarse.
—Felicidades— dijo Ayumi abrazando a ambos. Luego les besó las mejillas de cada uno. A la felicitación también se unieron Kō, Kōen, Masaomi... Y todos los que estaban presentes, a excepción de una persona. Kōki buscó a su abuelo y no lo encontró.
—No te preocupes. Es sólo que Yukio no quiere dejar de verte como a un niño— dijo Ai abrazándolo. —Ve. Está en el jardín trasero.
Caminó lentamente hacía el jardín. Al llegar observó a su abuelo, estaba sentado en la pequeña banca que estaba situada en medio del jardín. Tenía una copa en la mano, y una botella de vino a su lado. Se acercó lentamente y se sentó.
—Hermosa luna ¿No crees, Kōki?— comentó bebiendo un poco del vino.
—Sí— respondió con una pequeña sonrisa.
—Mira el jardín. Aún recuerdo el día que nos ayudaste a plantar las rosas rojas — dijo viendo las rosas.
—Sí. También lo recuerdo. Ese día Kōen término bañado en lodo, cuando, sin querer encendí la manguera— dijo con una risilla.
—Sí— rió por el recuerdo —Tú abuela también término llena de lodo, cuando Kōen la tiro mientras huía.
—También mamá término cayéndose, y se ensució su vestido favorito— dijo riéndose.
—Kōki... ¿Estás seguro de casarte con Akashi-kun?— preguntó esta vez viéndolo directamente a los ojos.
Dejó de reírse y miró a su abuelo —Sí. Lo amo. Estoy consciente de somos jóvenes, y que las cosas pueden cambiar. Pero realmente lo amo, y quiero pasar el resto de mis días a su lado. Seijūrō es mi— dijo con una pequeña sonrisa.
—Tú otra mitad— dijo interrumpiéndolo.
—Sí. Es mi otra mitad— dijo sonriendo.
—Oh Kōki— se abrazó a su nieto —Eres mi niño, siempre lo serás. Di te quieres casar te apoyo— dijo sollozando.
—Abuelo.
Después de que Yukio se tranquilizara, regresaron a la fiesta, ahora, de compromiso. Sólo para encontrarse con que Ayumi y Ai discutían con Masaomi-san sobre el anuncio.
—¿Qué anuncio?— preguntó. Pues no habían escuchado a que se referían.
—Pues el del compromiso ¿Qué otro anuncio? Hay que ver los invitados, la comida, la seguridad. También hay que ver lo de los reporteros. Una vez que se enteren los seguirán a todos lados, abra que aumentar la seguridad para ambos— dijo Ai.
—pero....— trató de decir.
—Entiendo tus nervios Kōki-kun, pero después de que vean ese anillo las respuestas serán obvias— dijo Masaomi.
—¡Me lo quitaré!— exclamó pálido.
—¿Quitarte que?— preguntó Seijūrō al ver a todos reunidos, y Kōki pálido.
—Kōki quiere quitarse el anillo para que nadie de la prensa se percate del compromiso— dijo Ayumi.
—No Kōki. Te lo dejas. Al demonio la prensa, pero tú no te lo quitas— dijo molestó y gritando. ¿Por qué quería quitarse algo tan importante?
Sintió ganas de llorar. Era la primera vez que Seijūrō le hablaba así —Está bien— respondió bajando la mirada. Camino hacia las escaleras, las subió corriendo y al llegar a su habitación, cerró la puerta con seguro. Fue directo al guardarropa, sacó unas prendas; entró al baño, se desvío y fue directo a la regadera; la encendió y el agua cubría sus lágrimas.
Él sólo quería que la prensa no lo siguiera a todos lado...Sólo quería tener una vida normal, sin preocuparse por la prensa.
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